Plaza Mayor n° 6, Soria, España

Archivos diarios: 26 agosto, 2016

26 08, 2016

La extinción de Soria como potencia ganadera con la Guerra de la Independencia; por el investigador y escritor soriano D. Ángel Almazán de Gracia

Por |2020-11-13T03:39:01+01:00viernes, agosto 26, 2016|

 

Magnífico ensayo del investigador y escritor soriano D. Ángel Almazán de Gracia, en el que nos acerca a parte de la historia de de Soria.

Fuente: http://elige.soria.es/extincion-de-soria-como-potencia-ganadera/1

SORIA EN LA HISTORIA

La extinción de Soria como potencia ganadera con la Guerra de la Independencia 2

By aalmazan | 08/10/2015

Fuimos grandes, no solo territorialmente pues la provincia de Soria llegaba desde el Ebro al Tajo, sino como potencia económica debido a tres factores: la enorme cabaña trashumante y las preeminencias que tenía Soria en el Real Concejo de la Mesta (y por eso seguramente fuimos Cabeza de Estremadura), la industria textil y comercio de lana fina, y la importancia de la Real Cabaña de Carreteros. Pero la Guerra de la Independencia supuso un descalabro enorme en todos estos ámbitos económicos.

3

El ensayista y filósofo Julián Marías, Hijo Adoptivo de la Ciudad de Soria, calificaba a la Guerra de la Independencia (1808-1814) como la conmoción más grave experimentada por los españoles desde los Reyes Católicos, únicamente comparable a la Guerra Civil (1936-39). Para la provincia de Soria fue catastrófica la Guerra de la Independencia, y muy particularmente para la ciudad. Además durante dicho período se generó un sentimiento de “independentismo” en los extremos norte y sur del territorio soriano que culminó en 1833 con la gran amputación geográfica y humana que sufrió la provincia de Soria que, de tener sus límites en tales extremos en los ríos Ebro y Tajo, pasó a tener su configuración actual perdiendo amplios territorios que pasaron a conformar la provincia de Logroño y la de Guadalajara.

4

La provincia de Soria fue un “granero”, “despensa” y “corral de ganado” abiertos, a disposición plena de las tropas francesas y españolas, con profusión de saqueos directos o indirectos, que fueron asentándose o que transitaban, lo que provocó hambrunas y postración general en la calidad de vida de los sorianos residentes a muchos de los cuales les dejó en la miseria. Esta serie de desastres, rapiñas y expolios sufridos por Soria ciudad y provincia los puede encontrar resumidos, el lector interesado, en la tercera parte del libro de Argimiro Calama Rosellón Historia de Soria (1808.1814). Sociedad y vida. Fastos y gestas. Desastres y expolios (Diputación de Soria, 2004), que nos va a servir de fuente informativa para poner de relieve que la Guerra de la Independencia fue el punto final del poderío ganadero soriano, no sólo en ovino sino también en vacuno.

Para el general Calama Rosellón “la crisis más aguda y el efecto más grave de la Guerra de la Independencia en la provincia de Soria en el área del fomento se produjo en el sector ganadero, el más potente económicamente en la provincia y que, por los severos daños que sufrió nuestra cabaña, entró en una postración muy aguda, que ya sólo tendrá una difícil, por no decir imposible salida, viniendo como ya venía tanto la ganadería estante como la trashumante, de una situación de decadencia a partir de la segunda mitad del s. XVIII y, especialmente, durante el último tercio de esta centuria”.

Aunque las cifras no son del todo fiables pues se estima que el Honrado Concejo de la Mesta daba cifras sensiblemente más bajas que las reales por cuestiones “político-ganaderas-fiscales”, se ha dicho que la antigua provincia de Soria –la que iba desde el Ebro al Tajo- poseía la mayor cabaña lanar de toda Castilla y León pues tenía aproximadamente 1.830.000 cabezas. Asimismo contaba con 178.617 cabras y 60.573 reses de vacuno, además de 15.009 mulas.

5

Según Argüelles en su “Diccionario de Hacienda”, hacia 1832 aquella antigua provincia de Soria, –Soria, la Grande-, disponía de un total de 102.272 cabezas de ganado lanar fino o merino y de 391.92 de lanar churro o basto, o sea, en torno a medio millón de cabezas. Estos datos, comparados a los de finales del s. XVIII, testimonian la gravísima perdida de cabaña lanar que sufrió Soria la Grande que tienen su epicentro en la Guerra de la Independencia. Baste como dato que sólo para abastecer a las tropas francesas asentadas en la ciudad de Logroño –entonces dependiente administrativamente en Soria la Grande– se consumieron 65.000 carneros y ovejas entre 1808 y 1813. El abastecimiento a las tropas en tránsito, francesas y españolas, fue igualmente considerable, así como a las tropas españolas que iban “reconquistando” Soria la Grande. Así, por ejemplo, el paso del mariscal Ney cruzando con sus 30.000 hombres la provincia de oeste a este durante siete días (19-26 noviembre de 1808), arrastraba consigo rebaños, articulados en hatos, “de un mínimo de 10.000 cabezas que daban una autonomía de unos siete a ocho días para poder vivir, moverse y combatir durante ese tiempo, manteniendo su autonomía logística”.

Soria la Grande abastecía para del sustento de las tropas francesas que asediaban Zaragoza (unos 90.000 hombres que comieron 120.000 corderos y 1.200 vacas), así como las unidades que guarnecían las plazas de la cuenca del Duero, desde Aranda a Valladolid, más Pamplona y Tudela de Navarra, etc…

“Imagine el lector con tan gran número de bocas a alimentar sobre el terreno la cuantía de las reses que hubieron de ser sacrificadas para los ejércitos de ocupación, ya en guarnición y seguridad ya en operaciones de campaña; además era lo más fácil, las unidades de intendencia galas, tenían la despensa a pie de obra, pues en Soria se encontraban con una de las provincias de mayor cantidad de rebaños y muy diseminados”, comenta Argimiro Calama.

