Plaza Mayor n° 6, Soria, España

Archivos mensuales: diciembre 2014

30 12, 2014

D. José María de Montells y Galán, premiado por su trayectoria por la Federación Española de Heráldica, Genealogía y Ciencias Históricas

Por |2020-11-13T03:43:38+01:00martes, diciembre 30, 2014|

   Es un honor, poder publicar desde el Blog de la Casa Troncal de los Doce Linajes de Soria, artículos que van a ser publicados el próximo mes de Enero en la Revista «ATAVIS» del Gran Priorato de España de la Orden Militar y Hospitalaria de San Lázaro de Jerusalén.

   En el caso de la presente entrada, hacernos eco del premio recibido por  el Excmo. Sr. D. José María de Montells y Galan, Juez de Armas de la precitada Orden y Vizconde de Portadei; quién ha sido galardonado con el premio 2013 concedido por la Federación Española de Genealogía, Heráldica y Ciencias Históricas a toda una vida consagrada al estudio de tales disciplinas.

   Desde la Casa Troncal de los Doce Linajes, felicitamos al Excmo. Sr. D. José María de Montells y Galán; a quién debemos su colaboración en muchos de los artículos publicados en este blog.

Página 7, Revista Atavis

Página 7, Revista Atavis

28 12, 2014

¿Por qué el año acaba el 31 de diciembre?

Por |2020-11-13T03:43:39+01:00domingo, diciembre 28, 2014|

Fuente: REVISTA RESISTENCIA NUMANTINA  30 de diciembre de 2013

Los celtíberos que adelantaron el Año Nuevo

   En apenas un par de días será 1 de enero y con él llegará el Año Nuevo y todos damos por obvio que el año acaba el 31 de diciembre. El calendario empieza el 1 de enero y termina el último día de diciembre. Pero, ¿podía tener otro ciclo? ¿Podía empezar, un suponer, el 1 de junio y acabar el 31 de mayo? Podría…

   Pero, ¿por qué celebramos el Año Nuevo precisamente ese día? El 1 de enero no tiene ningún significado astronómico especial. Cuando llegue, el solsticio de invierno habrá pasado hará ya una decena de días, y aún quedarán tres más para que la Tierra llegue al perihelio (el punto de su órbita más cercano al Sol).

   La razón de que no sea así, de que la Nochevieja sea la del 31 de diciembre, tiene un origen bélico, más de dos milenios atrás. Y los protagonistas fueron unos pueblos celtíberos rebeldes del siglo II a.C de la llamada Hispania, Segeda, antecedente de lo que hoy es la pequeña localidad zaragozana de Mara; y Numancia, lo que hoy es Garray en la provincia de Soria.

Calendario Romano

Calendario Romano

    El calendario romano era un lío tremendo, o al menos lo era antes de que Julio César se encargase de arreglarlo. Originalmente tuvo 10 meses, y un número cambiante de días se añadían al final de modo que el equinoccio de primavera cayese en el mes de marzo, a la sazón el primer mes del año. Ésta puede ser la razón de que septiembre, octubre, noviembre y diciembre hagan referencia a los números siete, ocho, nueve y diez, pese a estar actualmente de la posición novena hasta la duodécima. Se atribuye a Numa Pompillius (s. VIII-VII a.C), el mítico segundo rey de Roma, el haber introducido en el calendario los meses de enero y febrero

    Estos doce meses sumaban 355 días y, para que el calendario no se separase demasiado del año solar, de cuando en cuando se añadía un Mensis Intercalaris entre el 23 y el 24 de febrero. Aunque hay diversas opiniones respecto a si enero y febrero se pusieron originalmente al comienzo del año o al final, lo cierto es que las celebraciones tradicionales de nuevo año, el Anna Perenna, siguieron teniendo lugar el 15 de marzo.

  Pero queda otro ingrediente fundamental para entender el calendario romano. Para introducirlo, hay que recordar que en la República Romana habitualmente no se numeraban los años. Cierto es que ocasionalmente se hacía referencia a los años desde la fundación de la ciudad (sobre todo en los años finales de la República) o a la cronología de las Olimpiadas griegas, pero cuando un romano se refería a algún evento del pasado cercano lo más habitual con diferencia era mencionar a los dos cónsules elegidos aquel año, los máximos líderes político-militares de Roma. Por ejemplo, podríamos decir que Cicerón nació el a.d. III Nonas Ianuarias Q. Servilio Caepione C. Atilio Serrano coss., y cualquier romano entendería que se refiere al 3 de enero del año 106 a.C. Más aún, si un historiador menciona que cierta batalla ocurrió a comienzos del año de tal y cual cónsul, se refiere al comienzo del año consular, un año que empezaba el día en el que los cónsules comenzaban su mandato. De un modo que actualmente nos resulta muy difícil de entender, los cónsules eran el año.

   Era una tradición tan fuerte que sobreviría al Imperio, al menos hasta que el 537 d.C. Justiniano introdujo la datación por el año de reinado del emperador. Durante la República Romana hubo varias fechas en los que los cónsules y el resto de magistrados comenzaban su mandato. Desde el año 222 a.C. en adelante, esa fecha sería el mencionado 15 de marzo, los famosos Idus de Marzo de los que tanto se tuvo que cuidar Julio César siglo y medio después, y también la mencionada fecha de las tradicionales celebraciones de Anna Perenna. Desde aquel 222 a.C., la fecha de elección de los magistrados cambiaría una única vez.

caminoasegeda La historia del cambio definitivo del calendario consular comienza en Segeda, una ciudad de la tribu celtíbera de los belos, situada en el valle del Jalón, en la actual Comarca de Calatayud (provincia de Zaragoza). Estamos en el año 154 a.C., y los segedanos estaban ampliando su muralla para acomodar a su creciente población. 

   Esto iba contra los acuerdos de Sempronio Graco, un pacto entre Roma y algunas ciudades celtíberas que había mantenido la paz en la región durante más de veinte años. 

   El Senado Romano pidió que parasen las obras de ampliación de la muralla y que se pagasen los tributos que la ciudad adeudaba, algo a lo que los segedanos se negaron.

   Roma vio la oportunidad que esperaba para pacificar definitivamente la región, y sabiendo cómo se las gastaban los celtíberos decidió no dejar nada al azar. Bajo el mando del cónsul Nobilior, dos legiones completas de italianos (10.000 soldados) junto a 20.000 auxiliares (la mitad de ellos reclutados en el camino) marcharon hacia Segeda.

   El despliegue militar se hizo con rapidez, quizá para sorprender a los segedanos antes de que su muralla estuviese completa. Por primera vez en aquel año de 154 A.C., en vez de esperar al 15 de marzo para elegir a los cónsules, el Senado romano decidió hacerlo de inmediato, y que los magistrados se elegirían el 1 de enero, las Kalendas Ianuarius.

   De esa forma, la operación militar se podía desarrollar a principios de verano. Si hubieran esperado al 15 de marzo para elegir al cónsul, los preparativos habrían demorado la maquinaria bélica hasta el invierno. Y los romanos sabían bien lo cruda que es esa época del año en estas tierras peninsulares.

