Plaza Mayor n° 6, Soria, España

BLOG

LAS TRES GRACIAS; por D. José María Montells y Galán, Vizconde de Portadiei

Sin-título1

LAS TRES GRACIAS

Nunca les hice justicia a las hermanas Medina, clientas desde siempre del Hotel Royal Windsor y hora es ya de poner remedio a tamaño desaguisado. Eran tres gordas de Sevilla, que venían a Madrid por asuntos de una herencia difícil, cada cuatro o cinco meses y por pereza, se quedaban otros tantos.

Las tres gracias de Rubens

Las tres gracias de Rubens

Según les diese la gana, volvían. Y en cuanto te descuidabas, estaban otra vez aquí, con sus maletas de Loewe y un cargamento de regalos para medio hotel. Zalameras, jóvenes, glotonas y guapas, como solo las gordas lo son, el orondo Arturito se derretía con ellas.

A Juliette Binoche, otra clienta del Royal Windsor, no le hacían gracia. Medardo Fraile, el fino escritor de cuentos, una mañana que las vio en el bar desayunando unas torrijas, tan cascabeleras y satisfechas, tuvo antojo del dulce y se sacó la espina de los breakfast del reino de Escocia.

A Medardo no le gustaban nada, para desayuno, los huevos fritos de allá, con esas yemas tiesas como secos ojos, como ojos muertos de una breca triste. Las gordas, en realidad, comían poco. Adictas a las vísceras, con unos riñones o un plato de lengua se daban por satisfechas. La lengua, eso sí, debía ser como la preparaba Celeste Albaret, la cocinera de Marcel Proust, lengua de ternera con gelatina, lengua gelée, que el escritor, una vez engullida, entraba en éxtasis alimenticio y expelía los vapores naturales, en ascensor, con el regüeldo arabizado, luego de taparse muy finamente la boca, con un pañuelo de seda blanca, de bolsillo, como un dandy.

Medardo Fraile, el fino escritor de cuentos

Medardo Fraile, el fino escritor de cuentos

A estas gorditas, la lengua de ternera, las disponía para el atiborre de dulces. También el besugo. Decía Julio Camba, otro paisano mío, que el besugo es el más madrileño de todos los pescados de la mar, y no tranquiliza del todo, sino llega a la capital y lo sirven al horno. El chef del Hotel, el bueno de Arturito, lo hacía conforme a la tradición, sin añadidos, espolvoreándolo con pan rallado, ajos, perejil y unas rodajas de limón, hendidas en la jugosa carne. No sé si le ponía el imprescindible azafrán que, a tanto, no llego.

Las hermanas Medina zampaban al unísono cuando tostaba y la piel del pez se había endurecido lo bastante. Que yo recuerde, a la tortilla de patatas, le tienen manifiesta hostilidad. No así a la tortilla a lo Alfredet, una receta suya, que es la tradicional de dos huevos, poco hecha, rociada de polvo de azúcar. Y es que estas vestales no poseen mal gusto culinario, aunque lo que de verdad les priva, es el paraíso de los postres.

Ellas son muy golosas de las rosquillas, de los bizcochos borrachos de almendra, de la carne de membrillo, de la leche frita, de la tarta de manzana. Por la tarta de San Marcos, perdían toda la compostura de su casta. Arturito preparaba una compota y ya estaban las tres, como locas, dispuestas a probarla. A la tarta de Santiago de mi tierra, le añadían un chupito de Armagnac, por agregarle picardía.

No hablemos de su afición desmedida por la fruta; manzanas reineta, naranjas, fresón de Aranjuez, cerezas, kiwis, crema de limón con castañas o higos, plátanos, de todo. Helados también y soufleé flambeado. Rocío me desveló una vez, que estaba algo achispada, que la fidelidad al Armagnac, era por snobismo, que su padre, ya fallecido, les tenía asegurado que Napoleón emperador, bebía siempre un carajillo del licor, después de la fruta.

