Plaza Mayor n° 6, Soria, España

Archivos mensuales: marzo 2016

17 03, 2016

«EL ARTE DE LA CETRERÍA»; artículo del Dr. D. JUAN CARTAYA BAÑOS

Por |2020-11-13T03:39:58+01:00jueves, marzo 17, 2016|

 Interesante artículo de D. JUAN CARTAYA BAÑOS, Doctor en Historia Moderna y Licenciado en Historia del Arte, publicado en el blog  «Aristocracias»  

Fuente original:  BLOG ARISTROCACIAS

https://aristo.hypotheses.org/2316

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23/01/2016 JUAN CARTAYA

ARISTOCRACIAS

EL ARTE DE LA CETRERÍA

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El emperador Federico II y sus halcones (Biblioteca Vaticana)

De arte venandi cum avibus (“El arte de la caza con aves”) es un tratado del emperador Federico II de Suabia dedicado, como su nombre indica, a la caza con halcones y otras rapaces. El manuscrito que se conserva en la Biblioteca del Vaticano (Código Pal Lat 1071) es el más conocido debido a sus magníficas ilustraciones, pero contiene solamente los dos primeros libros: se trata de un códice de 111 hojas de pergamino, encargado en Nápoles por su hijo Manfredo, rey de Sicilia, alrededor de 1260 .

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Los cetreros colocan a los halcones en sus alcándaras

   Otro manuscrito, escrito por mandato de otro hijo del emperador, el rey Enzio, durante su detención en Bolonia, se conserva en la Biblioteca de dicha Universidad (Lat. 717) y contiene seis libros: una edición más completa, pero desgraciadamente tampoco íntegra. Hoy les traigo -merecen la pena sus ilustraciones- el manuscrito vaticano y su transcripción latina para su disfrute. Y buena caza.

16 03, 2016

La verdadera historia del País Vasco: así se unieron Álava, Vizcaya y Guipúzcoa a Castilla

Por |2020-11-13T03:39:58+01:00miércoles, marzo 16, 2016|

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ESPAÑA

La verdadera historia del País Vasco: así se unieron Álava, Vizcaya y Guipúzcoa a Castilla

CÉSAR CERVERA / MADRID

Día 21/10/2014

El nacionalismo vasco se cuida en esconder que las tres provincias históricas se anexionaron a Castilla de forma pacífica hace más de siete siglos. Los matrimonios entre nobles y la afinidad cultural fueron las principales armas castellanas

Fernando «el Católico» recibe la pleitesía de las Juntas Generales de Vizcaya, reunidas en Guernica, en 1476

Fernando «el Católico» recibe la pleitesía de las Juntas Generales de Vizcaya, reunidas en Guernica, en 1476

Lejos de la imagen que quieren transmitir los nacionalistas de un pueblo aislado del resto de regiones españolas, la historia de lo que hoy conforman las tres provincias vascas está directamente vinculada a la del Reino de Castilla desde hace más de siete siglos. Y, si bien el Señorío de Vizcaya y el Señorío de Arriaga (aproximadamente el 40% de la actual Álava) conservaron durante un tiempo sus propias instituciones, no tardaron en adoptar la legislación castellana.

No obstante, cada una de las tres regiones históricas, cuyos territorios no corresponden exactamente a los actuales, protagonizó distintos procesos de unión al Reino de Castilla. Así, el único punto en común entre las tres es que la anexión se efectuó en el marco de la competencia entre la Corona de Navarra y la Corona de Castilla. Si finalmente la balanza se inclinó a favor de los reyes castellanos, fue por la capacidad de estos de desarrollar una política de mutua conveniencia para estas regiones, donde cabía el respeto por sus instituciones medievales.

Guipúzcoa: la población eligió Castilla

La primera mención documental sobre Guipúzcoa data del siglo XI y la incluye como una tierra perteneciente al Reino de Pamplona. Sin embargo, los esfuerzos por mantener la zona de Guipúzcoa bajo la influencia navarra naufragaron en 1076, con la muerte de Sancho IV de Pamplona. Ese año, la mitad occidental del territorio guipuzcoano pasó a Castilla, regida por Alfonso VI, mientras el resto se incorporó al dominio del rey navarro-aragonés (monarquía que duró hasta 1134). A partir de entoncesa, serán los señores de Vizcaya quienes gobiernen la mayor parte de Guipúzcoa en nombre de los reyes castellanos.