Ejército romano

Ejército romano

  Al llegar las tropas de Roma, Segeda estaba vacía, abandonada por sus habitantes. Nobilior se lanzó a lo que, equivocado, creía una simple persecución. Los segedanos habían sido acogidos por la ciudad celtíbera arévaca de Numancia (cerca de Garray, Soria), y las tropas conjuntas de ambas ciudades tendieron una emboscada al ejército de Nobilior, asestándole una severa derrota. De los 10.000 soldados italianos, perecieron 6.000, sin que se conozcan las bajas de las tropas auxiliares, una derrota tan grande que su aniversario, el 23 de agosto, quedaría marcado como día nefasto en el calendario romano.

   Tras sufrir una segunda derrota a las puertas de la ciudad de Numancia, esta vez pese a contar con la ayuda de los númidas y sus diez elefantes de guerra, Nobilior tuvo que retirarse a su cuartel de Renieblas (provincia de Soria), hostigado por numantinos, segedanos y el cruel invierno de la Meseta.

   Al llegar el año siguiente, el nuevo cónsul, pese a las tropas de refuerzo que traía, no pudo más que reconocer la derrota y firmar una tregua con los celtíberos. La tregua duraría unos ocho años, tras la cual Numancia lideraría la resistencia frente a Roma en lo que sería la tercera y última Guerra Celtibérica.

   Pero eso, como se suele decir, es otra historia…

Guerreros celtibéricos en una vasija encontrada en Numancia

Guerreros celtibéricos en una vasija encontrada en Numancia

   Lo cierto es que, si bien el 15 de marzo era buena fecha para elegir a los cónsules si iban a empezar en primavera una campaña en el sur de Italia, el 1 de enero era más apropiada si año sí y año también un ejército consular debía llegar a la Celtiberia en primavera. De este modo, desde aquel 154 a.C., el 1 de enero sería la fecha en la que se elegirían a los magistrados, una fecha que sobreviviría a las reformas de Julio César y continuaría hasta el final de la institución consular, después de la caída de Roma. No es difícil imaginar que si aquellos celtíberos del siglo II a.C. hubiesen sido un poco menos duros, quizás nosotros, herederos del calendario romano, no estaríamos preparándonos para celebrar el Año Nuevo el próximo 1 de enero.

27 12, 2014

Toda ayuda es poca

Por |2020-11-13T03:43:39+01:00sábado, diciembre 27, 2014|

Toda ayuda es poca

26 12, 2014

Ascenso al GENERALATO del Ilmo. Sr. Don Fernando García-Mercadal y García-Loygorri

Por |2020-11-13T03:43:39+01:00viernes, diciembre 26, 2014|

GARCIA-MERCADAL NUEVO GENERAL DEL CUERPO JURÍDICO MILITAR 

   D. Fernando García-Mercadal y García-Loygorri, académico de número y vicedirector de la Real Academia Matritense de Heráldica y Genealogía, ha sido promovido por el Consejo de Ministros, mediante Real Decreto de 12 de diciembre de 2014, al empleo de general auditor del Cuerpo Jurídico Militar y nombrado nuevo jefe de la Asesoría Jurídica del Ejército.

D. Fernando García Mercadal

D. Fernando García Mercadal

   El general García-Mercadal pertenece a una docena de sociedades científicas y ha escrito nueve monografías y más de cincuenta artículos sobre temas relacionados con la semiótica jurídica, el ceremonial del Estado, las élites sociales del Antiguo Régimen y las instituciones premiales españolas. Es vicepresidente de la Sección de Derecho Premial de la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación.

   Coincidiendo con su ascenso al generalato, ha recibido del Ministro de Justicia la Cruz Distinguida de 1ª Clase de la Orden de San Raimundo de Peñafort y ha sido elegido académico correspondiente en Zaragoza por el pleno de numerarios de la Real Academia de la Historia.

Cruz de San Raimundo de Peñafort

Cruz de San Raimundo de Peñafort

   En Diciembre de 2011, ya dábamos cuenta en este mismo blog de la concesión a D. Fernando de  la Cruz de la Orden Civil de Alfonso X el Sabio, la cual se concede por méritos contraídos en los campos de la educación, la ciencia, la cultura, la docencia y la investigación o por servicios destacados en cualquiera de esos campos en España o en el ámbito internacional.

   La trayectoria de García-Mercadal y García-Loygorri ha sido reconocida con importantes condecoraciones nacionales e internacionales entre las que destaca (además de la citada Cruz de la Orden Civil de Alfonso X el Sabio) la Encomienda de la Real Orden de Isabel la Católica y el Premio Archiduquesa Mónica de Austria 2010 (Confederation Internationale de Genealogie et d´Heraldique).

  Con la entrada de hoy, esta Casa Troncal quiere Felicitar a D. Fernando García-Mercadal y García-Loygorri, por su ascenso y tan preciadas y merecidas distinciones.

¡FELICIDADES VUECENCIA!

Escudo de Armas de D. Fernando, con la Corona de General de Brigada. Diseño del reputado heraldista y Caballero de la Casa Toncal D. Fernando Martínez Larrañaga

Escudo de Armas de D. Fernando, con la Corona de General de Brigada. Diseño del reputado heraldista y Caballero de la Casa Troncal D. Fernando Martínez Larrañaga

 

24 12, 2014

LA TREGUA DE NAVIDAD

Por |2020-11-13T03:43:39+01:00miércoles, diciembre 24, 2014|

 

   Artículo recibido desde la Secretaría del Obispado de Osma-Soria (Revista Alfa y Omega), del que es titular el Excmo. y Reverendísimo Señor Don Gerardo Melgar Viciosa,  Capellán Mayor de Honor de esta Casa Troncal.

FELIZ NOCHEBUENA!!!

La tregua de Navidad

23 12, 2014

El Águila Heráldica

Por |2020-11-13T03:43:39+01:00martes, diciembre 23, 2014|

DR. LUIS VALERO DE BERNABE Y MARTÍN DE EUGENIO, MARQUÉS DE CASA REAL

 

   Según Ferrán Mexía el Águila fue la primera insignia heráldica que hubo en el mundo pues la trajo por armas el propio Júpiter, el águila de sable en campo de oro, y de él la tomaron los emperadores romanos

[I]. 

    Los romanos tuvieron al águila en su mayor consideración, tomándola como símbolo de Júpiter, la deidad suprema del panteón romano. En las exequias de los emperadores romanos, al incinerar sus cuerpos, se acostumbraba a atar un águila en lo más alto de la hoguera en donde se consumían y reducían en cenizas, así al subir las llamas y quemar la cuerda el águila quedaba libre y emprendía el vuelo, considerando que de esta forma llevaban el alma del emperador difunto al encuentro de Júpiter.  El aguila heraldica1

   Su utilización emblemática se remonta a las águilas romanas, como símbolo de la autoridad imperial. Así cuando Carlomagno se hizo coronar Emperador en el año 800, ordenó la colocación de un águila en su palacio de Aquisgrán como símbolo del recién creado Imperio de Romano de Occidente, produciéndose con ello la cristianización de este antiguo símbolo romano. A partir de entonces el Águila se fue convirtiendo en el símbolo del poder de los emperadores y sus partidarios, alzándose en el interior de sus estados sobre los demás señores feudales, en sus pretensiones de dominio universal[II].

