Plaza Mayor n° 6, Soria, España

Archivos mensuales: febrero 2018

4 02, 2018

Ya está disponible la suscripción anual 2018 a la revista Hidalguía

Por |2020-11-13T03:35:12+01:00domingo, febrero 4, 2018|

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Don David Huidobro Sanz, nos hace llegar esta noticia que gustosamente publicamos en el Blog de la Casa Troncal de los Doce Linajes de Soria.

Ya está disponible la suscripción anual 2018 a la revista Hidalguía. Fundada en 1953, dicha publicación aborda, de manera científica, temas relacionados con la nobleza, la historia, la heráldica y la genealogía, siendo en palabras de la BNE: “la revista más importante y más extensa en este campo, de consulta inexcusable para los investigadores”

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Consta de 3 números anuales con periodicidad cuatrimestral.
A partir del número 368, primero del año 2015, la Revista HIDALGUÍA, que viene publicándose ininterrumpidamente desde 1953 en distintos formatos -trimestral en sus primeros años y luego bimensual- cambiará la periodicidad de la publicación, que pasará a cuatrimestral, publicándose tres números al año: enero-abril, mayo-agosto y septiembre-diciembre; serán menos números, pero con más contenido, igualando siempre el volumen de páginas editado en años anteriores.

4 02, 2018

MI REENCUENTRO CON EL SARGO; por D. JOSÉ MARÍA DE MONTELLS Y GALAN

Por |2020-11-13T03:35:12+01:00domingo, febrero 4, 2018|

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MI REENCUENTRO CON EL SARGO

Como uno es tripero, pese a la dieta con la que me torturan, voy a un restaurante recién inaugurado en Madrid, en compañía de mi dama doña Rosalina de mis días y de mis noches y unos amigos del alma por degustar el sargo.

Hacía tiempo que no lo comía y no recordaba el gustillo. Lo comí por vez primera en Galicia, en los lejanos veranos de mi mocedad y siempre le he sido fiel, aunque he tenido pocas oportunidades de saborearlo porque es propio de la costa e infrecuente en el interior. 

Con la alegría de recuperar a un viejo amigo pido sargo a la brasa que en este nuevo local sirven con patatas cocidas con su piel, algo así como las “arrugás” canarias, muy ricas, aún sin el mojo.

Para quien no lo sepa, el sargo es un pescado azul con librea de mayordomo, lejano pariente del besugo o la dorada, de carne blanca y delicada como la de una doncella sin desflorar que come percebes como un descosido. Un pescado que se alimenta de percebes tiene, a la fuerza, que estar delicioso.

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Lamentablemente, éste que digo no estaba muy allá. No sé por qué razón, quizá porque estuvo demasiado tiempo cocinándose. El sargo debe estar siete u ocho minutos braseándose y nada más.  Para mí que el que me trajiné estuvo mucho más y quedó algo seco e insípido. Lo sentí muchérrimo. Las verduras que le acompañaban estaban, sin embargo, buenísimas. Un consuelo. 

Para mojar el sargo, me arriesgué con un vino del Rin, un riesling, el vino que bebía el señor Emperador Carlomagno.

Y digo me arriesgué, porque lo que le va verdaderamente al sargo, es un buen albariño o todo lo más, un vino de las Rías Bajas, pero es menester añadir que este riesling que no sé si era alsaciano o alemán, escoltó muy bien al pescado.  Lo descubrí cuando viví en Bruselas y creo recordar que lo bebí a orillas del Mosela, en Tréveris, la moderna Trier, cortejando un pescadito frito del río.

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Me deslumbró, era y es un vino con una muy elevada acidez, que permite una buena conservación a través de los años tanto de los vinos dulces como de los secos. Son vinos estos riesling de cuerpo medio hasta muy glicéricos, generalmente secos y muy frescos debido a su punzante acidez y no muy alto grado alcohólico. Destacan sus aromas de cítricos, florales (violeta, pétalo de rosa), frutas de pepita (manzana verde, pera), frutas de hueso (melocotón y albaricoque), de especias y también de minerales o sea que Carlomagno no se equivocaba, cuando lo eligiera para beber con la carne.

