DR. LUIS VALERO DE BERNABE Y MARTÍN DE EUGENIO, MARQUÉS DE CASA REAL

 

   Según Ferrán Mexía el Águila fue la primera insignia heráldica que hubo en el mundo pues la trajo por armas el propio Júpiter, el águila de sable en campo de oro, y de él la tomaron los emperadores romanos

[I]. 

    Los romanos tuvieron al águila en su mayor consideración, tomándola como símbolo de Júpiter, la deidad suprema del panteón romano. En las exequias de los emperadores romanos, al incinerar sus cuerpos, se acostumbraba a atar un águila en lo más alto de la hoguera en donde se consumían y reducían en cenizas, así al subir las llamas y quemar la cuerda el águila quedaba libre y emprendía el vuelo, considerando que de esta forma llevaban el alma del emperador difunto al encuentro de Júpiter.  El aguila heraldica1

   Su utilización emblemática se remonta a las águilas romanas, como símbolo de la autoridad imperial. Así cuando Carlomagno se hizo coronar Emperador en el año 800, ordenó la colocación de un águila en su palacio de Aquisgrán como símbolo del recién creado Imperio de Romano de Occidente, produciéndose con ello la cristianización de este antiguo símbolo romano. A partir de entonces el Águila se fue convirtiendo en el símbolo del poder de los emperadores y sus partidarios, alzándose en el interior de sus estados sobre los demás señores feudales, en sus pretensiones de dominio universal[II].

   En los bestiarios medievales el águila es el símbolo de la renovación del hombre por el bautismo, basándose en antiguas leyendas según las cuales cuando el águila envejece se remonta para tonificarse con el calor del sol y sosteniendo el vuelo a gran altura, busca con su agudeza visual algún manantial de cristalina agua sobre el que desciende y se baña tres veces en sus aguas para recuperar de nuevo su juventud. También se nos dice que el águila era capaz de mirar al sol de frente, así el águila llevaba a sus hijos sobre las alas extendidas a lo alto del cielo empíreo, para mostrarles la majestad del sol y rechazaba a aquellos que no podían resistir su resplandor.[III]

   En la heráldica, el águila, reina de los aires, se opondrá al león, rey de los animales terrestres[IV], antagonismo heráldico que será llevado al campo de la política; así, las ciudades alemanas e italianas gibelinas, seguidoras de la causa de la familia imperial de los Hohenstaufen, adoptarán el águila por emblema, mientras que el león será adoptado por las ciudades güelfas, seguidoras del pontificado y de los Anjou; de ahí la politización que a lo largo de toda la Edad Media se hizo en el uso de este ave como emblema de los seguidores de una y otra facción.

   El águila llegará a España con el matrimonio del rey aragonés Pedro III el Grande con Constanza de Suabia, heredera de los derechos históricos de los Hohenstaufen sobre el reino de las Dos Sicílias, y con dicho matrimonio comenzará la oposición de intereses entre España y Francia enfrentadas por la expansión en Italia. Así junto con las barras de Aragón formará el escudo del Reino de Sicilia. El aguila heraldica2
El aguila heraldica3    En la heráldica española tenemos la denominada Águila de San Juan, llamada así por qué a San Juan le pintan con un águila al lado, por ser su evangelio el que a más altas cotas de espiritualidad se remonta. Isabel la Católica, lo incorporó a sus armas personales y así se incluyó en el escudo real de los Reyes Católicos, junto con el yugo y las flechas, tomadas como acrónimos de sus nombres, y la leyenda “Tanto Monta”.

   Bernabé Moreno de Vargas, en su Discursos de la Nobleza de España, considera que el blasonarse con águilas es propio de las más ilustres familias que lo hacen en honor a su valentía en el campo de combate, pues en ella se unen presteza y ligereza[V].   El aguila heraldica4

   Una clase especial de águilas heráldicas es el águila bicípite, adoptada por primera vez en el año 1254 como armas de pretensión por Teodoro Láscaris, monarca del Imperio de Nicea, fundado años después que Constantinopla fuese ocupada por los cruzados en el año 1204 e instaurado el llamado Imperio Latino de Oriente, como símbolo de sus pretensiones sobre el Imperio Romano tanto de Oriente como de Occidente.