   En los bestiarios medievales el águila es el símbolo de la renovación del hombre por el bautismo, basándose en antiguas leyendas según las cuales cuando el águila envejece se remonta para tonificarse con el calor del sol y sosteniendo el vuelo a gran altura, busca con su agudeza visual algún manantial de cristalina agua sobre el que desciende y se baña tres veces en sus aguas para recuperar de nuevo su juventud. También se nos dice que el águila era capaz de mirar al sol de frente, así el águila llevaba a sus hijos sobre las alas extendidas a lo alto del cielo empíreo, para mostrarles la majestad del sol y rechazaba a aquellos que no podían resistir su resplandor.[III]

   En la heráldica, el águila, reina de los aires, se opondrá al león, rey de los animales terrestres[IV], antagonismo heráldico que será llevado al campo de la política; así, las ciudades alemanas e italianas gibelinas, seguidoras de la causa de la familia imperial de los Hohenstaufen, adoptarán el águila por emblema, mientras que el león será adoptado por las ciudades güelfas, seguidoras del pontificado y de los Anjou; de ahí la politización que a lo largo de toda la Edad Media se hizo en el uso de este ave como emblema de los seguidores de una y otra facción.

   El águila llegará a España con el matrimonio del rey aragonés Pedro III el Grande con Constanza de Suabia, heredera de los derechos históricos de los Hohenstaufen sobre el reino de las Dos Sicílias, y con dicho matrimonio comenzará la oposición de intereses entre España y Francia enfrentadas por la expansión en Italia. Así junto con las barras de Aragón formará el escudo del Reino de Sicilia. El aguila heraldica2
El aguila heraldica3    En la heráldica española tenemos la denominada Águila de San Juan, llamada así por qué a San Juan le pintan con un águila al lado, por ser su evangelio el que a más altas cotas de espiritualidad se remonta. Isabel la Católica, lo incorporó a sus armas personales y así se incluyó en el escudo real de los Reyes Católicos, junto con el yugo y las flechas, tomadas como acrónimos de sus nombres, y la leyenda “Tanto Monta”.

   Bernabé Moreno de Vargas, en su Discursos de la Nobleza de España, considera que el blasonarse con águilas es propio de las más ilustres familias que lo hacen en honor a su valentía en el campo de combate, pues en ella se unen presteza y ligereza[V].   El aguila heraldica4

   Una clase especial de águilas heráldicas es el águila bicípite, adoptada por primera vez en el año 1254 como armas de pretensión por Teodoro Láscaris, monarca del Imperio de Nicea, fundado años después que Constantinopla fuese ocupada por los cruzados en el año 1204 e instaurado el llamado Imperio Latino de Oriente, como símbolo de sus pretensiones sobre el Imperio Romano tanto de Oriente como de Occidente.

   Al producirse la restauración del Imperio Bizantino por la dinastía Paleóloga en el año 1261, el águila bicéfala se adoptaría oficialmente como el símbolo del nuevo imperio bizantino. Al caer éste ante los turcos en 1454 el águila de los Paleólogos sería adoptada por el zar Iván III, soberano de todas las Rusias, casado con  Sofía Paleólogo, sobrina del último emperador bizantino, como símbolo de que Rusia era la tercera Roma y como tal la heredera de las pretensiones imperiales sobre Oriente y Occidente, convirtiéndose así en el emblema imperial ruso.[VI] El aguila heraldica5

   

  En contraposición a estas aspiraciones, los emperadores germánicos adoptaron también el águila de dos cabezas, disputándoles así sus aspiraciones al dominio universal. Será tomada como emblema por los Habsburgo y traída a España por Carlos V; lo que provocó el inicial rechazo por los heraldistas españoles por considerarla una figura monstruosa, ajena por completo a nuestra heráldica, y prefiriendo blasonarla como dos águila superpuestas, una de ellas con la cabeza contornada.

El aguila heraldica6

    Otras águilas heráldicas famosas son: el Águila esorante adoptada, en el mismo día de la Declaración de Independencia de 1776, por el Congreso como emblema de los recién creados Estados Unidos de América, pero dotándola de una sola cabeza a fin de diferenciarla del Águila bicéfala del Imperio Germánico. La misma idea inspiró a los revolucionarios franceses, deseosos de abandonar los antiguos lises monárquicos, al adoptar el Águila monocéfala como símbolo de la nación francesa. Lo que sería ratificado por Napoleón al adoptar tras el Brumario el Águila como símbolo de su efímero imperio.  Hitler, como emblema del III Reich, adoptó un agresivo modelo de águila de cuyas garras pendía la esvástica del nazismo.

El aguila heraldica7

   Según Pastoureau, el águila es esencialmente una figura heráldica nobiliaria, símbolo de poder y autoridad. Si bien en las armerías occidentales su índice de frecuencia es muy inferior al del león, pues en las armerías medievales se podía encontrar un escudo con un águila por cada seis escudos con un león, mientras que en la época moderna esta proporción se ha reducido aún más a uno por cada diez, prefiriéndose claramente utilizar la merleta como ave heráldica, quedando aquella relegada a ocupar el segundo lugar tras el león.[VII] Si bien es muy frecuente en los países germánicos, en cuyo bestiario ocupa el primer lugar[VIII]. En la Heráldica española, el águila, es el tercer animal heráldico representado en el 4,8% de los 60.000 escudos gentilicios examinados, situándose tras el León y el Lobo. Variando desde el 7,3% que alcanza en la heráldica aragonesa y el 2,7% en la catalana, mientras que la castellana se encuentra en la media. 

El aguila heraldica8

   Además según un estudio realizado por Pastoureau sobre diversos armoriales europeos, la pareja León/Águila ocupa la mayor parte de los armoriales con figuras del bestiario heráldico, dándose la singularidad que las regiones ricas en Leones son muy pobres en Águilas y viceversa[1]. Este hecho heráldico nos pone de manifiesto una vez más las implicaciones existentes entre la heráldica y la historia, pues no es más que la consecuencia de la oposición existente en Europa entre los guelfos, partidarios de la potestad suprema del Pontificado tanto en asuntos espirituales como temporales y cuyo emblema característico era el León, y gibelinos, partidarios que la potestad suprema en los temas de gobierno incumbía al Emperador  y cuyo emblema era el Águila imperial. En nuestra investigación hemos querido comprobar si este hecho se da también en España o no se da, teniendo en cuenta que en la Edad Media nuestro país fue un territorio exento del Imperio y que llegó a constituir su propio Imperio, primero radicado en el reino de León y después en el de Castilla.

   Axioma que no se cumple en España, en donde el León y el Águila no aparecen enfrentados sino más bien complementarios, pues normalmente la relación León/Águila en lugar de ser contrapuesta es muy similar en casi todas las regiones españolas, mientras que el lobo si actúa como contrapuesto al binomio León/Águila pues las heráldicas en las que predomina el Lobo como primer animal heráldico (Vascongadas y Navarra) son pobres en Leones y Águilas, por lo en vez de una pareja animales León/Águila que son los reyes de la heráldica europea, como nos dice Pastoureau, en España debemos hablar de un trío: León/Lobo/Águila, en el que el Lobo se opone al binomio León/Águila.

El aguila heraldica9

El aguila heraldica10    En heráldica el águila, como reina de los aires, ocupa la posición destacada que tiene el león entre los animales terrestres, dibujándose “in maesta”, alzada y de frente, con la cabeza mirando a la diestra, las alas extendidas y levantadas, la cola esparcida, y las patas abiertas mostrando todas sus uñas, como su posición natural. Solo excepcionalmente podrá dibujarse en otras posiciones, mientras que las demás aves tendrán que dibujarse en posturas menos heroicas.

