EL REAL GREMIO DE HALCONEROS RECIBE NUEVOS MIEMBROS.
Los mismos consistirán en una ceremonia donde los nuevos halconeros jurarán fidelidad a S.M el Rey , finalizando los actos con un vino español que se organizará en las mencionadas instalaciones.
Los mismos consistirán en una ceremonia donde los nuevos halconeros jurarán fidelidad a S.M el Rey , finalizando los actos con un vino español que se organizará en las mencionadas instalaciones.
RUEDA DE LOS DOCE LOS DOCE LINAJES DE SORIACON LOS BLASONES DE SUS CASAS TRONCALES.-
Los Caballeros del Estado noble o Caballeros hijosdalgo serían iguales entre sí, teniendo todos las mismas prerrogativas, de modo que en las juntas que celebraban para tratar diferentes asuntos cada uno en su Iglesia de la ciudad de Soria colocaban sus escudos de armas en forma de rueda rodeando la figura ecuestre de Alfonso VIII. Por ello los cronistas supusieron, para nosotros, tal vez equivocadamente, que los caballeros sorianos trataban de imitar a los de la Tabla Redonda y a los Doce Pares de Francia.
Se produjo una profunda diferencia con el advenimiento de la institución de los 12 linajes, en la ciudad del Duero, entre los hijosdalgo del seno de esta institución y los que no lo eran, traducida en impedimento de acceder al poder por parte de estos últimos y en el ejercicio de ciertas prerrogativas que en la práctica permanecían reservadas sólo al estamento noble de los Doce Linajes. Así, todos los oficios de regidores de Soria eran desempeñados exclusivamente por los hidalgos de esta cofradía.
Para turnarse en los cargos y distribuirlos, se había establecido un sistema de emparentamiento para lo cual mantenían una especie de REGISTRO CIVIL que fue el origen verdadero de los Doce Linajes. Estaban en ese registro los nobles desde ricohombres hasta caballeros hidalgos que formaban la sociedad sin distinción, que para mejor gobierno estaba dividida en doce secciones.
Los linajes de Soria estaban compuestos, a parte del apellido de la familia troncal, de otras familias que fueron entroncando con la familia principal, tutorizadas por el patriarca del propio linaje, es decir si éste acogía o no a los hidalgos casados con las doncellas de ese linaje.
La condición de que una persona integrara un determinado linaje con distinto apellido del que era “cabeza de linaje” era que, al igual que el fundador, fuera Caballero hijodalgo notorio. Conlleva esto que la palabra “Linaje” en esa Institución se refiere más a “familia” que a “apellido o Casa”.
Los nombres de los doce linajes son los siguientes
1) Barnuevo o Barrionuevo, 2) Calatañazor, 3) Don Vela, 4) San Llorente, 5) Santa Cruz, 6) Santisteban o San Esteban, 7) Morales somellero, 8) Morales hondoneros, 9) Chancilleres (1ª. Casa), 10) Chancilleres (2ª. Casa), 11) Salvadores (1ª. Casa), 12) Salvadores (2ª. Casa). En realidad los linajes no son doce sino nueve, ya que hay tres que están duplicados: Chancilleres, Morales, y Salvadores.
El Linaje de los Chancilleres, la cuna soriana de los Vera .-
Los Vera formaron parte de varios linajes como: Salvadores, San Llorente, Don Vela, Morales y Barnuevo o Barrionuevo; siendo que a ellos, no les competiría tanto por origen dentro de los citados cuerpos, sino que esta pertenencia debió darse más frecuentemente por casamientos posteriores entre Veras con doncellas de estos linajes. Según veremos en ninguno de ellos tuvo el predominio histórico que les cupo en el de los Chancilleres que fue el verdadero linaje troncal de los Vera, tomado según su influencia como una de las tres familias principales de ese cuerpo. Los nombres de las familias de las tres cabezas de tercio en los Chancilleres, y que perduraron hasta principios del siglo XIX, eran las siguientes: “el tercio de Alvar González de Hizana”, “el tercio de Lope Ruiz de la Quintana Redonda” y “el tercio de Juan de Vera)” que eran los parientes mayores.