La nobleza defendía a Navarra, el pueblo estaba vinculado con Castilla

En el año 1200, Alfonso VIII de Castillaincorporó Guipúzcoa de forma definitiva a su reino. Nada pudo hacer Navarra para evitarlo, frente al potencial militar de los castellanos y la firme decisión de las pueblas guipuzcoanas. Si bien la nobleza local era defensora de la causa navarra, el pueblo, con vocación comercial, sentía mayor vinculación con el Reino de Castilla. Pronto la decisión se demostró sumamente acertada. Durante los siguientes años, frente al inmovilismo navarro que en las últimas décadas del siglo XII solo había fundado San Sebastián (con el objetivo de obtener una salida al mar), Castilla promovió una ambiciosa reestructuración del territorio. La fundación de un total de veinticuatro núcleos, en algunos casos se trataba solo de la concesión de la categoría de villa, asentó el dominio castellano en Guipúzcoa en la primera mitad del siglo XIII.

Además de para fortalecer su posición, los reyes castellanos vieron claro el potencial marítimo de levantar villas en la zona. Entre los años 1203 y 1237, los reyes Alfonso VIII y Fernando III impulsaron la creación de cuatro localidades costeras –Fuenterrabía, Guetaria, Motrico y Zarauz– que en el futuro se revelaron cruciales para la presencia marítima del Reino de Castilla en el Cantábrico.

La nobleza alavesa entregó la región

Hasta el siglo X la región de Álava era tan solo un territorio fronterizo del reino asturiano, donde se repetían las invasiones musulmanes desde el valle del Ebro. Cuando el dominio musulmán menguó en el norte de España, las coronas de Castilla y Navarra pusieron sus ojos en la región de Álava y desplegaron su influencia sobre los condes locales. En 1076, con el asesinato deSancho IV de Pamplona, el rey Alfonso VI de Castilla incorporó a su reino La Rioja, Vizcaya, Álava y, como ya hemos mencionado, parte de Guipúzcoa. No en vano, esta anexión y otras posteriores fueron solo de carácter temporal y hubo que esperar hasta principios del siglo XIII para que se produjera su unión definitiva a Castilla.

Los hidalgos alaveses obtuvieron un estatuto jurídico privilegiado

Entre 1199 y 1200, la preeminencia navarra sobre Álava sufrió un vuelco en el contexto de un episodio bélico contra Castilla. El rey Alfonso VIII de Castilla conquistó por la vía militar Vitoria y parte de Álava. Al contrario del caso de Guipúzcoa, donde la población defendió la causa castellana y la nobleza la navarra, el dominio castellano sobre Álava fue previamente negociado con los nobles alaveses, descontentos con la política de los reyes navarros de fundación de villas. Sin embargo, el territorio dominado por el Señorío de Arriaga, cerca del 40% de la actual Álava, fue independiente a Castilla hasta su autodisolución en 1332, fecha en la que se produjo la entrega voluntaria de las tierras de la Cofradía a Alfonso XI. En contrapartida a la autodisolución de esta institución de orden feudal, los hidalgos alaveses obtuvieron de Alfonso XI el reconocimiento de un estatuto jurídico privilegiado.

Así y todo, la adhesión a Castilla se puede considerar plena desde el siglo XIV, salvo por un breve periodo de la guerra civil castellana en el siglo XIV entre Pedro I y Enrique de Trastámara, durante la que Carlos II de Navarra retuvo bajo su corona a las villas más importantes de Álava.

Vizcaya, un baluarte militar para Castilla

En el periodo de los Tercios de Flandes, cuando se hablaba de vizcaínos se hacía referencia a cualquier habitante procedente de las regiones vascas. Una demostración del protagonismo que adquirió el Señorío de Vizcaya en la incipiente Monarquía hispánica. Pero mucho antes de su adhesión, al igual que en Álava y Guipúzcoa, los nobles de Vizcaya se vieron en la tesitura de si acercarse a la esfera de Navarra o a la de Castilla. En su caso, la influencia castellana se impuso casi desde el principio y muchos historiadores afirman que el señorío de Vizcaya ya era vasallo del Reino de Castilla en 1379. Con todo, desde el siglo XII los reyes castellanos habían efectuado continuas alianzas con los señores de Vizcaya para sus empresas en la Reconquista. En agradecimiento a su esfuerzo bélico, los monarcas castellanos dispensaron numerosos cargos, honores y estados a los nobles vizcaínos. Fue, por tanto, una región históricamente beneficiada y cuidada por Castilla.