   En los escudos blasonados con águilas en España, ocho de cada diez traen un águila en posición alzada y normalmente un solo ejemplar de águila, siendo además por regla general la única figura heráldica del escudo, ocupando todo su campo sin tener que compartirlo con otras,  y en los casos en que ha de combinarse con otras figuras el águila por su importancia es casi siempre la figura principal del mismo. Ocasionalmente pueden aparecer cinco a más ejemplares de águila repetidos, todas ellas del mismo tamaño y éste bastante reducido a fin de guardar las proporciones del escudo, denominándose entonces aguiluchos, los cuales suelen tener el pico y las garras pintados de diferente esmalte que el cuerpo. En cuanto a los esmaltes generalmente es el sable el color natural de las águilas, siendo muy inusual encontrar águilas de otros esmaltes. Otras veces el águila va cargada en su pecho de un escudete con diversos motivos heráldicos.

   Una de cada diez águilas está coronada, mientras que otras veces aparece un águila con dos cabezas, una mirando a la diestra y otra a la siniestra, con sus respectivos cuellos unidos a la altura de los hombros, lo que se denomina bicéfala. Si bien son muy raras en la heráldica española, tanto que durante los tiempos medievales varios reyes de armas hispanos se negaron a aceptar la monstruosidad que suponía un águila con dos cabezas, prefiriendo la ficción de suponer que en realidad se trataba de dos águilas superpuestas, una con la cabeza adiestrada y la otra con la cabeza siniestrada, lo que explicaba que se viera un solo cuerpo con dos cabezas mirando en direcciones opuestas. Así apenas el 1% de los escudos trae un águila de sable con dos cabezas. En ocasiones aparecen águilas que vuelan acosando  a alguna presa a la que con sus garras o pico tratan de herir, o bien aprisiona con sus garras alguna presa, lo que en heráldica se dirá que está “empietada de..”, normalmente de un conejo, ave o pez. Mientras que otras veces el águila lleva en el pico algún animal u objeto, lo que se dirá  “cebada de..”. En raras ocasiones aparecen dos águilas afrontadas que están picoteando algún objeto. A veces hallamos águilas alzadas que tienen la cabeza contornada o vuelta a su siniestra. Otras veces el águila aparece privada de su cabeza, lo que se dice decapitada. También hallamos águilas heridas o con el cuerpo atravesado por flechas. Otras  solo aparece dibujada la cabeza y parte superior de las alas lo que se dice águila naciente.

El aguila heraldica11     El águila puede presentar otras posiciones menos usuales, según acaece en algunos escudos que hemos encontrado, como volando, cuando se dibuja de perfil y con las alas extendidas dirigiéndose hacia la parte superior del flanco diestro del escudo, y se dice despeñada, cuando su vuelo se dirige hacia lo bajo del escudo. Se llama águila azorada, si está mirando hacia arriba y con las alas entreabiertas en acción de iniciar el vuelo; Pasmada, cuando está posada en tierra y tiene las alas cerradas y pegadas al cuerpo; Perchada, se llama así cuando aparece posada sobre la rama de un árbol u objeto similar con las alas  dobladas.

 Llamándose monstruosa, cuando su cuerpo está compuesto de partes del cuerpo de otro animal. Se llama aguileta si es de pequeño tamaño, va sobra bordura u ocupa una posición secundaria en el escudo con respecto a las otras figuras del mismo. Se dice aguilón al águila que carece de garras y de pico. Si bien se parecen a las merletas, no debemos confundirlos con ellas, pues se dibujan con las alas extendidas, siempre de pie y puestas una sobre la otra, mientras que las merletas deben dibujarse con las alas cerradas y una al lado de la otra[IX].

    Si bien normalmente el águila se dibuja entera y con todos sus atributos (85%), en ocasiones se recurre a dibujar solo la parte más significativa de ésta, como la Cabeza (2%), pudiendo ser cortada, cuando su cuello termina en una línea recta, o arrancada, cuando lo hace en forma de línea irregular. En ambos casos las cabezas se dibujan siempre adiestradas de perfil y a veces dentro de una bordura. Otras veces se representan solo sus Alas (11,5%), bien una o varias alas, en claro simbolismo de la libertad, dadas sus ansias de volar y  surcar los cielos. El aguila heraldica12

 

   En heráldica francesa se las denomina Vol d’aigle[X], mientras que en la heráldica española se llaman vuelos, omitiéndose el decir «de águila», si bien generalmente son de esta majestuosa ave. Su posición suele ser extendida, cuando muestran las dos alas abiertas, una hacia la derecha y la otra hacia la izquierda, con sus extremidades alzadas hacia lo alto del escudo y su parte inferior unidas entre sí formando una sola figura. Si están colocados de frente se dirá que está abierto y si aparecen de perfil si dirá que el vuelo está cerrado. Si solo aparece un ala se dirá medio vuelo y si se dibuja solo una pluma de ave se dice vuelo figurado. Los vuelos se dibujan bien con alas hacia arriba, lo que se dice vuelos elevados, o bien con las alas hacia abajo o vuelos abatidos.[XI] El vuelo puede aparecer bien como única figura heráldica (60%) o bien acompañados de otras, como cruces, estrellas, leones y árboles. Al blasonarlos habrá que decir su posición, número y esmalte.  El vuelo es muy frecuente en la heráldica germana, en recuerdo de la costumbre seguida por sus caballeros de llevar sobre su celada dos alas de águila para impetrar así la ayuda de los cielos, mientras que en España lo son mucho menos.

 

[1]     PASTOREAU,Michel  de: Figures de L’héraldique, Paris, Gallimard, 1996, p.102

[I][I]MEXÍA, Ferrán: Nobiliario Vero, Sevilla, 1492, facsímil Instituto Bibliográfico Hispánico, Ministerio de Educación y Ciencia, Colección Primeras Ediciones, Madrid, 1974: Lib. III, Cap XXV

[II]BOUREAU, Alain: L’Aigle: Chronique Politíque d’un Emblème, París, Editions du Cerf, 1985, p. 85

[III]BEIGBEDER, Olivier: El Léxico de los Símbolos,  Madrid, Encuentro, 1979, p. 33

[IV] VULSON DE LA COLOMBIERE, Marc: La Science Héroique , Paris 1644,  Gallica, p.319

[V]MORENO DE VARGAS, Bernabé: Discursos de la Nobleza de España, Mérida 1620. Reedición facsímil de Editorial Lez Nova, Vallasdolid 1997, Discurso XVII, párrafo 11.

[VI]CAMPAILLA, Roberto: L’origine dell’aquila Bicipite Bizantina e Sil Uso Nell’ Araldica, Revista Nobilta, 3  (1994), Bologna (Italia), pp. 283-288.

[VII]PASTOUREAU, Michel : Traité d’héraldique, París, Picard Editeur, 1993, pp. 148-150

[VIII]GALL, Franz : Österreichische Wappenkunde, Wien, Böhlau Verlag, 1996, p. 30

[IX]EYSENBACH, Gerard: Histoire du Blason et Science des Armoires, Tours (France), 1848. Reedicción de Pardés Editeurs, Puisseaux (France), 2003, p. 303

[X]D’ESCHAVANNES, Jouffray : L’Art du Blason, 1880; ed. facs., Puissiaux (France), Pardés, 1994, p. 128

[XI]ALDAZÁVAL Y MURGUÍA, Pedro José: Compendio Heráldico, Valencia, 1775, París-Valencia, Valencia, p. 101.