Escudo de los Vera de Aragón y su relación con los de Soria.-
Lorenzo Aguirre, conspicuo Miembro Correspondiente por Soria de la Real Academia de la Historia, describe las características del Linaje de los Chancilleres y su división en tercios: y cita la conocida leyenda de la romancesca defensa de la Reina que hizo el Infante Don Ramiro –que habría sido el origen de los blasones de los Vera-, sólo que la hace antecedente de la formación del escudo de armas del linaje de los Chancilleres (sic). No pudimos acceder al estudio original de Lorenzo Aguirre, y sólo logramos ligar algunos párrafos que aparecen en la red de internet. Se deduce que en realidad se referiría a la leyenda que cita al origen del escudo de los Vera y no al de los Chancilleres no obstante que, cuando este historiador describe el linaje de los Chancilleres, incluye allí la cita de la fábula. Sea como fuere, esto nos sugiere una vinculación entre los Vera de Aragón y su escudo que se remonta al origen del linaje de los Chancilleres o al menos correría paralelo al mismo. Resulta interesante observar que dentro de este linaje se hallaban los descendientes del caballero del Temple Fortún López, a quien se lo renombra de Soria por haberla poblado.
Sabemos que en el último tercio del siglo XIV y principios del XV, los Vera como integrantes de los 12 Linajes tenían alto poder y dentro de él, consolidados como cabeza de tercio en el de los Chancilleres (tercio de Juan de Vera como apellido troncal) que, claramente, nos invita a pensar que en el origen de este Linaje debió haber personas de este apellido simultáneamente a su aparición como institución dentro de los Caballeros hijosdalgo de los Doce linajes de Soria.
COPIA DEL FOLIO 88 DE “LA NUMANTINA” DEL LIC. FRANCISCO BARNUEVO DE MOSQUERA.-
Se observa que con el nº 28 del Canto cuarto de “La Numantina” que el linaje de los Chancilleres, por renombre, dio dos Casas. Inmediatamente abajo con el Nº 29, describe el escudo de armas del linaje de los Chancilleres.
Veamos que dice sobre el escudo de los Vera de la ciudad del Duero, Miguel de Salazar –capellán y cronista del rey Enrique IV, -, usan: “en campo de plata, tres fajas de veros de sable”.
Otra descripción del escudo de los Vera de Soria es la siguiente: “De plata, tres órdenes de veros azules con águila negra en medio del escudo con estas letras: «Veritas Vincit» a lo cual “los de Soria añaden bordura de gules con las aspas (o cruces)”, mejor llamados sotueres. Aquí vemos en correspondencia con nuestra tesis, que de acuerdo a la tradición, el agregado de la bordura de gules con sotueres corresponde a los Vera de Soria, siendo que también fue usada por los de Mérida y los Vera y Aragón de Estepa.
Parientes mayores.-
“Sobre la identidad de los miembros principales, de los doce linajes, a los que Diago Hernándo llama: “parientes mayores” –con elementos de identificación: representados por casa-solar, apellido del linaje y símbolos heráldicos- de la sociedad política soriana, aparecen individuos con los apellidos mencionados –Barrionuevo, Morales, Chevaler y Vera-. Así en 1315, para la “constitución” de la hermandad –para nosotros “consolidación” de los Doce Linajes-, aparecen en Burgo como representantes de los caballeros, Rodrigo Yánez de Barrionuevo y Rodrigo Morales, y más adelante, en las cortes de Madrid de 1391, junto a Fernán Sánchez de Barrionuevo, el mayor y Juan Morales, los caballeros Fernán Álvarez de Chevaler y García Álvarez de Vera como procuradores de Soria” y en “Cortes de los Antiguos Reinos de León y de Castilla” se cita nuevamente a este último en tal suerte de empleo. Entre estos caballeros, siendo que fueron los primeros procuradores enviados por Soria a reuniones de Cortes, ya había un Vera. Sabemos que hasta 1480 las personas designadas para procuradores de Cortes eran de primera línea que tenían vínculos de servicio y oficios con la corona. Luego, a los hijos de García Álvarez de Vera, los advertimos integrando el tercio de Juan de Vera dentro del linaje de los Chancilleres en 1432.