Yo les tengo simpatía y no hubiera hecho ascos a una orgía, con las tres, al mismo tiempo, sin embargo, las hermanas Medina son decentes. No hay nada que hacer. Un novio que tuvo Rocío, fue despedido con cajas destempladas, porque quería indagarle los bajos e insistía mucho. A Macarena, le regalé, por ablandar sus remilgos, unas trufas. Estuvo a punto de caer, pero se contuvo a tiempo. Carmela era más circunspecta, estrecha si se quiere, que no vi en ella y yo para eso soy un hacha, ánimo de encamar con semental alguno. El chef Arturito, sin mis obscenos propósitos, tenía muchos detalles con las joviales fondonas.

Macarena, por agradecer sus atenciones, le decía melosa: Arturo, eres muy tierno. A Arturito se le desvelaba lo colorado de su tez y hacía como que necesitaba aparato, para la tapia de su oído izquierdo. Cuando aquel orondo cocinero palmase, le lloraron con pena. Siguen viniendo, pero ya no es lo mismo. A mí me escriben en papel perfumado. Una esencia distinta en cada papel. Si huele a Eau de Rochas, es de Rocío. Happy le gusta a Carmela. Macarena es más de Chanel.

Son cartas inocentes, como de niñas de tercero de bachillerato que describen su vida en Sevilla. Nada importante, aunque me ha preocupado un poco la última de Macarena. Dice con letra menuda y redonda que se ha puesto a régimen y que ha adelgazado nueve kilos de un tirón y que sigue comiendo a poquitos. Me estremezco. Macarena, delgada, no será lo mismo. Parecerá una sílfide y habrá perdido embrujo. Le ocurrirá lo que le pasó a doña Ginebra de Camelot. Ginebra era una moza colorada y alegre, entradita en carnes, de muy galana estatura y pie pequeño, que rebosaba salud. Así enamoró a Arturo de Conrubia y casó con él.

Por la mañana, a muy temprana hora, el rey le regalaba flores silvestres de la selva de Benoic y ella acicalaba la rubia melena con dos o tres, las más frescas y hermosas. En ésas estaban, cuando se cruzase con don Lanzarote del Lago. Fueron los ojos del caballero, los que perdieron a Ginebra. Conocer al guaperas y comer sopas de puerros, por adelgazar, fue todo uno. Nada le dijeron del puerro como afrodisíaco. La señora reina estilizó, pero quedó ojerosa. Hasta que no pecó con el del Lago, no tuvo sosiego alguno. Perdió la compostura y la virtud.

He de contestar la carta de Macarena. No vaya a ser que coma solo puerros y baje la guardia, que la decencia en la mujer es muy de agradecer en estos tiempos.

Y un servidor, anticuado en lo suyo, mantiene todavía la esperanza de gozar, el primero, la plenitud de todos sus encantos.

Por |2020-11-13T03:39:19+01:00lunes, julio 11, 2016|

El palacio condal de Cocentaina y Roger de Lauria, Almirante de Aragón; por D. José M. Huidobro

Artículo de fecha 28-04-2016 de D. José Manuel Huidobro 

Caballero de la Orden de Caballería del Santo Sepulcro de Jerusalén, Miembro de la Real Asociación de Hidalgos de España. Máster en Derecho Nobiliario, Heráldica y Genealogía (UNED). Autor de 55 libros y más de 700 artículos.

 El palacio condal de Cocentaina y Roger de Lauria, Almirante de Aragón

Roger de Lauria fue almirante de la flota de la Corona de Aragón y de Sicilia, la cual dirigió brillantemente durante todo el reinado de Pedro III el Grande de Aragón. Se le concedió el condado de Cocentaina (Alicante) como recompensa por su trayectoria militar al servicio de la Corona de Aragón.

 El palacio Condal de Cocentaina (municipio de Alicante), se halla construido sobre un antiguo edificio musulmán del siglo XII, y es su monumento más importante. El primer edificio gótico fue construido en la segunda mitad del siglo XIII por el almirante almogávare Roger de Lauria, primer señor feudal (en 1272 se le concedió la villa de Cocentaina, y sus alquerías, además de otras posesiones en la región (Alcoy, Alcudia, Muro, etc.), como recompensa por su dilatada trayectoria militar a su servicio), con el título de barón de la Villa de Cocentaina otorgado el 11 de septiembre de 1291, localidad en la que construyó un alcázar y fijaría su residencia, en lo que es hoy el Palacio Condal, lugar desde el que ejerció sus responsabilidades territoriales, como el gran almogávar que fue de la Frontera Sur de la Corona de Aragón.