Artículo remitido por el Excmo. Sr. Dr. D. Luís Valero de Bernabé y Martín de Eugenio. Marqués de Casa Real.

22 12, 2014

Dr. D. Alfonso de Ceballos-Escalera y Gila, Conservador de tradiciones

Por |2020-11-13T03:43:39+01:00lunes, diciembre 22, 2014|

ARTÍCULO PUBLICADO EN «EL MUNDO»

Dr. Ceballos2 20 de diciembre de 2014

Dr. D. Alfonso de Ceballos-Escalera y Gila

HISTÓRICO GUARDIÁN DE LOS SÍMBOLOS  Y  DE  LAS  TRADICIONES

El Cronista de Armas de Castilla y León es, desde hace casi un cuarto de siglo, el consejero de la comunidad en materia de Historia, emblemas y símbolos.

   En mayo de 1991, con Jesús Posada como presidente, la Junta creó la figura del Cronista de Armas de Castilla y León. Este cargo, nombrado por Decreto, igual que el de presidente, y equiparado institucionalmente al rango de director general, lo ostenta desde entonces Alfonso de Ceballos-Escalera y Gila, vizconde de Ayala y marqués de La Floresta. Entre sus labores, se encuentran las de ejercer de consejero cualificado en materia de Historia, emblemas, símbolos, ceremonial y protocolo y poner a disposición de los ciudadanos un registro público de escudos de armas y un servicio de certificación oficial de documentos familiares.

   Según el Decreto 105/1991, de 9 de mayo, el Cronista de Armas de Castilla y León debe informar de cuantas cuestiones de su especialidad le sometan la Junta, las diputaciones provinciales y los ayuntamientos, pero también ostenta las facultades y competencias tradicionales de los antiguos Cronistas, Reyes de Armas y Heraldos de Castilla y León, contenidas en el Real Decreto de 29 de julio de 1915, y el Decreto de 13 de abril de 1951. Es decir, que es de su competencia todo lo relativo a los emblemas y símbolos públicos institucionales -municipales-, pero también tiene la facultad de certificar y registrar armerías a ciudadanos.

   Es decir, quien se define como un ”atento observador de la condición humana” es, pues, un fedatario de la Historia, una herramienta para la conservación de las costumbres y un auxilio de las instituciones y particulares. Los emblemas heráldicos, principalmente de los ayuntamientos, y el registro de los que solicitan los ciudadanos a título individual constituyen sus dos principales áreas de trabajo en lo que afecta a esta faceta profesional de este noble nacido en Madrid, considerado un erudito en ésta y otras materias. “No es más que un estudioso de la Historia de Castilla y León y un consejero o consultor de la Junta, dedicado a conservar amigablemente algunas de nuestras más añejas tradiciones, y a difundirlas por la región, por España y por el mundo”, resume sobre el título que sustenta su misión.

Dr. D. Alfonso de Ceballos-Escalera y Gila, vizconde de Ayala y marqués de La Floresta

Dr. D. Alfonso de Ceballos-Escalera y Gila, vizconde de Ayala y marqués de La Floresta

  Desde que accedió al cargo ha redactado y emitido casi 1.200 informes y dictámenes sobre la adopción o modificación de escudos y banderas institucionales, con una media anual de medio centenar, y ha tramitado cerca de 600 expedientes de armerías de ciudadanos particulares.

 Documentos, sellos, placas, condecoraciones, uniformes, fachadas… los símbolos sobre los que se pronuncia el Cronista de Armas de Castilla y León están presentes en el día a día de las instituciones. Son el reflejo y resultado de una labor que Alfonso de Ceballos-Escalera asumió cuando era ya titulado superior y oficial de la Armada y contaba con un sólido conocimiento de los estudios heráldicos -era el director de la Real Academia Matritense de Heráldica y Genealogía-. 

   

   “Después sí que he procurado completar esa formación académica, por ejemplo alcanzando tres doctorados en tres universidades públicas distintas”, comenta.

    El cargo de Cronista de Armas, dependiente de la Consejería de la Presidencia, a través de la Dirección de Ordenación del Territorio y Administración Local, es honorífico y no tiene una remuneración directa. Los servicios que presta son gratuitos para la Junta, diputaciones y ayuntamientos y los particulares abonan los gastos de las certificaciones que solicitan. La compensación, asegura, “es de índole moral: la del reconocimiento público y privado de los méritos y servicios al bien común. Este reconocimiento se manifiesta de muchas maneras y en muchas ocasiones; baste decir que la principal de ellas ha sido el mantenimiento en el cargo durante ya casi un cuarto de siglo”, asegura.

 Dentro y fuera de la Comunidad

   Las competencias territoriales de la figura del Cronista de Armas se limitan al territorio de la Comunidad autónoma, pero las personales, considerando la expresa remisión de competencias a los reales decretos de 1915 y 1951, no tienen esa restricción. En lo que atañe a la heráldica pública, cita entre sus dictámenes los referidos a las propias armerías de la Junta (en 1992, 1993 y 2001) y entidades como la Diputación de Salamanca (1996), además de numerosos informes sobre la destrucción de piedras heráldicas o los traslados ilegales de las mismas -casos sobre los que también emite informe-.

   En lo que se refiere a la heráldica privada, subraya que en su condición de Cronista de Armas de Castilla y León, prestó servicios al rey Juan Carlos como su ””heraldo privado””, preparando, por ejemplo, por encargo de la Casa del Rey, sendas certificaciones de armas para algunos nuevos titulados (Sabino Fernández Campo, Conde de Latores; el almirante Poole, jefe del Cuarto Militar; el académico Conde de los Alixares; el músico maestro Rodrigo, Marqués de los Jardines de Aranjuez), o para algunas personalidades internacionales, incluso dos jefes de Estado (el Príncipe Gran Maestre de la Orden de Malta en 2008 y el presidente de Ucrania en 2011). Todas ellas tienen la particularidad de haber sido firmadas ””manu regia””, es decir, por el propio monarca, resalta Alfonso de Ceballos-Escalera. En este mismo campo de los escudos de armas de ciudadanos particulares, también considera reseñables los intentos -aunque pocos- de engañarle mediante genealogías, historias familiares o titulaciones inciertas e incluso falsificadas; casos que en alguna ocasión tuvo que denunciar ante los tribunales.

   El trabajo que desarrolla el Cronista de Armas de Castilla y León ha dado a la Junta y la Comunidad autónoma cierta visibilidad internacional, ya que al elevado número de aficionados a la heráldica, se suma la gran cantidad de descendientes de emigrantes españoles que se interesan por mantener sus vínculos familiares con la Península, lo que hace que dicha labor sea muy conocida en distintos países. Las propias embajadas y consulados españoles remiten directamente a esas personas hacia el Cronista de Armas de Castilla y León, que mantiene al respecto una correspondencia “muy crecida y constante”.

   Vocación de estudio

   El Cronista de Armas de Castilla y León afirma que lo más gratificante de su tarea es la posibilidad de prestar un servicio público, “y de prestarlo sin condicionante alguno. Es, obviamente, una doble vocación: la del servicio público -he sido oficial de la Armada-, y la del estudio de nuestra Historia -he sido profesor universitario-“. La vocación de aprender, relata, le llegó desde niño. “Pertenezco a una familia segoviana muy dedicada al ámbito cultural, mi tío abuelo el gran Marqués de Lozoya llegó a presidir el Instituto de España y la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, a más de ser numerario de la Real Academia de la Historia y yo me crié en el Museo Arqueológico Nacional, donde trabajaba como facultativa mi tía Isabel de Ceballos-Escalera, que más tarde dirigió el Museo Nacional de Artes Decorativas”. Otro tío suyo, Luis Felipe de Peñalosa, vizconde de Altamira de Vivero, ejercía de director del Museo Provincial y director de la Real Academia de Historia y Arte de San Quirce. Su ámbito familiar era, así, muy proclive a la vocación de historiador. “El resto ha sido una mera cuestión de constancia en el estudio y en el trabajo de historiar. Horas, días, meses y años, muchos años”, resume.