El señor de turno debe jurar defender y mantener los fueros del señorío

El Señorío de Vizcaya fue heredado por los sucesivos descendientes de la familia López de Haro, de origen navarro pero afiliación castellana, hasta que en 1370 recayó por herencia materna en el infante Juan de Castilla, permaneciendo desde entonces el señorío vinculado a la Corona, primero a la de Castilla y luego, a la de España. La única condición era que el señor de turno jurase defender y mantener los fueros del señorío (los fueros de Vizcaya), que en su texto afirmaban que los vizcaínos podían desobedecer al señor que así no lo hiciera.

15 03, 2016

Publicado en Cuadernos Ayala: «VANITAS, VANITATUM»; por S.S.T.

Por |2020-11-13T03:39:58+01:00martes, marzo 15, 2016|

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VANITAS, VANITATUM: A PROPÓSITO DEL TRATAMIENTO HONORÍFICO DEL QUE CARECEN LAS PERSONAS CONDECORADAS CON LA GRAN CRUZ DE LA ORDEN AL MÉRITO MELITENSE

Por S.S.T.

    Viene causando estupor en todo Madrid -queremos decir en ambientes selectos y cultos- el hecho de que un ciudadano español, un funcionario jubilado del grupo B, que ha sido recientemente distinguido por la Soberana Orden Militar de Malta con la gran cruz de la Orden del Mérito Melitense, pretenda y se arrogue el tratamiento de Excelencia, que quizá en su vasta ignorancia considera anejo a tal condecoración. Ciertamente, desde el momento mismo de recibirla, se ha hecho titular de tal Excelentísimo Señor por doquiera -por doquiera se le consiente, quiero decir-.

     Al parecer, tanto la Asamblea Española de la Orden de Malta, como el Real Cuerpo de la Nobleza de Madrid, como la Real Academia Matritense de Heráldica y Genealogía-, están tolerando el abuso.

     También a nosotros nos han llamado la atención estos hechos, tanto el de la arrogación indebida del tratamiento, como que la Soberana Orden discierna una condecoración tan elevada a persona de tan bajo rango profesional.

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       La Soberana y Militar Orden de Malta creó ya en 1920 la Orden Pro Mérito Melitense, para distinguir a sus benefactores. Tiene seis grados: collar, gran cruz, gran oficial, comendador, cruz de oficial y cruz de caballero. Y tiene tres ramas: civil, militar y eclesiástica, cada una con sus propias cinta e insignias.

      Hemos examinado el Estatuto (26 de junio de 1964) y el Reglamento (3 de abril de 1971) de la Orden Al Mérito Melitense, actualmente vigentes, y hemos notado que en ellos nada se dice acerca de posibles tratamientos honoríficos de los condecorados con ella. Es decir, que estatutariamente ningún condecorado tiene tratamiento honorífico especial.

      También se nos ha informado por parte de la Gran Cancillería de la Soberana y Militar Orden de Malta:

   Chiarissimo Professore, a nome di S.E. Albrecht Freiherr von Boeselager, Gran Cancelliere del Sovrano Ordine di Malta, La ringrazio per la Sua lettera del 16 gennaio u.s. con la quale chiede informazioni riguardo al titolo concesso alle Personalità decorate con la Gran Croce al Merito Melitense.

   A tal proposito, desidero comunicarLe che il Sovrano Ordine di Malta non riconosce il titolo di «Eccellenza» a chi ha ottenuto tale conferimento.

   Questo titolo è riconosciuto solo ai Membri del Governo dell’Ordine di Malta, ai Gran Priori, ai Presidenti delle Associazioni Nazionali, Ma agli Ambasciatori e ai Presidenti dei Tribunali Magistrali.

  Sperando di esser Le stata utile, Le invio i miei migliori saluti, Daniela Bonucci e Mara De Paolis, Dipartimento degli Affari Interni.