Palacio-Fortaleza de los Condes de Cocentaina

Palacio-Fortaleza de los Condes de Cocentaina

Roger de Lauria (Llúria) era italiano de origen (nacido en torno a 1250 en Scalea-Calabria, o en Lauria-Basilicata según otras fuentes), hijo de Ricardo de Lauria y de Isabella de Amico, y aragonés y valenciano de adopción, muriendo en la Ciudad de Valencia en enero de 1305, después de haber sobrevivido a una brutal razzia granadina que arrasó sus posesiones en Cocentaina pocos meses antes, en 1304, y de aquí viene el actual mote de “Socarrats” que se aplica a sus habitantes. Roger fue almirante de la flota de la Corona de Aragón y de Sicilia, durante todo el reinado de Pedro III el Grande de Aragón El señorío fue pasando con el tiempo por las manos de las casas de Lauria, Jérica y de la real de Aragón.

Estatua de Roger de Lauria (Barcelona)

Estatua de Roger de Lauria (Barcelona)

Las hazañas del famoso marino en el mar Mediterráneo fueron notables. Interpelado por el Conde de Foix, emisario del Rey de Francia, el cronista Bernat Desclot pone en boca Roger de Lauria (1285):

     «Señor, no sólo no pienso que galera u otro bajel intente navegar por el mar sin salvoconducto del rey de Aragón, ni tampoco galera o leño, sino que no creo que pez alguno intente alzarse sobre el mar si no lleva un escudo con la enseña del rey de Aragón en la cola para mostrar el salvoconducto del rey aragonés.»

 Beatriz de Jérica, casada con Antonio de Aragón, vendió la baronía en 1372 a Juan de Aragón, conde de Ampurias, y éste la vendió en 1378 al rey Pedro IV de Aragón, por un precio de 16.000 florines, que se la regaló a su esposa Sibilia A la muerte de Pedro IV en 1387, Sibilia trató de huir a Castilla por su enemistad con su hijastro , el ya rey Juan I, quien le confiscó todos sus bienes dándoles a su esposa Violante, ultima señora de la baronía de Cocentaina en el s.XIV.

El 28 de agosto de 1445, Alfonso V de Aragón, el Magnánimo, vendió la villa y Baronía por 80.000 florines a Ximén (Jiménez) Pérez de Corella, según consta en un privilegio diligenciado por el secretario Arnaldo Fenolleda, y el 1 septiembre de 1448 le concede el título de Conde de Cocentaina. La familia Corella, de origen navarro, que entró al servicio del rey Jaime I para la conquista de Valencia, reformó y amplió el Alcázar-Palacio hasta darle la forma actual. En 1653 murió la última señora Antonia Ruiz de Corella titular del condado de Cocentaina, el cual pasó en 1648 a su hijo el conde de Benavides, que lo retuvieron hasta el año 1805. El título recayó posteriormente en la Casa de Medinaceli (linaje Fernández de Córdoba (Priego)

[Suárez de Figueroa]).

 Ximén Pérez de Corella empezó como Copero del Rey Alfonso, pero pronto pasó a servirle militarmente en sus expediciones a las islas de Córcega y Cerdeña, y en la conquista de Nápoles, que por sus servicios le nombró Gobernador General de Valencia en 1429, Virrey vitalicio de la Ciudad y Reino de Valencia en 1430. En 1432 fue Capitán de la Armada expedicionaria a África. Fue embajador en Roma ante los Papas Eugenio IV y Nicolás V.

 Según los documentos arquitectónicos y los escritos, la primera construcción del alcázar podría situarse cronológicamente entre finales del siglo XIII y principios del XIV. Con la llegada de la familia Corella, condes de Cocentaina, a la antigua construcción medieval se añadieran elementos arquitectónicos propios de estilos más tardíos, principalmente del renacimiento y del barroco durante los siglos XVI y XVII. Actualmente es un edificio de planta cuadrada con tres torres que destacan al norte, sudeste y nordeste, en tanto que la situada al noroeste, reformada, queda entre los muros de un convento, el de Clarisas, fundado en el siglo XVII, y en el que se encuentra la antigua capilla del palacio, estancia decorada por los Corella como lo recuerdan sus armas, situadas en las tres claves de la bóveda de crucería que dividida en tres tramos la cubre.