   Al producirse la restauración del Imperio Bizantino por la dinastía Paleóloga en el año 1261, el águila bicéfala se adoptaría oficialmente como el símbolo del nuevo imperio bizantino. Al caer éste ante los turcos en 1454 el águila de los Paleólogos sería adoptada por el zar Iván III, soberano de todas las Rusias, casado con  Sofía Paleólogo, sobrina del último emperador bizantino, como símbolo de que Rusia era la tercera Roma y como tal la heredera de las pretensiones imperiales sobre Oriente y Occidente, convirtiéndose así en el emblema imperial ruso.[VI] El aguila heraldica5

   

  En contraposición a estas aspiraciones, los emperadores germánicos adoptaron también el águila de dos cabezas, disputándoles así sus aspiraciones al dominio universal. Será tomada como emblema por los Habsburgo y traída a España por Carlos V; lo que provocó el inicial rechazo por los heraldistas españoles por considerarla una figura monstruosa, ajena por completo a nuestra heráldica, y prefiriendo blasonarla como dos águila superpuestas, una de ellas con la cabeza contornada.

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    Otras águilas heráldicas famosas son: el Águila esorante adoptada, en el mismo día de la Declaración de Independencia de 1776, por el Congreso como emblema de los recién creados Estados Unidos de América, pero dotándola de una sola cabeza a fin de diferenciarla del Águila bicéfala del Imperio Germánico. La misma idea inspiró a los revolucionarios franceses, deseosos de abandonar los antiguos lises monárquicos, al adoptar el Águila monocéfala como símbolo de la nación francesa. Lo que sería ratificado por Napoleón al adoptar tras el Brumario el Águila como símbolo de su efímero imperio.  Hitler, como emblema del III Reich, adoptó un agresivo modelo de águila de cuyas garras pendía la esvástica del nazismo.

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   Según Pastoureau, el águila es esencialmente una figura heráldica nobiliaria, símbolo de poder y autoridad. Si bien en las armerías occidentales su índice de frecuencia es muy inferior al del león, pues en las armerías medievales se podía encontrar un escudo con un águila por cada seis escudos con un león, mientras que en la época moderna esta proporción se ha reducido aún más a uno por cada diez, prefiriéndose claramente utilizar la merleta como ave heráldica, quedando aquella relegada a ocupar el segundo lugar tras el león.[VII] Si bien es muy frecuente en los países germánicos, en cuyo bestiario ocupa el primer lugar[VIII]. En la Heráldica española, el águila, es el tercer animal heráldico representado en el 4,8% de los 60.000 escudos gentilicios examinados, situándose tras el León y el Lobo. Variando desde el 7,3% que alcanza en la heráldica aragonesa y el 2,7% en la catalana, mientras que la castellana se encuentra en la media. 

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   Además según un estudio realizado por Pastoureau sobre diversos armoriales europeos, la pareja León/Águila ocupa la mayor parte de los armoriales con figuras del bestiario heráldico, dándose la singularidad que las regiones ricas en Leones son muy pobres en Águilas y viceversa[1]. Este hecho heráldico nos pone de manifiesto una vez más las implicaciones existentes entre la heráldica y la historia, pues no es más que la consecuencia de la oposición existente en Europa entre los guelfos, partidarios de la potestad suprema del Pontificado tanto en asuntos espirituales como temporales y cuyo emblema característico era el León, y gibelinos, partidarios que la potestad suprema en los temas de gobierno incumbía al Emperador  y cuyo emblema era el Águila imperial. En nuestra investigación hemos querido comprobar si este hecho se da también en España o no se da, teniendo en cuenta que en la Edad Media nuestro país fue un territorio exento del Imperio y que llegó a constituir su propio Imperio, primero radicado en el reino de León y después en el de Castilla.

   Axioma que no se cumple en España, en donde el León y el Águila no aparecen enfrentados sino más bien complementarios, pues normalmente la relación León/Águila en lugar de ser contrapuesta es muy similar en casi todas las regiones españolas, mientras que el lobo si actúa como contrapuesto al binomio León/Águila pues las heráldicas en las que predomina el Lobo como primer animal heráldico (Vascongadas y Navarra) son pobres en Leones y Águilas, por lo en vez de una pareja animales León/Águila que son los reyes de la heráldica europea, como nos dice Pastoureau, en España debemos hablar de un trío: León/Lobo/Águila, en el que el Lobo se opone al binomio León/Águila.