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Me cuentan que, estando el Emperador de campaña contra los sajones, le invitaron a almorzar un ciervo recién cazado en los bosques de Eresburg y exigió comerlo con un buen vino del Rin, un riesling, desdeñando el tinto de Borgoña que le ofrecían. Después de catar el ciervo y eructar con manifiesta delectación, don Carlomagno le declaró vino nobilísimo, a la cabeza de los vinos señoriales y titulados. Yo le tengo figurado como un joven saludador y reverencioso, alegre y presto a la juerga y el alboroto.

Tal como el que me regalé para acompañar el sargo que, luego de beberlo, se nos alborozó la mirada y hubo mucha sonrisa. He de decir que el riesling no tiene, de por sí, muchos grados, pero cuando le da por subirse, se sube sin contemplaciones. Es, como se puede colegir, algo caprichoso, pero ideal para darle regocijo a un sargo tristón. 

No he dicho nada de unas anchoas de Santoña que nos dieron de entrante, realmente espléndidas, ni de las fresas que cerraron el almuerzo, también exquisitas.

Pese a la decepción del pescado, le di gracias a Dios por permitirme rememorar el sargo que sigo teniendo en mi más alta estima. Barrunto que el pescado que me engullí no tuvo culpa alguna de su sosería.

Hoy, por resarcirme, comeré pescado, a ver si hay suerte,

4 02, 2018

La Delegación de Alicante de la Hermandad Monárquica de España, invitada en el 75 aniversario de la Cofradía del Santo Sepulcro de Elda, que se celebra este fin de semana

Por |2020-11-13T03:35:12+01:00domingo, febrero 4, 2018|

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FUENTE: https://www.facebook.com/groups/318431454850680/permalink/2065893453437796/

La Delegación de Alicante de la Hermandad Monárquica de España, invitada en el 75 aniversario de la Cofradía del Santo Sepulcro de Elda, que se celebra este fin de semana.

El primer acto, tuvo  lugar ayer 3 de Febrero. A las 20h en el Teatro Castelar en el que se celebró un Concierto con la colaboración de la Agrupación Lírica del Centro Excursionista Eldense. El concierto trató de una Antología de Zarzuela, y una posterior cena de hermandad.

Hoy 4 de Febrero, a las 17h, tendrá lugar una Procesión Magna que saldrá desde la Iglesia de Santa Ana, en la cual procesionará la imagen del Cristo Yacente en su majestuosa Urna, junto a la Imagen de Nuestra Sra de la Soledad.

La presidencia de la procesión estará compuesta por los directivos de la Cofradía, el Subdelegado de Defensa en Alicante y Capitán de Navío, El Excmo. Sr. Don José Carlos Martínez Losada, Caballero Gran Cruz de esta Hermandad Monárquica, El Comandante Naval de Alicante, Ilmo Sr. D. Gustavo A. Gutiérrez de Ruvalcaba, el Presidente Provincial de Alicante de la HNME, Excmo. Sr. D. Carlos Sesma Alcón, junto a sus esposas.

Así mismo acompañará al paso una representación de los Reservistas de los Tres Ejércitos, junto a miembros de la Real Hermandad de Veteranos de las Fuerzas Armadas y de la Guardia Civil y de la Asociación de Reservistas y Veteranos de las Fuerzas Armadas Españolas.

