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Archivos diarios: 12 julio, 2015

12 07, 2015

Insignias de La Nobilísima Orden de la Jarretera. «The Most Noble Order of the Garter»

Por |2020-11-13T03:42:12+01:00domingo, julio 12, 2015|

Fotografías de las insignias de la Orden de la Jarretera, cortesía del Excmo. Sr. D. José María de Montells y Galán. Juez de Armas de la Orden Militar de San Lázaro de Jerusalén.

La Nobilísima Orden de la Jarretera
The Most Noble Order of the Garter

La Nobilísima Orden de la Jarretera The Most Noble Order of the Garter

La Nobilísima Orden de la Jarretera
The Most Noble Order of the Garter

   La Nobilísima Orden de la Jarretera o La Nobilísima Orden de Garter (The Most Noble Order of the Garter) es la orden de caballería más importante y antigua del Reino Unido, fundada en 1348 por el rey Eduardo III. Es considerada el pináculo en el sistema de honores de Gran Bretaña.

   La admisión a la orden es muy limitada. El monarca y el Príncipe de Gales son siempre miembros junto con 24 varones o mujeres. Los miembros masculinos son conocidos como los Compañeros Caballeros, y los miembros femeninos son conocidos como las Señoras Compañeras (no «Damas», como en la mayoría de las otras órdenes de código de caballería británicas).

   La orden también incluye miembros supernumerarios o extras, llamados Caballeros y Damas Reales (miembros de la Familia Real Británica) y Caballeros y Damas Extranjeros (monarcas de Estados extranjeros).

El emblema de la Orden en el castillo de Windsor

El emblema de la Orden en el castillo de Windsor

   El anuncio de nuevos miembros se realiza siempre el 23 de abril, el día de San Jorge, siendo éste el santo patrono de la Orden y de Inglaterra. El príncipe Guillermo de Cambridge fue la última persona en convertirse en Caballero de la Orden, cuando la reina Isabel II lo nombró su miembro número 1.000 en 2008.

   A diferencia de la mayoría de las órdenes, la Orden de la Liga no está ligada al aviso de citas del Primer Ministro; el Soberano sólo concede admisiones. Las incorporaciones a la Orden son un regalo personal del Soberano. Excepto las concesiones de admisión supernumerarias, las concesiones son hechas sólo a aquellas personas que han ejecutado hechos excepcionales de servicio al Reino Unido.

Tipo: Orden de caballería

Lema: HONI SOIT QUI MAL Y PENSE
(Vergüenza de aquél que de esto piense mal)

Gran Maestre: Isabel II del Reino Unido

Canciller: Lord Carrington

Más información en https://es.wikipedia.org/wiki/Orden_de_la_Jarretera

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12 07, 2015

LEYENDAS ¿Quién pintó la cruz de Santiago a Velázquez en Las Meninas?

Por |2020-11-13T03:42:13+01:00domingo, julio 12, 2015|

D. Alfredo López Ares, colaborador habitual de este blog de la Casa Troncal de Los Doce Linajes, nos remite este interesante artículo para su publicación.

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Abc cultura

LEYENDAS ¿Quién pintó la cruz de Santiago a Velázquez en Las Meninas?

MÓNICA ARRIZABALAGA ARRIZABALAGA11 / MADRID

Día 03/07/2015 – 09.06h

   El genio sevillano ingresó en la Orden tres años después de pintar el cuadro y apenas vivió 9 meses más. ¿Tuvo oportunidad de añadir la distinción por la que tanto luchó? Una leyenda apunta a otra mano, la del mismo Rey

ABC Diego de Velázquez, en un detalle de Las Meninas

ABC
Diego de Velázquez, en un detalle de Las Meninas

  El cuadro de «Las Meninas» que pintó Diego Rodríguez de Silva y Velázquez en 1656 no era exactamente igual a la obra maestra que hoy atrae las miradas en el Museo del Prado. Un detalle no fue incluido por el artista cuando retrató a la familia de Felipe IV en el Cuarto del Príncipe del Alcázar de Madrid. No se sabe cuándo se añadieron esas pinceladas, aunque por fuerza se incorporaron al menos tres años después.

   Velázquez no lucía en su pechera la cruz de Santiago cuando se retrató a sí mismo trabajando ante un gran lienzo junto la infanta Margarita, las meninas María Agustina Sarmiento e Isabel de Velasco y los enanos Mari Bárbola y Nicolasito Pertusato, entre otros personajes de la escena. Por aquellas fechas ni siquiera se habían dado los primeros pasos para que ingresara en la prestigiosa orden y no se le hubiera ocurrido semejante atrevimiento.