 El escudo de la familia Corella se encuentra en la Sala Dorada de este palacio, situada en la torre del homenaje, con un techo ricamente ornamentado, y también en la iglesia del Convento de los Franciscanos, donde, hace siglos, los Corella se desplazaban para asistir a misa. Los espacios centrales están pintados con símbolos heráldicos de los Corella y los nueve reyes de Navarra, de los que se creían emparentados los primeros condes.

Cúpula de la sala Dorada del palacio condal

Cúpula de la sala Dorada del palacio condal

4

Desde el año 1.442, cuando Ximén toma Nápoles para el rey de Aragón Alfonso V, éste le concede el uso de sus propias armas reales, es decir, las de Aragón y las Dos Sicilias: dos o cuatro barras por la corona de Aragón y cuatro barras y las dos águilas de la Casa de Suabia por las Sicilias. Además, por ser el conquistador de Nápoles también pudo incorporar a sus armas la heráldica napolitana: sembrado de lises de la Casa de Anjou, y la cruz de Tierra Santa, del pretendido reino de Jerusalén. A todos esos elementos hay que unirles las armas propias de Ximén: barras como las de Aragón y una campana y el mote Sdevenido.

 Publicado en el blog «Hidalgos en la Historia» cuyo blogmaster es D. J. Manuel Huidobro

 http://hidalgosenlahistoria.blogspot.com.es/

Por |2020-11-13T03:39:19+01:00lunes, julio 11, 2016|

Armorial de la Orden de San Lázaro

1

Armorial de la Orden de San Lázaro

La Orden de San Lázaro publicará un libro Armorial con las armas y un pequeño historial nobiliario de los Caballeros y Damas del Gran Priorato de España.

2

Es una obra única de gran importancia desde el punto de vista histórico para la Orden.

Además de aparecer en el libro de la Orden y con la ventaja añadida que cada Caballero dispondrá de su propio apartado individual y personalizado, recibirá una carpeta con su escudo, diseño ecuestre y con el certificado del registro en el Archivo de la Orden, firmado por nuestro Juez de Armas, don José María de Montells y Galán y diseñado por don Fernando Martínez Larrañaga.

La Cancillería del Gran Priorato de España insta a todos los Caballeros y Damas a participar en dicho proyecto y contribuir con sus armas y la relación de datos personales, para hacer de esta magna obra el referente obligado de la heráldica de nuestro país. Ningún buen lazarista debería quedar fuera de este precioso proyecto.

Todos los Caballeros y Damas de la Orden de San Lázaro en el Gran Priorato de España que deseen participar en este proyecto, pueden ponerse en contacto con la Cancillería: cancilleria@gpesanlazaro.com

34567

 

 

Por |2020-11-13T03:39:20+01:00sábado, julio 9, 2016|

MIRADAS. Historias de la Guardia Civil en Burgos

Artículo de fecha 05-07-2016 de D. José Manuel Huidobro 

Caballero de la Orden de Caballería del Santo Sepulcro de Jerusalén, Miembro de la Real Asociación de Hidalgos de España. Máster en Derecho Nobiliario, Heráldica y Genealogía (UNED). Autor de 55 libros y más de 700 artículos.

MIRADAS. Historias de la Guardia Civil en Burgos

  «Miradas» es el relato desde las fuentes documentales, el recuerdo de sus familiares, amigos y conocidos, de las vivencias de todos aquellos guardias civiles que en algún momento o desde su nacimiento tuvieron relación con Burgos y su provincia, siendo protagonistas de nuestra historia próxima pasada.

   «Miradas» se adentra, a través del relato de las vivencias de sus protagonistas, en los sucesos de los que fueron protagonistas o meros espectadores de primera fila. Un recorrido de la mano de la fotografía de los lugares o momentos que vivieron.