3 02, 2018

El CNI descifra uno de los grandes misterios de la historia de España, el código del Gran Capitán; artículo ABC de D. Jesús García Calero

Por |2020-11-13T03:35:12+01:00sábado, febrero 3, 2018|

D. Alfredo López Ares, colaborador de este blog de la Casa Troncal de Los Doce Linajes de Soria, nos remite para su publicación este interesante artículo de ABC

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Fuente: http://www.abc.es/cultura/abci-descifra-grandes-misterios-historia-espana-codigo-gran-capitan-201802020247_noticia.html#ns_campaign=rrss-inducido&ns_mchannel=abc-es&ns_source=wh&ns_linkname=noticia.video&ns_fee=0

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Conozca en el vídeo por qué el Rey Católico enviaba las cartas cifradas al Gran Capitán:

Click en la imagen o en el enlace

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http://www.abc.es/historia/abci-descifra-grandes-misterios-historia-5724625894001-20180202105822_video.html

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2 02, 2018

CAPÍTULO GENERAL DE LA REAL MAESTRANZA DE CABALLERÍA DE LA HABANA, el 2 de marzo de 2018

Por |2020-11-13T03:35:14+01:00viernes, febrero 2, 2018|

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Real Maestranza de Caballería de la Habana

Fuente: https://www.facebook.com/permalink.php?story_fbid=401314220295707&id=100012513968578

CAPÍTULO GENERAL DE LA REAL MAESTRANZA DE CABALLERÍA DE LA HABANA, el 2 de marzo de 2018

Estimados amigos,

En nombre del Teniente-Hermano Mayor de ésta Real Maestranza de la Habana, Excmo. Sr. Marqués de Monasterio, os hago llegar la invitación para celebración del Capítulo General que tendrá lugar (D.m.) en la Parroquia de Santa Bárbara, a las 20:15h, el viernes día 2 de marzo de 2018, seguido de una cena de hermandad en el Club Financiero Génova de Madrid.

Con la esperanza de veros a todos el próximo día 2 de marzo, recibid un cordial saludo,

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2 02, 2018

MISA EN MEMORIA DE LOS MÁRTIRES REALES EN LOS 110 AÑOS DEL REGICIDIO EN PORTUGAL

Por |2020-11-13T03:35:15+01:00viernes, febrero 2, 2018|

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MISA EN MEMORIA DE LOS MÁRTIRES REALES EN LOS 110 AÑOS DEL REGICIDIO EN PORTUGAL

 SÃO VICENTE (Portugal) – En el día de ayer, 1 de febrero de 2018,  y como es costumbre, evocando el Regicidio de 1908, en la Iglesia de São Vicente de Fora, se celebró la Santa Misa sufragando por las almas de Su Majestad el Rey Rei Dom Dom Carlos I de Portugal  y Su Alteza Real el Príncipe Dom Luíz Filipe; con la visita al Real Panteón de la Dinastía de Braganza.

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Esta celebración tuvo un carácter si cabe más especial, por conmemorarse este año, los 110 años del Regicidio de 1 de Febrero de 1908.

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Estuvieron presentes SAR el Duque de Braganza, SAR el Infante Dom Dinis, Duque do Porto y SAR el Infante Dom Miguel de Braganza, Duque de Viseu.

Solemnizaron con su asistencia a  la celebración de la Santa Misa la Real Ordem de Nossa Senhora da Conceição de Vila Viçosa, la Orden del Santo Sepulcro y la Orden de Malta. PN y AM..

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Después de la Celebración Eucarística tuvo lugar la visitar al Panteón Real, donde Sus Altezas Reales los Señores Duques de Braganza depositaron una corona de flores junto a las tumbas reales.

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Texto en Portugués:

 MISSA EM MEMÓRIA DOS MÁRTIRES REAIS NOS 110 ANOS DO REGICÍDIO

 SÃO VICENTE – Ontem, 1 de Fevereiro, evocando o Regicídio de 1908, na Igreja de São Vicente de Fora, em Missa sufragando as almas de SM o Rei Dom Dom Carlos I e SAR o Príncipe Real Dom Luís Filipe e romagem ao Real Panteão de Dinastia de Bragança. Com a presença de SAR o Duque de Bragança, SA o Infante Dom Dinis, Duque do Porto e SAR o Infante Dom Miguel de Bragança, Duque de Viseu. Solenizaram a celebração da Santa Missa a Real Ordem de Nossa Senhora da Conceição de Vila Viçosa, a Ordem do Santo Sepulcro e a Ordem de Malta. PN e AM.