Dice Diago Hernando que los Veras contaban a principios del siglo XV “entre las familias de máximo rango de la ciudad de Soria”, encarnados como cabeza tercio en los Chancilleres. Nos hace pensar, teniendo en cuenta que un hijo de Juan de Vera residía en localidad de Vinuesa, que el grupo de Juan de Vera eran de Vinuesa en Soria, en donde veremos más adelante aparecen individuos de esta familia descendientes de estos primeros personajes.
Vemos que los Vera, familia hegemónica por ser pariente mayor, jugaron un papel principal en la constitución del linaje y en su administración. De acuerdo a la descripción dada por Diago Hernando, el “tercio de Juan de Vera” desde 1432 estaba representado por el propio Juan de Vera -quien fue además de procurador de Cortes, regidor de Soria hasta 1458, año en que muere-: y así siguió llamándose luego de muerto Vera hasta casi mediados del siglo XIX, justo en la época en que la Casa Troncal de los Doce Linajes sufrió injustos embates para extinguirla como Institución aunque sin conseguirlo. De hecho esta ilustre Institución nunca ha desaparecido y sobre ello dice acertadamente don Francisco de las Heras y Borrero: “Pero, es preciso insistir que la corporación, como tal, nunca ha estado extinguida, pues la Casa Troncal como institución de derecho familiar sigue la misma suerte de las familias que la integran, es decir mientras existan familias que desciendan de los Doce Linajes, sigue abierta la posibilidad de reanudar sus actividades. La Casa Troncal nunca ha dejado de existir. Simplemente ha permanecido inactiva”.
También su hermano Rodrigo de Vera, Señor de Vasallos, que integraba el citado tercio, fue procurador de Cortes por Soria varias veces. Rodrigo fue hombre de gran influencia en la Corte y esto se hace bien notorio por cuanto en su persona recayó el nombramiento de primer señor de Hinojosa en Soria desde 1440 y se desempeñó como aposentador de los reyes Juan II y Enrique IV, siendo que fue primer propietario del castillo de Vera (llamado así por él) o de Hinojosa por levantarse en esta villa soriana de Castilla. Todos los autores coinciden en nombrar frecuentemente juntos a los hermanos Juan y Rodrigo de Vera integrando el Tercio de Vera dentro de los Chancilleres, así como el procurador de Cortes García Álvarez de Vera, y aquí por citar a algunos nombraremos a Miguel Martel en 1590, Francisco Mosquera de Barnuevo en 1612 y a Máximo Diago Hernando hoy, siendo que Blas de Salazar y Alonso López de Haro como cronistas de Reyes que fueron testimonian que de Rodrigo de Vera, el Aposentador del Rey Don Juan II, desciende toda la familia Vera y Aragón, entre ellos Carlos de Vera y Aragón, antepasado de los Vera americanos, Juan de Torres de Vera y Aragón, Adelantado del Río de la Plata y Francisco de Vera y Aragón del Consejo de su Majestad, embajador, etc., y todos los demás de la familia. A su vez dice Salazar, que un hijo de Rodrigo, llamado Alonso (García) de Vera, casó en Llerena con doña Leonor de Morales, vecina de Llerena, originaria de Soria “de quien esta hecha memoria, como uno de los doce linajes de ella”, con sucesión en la familia Vera y Aragón.