     Además, y para estar del todo seguros, nos hemos dirigido al Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación español, que es el organismo competente para otorgar la autorización de uso de condecoraciones extranjeras en el Reino de España. Dicho Departamento nos ha informado oficialmente de que no reconoce ni otorga tratamiento alguno a las personas distinguidas con esa condecoración.

     En conclusión, resulta cierto que ni el funcionario jubilado del grupo B, ni ningún otro condecorado con la gran cruz de la Orden al Mérito Melitense, tienen derecho el tratamiento de Excelencia. Y, en consecuencia, deben dejar de utilizarlo: pues sino corren el riesgo de que algunos bienpensantes les vayan a tachar de falsarios.

     En fin: hay que concluir con que con esta conducta el funcionario jubilado del grupo B se ha puesto una vez más en ridículo, acreditando de nuevo bien su desmedida vanidad, o bien su vasta ignorancia; también su constante cercanía moral y personal al mundo de los falsarios, en el que ha muchos años que goza de notables y muy íntimas amistades.

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15 03, 2016

SEMINARIO “SÍMBOLO, REPRESENTACIÓN Y PODER EN EL MUNDO HISPÁNICO”

Por |2020-11-13T03:39:59+01:00martes, marzo 15, 2016|

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Real Asociación de Hidalgos de España

 SEMINARIO “SÍMBOLO, REPRESENTACIÓN Y PODER EN EL MUNDO HISPÁNICO”

   Organizado por la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED) y el Instituto Español de Estudios Nobiliarios (IEEN)

   Lugar de celebración: Real Asociación de Hidalgos de España, 

   C/ Jenner nº 6, bajo dcha. Madrid

   Fecha: 6 y 7 de abril de 2016

Más información en: www.ieen.es

14 03, 2016

Alonso de Ribera Zambrana. Gobernador y Capitán General de Chile; por D. José M. Huidobro  

Por |2020-11-13T03:39:59+01:00lunes, marzo 14, 2016|

Artículo de fecha 16-02-2016 de D. José Manuel Huidobro 

Caballero de la Orden de Caballería del Santo Sepulcro de Jerusalén, Miembro de la Real Asociación de Hidalgos de España. Máster en Derecho Nobiliario, Heráldica y Genealogía (UNED). Autor de 55 libros y más de 700 artículos.

Alonso de Ribera Zambrana. Gobernador y Capitán General de Chile

Los historiadores le destacan sobre los demás gobernantes del siglo, por lo general corruptos y venales (Acuña, Meneses, Ustáriz), celebrando «sus dotes militares y el plan con que orientó la guerra de Arauco, aunque no puede ser alabado por sus escándalos, vida licenciosa y costumbres». Otros autores ponderan su política social hacia los indios, de los que se declararía su protector ante los encomenderos.

Alonso de Ribera

Alonso de Ribera

Hijo bastardo (más tarde legitimado, en 1600) del hidalgo y capitán Jorge de Ribera Zambrana y Dávalos (casado con doña Gracia de los Riós, de la que no tuvo sucesión) y de Ana Gómez de Montesinos y Pareja, fue hermano de Jorge y de Juan, también militares distinguidos en Flandes. Alonso nació en Úbeda (Jaén) en 1560 y falleció en Concepción (Chile) en 1617. Casó con la criolla Inés de Córdoba y Aguilera, sin el preceptivo permiso real. Obtuvo el hábito de Santiago, por Felipe III en 1609, al igual que también lo consiguieron sus dos hermanos.

Después de estudiar Matemática, Ribera se unió como soldado al ejército español de Flandes, donde inició una larga y exitosa carrera militar.

Desde 1583 participó en importantes contiendas en Francia junto a Alejandro Farnesio, duque de Parma. Además, integró la invencible Armada española de 1588 y las huestes del cardenal archiduque Alberto, gobernador de los Países Bajos.

En 1590 era alférez del MdC (Maestre de Campo) Alonso Idiáquez, pasando el siguiente a mandar una compañía del tercio de Alonso de Mendoza, reformada en 1596. A finales de 1597 recibió la compañía que fue de Luis de Velasco, ausente en España, que mandó hasta que, dos años después, y debido a su extensa trayectoria militar, le valió el reconocimiento del Rey Felipe III, y se le encomendó el gobierno y capitanía general de Chile, que llegaría a desempeñar en dos ocasiones: 1601 a 1605 y 1612 a 1617

El nuevo Gobernador salió de Sevilla, en abril de 1600, con sólo 300 hombres. Llegando a América se entrevistó con el ex Gobernador Alonso de Sotomayor, quien le informó sobre las características de la Guerra de Arauco. Luego, se dirigió al Perú y finalmente llegó a Concepción (Chile) en febrero de 1601.