2 02, 2018

EL SÍNDROME DE DIÓGENES; por D. JOSÉ MARÍA DE MONTELLS Y GALAN

Por |2020-11-13T03:35:15+01:00viernes, febrero 2, 2018|

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EL SÍNDROME DE DIÓGENES

Alguna vez me he preguntado si mi desmedida afición por coleccionar las cosas más variopintas será síntoma del llamado síndrome de Diógenes que es enfermedad propia de los ancianos indigentes.

La verdad es que la manía me viene desde mi más tierna infancia, pues ya en aquellas calendas, reunía cromos, sellos y soldaditos de plástico, con los que montaba guerras muy cruentas, para que pudieran actuar dos ambulancias, que me habían regalado, siempre generosos, los Reyes Magos.

Me dicen que la enfermedad de Diógenes se manifiesta por el abandono de la higiene personal, el aislamiento voluntario en el hogar y la acumulación en él, de grandes cantidades de basura y desperdicios. Nada de eso me pasa a mí y ello me congratula. Jamás he coleccionado basura o desperdicios.  Lo cierto es que tengo una casa grande, antigua, en la que caben muchas cosas y que, al cabo de los años, casi sin querer te encuentras con multitud de objetos diversos que responden más a la curiosidad que al afán de acaparar piezas interesantes. Uno se da cuenta, a la vista de tanta diversidad de materiales, que ha sido más un indagador de inutilidades que un auténtico coleccionista.

Mi colección más preciada es la de prendas de cabeza militares. Tengo algunas piezas importantes, pero personalmente me quedo con un casco pickelhaube de cadete de la Escuela Militar de Colombia, otro del mismo tipo de la Escuela Militar chilena y un chacó uruguayo del Regimiento Blandengues de Artigas, los tres de muy bella factura. El casco de pico de general del ejército español, que me regaló el coronel don Joaquín Riera, a quien mucho quise, procedente de su abuelo, no es nada despreciable. Muy decorativo resulta, para mi gusto, el kepis del Regimiento Los Colorados, la Guardia Presidencial boliviana. Con un ros guatemalteco, que allí llaman kepis, aunque no lo sea, fotografié a mi nieto Guillermo y salió la mar de guapo. 

Tengo más extravagancias recolectoras; colecciono libros, sirenas, sables, máscaras africanas, pintura, imágenes religiosas, medallas de mesa, modernos recados de escribir o estilográficas, de todo. Una locura, si se piensa bien.

Una temporada, hace ya tiempo, me dio por los bastones. No logré nada del otro mundo, pero, si ahora a la provecta edad, me fallan las piernas, que no es descartable, tengo provisión de muletas.

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De mi obsesión por la pintura, he escrito mucho y no quiero repetirme. Soy un entusiasta del retrato. A mí, me han retratado mis amigos, Ángel Frontán, José María Boluda, Fernando Polo de Alfaro, Nuno de Pinto Leite, Fernando Reca y Antonio de Sousa Lara. También mi hija y Vicente Sobero. Me ocurre que me miro en las telas y me encuentro extraño. Soy yo y no soy yo.  Lo de las sirenas me viene de antiguo, las poseo en papel maché, barro cocido, porcelana e incluso bronce, aunque no es fácil conseguirlas. Ni siquiera la cerámica gallega de Sagardelos, las fabrica. Han hecho una figura alegórica de la Republica, con su gorro frigio y su bandera tricolor, que ya me dirán que pinta en la Galicia de hoy, pero de sirenas, nada. Las sirenas, ya se sabe, son esquivas. Mi hijo Jaime me regaló una de metal, muy colorida que preside mi despacho, junto a un retrato de don Carlos VII, grabado por Bonnat, que coloreó a la acuarela mi hija Berta, verdaderamente muy hermoso.

También tengo un busto del Rey carlista en bronce, con peana de mármol que me gusta mucho y una dolorosa en madera, de esas que se vestían antes. 