Rodrigo de Vera debió nacer principiando el siglo XV y formó matrimonio alrededor de 1434 con doña María de Contreras, sobrina del Arzobispo de Toledo don Juan de Contreras, ya que este prelado, por su testamento de 1434, le dejó en herencia cuatro mil florines de oro que aportó como dote. Rodrigo había tenido un hijo bastardo del mismo nombre, y también otros hijos (Walls pleitos civiles fenecidos C. 304-1 y C. 303-1: Real Chancillería de Valladolit). Por su parte Alonso García de Vera vino al mundo antes de este casamiento de Rodrigo, “el aposentador”, ya que había nacido por 1425, ignoramos si como producto de un matrimonio anterior o si fue hijo natural, siendo que Salazar y López de Haro no mencionan las condiciones de su nacimiento. Por su nacimiento, “el aposentador” pertenecía a uno de los estratos superiores del Linaje de los Chancilleres y, no obstante no ser primogénito, junto a su hermano Juan encabezó uno de los tercios de los Chancilleres. En 1447 el Rey Juan II despacha un privilegio a favor de Rodrigo por los servicios como Aposentador y en las guerras de Aragón, de Navarra, contra el Moro de Granada, en la batalla de Olmedo, en el sitio de la villa de Atienza y en reencuentro de Pampliega en que el Rey se encontraba prisionero y Rodrigo de Vera, Don Álvaro de Luna y otros, procuraron su libertad:
Juan II, en un documento del 20 de Abril de 1445, concedió a Rodrigo de Vera, su Aposentador, el privilegio de los Términos redondos de la Casa del Molino y de Valderrubia. Rodrigo de Vera murió en 1471, y había testado el 4 de noviembre de ese año.
Pues bien, la capital de esta provincia indonesia y su principal puerto es Kupang. Hasta 1850 perteneció a Portugal, pasando a manos holandesas hasta 1945, que es cuando se integra en Indonesia. Conviene saber que gracias a la colonización lusa, su población es mayoritariamente católica.
Mi señor Raja es también Luirai de Sonbai Kecil, que es tanto como decir Emperador del Pequeño Sonbai, un título que les viene a los Nisnoni de su sangre, desde los tiempos en que, aliados a la Compañía de la Indias Neerlandesas combatían a los lusos, junto con otros principados locales. Todo tiene su origen en el viejo Maromak Oan de Waiwiku-Waihale, gobernante supremo de todo Timor, que según la leyenda fue adorado por los timorenses como un semidiós. Los holandeses reconocieron a los Nisnoni, príncipes de Sonbai Kecil a partir de 1785 y el reino de Kupang fue desde 1917, una federación de estados compuesto por los príncipados de Sonbai Kecil, Amabi, Amaabi-Oifetto, Foenay, TaEbenu y Helong.
Nacido en 1936, como hijo del príncipe heredero Muda Alfonsus, cuando todavía reinaba su abuelo El Usif don Nicolaas, eran los tiempos en que a los rajas se les consideraba de origen divino y se les imploraba que bendijesen al pueblo con la abundante lluvia. El comienzo de la Segunda Guerra Mundial vino a alterar este estado de cosas y obligó el príncipe don Leopold, con 12 años de edad, a abandonar Timor y exilarse a Holanda, donde se formaría de tal forma que cuando volvió, se le consideró demasiado influido por la modernidad y por la cultura holandesa, lo que le permitió iniciar una carrera administrativa que le llevaría a dirigir la imprenta oficial del territorio. Una vida admirable de trabajo y sacrificio.
Su padre, el Raja don Alfonsus fue desposeído de su condición soberana en 1960, cuando la República de Indonesia abolió todos los reinos timorenses. Pero no fue hasta su muerte acaecida en 1992, cuando don Leopold le sucediese como Jefe de la Casa Real de Kupang, siendo oficialmente reconocido en Enero de 1993.
Fue el primer rey cristiano en acudir al Indonesian Royal Festival, tradicionalmente islámico. Fanático del tenis, es también patrono de una fundación caritativa para la educación de niños desfavorecidos, En la actualidad, desempeña el papel de Vice-Canciller del Consejo de Rajas Timorenses, habla con fluidez seis idiomas y es una autoridad en la historia y tradiciones locales. Está felizmente casado con donna Fredrika Margaretha, nacida Lino, Ratu de Kupang, con sucesión.
Por las fotos, don Leopold me malicio que es hombre de carácter, hecho a sí mismo, que sabe lo quiere para su pueblo, de porte distinguido y majestuoso, sin afectación ni altanería. Lo que se llama un padre venerable y bondadoso.