Ribera evaluó la situación del ejército, que él mismo describió: «Estaba esta gente tan mal disciplinada y simple en las cosas de la milicia que nunca tal pudiera imaginar ni me sería posible dallo a entender». Las medidas que tomó para remediar esta situación fueron varias: reorganizó a las tropas de infantería; impuso la disciplina militar; puso orden en los campamentos; se preocupó tanto del vestuario, de la alimentación y del pago de los soldados, como también del armamento, los animales y todo lo necesario para la guerra.

Alonso García Ramón, Alonso de Ribera y Luis Merlo de la Fuente

Alonso García Ramón, Alonso de Ribera y Luis Merlo de la Fuente

Estos esfuerzos fueron complementados con la creación, en 1604, de un ejército permanente de 1.500 hombres y con la adopción de una serie de medidas para asegurar el abastecimiento de las tropas dentro del mismo Reino.

Con una visión de estratega, Ribera planteó la necesidad de concentrar las fuerzas españolas en una línea fronteriza conformada por varios fuertes que, a medida que se fuera consolidando el dominio hispano, avanzaría hacia el Sur. En las campañas realizadas durante su primer gobierno, logró introducirse en territorio mapuche y construyó 19 fuertes, algunos de ellos provisorios.

Alonso Ribera es el responsable de la primera organización de la propiedad colonial en Santiago y sus alrededores. En agosto de 1603, designó a Ginés de Lillo para realizar una visita general de todas las tierras, la que implicó la medición de las propiedades particulares concedidas por los gobernadores y el Cabildo, y la fijación de los límites de estas, siempre en permanente litigio.

El Gobernador también se preocupó de la situación de los indígenas sometidos a régimen de encomienda, tratando de eliminar los abusos de que eran objeto por parte de los españoles. Por ejemplo, prohibió que los naturales cargasen en sillas de mano a las mujeres que iban a misa o de visita.

En 1603 reglamentó la labor indígena en las encomiendas, que restablecía el trabajo personal de los indígenas, pero con un sistema especial llamado demora: un tercio de los naturales de las minas trabajaban 8 meses, quedándole dos años y cuatro meses para dedicarse a sus actividades, antes de que les tocara retornar a las labores mineras.

Pero la actitud desenfadada del Gobernador, acostumbrado a la rica vida cortesana de Flandes, escandalizó a una sociedad colonial retraída y austera como la chilena. Ribera introdujo algunas prácticas sociales desconocidas para la época: los grandes banquetes, las fiestas, los juegos de naipes y otros prohibidos por el Rey, los trajes suntuosos y el novedoso tenedor en la mesa, así como la actitud galante del Gobernador hacia las muchachas del Reino.

Estas costumbres, sumadas al hecho de que Ribera se había casado con una criolla sin el permiso previo del Rey -requisito indispensable para los gobernadores y jueces, debido a la prohibición que existía al respecto-, motivaron severas acusaciones en contra suya que le costaron el desprestigio y el fin de su primer mandato en 1605. Tras dejar la gobernación, se trasladó a Córdoba con su familia, donde permaneció hasta 1612, cuando nuevamente asumió la gobernación de Chile.

El segundo mandato de Alonso de Ribera se puede resumir en dos hechos fundamentales: el establecimiento del sistema de guerra defensiva, planificado por el padre Luis de Valdivia -principal impulsor de su nueva designación- y la llegada de corsarios holandeses, descubridores del Cabo de Hornos.

 Publicado en el blog «Hidalgos en la Historia» cuyo blogmaster es D. J. Manuel Huidobro

 http://hidalgosenlahistoria.blogspot.com.es/

14 03, 2016

Dos noticias de la Asociación de Amigos de la Historia y Cultura Militar

Por |2020-11-13T03:39:59+01:00lunes, marzo 14, 2016|

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FuenteAsociación Amigos de la Historia y Cultura Militar del Ejército

 Hoy continuamos con novedades editoriales y ahora le toca el turno a un nuevo número extraordinario de la Revista de Historia Militar que publica el Instituto de Historia y Cultura Militar. En esta ocasión, y como no podía ser de otro modo, está dedicado a los 500 años de la muerte del Gran Capitán.