Mi despacho tiene las hechuras de un rastro: Hay banderas, entre ellas, un banderín bordado, de corneta, del 7º Regimiento de Caballería Lanceros de España; la bandera de percha del Décimo de Infantería; una bandera de mesa de la Orden de San Lázaro; otra, con mis armas bordadas; dos preciosas acuarelas de Bartual con uniformes españoles del siglo XVIII; un magnífico óleo, que heredé de mis padres, con una bailarina de ballet por Donnay, que recuerda vagamente a Degas. A todo esto, se unen dos cartas de su puño y letra, de Vicente Aleixandre y Camilo José Cela, felicitándome por mi primer libro de poesía. Están enmarcadas y les tengo un cariño reverencial.

Hay también gorras militares, inglesas, búlgaras, españolas, hispanoamericanas y un sombrero de Alabardero; lupas pequeñas y grandes; estilográficas, algunas de mérito; un viejo repostero; una cruz de plata copta etíope, que me regaló Alfredo Escudero; la medalla de la Vieja Guardia de mi suegro; el peto, enmarcado, de la guerrera de un soldado de caballería, del Regimiento de la Guardia del Generalísimo; otro de Infantería, una estampa de Santiago Matamoros; un San Miguel Arcángel que me hiciese de regalo, mi admirado amigo Pascual Martín Villalba con la técnica del socarrat valenciano; una sirena gorda, muy recatada, en bikini; libros de toda índole y condición, con mucha heráldica y poesía de los amigos; fotos antiguas de parientes a los que nunca conocí, fotos de familiares a lo que siempre reverencié y aún de otros, a los que nunca tuve simpatía, fotos dedicadas por príncipes lejanos; o sea, de todo y por su orden.

Del techo cuelga una araña de falso bronce dorado, del año de la polca, que no recuerdo de quien heredé. La mesa es grande, como si de un animal varado se tratase, de estilo renacentista (Remordimiento español, que dijo el sabio) en la que no puedo escribir porque los libros lo inundan todo. En una ocasión, quise colgar del techo el esqueleto de un cocodrilo, como si de botica bizantina se tratase, pero mi mujer, con buen criterio, no me dejó.

En fin, un batiburrillo, todo un cúmulo de restos de un mundo que se nos va o que quizá, ya se haya ido del todo. No me pesa y no pienso cambiarlo por algo más minimalista.

Padezco de horror vacui. Salvando las distancias, me doy un aire al Rey Luis XIV de la Francia, que visitando las Tullerías y viéndolas muy desprovistas de mobiliario, con un mucho de abandonadas, quizá ruinosas, proclamó en voz alta: ¡Vive Dios, que este palacio se asemeja a una mazmorra! 

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Pues eso. Las estancias vacías me dan alergia e incluso, creo, que se me eriza el poco pelo que me queda. Me parecen hospitales sin alma. A las clínicas les pondría trazas de palacios barrocos, camas con dosel y enfermeras con cofia. Si algo me revienta del personal sanitario de ahora, es que te tratan como si te conociesen de toda la vida y te gritan como si fueras sordo. Una decoración más tradicional, algo más imaginativa, les ayudaría a mantener las buenas formas, digo yo. Con todo esto, me doy cuenta de que no soy moderno ni actual, a pesar de que algunos me consideren un poeta vanguardista.

Pienso que la vanguardia es la tradición del mañana, pero a lo peor, soy el único que lo piensa. O a lo mejor, una casa atiborrada de recuerdos, como la mía, es síntoma de que uno ha vivido feliz y satisfecho y que la vanguardia me ha ayudado, contra todo pronóstico, a que no me diagnostiquen a estas alturas, un síndrome de Diógenes como una catedral.

Las fotos que acompañan este artículo están hechas en mi despacho y atestiguan el batiburrillo de cosas inútiles en las que se ha convertido, El niño que está junto a conmigo y mi mujer es mi nieto Gonzalo.

 

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