Lástima es que no discierne orden de caballería alguna. ¡Con lo que yo disfrutaría! He de escribir a mi dilecto Anthony Raman, para que convenza a Su Alteza el Raja de la conveniencia de fundar una orden de su Casa y Familia. Una orden para recordar las venturosas épocas en que los rajas llamaban a la lluvia y la lluvia obediente, como una bendición, caía sobre los verdes campos del edén timorense.
El 28 de Diciembre de 1917 se crea con el propósito de dar culto y guarda al Santo Cáliz de la Cena, fecha de sus primeras constituciones, confirmadas por el Cabildo el 15 de febrero de 1.918, por acuerdo de la mayor parte de los Caballeros que integraban en aquel entonces la nobleza titulada de Valencia.
En 1.915 el Cabildo adopta por acuerdo exponer la reliquia de forma pública y permanente a la veneración de los fieles, obrando en 1.916 las reestructuraciones necesarias para habilitar como capilla la Antigua Sala Capitular.
La Real Hermandad persigue como fines, además del mencionado, y de la protección de sus intereses corporativos, los relacionados con el mundo de la cultura y la asistencia a familias y personas desvalidas.
Al constituirse como Hermandad se coloca bajo el amparo de Don Alfonso XIII, quien, como Hermano Mayor le concedió el título de Real.
En sus inicios solo estaba integrada por títulos del Antiguo Reino de Valencia u originarios de la Corona de Aragón. Tras la reforma estatutaria del 27 de enero de 1.923 se hace extensiva a los Títulos de los otros reinos y a los Caballeros de las cuatro órdenes españolas y de Malta.
En una posterior reforma llevada a cabo el 11 de mayo de 1.948, se hace también extensiva a los integrantes de las Maestranzas de Caballería, de los Reales Cuerpos de la Nobleza de Madrid y de Cataluña, así como la del Principado de Gerona.
En unas últimas modificaciones estatutarias llevadas a cabo el 30 de mayo de 1.986, y del 11 de junio de 1.999, se permite el ingreso de todos los Títulos del Reino.
Está inscrita en el Registro de Asociaciones de la Generalidad Valenciana y desde 1.993 tiene casa en Madrid.
El 20 de febrero del 2.000 el Rey Don Juan Carlos, que había ingresado siendo Príncipe de Asturias en 1.953, ratificó el Título de Real y aceptó la dignidad de Hermano Mayor Honorario.
La Corporación tiene por patrones a Nuestra Señora de los Desamparados y a San Francisco de Borja.
No debe de confundirse con la Cofradía del Santo Cáliz de la Cena, instituida en 1.955 y que tiene su sede social en la misma Catedral de Valencia.
Su insignia consiste en un escudo en forma de rombo de oro con cuatro palos de gules. Cargado de un escusón obalado puesto en el abismo con el Santo Caliz. Todo el escudo superado de una corona real.
Nos hemos propuesto en este estudio trazar una breve síntesis del itinerario histórico-geográfico por los reinos de España del apellido Vera de Estepa desde su primera cuna aragonesa, y probar que la castellana Soria debió ser puerta obligada para su esparcimiento posterior por Extremadura y Andalucía.
Este recorrido permaneció fuertemente enmarcado por los avatares de la reconquista contra el Infiel hasta que consumada esta gesta, y coexistente con el descubrimiento de América, el espíritu de epopeya de los de este apellido, se perpetuó durante la conquista y colonización del nuevo Continente. Allí partió una de sus ramas inventando otra historia de este linaje, que bien conocida, quedó en las crónicas de indias como una de las ilustres progenies que nutrió su primitivo tronco y persistió en innumerables familias argentino-chileno-paraguayas.
De los primeros tiempos del apellido Vera, así como de algunos otros, se puede escribir más sobre su historia que de su genealogía dada la imposibilidad de establecer sus filiaciones documentadas bajomedievales desde el siglo XII hasta las postrimerías del XIV. A pesar de las carencias documentales algunos indicios indican que ciertas familias fueron muy prematuras en su organización familiar noble.
Recién durante los albores del siglo XV, la documentación que se ha conservado, comienza a revelarnos la genealogía del cuarto y último Adelantado del Río de la Plata, Lic. Juan de Torres de Vera y Aragón, del que se puede hacer el seguimiento de algunas de sus ramas hasta nuestros días.