Miradas_GC Burgos 2016

   Hace ya cuatro años un grupo de personas iniciaron la aventura de contar como había sido la historia de la Guardia Civil en la provincia de Burgos. En su proyecto nunca se imaginaron lo fructífero que el trabajo de un pequeño grupo de colaboradores podría ser. Carlos Sainz Varona, poseedor de la más importante colección de fotografía histórica privada de la provincia y autor de varias publicaciones. Eduardo Rojo Diez, periodista y escritor, presidente de la Asociación de Estudios Onienses. Josu Aramberri, profesor de la Universidad del País Vasco, autor de publicaciones sobre Arija, la fotografía y entusiasta de su tierra. Juan José Martín García, doctor en historia, director de la biblioteca pública de Pradoluengo, autor de varias publicaciones sobre la comarca del Tirón. Enrique López Modrón, suboficial del Ejército de Tierra del Cuerpo de Intendencia, especialista en falerística y militaría, colaborador en publicaciones técnicas, exposiciones y museos militares. Máximo López Vilaboa, licenciado en derecho, investigador de la historia de Aranda de Duero, diputado en la X legislatura, colaborador de Diario de Burgos. Miguel Ángel Moreno Gallo, profesor de Comunicación Audiovisual de la Universidad de Burgos, Jefe del Gabinete de Prensa de la Subdelegación del Gobierno, autor de libros, sobre Arqueología, construcciones megalíticas, ferrocarril, fotografía y un larguísimo etcétera. Y por último Carlos Alfonso Chamorro Rodríguez, suboficial de la Guardia Civil Especialista y experto universitario en historia militar y comunicación pública y defensa, socio de número de la Asociación Española de Historia Militar.

GC en Burgos

Juntos iniciaron la inmensa labor de poner en valor la historia de “La Guardia Civil de Burgos a través de la fotografía histórica”, (publicado en 2013) desde que en 1845 los primeros guardias civiles llegados a Burgos iniciaran su trabajo por la seguridad, el orden y la ley, desde su aposentamiento en la casa de los Benameji (Hospital de la Concepción). Un recorrido por la segunda mitad del siglo XIX y los primeros 39 años del siglo XX, marcando el final del estudio la terminación de la Guerra Civil española.

GC al servicio de Burgos

Un nuevo proyecto “Guardias Civiles al servicio de Burgos” (publicado en 2014) de los mismos autores, nos adentró en el conocimiento de la vida en las casas-cuartel de la provincia de Burgos, de cuales fueron y quienes vivían en ellas, así como el día a día, de la vida en las familias del Cuerpo. A este proyecto se unió Miguel Salom Clotet, teniente coronel jefe de la Comandancia de Burgos.

Miradas_GC Burgos 2016

  Afrontan con este tercer título “Miradas. Historias de la Guardia Civil de Burgos” (ve la luz en 2016) una ilusionante descripción de personas concretas, sus hechos, aventuras, trayectoria, aciertos y errores, premios y sanciones, victorias y derrotas. Son las vidas de los que a lo largo de los 172 años de existencia, han sido merecedores como publicaba el periódico “La Razón” el 7 de mayo de 2015 “La Guardia Civil, la Policía y las Fuerzas Armadas son, por ese orden, las instituciones en las que más confían los españoles”. Basándose en el barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS).

   A este nuevo proyecto se ha unido David Huidobro Sanz, diplomado en Genealogía, Heráldica y Nobiliaria por el IEEN, pues quién mejor para contar la historia de sus antepasados, de origen hidalgo y durante tres generaciones miembros de la Benemérita, que un experto. 

Algunas de las fotografías incluidas, de la historia de la Guardia Civil y sus personajes, en Burgos, dónde este año tendrá lugar una gran celebración en el día del Pilar (12 de octubre).

Contacto: miradashistoriasgcburgos@gmail.com Guardias Civiles_BurgosGC-joven GC-página GC-gala

GC Teniente F Huidobro Gallo

GC Teniente F Huidobro Gallo

nn

Por |2020-11-13T03:39:20+01:00miércoles, julio 6, 2016|

Rodrigo de Triana, el marinero que fue el primero en divisar el Nuevo Mundo; por D. José M. Huidobro

Artículo de fecha 04-05-2016 de D. José Manuel Huidobro 

Caballero de la Orden de Caballería del Santo Sepulcro de Jerusalén, Miembro de la Real Asociación de Hidalgos de España. Máster en Derecho Nobiliario, Heráldica y Genealogía (UNED). Autor de 55 libros y más de 700 artículos.