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El aguila heraldica10    En heráldica el águila, como reina de los aires, ocupa la posición destacada que tiene el león entre los animales terrestres, dibujándose “in maesta”, alzada y de frente, con la cabeza mirando a la diestra, las alas extendidas y levantadas, la cola esparcida, y las patas abiertas mostrando todas sus uñas, como su posición natural. Solo excepcionalmente podrá dibujarse en otras posiciones, mientras que las demás aves tendrán que dibujarse en posturas menos heroicas.

   En los escudos blasonados con águilas en España, ocho de cada diez traen un águila en posición alzada y normalmente un solo ejemplar de águila, siendo además por regla general la única figura heráldica del escudo, ocupando todo su campo sin tener que compartirlo con otras,  y en los casos en que ha de combinarse con otras figuras el águila por su importancia es casi siempre la figura principal del mismo. Ocasionalmente pueden aparecer cinco a más ejemplares de águila repetidos, todas ellas del mismo tamaño y éste bastante reducido a fin de guardar las proporciones del escudo, denominándose entonces aguiluchos, los cuales suelen tener el pico y las garras pintados de diferente esmalte que el cuerpo. En cuanto a los esmaltes generalmente es el sable el color natural de las águilas, siendo muy inusual encontrar águilas de otros esmaltes. Otras veces el águila va cargada en su pecho de un escudete con diversos motivos heráldicos.

   Una de cada diez águilas está coronada, mientras que otras veces aparece un águila con dos cabezas, una mirando a la diestra y otra a la siniestra, con sus respectivos cuellos unidos a la altura de los hombros, lo que se denomina bicéfala. Si bien son muy raras en la heráldica española, tanto que durante los tiempos medievales varios reyes de armas hispanos se negaron a aceptar la monstruosidad que suponía un águila con dos cabezas, prefiriendo la ficción de suponer que en realidad se trataba de dos águilas superpuestas, una con la cabeza adiestrada y la otra con la cabeza siniestrada, lo que explicaba que se viera un solo cuerpo con dos cabezas mirando en direcciones opuestas. Así apenas el 1% de los escudos trae un águila de sable con dos cabezas. En ocasiones aparecen águilas que vuelan acosando  a alguna presa a la que con sus garras o pico tratan de herir, o bien aprisiona con sus garras alguna presa, lo que en heráldica se dirá que está “empietada de..”, normalmente de un conejo, ave o pez. Mientras que otras veces el águila lleva en el pico algún animal u objeto, lo que se dirá  “cebada de..”. En raras ocasiones aparecen dos águilas afrontadas que están picoteando algún objeto. A veces hallamos águilas alzadas que tienen la cabeza contornada o vuelta a su siniestra. Otras veces el águila aparece privada de su cabeza, lo que se dice decapitada. También hallamos águilas heridas o con el cuerpo atravesado por flechas. Otras  solo aparece dibujada la cabeza y parte superior de las alas lo que se dice águila naciente.

El aguila heraldica11     El águila puede presentar otras posiciones menos usuales, según acaece en algunos escudos que hemos encontrado, como volando, cuando se dibuja de perfil y con las alas extendidas dirigiéndose hacia la parte superior del flanco diestro del escudo, y se dice despeñada, cuando su vuelo se dirige hacia lo bajo del escudo. Se llama águila azorada, si está mirando hacia arriba y con las alas entreabiertas en acción de iniciar el vuelo; Pasmada, cuando está posada en tierra y tiene las alas cerradas y pegadas al cuerpo; Perchada, se llama así cuando aparece posada sobre la rama de un árbol u objeto similar con las alas  dobladas.

 Llamándose monstruosa, cuando su cuerpo está compuesto de partes del cuerpo de otro animal. Se llama aguileta si es de pequeño tamaño, va sobra bordura u ocupa una posición secundaria en el escudo con respecto a las otras figuras del mismo. Se dice aguilón al águila que carece de garras y de pico. Si bien se parecen a las merletas, no debemos confundirlos con ellas, pues se dibujan con las alas extendidas, siempre de pie y puestas una sobre la otra, mientras que las merletas deben dibujarse con las alas cerradas y una al lado de la otra[IX].