La época en que la historia dejó testimonio del primer hombre identificado con el apellido Vera, se remonta a mediados del Siglo XII en coexistencia, precisamente, con los primeros tiempos de la aparición de los apellidos como forma de individualización de las personas y de sus familias.
De Templarios Aragoneses.
El lugar geográfico en que se originó el apellido Vera se situó en la villa de Vera de Moncayo dentro de la jurisdicción de Tarazona, en Zaragoza, Reyno de Aragón. Allí, en sus términos, a escasos mil metros, se encuentra enclavado el Real Monasterio de Santa María de Veruela, abadía cistirciense del siglo XII. Veruela estaba directamente vinculada con los Templarios y es conocido que su mismo fundador, fuera Caballero del Temple, quien fue Don Pedro de Atarés o Petrus Taresa. Así es que junto al Temple, con su gran orden protectora el Cister, surge Veruela en 1146; es decir: el Monasterio de Veruela, la villa de Vera y sus términos junto al castillo de Vera eran dominios de los Caballeros Templarios aragoneses. Justamente es la época en que vemos aparecer en esa villa y su Abadía al primer Vera, que fue Fortún Sanz de Vera, ya portando este apellido como patronímico, haciendo alusión a su solar en la villa de Vera. Este primer personaje ocupó su sede noble junto a otros caballeros principales de Aragón todos pertenecientes a la Cofradía de los Caballeros del Temple Aragonés, quienes participaron activamente en la lucha reconquistadora contra el árabe como otra Cruzada más. Entre otros, un documento custodiado en el Archivo General de la Corona de Aragón hace cita de este personaje participando en el pleito del señorío de Borja entre los Caballeros Templarios y Hospitalarios y doña Teresa de Borja, junto a don Ramón Bereguer IV, Conde de Barcelona y Príncipe de Aragón, Alamán de Luna y otros Seniors.
Luego de la figura de Fortún Sanz de Vera, los próximos de este apellido que aparecen citados en documentos, son Pedro de Vera y su hijo Fray García de Vera, caballero Templario-monje Bernardo del monasterio Cistirciense “Santa María la Real de Huerta” en Soria, cuya construcción comenzó en 1173 y donde fue enterrado, ese último, junto a su mujer en 1265. Al mismo tiempo y ocupando igual espacio generacional que García de Vera, aparecen citados en una lista de Oficiales de los Caballeros Templarios, siendo que fueron Superiores de Conventos: Pedro Martínez de Vera, en Boquiñeni, Zaragoza, entre noviembre de 1238 y junio de 1242 y acompañando a este en el listado, R. de Vera entre junio y octubre de 1245. También en Zaragoza se lee el nombre de otro templario, Martín de Vera, seguramente el mismo que fuera justicia de Calatayud: Martín de Vera Romeu (ver: Zurita). Sabemos también que en Soria en 1339, aparece un García Álvarez de Vera, caballero de los Doce Linajes de Soria, y Procurador del Cortes, como se dirá más abajo.
