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1 09, 2016

Juan Prim y Prats. Un buen CATALÁN, un gran ESPAÑOL

Por |2020-11-13T03:38:57+01:00jueves, septiembre 1, 2016|

Juan Prim y Prats

Un buen CATALÁN, un gran ESPAÑOL

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Palabras de Prim en de su juramento como grande de España:

(Conde de Reus, Vizconde de Bruch y Marqués de los Castillejos, éste último con grandeza de España)

«Si el deber de un general, como el de todo militar, es el de servir siempre con lealtad y valentía a su reina y a su patria, cuando es militar, cuando este general sea Grande de España ¿Qué no deberá intentar para hacerse mas y mas digno del aprecio de su augusta reina que tanto lo ennobleció? Deberá hacer señora, lo que puesta la mano en el puño de su limpia espada, promete hacer el marqués de Castillejos, defender vuestros derechos al trono constitucional de las Españas. Contra los que osaran atacarlos, defender también vuestra persona, siempre en todas ocasiones, y cualesquiera que fuesen las vicisitudes de los tiempos, hasta derramar la última gota de mi sangre, hasta exhalar el último suspiro»

Juan Prim y Prats. Nacido en Reus el 6 de diciembre de 1814 y fallecido en Madrid, 30 de diciembre de 1870.

Ostentó los títulos nobiliarios de conde de Reus, vizconde de Bruch y marqués de los Castillejos, éste último con grandeza de España, presidió Consejo de Ministros de España y fue uno de los hombres más influyentes de la política española del siglo XIX, como militar demostró ser un hombre con un valor, un temperamento y unas dotes de mando que le hicieron ganar el respeto de sus semejantes y también atrajo la envidia en la época convulsa en la que vivió, pero fue sobretodo un gran español.

En las Guerras Carlistas se alistó como soldado raso en el Batallón Isabelino de Cataluña en 1834, allí comienza a forjarse una reputación de hombre temerario e intrépido. Siendo ya capitán en la toma de San Miguel de Serradell a causa de capturar personalmente la bandera carlista del Batallón de Cataluña le fue concedida la Cruz Laureada de San Fernando de primera clase. Por sus acciones personales de gran valor fue ascendido a comandante.

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Fue enormemente popular entre el pueblo que hablaba de sus hazañas y su tropa que le admiraba. Continuó recibiendo ascensos por sus extraordiarias acciones en combate y ganó otra Cruz de San Fernando y el grado de coronel.

No tenía una formación militar académica cuando ingresó en el ejército y todos sus ascensos fueron conseguidos en combate por su valor sin precedentes. Participó activamente en la política siendo considerado un liberal progresista. Fue diputado por la provincia de Tarragona y Espartero que ejercía de regente le nombró Subinspector de Carabineros de Andalucía, evitando la entrada de María Cristina a España para recuperar la regencia. Más tarde Espartero y Prim se enemistaron y éste último se marchó a París por un tiempo regresando al poco a España a ocupar su escaño en el Congreso de los Diputados, pero el 30 de mayo de 1843 encabezó un levantamiento en Reus contra el regente que fue secundado en Barcelona, mientras tanto los acontecimientos se precipitaron y el general Serrano desembarcó en Barcelona, el general Narváez en Valencia, uniéndose ambos en Madrid, el regente Espartero abandonó España, lo cual le valió que le otorgaran los títulos de conde de Reus y vizconde del Bruch.

En una anécdota conocida en Reus, sus conciudadanos le recriminaron la represión que les había ocasionado a lo que contestó: «Allí mismo donde le increpaban le levantarían una estatua», cosa que profetizó pues el lugar se llama Plaza Prim y tiene una estatua militar ecuestre dedicada a Juan Prim y Prats. Francisco Serrano le nombró brigadier cuando tomó la cartera del ministerio de Guerra. A la salida de Espartero de España, la «Junta Central» en Cataluña reclamó los objetivos motivo de la insurrección contra el regente.