 Rodrigo de Triana, el marinero que fue el primero en divisar el Nuevo Mundo

Fue el primer español que avistó el nuevo continente desde su puesto de vigía en la carabela La Pinta. Este hecho es narrado por el propio Cristobal Colón en el diario que, de su primer viaje, recogió Fray Bartolomé de las Casas… pero Colón le robó el protagonismo al afirmar que fue él quien avistó tierra, lo que impidió que recibiera la recompensa prometida. 

  Rodrigo de Triana, (1469 – ?), fue un marinero andaluz de finales del siglo XV, que acompañó a Cristóbal Colón en su primer viaje del descubrimiento de América. Existen dudas acerca de su lugar de nacimiento. Dependiendo de la hipótesis, también varía la creencia de su verdadero nombre. Se cree que pudo nacer en Los Molinos (Sevilla) y residiera en el barrio de Triana. También se baraja que naciera en Coria del Río o en la localidad onubense de Lepe como apuntan otras versiones. 

Escudo actual de Lepe

Escudo actual de Lepe

Corona: Corona real española de la casa de los Borbones. Tiene un doble significado: por una parte, acatamiento al Estado español, por otra, atributo de jerarquía.

Castillo: Representa la pertenencia de Lepe al señorío de Alonso Pérez de Guzmán.

Dragón: Relata un episodio fabuloso que le sucedió a Alonso Pérez de Guzmán estando en la ciudad de Fez, Marruecos, donde luchó contra éste dándole muerte.

Adelfa: Se ha mantenido en el escudo actual porque venía haciéndose desde siglos atrás.

Marinero vigía: Rodrigo Pérez de Acevedo, más conocido como Rodrigo de Triana, vecino de Lepe.

El único documento histórico del que se tiene constancia de él es el diario de a bordo de Cristóbal Colón (se encuentra en el Archivo de Indias, Sevilla). Una de las hipótesis afirma que su nombre era Juan Rodríguez Bermejo**hijo de un hidalgo morisco (expresión utilizada para referirse al musulmán convertido al cristianismo), llamado Vicente y dedicado al comercio de la alfarería, que fue quemado en la hoguera por comerciar con judíos mientras él realizaba el viaje del descubrimiento del Nuevo Mundo, y de Serení Betancour. También fue martirizado y posteriormente muerto el moro Mudarra (previamente había instruido en su lengua árabe a Rodrigo de Triana), por intimar con la familia del navegante, a pesar de que se habían convertido ya al cristianismo como mandaban las normas de la época. Otra de las hipótesis es que se llamase Rodrigo Pérez de Acevedo*.

 Fue el primer español que avistó el nuevo continente desde su puesto de vigía en la carabela La Pinta, de 60 toneladas, construida en Palos y capitaneada por Martín Alonso Pinzón. Este primer avistamiento es narrado por el propio almirante (Cristóbal Colón) en el diario que de su primer viaje recogió Fray Bartolomé de las Casas. Así, al relatar los hechos ocurridos durante la madrugada del 12 de octubre de 1492, escribió Cristóbal Colón:«… Y porque la carabela Pinta era más velera e iba delante del Almirante, halló tierra y hizo las señas que el Almirante había mandado. Esta tierra vido primero un marinero que se decía Rodrigo de Triana…«.

Corte de una carabela  de la época

Corte de una carabela de la época

Se dice que Cristóbal Colón (otras fuentes nombran a los Reyes Católicos) prometió una recompensa de algunos miles de maravedíes al primero que avistara tierra, pero Rodrigo de Triana no percibió nada, o lo percibido no se acercaba a la prometida recompensa, debido a que Colón dijo haberla visto antes. Sintiéndose burlado y engañado por Colón, y totalmente decepcionado por esto, Rodrigo se alistó en otras expediciones (a las Molucas en 1525 junto a García Jofre de Loaisa) y luego  fue al África donde finalmente murió convertido al islamismo, haciéndose pasar por hijo bastardo del moro Mudarra.