Y Arribaron a Soria:
El segundo solar de origen de los Vera de Aragón y su posteridad encarnada principalmente en los Vera y Aragón y en los de Mérida, yace en la provincia castellana de Soria:
Para dar fundamento a nuestra aseveración de la antigua vinculación de los Vera de Aragón con la ciudad del Duero, que es lo mismo que decir con sus Doce Linajes, creímos necesario hacer un breve recorrido adentrándonos en la historia primitiva del repoblamiento de Soria y en la casi simultánea aparición del germen de la institución de Caballeros hijosdalgo de los Doce Linajes de Soria. Soria comunicaba a Castilla con Aragón, Navarra y la zona del Levante, siendo para ello necesario atravesar el Duero. Esto resulta fundamental para entender nuestras consideraciones que vinculan a los Vera originarios de Aragón con su necesario paso por Soria hasta llegar a Extremadura y Sevilla (Estepa) enmarcados en un escenario en que la reconquista del mundo Musulmán ocupaba toda la vida de la España heroica. Alfonso I de Aragón, el Batallador en 1119 conquistó Ágreda, villa soriana frontera con Aragón y reconstruyó luego la ciudad abandonada de Soria repoblándola. El itinerario del avance fue asÍ: conquista Zaragoza en el año 1118 y seguidamente Calatayud (1120), Tarazona y Borja (1119), Soria (1119) y otros sitios donde inmediatamente se impuso al caballero Templario aragonés Fortún López de Soria, la tarea de repoblar, repartiendo sus tierras entre los barones, caballeros y mesnaderos que le sirvieron en la campaña. Con el tiempo Soria fue evolucionando hasta contar en su organización de municipios con 35 Colaciones o Parroquias. Un elemento importante que coadyuva con la historiografía de la repoblación de Soria es que la inmensa mayoría de sus primeros pobladores, y que la gobernaron a partir del siglo XII, fueron integradas por guarniciones aragonesas. Soria fue considerada hasta 1126 perteneciente a Aragón, donde muchos de sus habitantes pertenecieron a la Cofradía aragonesa de la Orden de Caballería del Temple. Esto fue así como consecuencia del testamento de Alfonso I el Batallador que legaba sus posesiones a las Órdenes Militares. Los primeros Vera vinculados con Soria:
Ya hemos citado a Pedro de Vera y a su hijo, el monje cistirciese Fray García de Vera del monasterio “Santa María la Real de Huerta” en Soria con actuación a fines del siglo XII hasta mediados del XIII. El gran cronista castellano, Pedro López de Ayala indica que los Vera de los Fayos (Aragón) tenían su casa en Soria (Castilla). Se trataba de Diego García de Vera, Gonzalo de Vera (1280) y su hijo García Matheo de Vera, Señor de Los Fayos (por 1304). Significativamente colindante con Los Fayos de Aragón se halla la villa de Ágreda de Soria, a sólo 30 kilómetros de la villa de Vera del Moncayo, que en 1338 estaba poblada por muchos aragoneses (Rubio Semper). Así mencionaremos a Martín de Vera Romeu, hermano de Pedro de Vera (estos dos junto a García Álvarez de Vera en 1338, ya nombrado por nosotros).
El Caballero D.Miguel Ángel Hermida Jiménez, miembro de esta Casa Troncal nos remite este pequeño, pero interesante, artículo al cual queremos dedicar la entrada de hoy.
Así figura en las armas de la Muy Noble, Muy Leal y Muy Antigua Ciudad de Soria.
La reconquista y repoblación de las tierras al sur del Duero supuso un importante avance de los reinos cristianos desde mediados del siglo XI hasta principios del XII. El desmoronamiento del califato de Córdoba y la formación de los reinos de Taifas propiciaron este avance que situaba las tierras cristianas en el Tajo y propició la aparición de unas organizaciones territoriales características de estas zonas.
Fue el resurgir de la ciudad como núcleo de organización social a través de los privilegios concedidos en forma de fueros que permitían asentamientos permanentes. Surgen así las comunidades de villa y tierra en el marco de la Extremadura castellana.
Limitada al norte por el Duero, por las merindades y behetrías; al sur por el reino de Toledo; al este por el reino de Aragón y al oeste por León y la Extremadura leonesa, la Extremadura castellana cuenta con ciudades o villas tales como Soria, su cabeza al norte, Segovia, Ávila, Medina del Campo, Olmedo, Peñafiel, San Esteban, Osma, Almazán, Sepúlveda, Atienza, Medinaceli y un largo etcétera de más de 80 unidades territoriales organizadas en forma de villa y aldeas, con fueros que regulaban su vida ciudadana, su economía, su estructura de poder, su justicia municipal. Es decir, ciudades y villas cuyo señor otorga o acepta la ley particular que regula esos territorios.
Soria es, en este marco, cabeza de estas tierras y así surge en el ámbito de la reconquista cristiana en tiempos de Alfonso VI.
La repoblación efectiva de Soria se va a producir en tiempos de la reina de Castilla y León, Doña Urraca, y de su esposo, el rey de Aragón Alfonso el Batallador, en los inicios del siglo XII.