   Anecdotario

   En sus ya más de dos décadas el el cargo ha tenido ocasión de vivir anécdotas o situaciones peculiares; algunas de las cuales accede a compartir. Unas divertidas, otras pintorescas, recuerda el caso de un ayuntamiento que pretendía quitar la cruz que remata la corona real española, que es un símbolo de Estado, y el de un consistorio leonés que le indicó que “las tres sardinillas de su escudo se creía estaban puestas en memoria de ser lugar de paso de pescados hacia la corte”, ¡Cuando se estaban refiriendo a las tres flores de lis del escudo de España, nada menos!, apunta. En alguna ocasión también le han solicitado que informe acerca del himno que planteaba adoptar un municipio, para lo que tuvo que solicitar la ayuda de algún amigo músico y, tras comprobar que las propuestas “no sonaban mal”, emitió informe favorable a su aprobación oficial.

   Exitosa invención heráldica

   Aunque la situación periférica respecto de la Europa central hizo que los usos heráldicos llegasen en época algo tardía a los antiguos reinos de Castilla y León, éstos ocupan una posición reconocida en la historia de estos emblemas, recalca el Cronista, no solamente por la enorme difusión que en ellos alcanzaron sino, sobre todo, “porque aquí nació una invención heráldica que hizo fortuna en toda Europa: el cuartelado heráldico perfecto, introducido por el rey Fernando III el Santo hacia 1230 para dar cabida en sus armerías regias a sus territorios de León y Castilla”. Así, el cuartelado de Castilla y León fue el símbolo de la Corona y del Reino, “de cuyo gran prestigio da somera idea el hecho de que, cuando siglos después estas armerías se combinaron sucesivamente con las de Aragón, con las de Austria y Borgoña más tarde, permanecieron siempre ocupando el lugar preeminente en el Escudo Real, como aún lo ocupan en nuestros días”.

   La composición en cuartelado, incide, fue una novedad heráldica muy notable, “pues marca de modo perfecto la fusión en términos de igualdad de ambos reinos, por un exacto equilibrio de superficies”. Esta exitosa invención castellano-leonesa para combinar dos armerías distintas se difundió rápidamente por todo el orbe occidental, concluye, donde tuvo una aceptación prodigiosa, alcanzando incluso hasta los países eslavos y nórdicos.

 

Escudo de Alfonso de Ceballos-Escalera y Gila

Escudo de Alfonso de Ceballos-Escalera y Gila

   D. Alfonso de Ceballos-Escalera y Gila (Madrid, 4 de marzo de 1957) es un noble, marino, abogado e historiador español, cronista de armas de Castilla y León y oficial de la Armada Española. Ostenta los títulos nobiliarios españoles de III marqués de la Floresta y VIII vizconde de Ayala.

   Aficionado a los estudios de Historia Institucional y de Heráldica, es cronista de armas de Castilla y León, presidente de la Federación Española de Genealogía, Heráldica y Ciencias Históricas, antiguo profesor de la Universidad de Valladolid, correspon­diente de las Reales Academias de la Historia y de Jurispru­dencia y Le­gislación, y de las de Zaragoza, Toledo, Mallorca, Cantabria, Burgos y Ávila, numerario y rector de la Academia Melitense, presidente de la Académie Belgo-Espagnole d’Histoire y director de la revista historiográfica Cuadernos de Ayala.

    Es autor de 40 libros y de 344 monografías y artículos, todos ellos publicados, atinentes a temas de Relaciones Internacionales, Geopolítica, Historia y Derecho.

   Es caballero de la Real y Distinguida Orden de Carlos III, y está en posesión de la encomienda de la Orden de Isabel la Católica, la encomienda de número de la Orden del Mérito Civil, y las cruces de las Órdenes del Mérito Militar, Mérito Naval (dos) y Mérito Policial. Es caballero de la Legión de Honor (Francia) y del Mérito de la República (Italia), gran oficial de la Orden Nacional del Quetzal (Guatemala), comendador de la Orden Militar de Santiago de la Espada (Portugal) y de la Orden de la Estrella de Italia, gran cruz de la Orden del Mérito Melitense con espadas (Malta), entre otras.

22 12, 2014

CAMPAÑA LAZARISTA DE NAVIDAD

Por |2020-11-13T03:43:39+01:00lunes, diciembre 22, 2014|

NUEVA CAMPAÑA LAZARISTA DE NAVIDAD 2014 

“TODA AYUDA ES POCA”

Lázaro1

“y la luz brilla en las tinieblas,

y las tinieblas no la vencieron”.

Jn 1,5

   Un año más la Orden Militar y Hospitalaria de San Lázaro de Jerusalén, Belén y Nazaret retoma su Campaña de Recogida de comida no perecedera y útiles de aseo e higiene para comedores sociales y centros de acogida destinados a niños y ancianos.

   La Orden responde así a la situación de Emergencia Social que viven tantas personas no tan lejos de nosotros, encarnando en estas fechas señaladas para todos los bautizados el Carisma que desde su fundación allá en Tierra Santa ha sido vehículo de su hacer durante tantos siglos de manera ininterrumpida: el servicio hospitalario al prójimo en el nombre de Dios.

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Donativos en Madrid

 Cancillería del Gran Priorato de España de la Orden Militar y Hospitalaria de San Lázaro de Jerusalén.

Calle Claudio Coello 112, bajo izquierda. 28006 Madrid.
Horario Recogida: 9:30-13:30/15:00-19:00

Lázaro2

Y también

 “a nuestros amigos que no viven en Madrid, no olvidéis que podéis realizar vuestro donativo a través de la cuenta de la Fundación de la Orden. La cuenta es ES23 0049 5115 3622 16117566. Vamos a destinar cada euro que recaudemos en adquirir todo lo que nos piden los centros”.

https://www.facebook.com/todayudaespoca/timeline

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   Alimentos no perecederos, juguetes, útiles de aseo, material escolar, geriatría, ayuda a la escolarización, apoyo a la maternidad, discapacidad, exclusión social… tantos frentes de batalla donde batirse que TODA AYUDA ES POCA y necesaria.

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Tú ayuda 

 

Atavis et Armis

21 12, 2014

Trabajos Heráldicos 2

Por |2020-11-13T03:43:40+01:00domingo, diciembre 21, 2014|

Obras del reputado heraldista D. Fernando Martínez Larrañaga Sánchez-Campins y Bilbao.