Supuesto retrato de Cristóbal Colón

Supuesto retrato de Cristóbal Colón

El primer volumen de La historia de las Indias y conquista de México (el nombre de la obra varía según la edición), publicado en 1552 y escrito por Francisco López de Gómara posee información referente al origen del marinero.

En el capítulo XVI: El descubrimiento de las Indias que hizo Cristóbal Colón, se lee:

    Prosiguió su camino, y luego vio lumbre un marinero de Lepe y un Salcedo. A otro día siguiente, que fue 11 de octubre del año de 1492, dijo Rodrigo de Triana: «Tierra, tierra», a cuya tan dulce palabra acudieron todos a ver si decía verdad; y como la vieron, comenzaron el Te Deum laudamus, hincados de rodillas y llorando de placer. Hicieron señal a los otros compañeros para que se alegrasen y diesen gracias a Dios, que les había mostrado lo que tanto deseaban. Allí viérades los extremos de regocijo que suelen hacer marineros: unos besaban las manos a Colón, otros se le ofrecían por criados, y otros le pedían mercedes. La tierra que primero vieron fue Guanahaní, una de las islas Lucayos, que caen entre la Florida y Cuba, en la cual se tomó luego tierra, y la posesión de las Indias y Nuevo-Mundo, que Colón descubría por los Reyes de Castilla.

En el capítulo X: La honra y mercedes que los Reyes Católicos hicieron a Colón por haber descubierto las Indias, se aprecia otra referencia al origen de Rodrigo de Triana:

    De donde sospecho que la reina favoreció más que no el rey el descubrimiento de las Indias; y también porque no consentía pasar a ellas sino a castellanos; y si algún aragonés allá iba, era con su licencia y expreso mandamiento. Muchos de los que habían acompañado a Colón en este descubrimiento pidieron mercedes, más los reyes no las hicieron a todos. Y así, el marinero de Lepe se pasó a Berbería, y allá renegó la fe, porque ni Colón le dio albricias ni el rey merced ninguna, por haber visto él primero que otro de la flota lumbre en las Indias.

Rutas seguidas por Colón en su primer viaje

Rutas seguidas por Colón en su primer viaje

Se barajan dos hipótesis sobre su nombre de pila:

Monumento a Rodrigo "de Triana"

Monumento a Rodrigo «de Triana»

 *Rodrigo Pérez de Acevedo

El autor Gonzalo Fernández de Oviedo, en su obra Historia general y natural de las Indias, islas y tierra-firme del mar océano, de 1535, y Francisco López de Gómara en Historia General de las Indias, de 1552, afirman que este marinero era natural de Lepe. De ahí se extrae que su apodo «de Triana» fuera debido a que se trasladara y pasara gran parte de su vida en el barrio de Triana, en Sevilla.

*Juan Rodríguez Bermejo

 

El nombre de Juan Rodríguez Bermejo se le atribuye por un testigo de una de las carabelas, llamado Fernando García Vallejos, que es interrogado por un fiscal en 1515 y que declara:


 En esto aquel jueves en la noche aclaró la Luna, y un marinero que se decía Juan Rodríguez Bermejo, vecino de Molinos, de tierra de Sevilla, como la luna aclaró, del dicho navío de Martín Alonso Pinzón vido una cabeza blanca de arena, e alzo los ojos e vido la tierra, e luego arremetió con lombarda e dio un trueno: ¡Tierra! ¡Tierra! 

Otro testigo, llamado Manuel de Valdovinos, se explica del siguiente modo en el interrogatorio con el fiscal: 
        

[…]e yendo navegando al cuarto vido la tierra un Juan Bermejo de Sevilla, e que la primera tierra fue la isla de Guanahani

 

 Publicado en el blog «Hidalgos en la Historia» cuyo blogmaster es D. J. Manuel Huidobro

 http://hidalgosenlahistoria.blogspot.com.es/

Por |2020-11-13T03:39:21+01:00miércoles, julio 6, 2016|
Ir a Arriba