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El general Prim fue nombrado gobernador de Barcelona para sofocar la revuelta «radical» conocida como la Jamància en agosto de 1843, asediando a la ciudad de Barcelona durante un mes hasta que se rindió, tomó en los meses siguientes las ciudades sublevadas: Gerona, Figueras y Reus, pagó un precio muy alto en sus relaciones con la Cataluña vencida del año 1843.

En otra anécdota parece ser que en Barcelona dijo: «O caja o faja» (caja para el entierro, o la faja de general) y recibió de Serrano el fajín de general. Una serie de conspiraciones y circunstancias oscuras le condenaron a ser deportado a las islas Marianas por una asociación criminal para quitar la vida a Narvaez, su madre consiguió que se le indultara y abandonó España y tras la amnistía del 1847 regresó a España para ser nombrado Capitán General de Puerto Rico, actuó si fuese un virrey, tomando medidas extraordinarias frente a las rebeliones de las islas cercanas de soberanía francesa. Al producirse el temido contagio en la isla de Puerto Rico sofocó la rebelión esclava con contundencia, por lo cual fue destituido de su cargo y requerido en España.

Regresó a la política pero no era apreciado en Barcelona, pero prometió convertirse en máximo defensor de las libertades ciudadanas; el pueblo le creyó y fue elegido, cumpliendo después la palabra dada al criticar con gran talento al gobierno, impidiendo injusticias en Cataluña. En un famoso discurso pronunció esta frase ¿Somos o no somos españoles?.

Se embarcó a la Guerra de Crimea, en 1853 desembarcó en Constantinopla, aconsejando allí con gran acierto la colocación de la artillería. El Sultán le concedió la condecoración de Medjidie y un sable de honor. En Routschouck supo del pronunciamiento liberal progresista en España. O’Donnell y Espartero habían llegado a un acuerdo para ejercer el poder, ninguno quería que Prim se presentará como candidato a las cortes, Prim fue elegido con poca intervención, donde destacaba la oratoria de Castelar. Renuncia a su acta y acepta la Capitanía General de Granada con la plaza aneja de Melilla. Prim se desplazó a la ciudad, donde venció a los kabileños que atacaban constantemente a Melilla. En 1856 ascendió a Teniente General. En la esfervecencia de la época tomaron el poder O’Donnell sustituido después por Espartero, Prim dejó la Capitanía General de Granada y María Cristina volvió a llamar al poder a Narváez en una búsqueda de hacer que las cortes revocaran la desamortización de la Iglesia.

Prim fue detenido en 1857 acusado por las insurrecciones en Barcelona, Valencia y Zaragoza contra Narváez. Un consejo le condenó a seis meses de castillo conmutado por destierro en la ciudad bajo palabra. Reus le eligió diputado pero al estar inhabilitado no pudo ocupar su cargo, después de cumplir su sentencia se le concedió trasladarse a Vichy, en Francia. Narváez volvió a caer y volvió al poder O’Donnell con Unión Liberal en la que se integró Prim (1858) dejando el Partido Progresista. Surgió el conflicto con México, Prim se posicionó contra la guerra, a lo que fue atribuido el estar casado con la mexicana Francisca Agüero González, emparentada con un ministro de Benito Juárez.

Los conflictos en África aparecieron en el horizonte, oportunidad que aprovechó O’Donnel para alejar a Prim de Madrid, la intervención armada era innecesaria ya que Sultán de Marruecos se avino a las reclamaciones españolas, aún así O’Donnell declaró la guerra a Marruecos en 1859. El signifcado para O’Donnell de la guerra era el prestigio de la Unión Liberal y por eso la presentó como una guerra de desagravio, a lo que la opinión pública en España respondió positivamente, incluida Cataluña, que organizó un batallón de voluntarios, Prim supo aprovechar el apoyo catalán a la guerra para reconciliarse con Cataluña que le había recriminado la represión de quince años atrás, cuando el batallón de voluntarios catalanes desembarcó en Marruecos en 1860 Prim les arengó en catalán, apelando al orgullo de la patria:

«Catalanes acabáis de ingresar en el ejército de África, cuyo renombre llena ya el universo. Vuestra fortuna es grande, pues habéis llegado a tiempo de combatir al lado de estos valientes. Mañana mismo marchareis con ellos sobre Tetuán. Catalanes: Vuestra responsabilidad es inmensa; estos bravos que os rodean y que os han recibido con tanto entusiasmo, son los vencedores en veinte combates, han sufrido todo género de fatigas y privaciones; han luchado contra el hombre y contra los elementos; han hecho penosas marchas, con el agua hasta la cintura; han dormido meses eternos sobre el fango y bajo la lluvia: han arrostrado la tremenda plaga del cólera; y todo lo han sufrido sin murmurar, con soberano valor, con intachable disciplina. Así lo habéis de soportar vosotros. No basta ser valientes: es menester ser humildes, pacientes, subordinados. Es menester sufrir y obedecer sin murmurar. Es necesario que correspondáis con vuestras virtudes al amor que yo os profeso, y que os hagáis dignos con vuestra conducta de los honores con que os ha recibido este glorioso ejército, de los himnos que han entonado las músicas en vuestro loor, del general en jefe a cuyas órdenes vais a tener la honra de combatir; del bravo general O´Donnel, que ha resucitado a España y reverdecido los laureles patrios…Pensad en la tierra que os ha equipado y os ha enviado a esta campaña; pensad en que aquí representáis el honor y gloria de Cataluña; pensad en que sois depositarios de la bandera de vuestro país…y que todos vuestros paisanos tiene los ojos fijos en vosotros para ver como dais cuenta de la misión que os han confiado. Uno solo de vosotros que sea cobarde, labrará la deshonra de Cataluña…Y si así no lo hacéis; si alguno de vosotros olvidase sus sagrados deberes y diese un día de luto la tierra en que nacimos, yo os lo juro por el sol que nos está alumbrando: ni uno solo de vosotros volvería vivo a Cataluña…”¡Adelante, catalanes! ¡Acordaos de lo que me habéis prometido! ¡Adelante!, les gritaba en catalán.

Este batallón catalán comandado por Prim fue esencial para la toma de Tetuán, por lo cual su prestigio militar se multiplicó, haciendo gala de su legendario valor en condiciones de desventajas. Los hechos de Castillejos y Wad Ras dan nombre en su honor a dos calles de Reus. Tal fue su entrega y ferocidad que los moros tenían miedo de su nombre. Decisivo en la batalla de Cabo Negrón y en la Batalla de Tetuán alcanzó el campamento de Muley Abbas. Prim volvió a España y desembarcó en Alicante, tras la firma del tratado de Paz el 26 de abril de 1869 recorriendo el camino hasta Madrid siendo llevado en volandas por el pueblo que lo veía como un héroe. En Cataluña había verdadero furor por su persona, era homenajeado y adorado hasta tal punto que su liderazgo moral en cuanto a política le permitió llegar a Madrid siendo un personaje encumbrado por sus acciones de indiscutible valía y el apoyo popular masivo. Le fue otorgado el marquesado de los Castillejos con Grandeza de primera clase.