    Si bien normalmente el águila se dibuja entera y con todos sus atributos (85%), en ocasiones se recurre a dibujar solo la parte más significativa de ésta, como la Cabeza (2%), pudiendo ser cortada, cuando su cuello termina en una línea recta, o arrancada, cuando lo hace en forma de línea irregular. En ambos casos las cabezas se dibujan siempre adiestradas de perfil y a veces dentro de una bordura. Otras veces se representan solo sus Alas (11,5%), bien una o varias alas, en claro simbolismo de la libertad, dadas sus ansias de volar y  surcar los cielos. El aguila heraldica12

 

   En heráldica francesa se las denomina Vol d’aigle[X], mientras que en la heráldica española se llaman vuelos, omitiéndose el decir «de águila», si bien generalmente son de esta majestuosa ave. Su posición suele ser extendida, cuando muestran las dos alas abiertas, una hacia la derecha y la otra hacia la izquierda, con sus extremidades alzadas hacia lo alto del escudo y su parte inferior unidas entre sí formando una sola figura. Si están colocados de frente se dirá que está abierto y si aparecen de perfil si dirá que el vuelo está cerrado. Si solo aparece un ala se dirá medio vuelo y si se dibuja solo una pluma de ave se dice vuelo figurado. Los vuelos se dibujan bien con alas hacia arriba, lo que se dice vuelos elevados, o bien con las alas hacia abajo o vuelos abatidos.[XI] El vuelo puede aparecer bien como única figura heráldica (60%) o bien acompañados de otras, como cruces, estrellas, leones y árboles. Al blasonarlos habrá que decir su posición, número y esmalte.  El vuelo es muy frecuente en la heráldica germana, en recuerdo de la costumbre seguida por sus caballeros de llevar sobre su celada dos alas de águila para impetrar así la ayuda de los cielos, mientras que en España lo son mucho menos.

 

[1]     PASTOREAU,Michel  de: Figures de L’héraldique, Paris, Gallimard, 1996, p.102

[I][I]MEXÍA, Ferrán: Nobiliario Vero, Sevilla, 1492, facsímil Instituto Bibliográfico Hispánico, Ministerio de Educación y Ciencia, Colección Primeras Ediciones, Madrid, 1974: Lib. III, Cap XXV

[II]BOUREAU, Alain: L’Aigle: Chronique Politíque d’un Emblème, París, Editions du Cerf, 1985, p. 85

[III]BEIGBEDER, Olivier: El Léxico de los Símbolos,  Madrid, Encuentro, 1979, p. 33

[IV] VULSON DE LA COLOMBIERE, Marc: La Science Héroique , Paris 1644,  Gallica, p.319

[V]MORENO DE VARGAS, Bernabé: Discursos de la Nobleza de España, Mérida 1620. Reedición facsímil de Editorial Lez Nova, Vallasdolid 1997, Discurso XVII, párrafo 11.

[VI]CAMPAILLA, Roberto: L’origine dell’aquila Bicipite Bizantina e Sil Uso Nell’ Araldica, Revista Nobilta, 3  (1994), Bologna (Italia), pp. 283-288.

[VII]PASTOUREAU, Michel : Traité d’héraldique, París, Picard Editeur, 1993, pp. 148-150

[VIII]GALL, Franz : Österreichische Wappenkunde, Wien, Böhlau Verlag, 1996, p. 30

[IX]EYSENBACH, Gerard: Histoire du Blason et Science des Armoires, Tours (France), 1848. Reedicción de Pardés Editeurs, Puisseaux (France), 2003, p. 303

[X]D’ESCHAVANNES, Jouffray : L’Art du Blason, 1880; ed. facs., Puissiaux (France), Pardés, 1994, p. 128

[XI]ALDAZÁVAL Y MURGUÍA, Pedro José: Compendio Heráldico, Valencia, 1775, París-Valencia, Valencia, p. 101.

Artículo remitido por el Excmo. Sr. Dr. D. Luís Valero de Bernabé y Martín de Eugenio. Marqués de Casa Real.