   Fue en 1658 cuando Felipe IV premió a Velázquez con el hábito de la Orden de Santiago. Para ser caballero de esta orden militar no bastaba, sin embargo, con la voluntad real. El Consejo de Órdenes debía comprobar en un largo proceso si el candidato reunía los requisitos exigidos: cristiandad, legitimidad y nobleza de sangre de sus cuatro abuelos, así como no haber ejercido ningún oficio de los considerados viles en su época, como el de pintor por oficio. Más de cien testigos, entre ellos Zurbarán, Alonso Cano o Juan Carreño de Miranda, aseguraron que Velázquez nunca había pintado por dinero, sino para el gusto del Rey.

   Nacido en una familia modesta de origen portugués, el artista tenía que probar además la espinosa cuestión de la pureza de sangre de sus padres y abuelos. «Velázquez no tenía «limpieza de sangre»: eradescendiente de conversos», según Jonathan Brown.

   Tras ocho meses de investigación, en febrero de 1659 el Consejo de Órdenes emitió un dictamen en el que aceptaba las pruebas de cristiandad y legitimidad de Velázquez, pero no la nobleza de su abuela paterna y de sus abuelos maternos. Hizo falta que, a petición de Felipe IV, el Papa Alejandro VII dispensara a Velázquez de su no probada nobleza para que el 28 de noviembre de 1659 el Rey otorgara la cédula por la que hacía «hidalgo al dicho Diego de Silva» y éste fuera armado caballero de Santiago en el convento de Corpus Christi de Madrid.

   «En todo este largo proceso no quedaba la menor duda del favor regio explícitamente manifestado en la celeridad con la que se sortearon los últimos escollos o en la respuesta que dio el propio Monarca, cuando se puso en duda la calidad del pretendiente por parte del Consejo de Órdenes. Se dijo entonces que había dicho el Rey: «poned que a mí sí me consta de su calidad«», señaló Jaime Salazar y Acha en el capítulo «Velázquez, Caballero de Santiago» del libro «Velázquez, en la Corte de Felipe IV» (Centro de Estudios Constitucionales. Madrid 2004).

Felipe IV «sabía pintar»

   Ese favor regio dio pie a la leyenda de que fue el propio Felipe IV quién pintó la cruz de Santiago sobre el traje del pintor de Las Meninas, para que pasara a la posteridad con la distinción que tanto le había costado conseguir. Velázquez era su artista predilecto y, según John J. Elliot, «parece que se desarrolló entre ambos hombres un vínculo personal, que reflejaba no sólo la intimidad que puede llegara a haber entre un artista y su modelo, sino también gustos y simpatías compartidos» a lo largo de 37 años de trato directo. Se dice que al enterarse del fallecimiento del pintor, Felipe IV afirmó: «Yo perdí en él un buen amigo porque correspondía a mi voluntad».

ABC Mariana de Austria y Felipe IV

ABC
Mariana de Austria y Felipe IV

   El monarca, además, «supo y ejerció el arte de la pintura en sus tiernos años», según Lope de Vega. «No se conservan cuadros suyos, pero sí noticias de que sabía pintar y hay referencias a un cuadro en el que aparecía pintando», explica Javier Portús, jefe de conservación de Pintura Española (hasta 1700) del Museo del Prado.

   No existe «ningún dato concluyente» que indique si la cruz de Santiago fue pintada antes o después del fallecimiento del artista el 6 de agosto de 1660, según Portús. Ningún aspecto en los trazos lleva a pensar que esta cruz roja con forma de espada, con sus dos brazos y la empuñadura rematados con una flor de lis, fuera realizada por otra persona, «pero tampoco se puede asegurar, a través de la pincelada, que la pintara Velázquez», continúa el experto del Prado.

   El artista sevillano había representado cruces militares en los retratos de personajes con derecho a ostentarlas, como el Conde Duque de Olivares, el oidor del Consejo de Castilla Don Diego del Corral y Arellano o Pedro de Barberana, contador mayor y miembro del Consejo Privado del Rey. Tampoco destaca la que luce Velázquez en Las Meninas por su tamaño. «La cruz de Calatrava que luce por partida Pedro Berberana es mucho más ostentosa», constata Portús.