Retrato de Joan Prim, por Eusebi Valldeperas

Retrato de Joan Prim, por Eusebi Valldeperas

Otro episodio importante de su vida fue la expedición de México, dado que la doctrina Monroe estaba en suspenso ya que el propio Estados Unidos estaba en guerra civil, en 1861 Francia y Gran Bretaña decidieron enviar un ejército a México para deponer al gobierno de Benito Juárez a causa de los supuestos agravios, especialmente por el pago de la deuda externa. O’Donnell se sumó a la empresa pretendiendo recuperar la influencia perdida en América para lo cual mandó al general Prim, éste apoyó la negociación de los británicos, frente a los franceses que pretendían instaurar como rey a Maximiliano de Austria. La intervención española estaba basada en que Juárez había derrocado al gobierno conservador que España reconocía, y ya en el poder expulsó al embajador español (1861) y se negó a pagar la deuda que tenía con España. Inglaterra y Francia, afectadas por idéntica medida, decidieron tomar las aduanas de Veracruz y Tampico para cobrarse la deuda con sus ingresos y España se les unió en Convención de Londres, octubre de 1861, ningún territorio mexicano perdería su soberanía. Prim se enteró de que las fuerzas españolas ya habían partido y se habían apoderado de San Juan de Ulúa y Veracruz, por decisión del general Serrano, Prim inició conversacionrs para la firma de los Tratados preliminares de La Soledad. Simultáneamente Napoleón III pretendía un México Imperial con el Archiduque Maximiliano como Emperador, y envió un mensaje a Prim pidiendo la ayuda de España. Los franceses ante la actitud negociadora de Prim le acusaron de querer coronarse él mismo Emperador a lo que respondió ordenado la retirada de sus tropas, igualmente hicieron los ingleses.

La reina Isabel, que se oponía a la candidatura de Maximiliano al trono mexicano celebró su decisión. Prim pasó a La Habana y de allí hizo un viaje a Estados Unidos, entrevistándose con el general McClellan, comandante del ejército del Potomac. Prim era partidario de la Unión en la guerra civil norteamericana y en su viaje visitó Nueva York y Filadelfia, se entrevistó con Lincoln en Washington. Regresando a España fue muy criticado por la Unión Liberal por su decisión de retirar el cuerpo expedicionario de México, O’Donnell, parecía agotado, por lo que Prim regresó al partido liberal progresista, poco después cayó de nuevo O’Donnell. A partir del fallido golpe progresista y los acontecimientos de la noche de San Daniel donde hubo decenas de muertos, Prim empezó a conspirar decididamente. Desde Francia salió por mar hacia Valencia hacia un fallido levantamiento, viajaba clandestinamente por España de lo que se cuentan anécdotas, una de ellas en su natal Reus, cuenta que se ocultó en una bota de vino en una bodega escapando la búsqueda de sus enemigos. Prim era un mito y se contaban historias de leyendas sobre él, reales o ficticias, su figura crecía. La reina Puso fin al gobierno Narváez y llama a O’Donnell, por lo cual Prim volvió a España sin dejar de conspirar.

Los continuos fracasos de los pronunciamientos exclusivamente militares llevaron a los progresistas y a Prim a cambiar de estrategia y aliarse con el Partido Demócrata. Las sublevaciones e intentonas golpistas fracasaron todas siendo fusilados muchos sargentos y cabos. La actuación de Prim durante la insurrección de agosto de 1867 se explica porque Prim no quería dirigir ni secundar un movimiento de claro protagonismo civil y contenidos revolucionarios, pretendia imponer un cambio de gobierno a la Reina, no deponerla. A la muerte de O’Donnell, el general Serrano, I duque de la Torre, se convierte en líder de la Unión Liberal y ese mismo año el 23 de abril de 1868 moría Narváez de una pulmonía. Desde la Unión Liberal se defendía un cambio dinástico en la persona del duque de Montpensier, a lo cual se oponía Prim. El pronunciamiento se efectuaría el día, 17 de septiembre de 1868 que derrocaría a Isabel II. En medio de la esfervecencia por el acontecimiento al regreso de Prim éste llevaba una corona en su gorra y se le pidió que se la quitara, a lo Prim respondió en catalán a sus compatriotas con esta famosa frase, que aún se usa: «Catalans, voleu córrer massa; no correu tant que podríeu ensopegar«: Catalanes, quereis correr demasiado; no corráis tanto que podríais tropezaros.