Conde de Ágila y Barón de Olavarri. Heraldo Mayor de la Casa Troncal de los Doce Linajes de Soria.

http://heraldistas.com/

Armas de los Reyes Católicos

Armas de los Reyes Católicos

Armas de Isabel La Católica

Armas de Isabel La Católica

Armas de Fernando el Católico

Armas de Fernando el Católico

Armas de Doña Juana I y Felipe el Hermoso

Armas de Doña Juana I y Felipe el Hermoso

Armas de Carlos V

Armas de Carlos V

Armas que usaron los Reyes de la Casa de Austria desde Felipe II a Carlos II

Armas que usaron los Reyes de la Casa de Austria desde Felipe II a Carlos II

Armas que usaron los Reyes de la Casa de Borbón Carlos III Carlos IV Fernando VII e Isabel II

Armas que usaron los Reyes de la Casa de Borbón Carlos III Carlos IV Fernando VII e Isabel II

rmas que usaron los Reyes de la Casa de Borbón Felipe V Fernando VI y Luis I

rmas que usaron los Reyes de la Casa de Borbón Felipe V Fernando VI y Luis I

Armas que usaron los Reyes Alfonso XII y Alfonso XIII al igual que D. Juan de Borbón Conde de Barcelona

Armas que usaron los Reyes Alfonso XII y Alfonso XIII al igual que D. Juan de Borbón Conde de Barcelona

Armas que usan los Reyes D. Juan Carlos I y Felipe VI

Armas que usan los Reyes D. Juan Carlos I y Felipe VI

 

19 12, 2014

El Solar de Tejada y los hidalgos de Santa Coloma en La Rioja

Por |2020-11-13T03:43:40+01:00viernes, diciembre 19, 2014|

Autor: Sr. D. Guillermo Corral López

Escudo de la Casa Solar de Tejada

Escudo de la Casa Solar de Tejada

   Hablar de los ásperos montes del Camero Viejo y sus pueblos es hablar de siglos de historia, de trashumancia, de tradiciones; pero sobre todo es hablar del Linaje de Tejada, de sus viejos privilegios, de nobleza solariega y de un sistema medieval de propiedad comunal de la tierra que se mantiene hasta hoy. Allí se localiza el Antiguo e Ilustre Solar de Tejada, cuna de hidalgos ganaderos asentados en sus seculares libros becerro, descendientes del legendario caballero Sancho Fernández de Tejada, aquel que combatió y venció a los agarenos en la no menos legendaria batalla de Clavijo. Generación tras generación estos hidalgos de sangre han sido recibidos como diviseros en el noble solar de sus pasados de forma ininterrumpida, tomando posesión de su casa de Tejada y de los privilegios que les fueron confirmados por el rey Enrique IV en 1460, los Reyes Católicos en 1491 y el emperador Carlos V en 1527, documentos que descansan hoy en su viejo archivo solariego.

Mapa de situación de la villa de Santa Coloma

Mapa de situación de la villa de Santa Coloma

   Debido al carácter ganadero y trashumante de sus gentes, diviseros y descendientes del Solar de Tejada son encontrados desde época temprana fuera de la zona originaria de los Cameros. Es el caso de la pequeña localidad riojana de Santa Coloma, aledaña al Camero Nuevo y situada muy cerca de la ciudad de Nájera. Gracias a los padrones de distinción de estados conservados en el actual archivo municipal de Santa Coloma y que empiezan en el año 1532, podemos identificar fácilmente a numerosos de estos nobles diviseros al estar empadronados como “hijodalgo de la casa solar de Tejada” o bien como “hijodalgo notorio de posesión y casa solar”.

   Acostada en las laderas del valle del río Yalde, esta localidad estuvo vinculada desde tiempos inmemoriales a la jurisdicción de la cercana Nájera, de la cual dista poco más de 10 kilómetros. En el año 1657 Santa Coloma se emancipa y deja de depender de dicha ciudad, comprando así su propia jurisdicción y pasando a ser villa de realengo, cambio que permitió a sus vecinos el poder nombrar alcalde y regidor.

Detalle del padrón de 1561

Detalle del padrón de 1561

Detalle del padrón de 1568

Detalle del padrón de 1568

  Estos antiguos vecindarios de Santa Coloma se encuentran actualmente en un estado de conservación regular. Están recogidos en un libro forrado de pergamino sin foliar y del cual hay una pérdida apreciable en la parte superior derecha, motivada por humedades así como por la acción continuada de insectos y roedores durante siglos. En un primer folio encontramos un breve y simple índice que se realizó a finales del siglo XVIII donde se enumeran los diversos años que comprende el libro. El año de comienzo de los padrones, siempre según el propio índice, sería el año 1532 aunque lamentablemente las primeras hojas se han perdido casi en su totalidad y apenas quedan restos inservibles en los cordones que las unían, mudos testigos de la existencia de esa antigua documentación. El primer padrón con un estado aceptable y que resulta legible y válido para nuestro estudio está datado en 1542, aunque lamentablemente se ha perdido parte del encabezado que nos mostraría el motivo por el cuál fue creado. La misma situación se repite con más o menos suerte a lo largo de otros tantos padrones, aunque todos los conservados pueden ser fácilmente datados y catalogados. Del siglo XVI son nueve los padrones que se conservan, quince los correspondientes al siglo XVII, con la curiosa repetición del padrón del año 1687, y por último siete son los relativos al siglo XVIII, siendo el último de la serie el correspondiente al año 1790.

   La naturaleza de los treinta y un vecindarios de distinción de estados que se han conservado y que abarcan un periodo de poco más de 250 años, gira en torno a dos clases de alistamiento, ambos de índole tributaria: uno de ámbito nacional, como es el padrón de la moneda forera, y otro de base tributaria local, como es el repartimiento de la castillería, impuesto que pagaban los pecheros de Santa Coloma al monasterio de San Millán de la Cogolla.

Padrón del año 1584

Padrón del año 1584

Padrón del año 1620

Padrón del año 1620

   Empezamos a ver registrados en ellos a hidalgos de Tejada como tales años antes de que comience el primer libro becerro conservado de asientos del solar, datado en 1580. Aunque los diviseros de Tejada son clara minoría en el estado noble, es precisamente a éstos a los que mejor se puede identificar en la documentación. Gracias a la notoria hidalguía que brinda el Solar de Tejada, muchos de estos diviseros y descendientes así vienen nombrados en sus registros: “hijodalgo de Casa Solar de Tejada”. Son quizá los padrones del siglo XVI y comienzos del XVII los más ricos en detalles a la hora de particularizar la naturaleza y el origen de la hidalguía de sus miembros. Además de los hidalgos de Tejada también podemos encontrar en sus listados a hidalgos de carta ejecutoria, de sangre (algunos de ellos también asentados en Tejada), así como hidalgos de distintas casas, destacando, por la importancia de su linaje, el asiento anotado en el primer padrón arriba mencionado de 1542: “Francisco Salamanca, hijodalgo descendiente de la casa noble de Burgos”. Ese mismo año ya podemos encontrar hasta nueve hidalgos del Solar de Tejada en la relación de nobles de Santa Coloma.

   Empiezan a aparecer a mediados del XVI en esos vecindarios los primeros apellidos solariegos, los cuales se irán repitiendo a lo largo del tiempo en los distintos padrones: Marín de Palacios, García, Gómez y Andrés. Posteriormente se unirán apellidos tales como Zorraquín de Tejada, Santa María, Rojo de Mendiola, Estefanía, Torres y Martínez Cabezón, aunque éstos con una aparición irregular a lo largo de los años. En el caso de los apellidos García y Gómez radicados desde antiguo en Santa Coloma, tenemos además sendas ejecutorias de hidalguía de la Real Chancillería de Valladolid a favor de sus miembros solariegos. La primera ejecutoria a favor de un descendiente de Tejada y vecino de Santa Coloma fue confirmada a Pedro Gómez en 1529. Dicho Pedro figura como hijodalgo en el padrón de 1542. La segunda ejecutoria se expidió a favor de Miguel García en 1551, figurando como noble en los padrones de Santa Coloma de 1552 y 1560. Pedro y Diego García, hermanos de Miguel que litigó, fueron anotados como nobles años antes, también en el padrón del año 1542.