De este modo, la revista recoge en esta edición las actas de las jornadas celebradas en el IHCM en octubre del 2015 y en las que se trataron diversos aspectos de la figura de Gonzalo Fernández de Córdoba, tanto políticos como militares y sociales, así como su importancia en la monarquía hispánica de la época y en la evolución de las tácticas militares en los tiempos de los Tercios.

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  En el enlace se puede acceder a la descarga gratuita de este número extraordinario que nos ofrece el portal de publicaciones de Defensa:

http://publicaciones.defensa.gob.es/inicio/revistas/numero/7revista-dia-militar/extragrancap?rev=2c34a56b-fb63-65ab-9bdd-ff0000451707&R=9f43896b-fb63-65ab-9bdd-ff0000451707

 

   Por otro lado, destacar que el presidente de la Asociación de Amigos de la Historia y Cultura Militar, el General de División D. Francisco Ramos Oliver, impartió este pasado jueves día 10 de marzo la conferencia titulada “Las guerras astur-cántabras (29-19 a.C.): estrategia y logística”.

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La cita tendrá lugar en el Centro Asturiano de Madrid (C/ Farmacia nº2, Madrid) a las 20 horas y será de entrada libre hasta completar aforo.

13 03, 2016

Invitación de la Sociedad de Estudios Genealógicos y Heráldicos de Canarias

Por |2020-11-13T03:39:59+01:00domingo, marzo 13, 2016|

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  D. Fernando D. Rossi y Delgado, presidente de la Sociedad de Estudios Genealógicos y Heráldicos de Canarias,  nos hace llegar amablemente a este Blog de la Casa Troncal de los Doce Linajes de Soria,  la invitación de la exposición que, junto a la Real Sociedad Económica de Amigos del País de Tenerife, han organizado desde la Sociedad de Estudios Genealógicos y Heráldicos de Canarias.

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  La podremos disfrutar entre el 14 y el 23 de marzo. Esta actividad se encuadra en el «2016, Año Genealógico Francisco Fernández de Bèthencourt (1850-1916)».

Sociedad de Estudios Genealógicos y Heráldicos de Canarias

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13 03, 2016

D. Juan José Luna Fernández, es honrado con la Encomienda con Placa de la Orden Civil de Alfonso X el Sabio

Por |2020-11-13T03:39:59+01:00domingo, marzo 13, 2016|

   S.M. el Rey, a propuesta del Ministro de Educación, Cultura y Deporte, se ha dignado distinguir con las insignias de la Encomienda con Placa de la Orden Civil de Alfonso X el Sabio,  al profesor don Juan José Luna Fernández, doctor en Filosofía y Letras

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   D. Juan José Luna Fernández, es conservador del Museo del Prado y catedrático de Geografía e Historia, patrono del Centro Nacional del Vidrio, presidente de la Alliance Française en España, vocal de la Fundación Hispano-Británica, miembro de la Asociación Española de Escritores y Artistas, y de la Société de l’Histoire de l’Art Français, antiguo Patrono del Museo español de Arte Contemporáneo y de la Junta Superior de Museos de España

   Es también antiguo becario del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, de la Fundación Juan March, de la Fundación Lázaro Galdiano, del Ministerio de Educación de la República Francesa, académico numerario de la Real Academia de Doctores y de la Acedémie Belgo-Espagnole d’Histoire, académico correspondiente de la Real Academia Sevillana de Bellas Artes de Santa Isabel de Hungría, comendador de número de la Real Orden de Isabel la Católica y oficial de las Órdenes de Orange-Nassau (Holanda), Artes y Letras (Francia), Estrella Polar (Suecia), y Mérito de la República Italiana.

   Se trata de una condecoración muy merecida y prudentemente otorgada, que nos honra mucho a todos los académicos de la Académie Belgo-Espagnole d’Histoire, y a todos sus amigos.

   ¡Sea enhorabuena, y que la luzca y disfrute por muchos años!

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