Finalmente cedió a la presiones, se sacó la gorra y acabó gritando en catalán «¡Abajo los Borbones!». De Barcelona pasó a Reus, después a Madrid en medio de una entrada triunfal apoteósica recibiría la cartera de Estado en el gobierno provisional. En las elecciones de enero de 1869 los progresistas en alianza con los demócratas moderados consiguieron 160 diputados; 65, la Unión Liberal; 60 los republicanos; y 30 los carlistas. El nombramiento de jefe de gobierno debía contar con su beneplácito, la Constitución fue aprobada aceptando la monárquica por decisión de Prim, Serrano como regente, sin poder efectivo. Serrano nombró a Prim jefe de gobierno y Prim se reservó en el gabinete además de la presidencia, la cartera de Guerra. En el caso de Cuba propuso un referéndum, una amnistía y una compensación a España garantizada por Estados Unidos. El proyecto, que hubiera saneado la Hacienda, encontró fuerte oposicion, más sin embargo cuando se plantearon la venta de la provincia a los Estados Unidos, Prim respondió tajantemente: «La isla de Cuba no se vende, porque su venta sería la deshonra de España, y a España se la vence, pero no se la deshonra».

BÚSQUEDA DE UN REY PARA ESPAÑA:

En el proceso de búsqueda de de rey para España Prim, Serrano y Topete subastan la Corona española, 1869. Los progresistas proponían a Fernando de Coburgo, padre del rey portugués Luis I, los unionistas proponían al duque de Montpensier.

La candidatura de Fernando fracasó por casase éste con una cantante de ópera y la oposición a la unión dinástica de España y Portugal, motivo principal de su candidatura. Serrano y Topete, propusieron al duque de Montpensier rechazado por Prim que propuso excluir a los Borbones. Prim ofreció la corona al duque de Aosta, segundo hijo de Víctor Manuel II de Italia, a Leopoldo de Hohenzollern-Sigmaringen y alel joven duque de Génova, que rechazó el trono. Prim ofreció la corona a Espartero, duque de la Victoria, sabiendo que la rechazaría. Se volvió a insistir con el príncipe de Hohenzollern que finalmente aceptó pero, por un error, la aceptación del príncipe llegó cuando ya las cortes habían cerrado. Napoleón III hizo que el príncipe no renovara su aceptación y renunciara a la candidatura, lo cual no evitó la Guerra Franco-Prusiana. Prim volvió a ofrecer la corona a Amadeo, duque de Aosta, quien requirió el consenso de las potencias europeas, finalmente aceptando.

El 26 de noviembre de 1870 Amadeo de Saboya era elegido por 191 votos como rey (Amadeo I) y el 27 de diciembre salió hacia España al tiempo que el general Prim era víctima de un atentado en Madrid. Sobre su atentado se ha escrito mucho y se han elaborado diferentes tesis, murió el 30 de diciembre de 1870 a causa de las heridas sufridas tres días antes.

CIRCUNSTANCIAS DEL ATENTADO EN LA CALLE DEL TURCO:

El general se despidió de diputados y ministros y hubo de cruzar unas fuertes palabras con el líder republicano Paúl y Angulo, se dirigió a su berlina que le esperaba a la salida en la puerta del Congreso, nevaba profusamente. Acompañaban al general el coronel Moya y su ayudante Nandín. La berlina siguió ruta habitual, por la calle del Turco, hoy Marqués de Cubas, hacia el Palacio de Buenavista, la residencia presiencial, al llegar a la calle del Turco, había dos carruajes de caballos atravesados, por lo cual hubo de detener la berlina en medio la nevada, el coronel Moya se asomó para ver qué pasaba y vio a tres hombres armados que se dirigían hacia la berlina sin tiempo para más solo dijo a Prim: «Bájese usted, mi general, que nos hacen fuego». No hubo tiempo de reacción, el atentado fue muy rápido, duró solo unos segundos, el cochero golpeó desesperado con su látigo a los agresores y a los caballos logrando huir hacia la calle Alcalá.