   A juicio de este experto, «no es imposible» que el retoque fuera obra de su discípulo y yerno, Juan Bautista Martínez del Mazo, aunque el mismo Velázquez contó con nueve meses para pintarla antes de fallecer y tuvo oportunidad de añadir la distinción en el cuadro, que se cree que estaba por aquel entonces en el despacho del Cuarto de Verano del Alcázar (allí es citado por primera vez en 1666).

   ¿Cuál de todas las hipótesis resulta más creíble? «A gusto del consumidor», responde Javier Portús, aunque en su opinión «es muy probable que lo hiciera él mismo».

La ambición cortesana del genio

  «Da la impresión de que para Velázquez, la pertenencia a una orden tan prestigiosa (como la de Santiago) y el ascenso al vértice de la pirámide social de la España de entonces era tan importante como su arte», señalan Rainer y Rose-Marie Hagen en «Los secretos de las obras de arte» (Taschen). Su larga carrera cortesana comenzó en 1627 como ujier de cámara. En Las Meninas él mismo se representa con la indumentaria habitual entre los cortesanos de cierta categoría, con las llaves de aposentador, un cargo con destacada importancia en la Corte que solicitó en 1652, pero que implicaba una enorme cantidad de tareas humildes, como encargarse de las sábanas del rey, de los sacos de paja de los guardias, del abastecimiento de leña y carbón, de controlar al personal de limpieza o sostener la silla del rey durante los ágapes públicos, según señalan Rainer y Rose-Marie Hagen. Los trabajos aún eran más agotadores durante los desplazamientos de la corte. En julio de 1660, a su regreso de la frontera con Francia donde Felipe IV prometió a su hija María Teresa de Austria con Luis XIV, Velázquez escribió: «He regresado a Madrid agotado por el viaje de noche y el trabajo de día». Falleció un mes después. En los últimos años, el artista se vio obligado a reducir su actividad pictórica por sus obligaciones palaciegas.

12 07, 2015

EL PAPA FRANCISCO NOMBRA AL NUEVO PRELADO DE LA SOBERANA ORDEN DE MALTA

Por |2020-11-13T03:42:13+01:00domingo, julio 12, 2015|

124 Malta

EL PAPA FRANCISCO NOMBRA AL NUEVO PRELADO DE LA SOBERANA ORDEN DE MALTA

Mons.-Jean-Laffitte

Mons.-Jean-Laffitte

Roma, 04/07/2015

   El Papa Francisco ha nombrado a monseñor Jean Laffitte nuevo prelado de la Soberana Orden de Malta.

   Nacido en Francia, en Oloron-Sainte-Marie, en 1952, monseñor Laffitte se licenció en Ciencias Políticas en la Universidad de Toulouse en 1973, y después estudió filosofía y teología en la Universidad Pontificia Gregoriana de Roma, y teología moral en el Instituto Pontificio Giovanni Paolo II, también en Roma. Fue ordenado sacerdote en Autun, en Francia, en 1989.

   Obispo titular de Entrevaux, localidad de Haute Provence, fue secretario del Consejo Pontificio para la Familia a partir de 2009. Monseñor Laffitte sucede a monseñor Angelo Acerbi, nombrado prelado de la Orden de Malta en 2001 por el Papa Juan Pablo II.

   El Gran Maestre de la Soberana Orden de Malta, Frey Matthew Festing, ha querido agradecer su labor a monseñor Acerbi: “Quisiera expresar mi más profundo agradecimiento a monseñor Angelo Acerbi por su dedicación y seriedad durante estos 14 años, y por haber sido una sólida guía espiritual. Doy una calurosa bienvenida a monseñor Jean Laffitte y le deseo un buen desempeño”.

   El prelado es el superior religioso del clero de la Orden en su función sacerdotal, y vela por que la vida religiosa y sacerdotal de los capellanes y su apostolado se desarrolle conforme marca la disciplina y el espíritu de la Orden de Malta. Asiste al Gran Maestre y al Gran Comendador en la gestión de la vida y la observancia religiosa de los miembros de la Orden y en todo lo relativo al carácter espiritual de las obras de la Orden. Es nombrado por el Sumo Pontífice, que lo selecciona de entre tres candidatos propuestos por el Gran Maestre, previa deliberación y votación del Consejo Soberano. El prelado ayuda también al Cardenal Patrono en el desempeño de su oficio en la Orden.

 

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