   Pero si hay una familia a destacar entre todos los nobles descendientes del Solar de Tejada por su constante y prolongada aparición desde los primeros padrones, esa es la perteneciente a la familia Herrero. A lo largo de dos siglos de registros vecinales de Santa Coloma y de forma ininterrumpida, vamos desentrañando toda una saga de diviseros que posteriormente emigrarán a Segovia y La Mancha, manteniendo aún así su vecindad y hacienda en la villa riojana. Es de destacar que en los padrones se recalque y deje constancia de su ascendencia y pertenencia al Solar de Tejada, motivo de su hidalguía. El colofón de esos alistamientos como hidalgos de Tejada en la villa de Santa Coloma llevará a sus descendientes a litigar en 1746 pleito con las villas manchegas donde se avecindaron, librándose Real Provisión en Valladolid a su favor.

Detalle del padrón de 1656

Detalle del padrón de 1656

   En base a los padrones de Santa Coloma, los asientos de los libros becerros del Solar de Tejada y el postrero pleito de hidalguía del siglo XVIII, la genealogía de esta familia solariega es la siguiente:

  1. Juan Herrero, vecino de Santa Coloma, empadronado en dicha villa como “hijodalgo de Casa Solar” en 1560. Tuvo por hijo a,
  2. Martín Herrero de Tejada, vecino de Santa Coloma y anotado como “hijodalgo de Casa Solar de Tejada” en los padrones de 1560, 61, 62, 68 y 76. Un hermano suyo, Pedro Herrero, también figura empadronado como hidalgo del Solar de Tejada en 1560, 61 y 62. Martín fue asentado como divisero de Tejada el 3 de mayo de 1580 (II-2-2vº). Tuvo por hijo a,
  3. Celedón Herrero, natural y vecino de Santa Coloma, empadronado como “hijodalgo de Casa Solar de Tejada” en los padrones de dicha villa de los años 1561, 68, 76, 84, 96, 1602 y 1612. Asentado como divisero en Tejada el 14 de noviembre de 1590 (II-2-15vº). Casó con María Fernández y tuvo entre otros a,
  4. Pedro Herrero y Fernández, natural y vecino así mismo de Santa Coloma. Figura en los padrones de 1596, 1612, 20, 28 y 29 como “hijodalgo descendiente de la Casa Solar de Tejada”. Asentado en dicho solar el 14 de noviembre de 1595 (II-2-27). Casó con Catalina García, teniendo entre otros a,
  5. Pedro Herrero y García, natural de Santa Coloma y empadronado como “hijodalgo notorio de sangre y posesión” en 1628, 29, 36, 56 y 73. Registrado como divisero del Solar de Tejada el 14 de noviembre de 1623 (II-2-51). Casó con Francisca González y fueron padres de,
  6. Francisco Herrero y González, bautizado en Santa Coloma el 10 de noviembre de 1634. Pasó a la villa de Prádena, en Segovia. Siguió manteniendo vecindad en Santa Coloma y así figura en sus padrones como hijodalgo en 1656, 73 y 80. Fue alcalde de la Santa Hermandad de hijosdalgo de dicha villa en 1679. Divisero en Tejada el 14 de noviembre de 1675 (II-4-38vº). Casó en Prádena el 1 de abril de 1652 con Ana Moreno, hija de Juan Moreno y María González. Murió en esa localidad segoviana el 28 de septiembre de 1681, testando en Prádena el 26 de diciembre de 1680. De su matrimonio con Ana Moreno procrearon entre otros a,
  7. Manuel Herrero y Moreno, bautizado en Prádena el 22 de mayo de 1672. Al igual que su padre mantuvo hacienda y vecindad en Santa Coloma, figurando en sus padrones como hijodalgo en 1687, 90, 94, 1707, 11 y 1724. Alcalde de la Santa Hermandad en 1704 y 1725 en dicha villa riojana. Divisero hijodalgo del Solar de Tejada el 14 de noviembre de 1686 (II-4-54vº). Pasó a la villa de Illescas, en Toledo, donde casó el 19 de julio de 1698 con Clara Preciado de la Vega, hija de Francisco Preciado y María García de la Vega. De su matrimonio tuvieron entre otros a,
  8. Juan Antonio Herrero de Tejada y Preciado, bautizado en Illescas el 21 de febrero de 1700, y Manuel Antonio Herrero de Tejada y Preciado, bautizado en la misma villa el 14 de mayo de 1716. Fueron asentados conjuntamente como diviseros del Solar de Tejada el 14 de noviembre de 1719 (II-5-25vº). En el padrón de Santa Coloma de 1736 figuran los dos hermanos como hidalgos. Poco después pasó Juan Antonio a Madrid donde se avecindó, mientras que Manuel Antonio lo hizo en la toledana villa de Villaluenga de la Sagra. Juntos también iniciaron pleito de hidalguía en la Real Chancillería de Valladolid el 16 de noviembre de 1746, obteniendo Real Provisión a su favor el 22 de agosto de 1747 como vimos anteriormente.
Iglesia de la Asunción de Santa Coloma

Iglesia de la Asunción de Santa Coloma

   El cambio definitivo de vecindad de ambos hermanos motivó que dejaran de aparecer ya en los padrones y repartimientos de la villa riojana, extinguiéndose así una presencia de casi dos siglos de miembros de la familia Herrero como hidalgos en Santa Coloma. No ocurrió los mismo en los libros becerro de asientos del Solar de Tejada. Ramón Herrero de Tejada, hijo de Juan Antonio y vecino de Madrid fue asentado como noble divisero el 13 de diciembre de 1745 (II-5-50), y Ramón Ignacio Herrero de Tejada y Vargas, hijo de Manuel Antonio y residente también en Madrid, lo fue el 19 de abril de 1747 (II-5-52).

   El paso del tiempo y los distintos avatares que han sufrido los olvidados archivos municipales, han respetado en este caso una valiosa información genealógica de varias familias solariegas que, generación tras generación, fueron empadronados como hidalgos en Santa Coloma quieta y pacíficamente por el hecho de descender del Solar de Tejada. Estos mismos documentos hoy conservados en el archivo municipal, así como los asientos de los libros becerro del Solar, fueron los que, cientos de años después de haber sido creados, sirvieron como prueba irrefutable de la notoria nobleza de los litigantes ante la Chancillería de Valladolid.

 

Referencias:

Archivo Municipal de Santa Coloma, Libro de padrón de habitantes de Santa Coloma 1532-1790, caja 58/5

Solar de Tejada, asientos y elecciones 1569-2008. Tomás Rubio de Tejada y Fernández

Archivo Real Chancillería de Valladolid, Sala de Hijosdalgo, leg. 1105-22.

Armas de Guillermo Corral López, Divisero de Tejada

Armas de Guillermo Corral López, Divisero de Tejada

Artículo remitido por el Sr. D. Guillermo Corral López. Noble asociado de la Real Asociación de Hidalgos de España y miembro de la Asociación Riojana de Genealogía y Heráldica.

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