Se dirigieron a toda prisa hacia el palacio presidencial, ayudados por Moya y el cochero Nandín y el general Prim bajaron de la berlina. Es destacable señalar que Prim haciendo gala de su legendaria fortaleza, subió por su propio pie las escaleras , apoyándose en la barandilla con la mano afectada sangrando abundantemente. Tranquilizó a su esposa diciéndole que las heridas no eran de gravedad, los médicos apreciaron la envergadura de las heridas por lo que se amputó de inmediato la primera falange del anular, lo más alarmante era la herida que presentaba en el hombro izquierdo, tenía incrustadas al menos ocho balas en la carne, los médicos actuando con rapidez le habían extraído a las dos de la mañana siete balas. Nandín, el ayudante, fue trasladado a la casa de socorro más cercana, donde se le diagnosticó que la mano le quedaría quedaría seca e inservible, pero que no tendrían que amputársela.

España estaba en vilo por la vida de Prim, siendo que las heridas no eran demasiado graves, el hecho que se infectaran le provocó la muerte en tres días. Sobre el motivo de la infección hay muchas hipótesis se dice que le pusieron en el pecho retales del abrigo de piel de oso que llevaba por el frío, lo que desencadenó una sepsis, por otra parte está la versión de que murió estrangulado. Sobre la autoría se señala al duque de Montpensier, al regente general Francisco Serrano y José Paúl y Angulo como ejecutor con otros hombres.

Los ejecutores del asesinato habían sido reclutados por hombres de confianza de Serrano, Prim era una figura política de mucha influencia y querría quitárselo del medio, esto unido a que Prim no llevaba guardia personal, los motivos de Montpensier son claros al ser excluido de la candidatura a la corona por el hecho de sangre al matar en duelo a su primo Enrique de Borbón. La motivación republicana de Paúl y Angulo era evidente. El fiscal, Joaquín Vellando, sugirió en dos dictámenes: el primero, se estima, el 9 de septiembre de 1871, «que aparecía en primer término la responsabilidad del Excmo. duque de Montpensier, como principal autor del complot que tuvo por objeto el asesinato del Excmo. Sr. D. Juan Prim».

En el segundo, el 12 de junio de 1872, solicita, además, «prisión del Excmo. Sr. duque de Montpensier». Ha señalado el historiador Josep Fontana que sigue siendo un misterio quiénes fueron los autores, se culpó de inmediato al diputado republicano José Paúl y Angulo, porque esa misma tarde en la sesión de las Cortes le había espetado: «Mi general, a cada cerdo le llega su san Martín , se dijo además que su voz con acento típico la había oído Prim en el atentado. Paúl y Angulo acusó al general Serrano y al duque de Montpensier, de ser los autores del atentado, al general Serrano por la implicación de su jefe de escolta y su desidia por investigar el crimen, la viuda de Prim creyó en su culpabilidad porque el propio Prim dijo: «No lo sé; pero no me matan los republicanos». Existe la posibilidad de que estuvieran los hombres de negocios con intereses en Cuba, que temían a los cambios, en Cuba se daba por seguro que «el gatillo se apretó desde la Habana». Reposaron sus restos mortales en el Panteón de Hombres Ilustres hasta que en 1971 fueron trasladados a Reus. Debieron reposar en Madrid en el lugar que le corresponde por ser un ilustre de España.

Es importante subrayar que en 2012 la Comisión Prim de Investigación, formada por expertos forenses estudió el cuerpo embalsamado y dictaminó que la evidencia indicaba un posible estrangulamiento a lazo. Una segunda autopsia de la momia de Prim —llevada a cabo por la Universidad Complutense de Madrid, dictaminó en diciembre de 2013 que los surcos del cuello, igualmente en los gemelos, podrían haber sido causados por la presión de las ropas, descartando el estrangulamiento. De cualquier forma las circunstancias de su muerte apuntan a discrepancias que sugieren que no murió sin la intervención de una mano que le empujase a la tumba.

¡Descansa en pau Joan Prim i Prats, gran d’Espanya!

Marchas Militares Españolas – Marcha de los Voluntarios Catalanes Compuesta por Abel Moreno.

https://www.youtube.com/watch?v=I_tjjzkJcPk&feature=youtu.be

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