Y si nos ceñimos al territorio actual de la provincia de Soria, los estudios censales de Campomanes y los trabajos de Matilla Tascón nos indican que a finales del s. XVIII había unas 780.0000-880.000 cabezas de ganado lanar. Suponiendo que la Guerra de la Independencia conllevó al menos una pérdida de un 40-45% de la cabaña lanar, se habrían consumido unas 350.000 reses, “que es una cifra muy severa, quedando en toda la provincia, en sus límites actuales e incluidos los rebaños que se quedaron en las Dehesas del Sur durante la contienda, apenas unas 430.000 a 530.000 cabezas”.

Así mismo, la requisa de mulos, caballos y ganado vacuno fue constante, tanto por franceses como por las tropas españolas. Cabe reseñar, además, que la Real Cabaña de Carreteros –a la que pertenecían muchos pueblos pinariegos de Soria y Burgos- “sufrió daños muy severos, tanto en sus recursos, personal carretero, carretas, ganado, como en sus actividades”. Calama Roseellón estima que en el territorio soriano actual habría unas 20.000 cabezas de ganado vacuno antes de la Guerra de la Independencia (6.200 bueyes eran de los pueblos sorianos de la Real Cabaña de Carreteros) y unas 60.000 reses de vacuno en toda Soria la Grande.

6

Por otra parte, a últimos del s. XVIII en la provincia había 330 telares en producción y tras el conflicto bélico con los franceses apenas superaban los 80.

No resulta extraño, por tanto, que Argimiro Calama , tras su exposición (que ocupa varias páginas en su libro) se lamente en estos términos: “Me reitero una vez más en la tesis de que la Guerra de la Independencia supuso para Soria un arranque significativo en su postración y decadencia, a partir de ahí secular, por cuanto hirió de modo irreversible, fuentes de riqueza, como la ganadería, que eran la base de nuestra economía y el asiento, en un puesto muy digno, de nuestra instalación en el concierto provincial español del siglo XVIII;, la carencia de comunicaciones, la merma del territorio provincial, los sensibles descensos demográficos, la marginación de la industrialización, harían el resto”.

7

Censo ganadero del municipio de Soria en 2009

26 08, 2016

Alonso de Ojeda. Navegante, militar y descubridor de Venezuela; por D. José M. Huidobro

Por |2020-11-13T03:39:02+01:00viernes, agosto 26, 2016|

Artículo de fecha 26-06-2016 de D. José Manuel Huidobro 

Caballero de la Orden de Caballería del Santo Sepulcro de Jerusalén, Miembro de la Real Asociación de Hidalgos de España. Máster en Derecho Nobiliario, Heráldica y Genealogía (UNED). Autor de 55 libros y más de 700 artículos.

Alonso de Ojeda. Navegante, militar y descubridor de Venezuela

 Ojeda desplegó un rol clave y fundamental en la conquista española de América. Acompañó en el que fuera su segundo viaje a Cristóbal Colón, aunque, Ojeda, cobraría protagonismo por ser el descubridor de Venezuela y de la costa colombiana, por fundar Santa Cruz y por ser el gobernador de Urabá, una de las primeras administraciones públicas de aquel tiempo.
11

Alonso de Ojeda, nació en Torrejoncillo del Rey (Cuenca) en el año 1466 en el seno de una familia perteneciente a la nobleza (originaria de Burgos) aunque venida a menos en materia de economía. La situación de de su familia lo llevó a emplearse como paje al servicio del duque de Medinaceli, don Luis de la Cerda. Algunos indican que por entonces entró en contacto con Colón. También participó de la toma Granada donde se destacaría como un valiente y eficaz soldado.

 Por la mediación del Obispo Juan Rodríguez Fonseca, su protector, logró embarcarse en 1493 en el segundo viaje de Colón al Nuevo Mundo. El almirante le confiará la búsqueda de la rica comarca aurífera de Cibao en cuya expedición tuvo que socorrer al alcaide de la fortaleza de Santo Tomás del asedio de los indígenas, liderados por el cacique Caonabo, siendo éste apresado. La recompensa de los Reyes Católicos a Ojeda será la concesión de seis leguas de terreno en Maguana.

12

En el año 1498 y tras distanciarse de Colón, Ojeda, deja la Española y regresa a España. Al llegar, mantiene una entrevista con su protector, quien lo autorizaría a realizar el primer viaje de expedición sin la presencia de Colón. El viaje lo hizo en una sola carabela y acompañado de Américo Vespucio y Juan de la Cosa. Se bautizó al Nuevo Mundo como América, en honor al cartógrafo florentino Américo Vespucio, una injusticia, ya que muy poco tuvo que ver, aunque si fue el que propagó por Europa que las nuevas tierras descubiertas no eran las Indias Orientales (Asia), sino un nuevo continente. 

13

Así, Ojeda fue el primero en inaugurar lo que se ha dado en llamar ‘viajes menores’ o “viajes andaluces”. La primera expedición de Ojeda, tras formar sociedad con Américo Vespucio y Juan de la Cosa, zarpó del Puerto de Santa María (Cádiz) el 18 de mayo de 1499. Siguieron la ruta del tercer viaje colombino y llega a la desembocadura del Orinoco, reconociendo la costa comprendida entre isla Margarita y el cabo de la Vela. Trinidad, Margarita (costa de las Perlas), Curaçao y península de Coquibacoa o Goajira, en Venezuela, a la que dio ese nombre.

14

En 1501 será nombrado gobernador de la isla de Coquibacoa, partiendo al año siguiente de nuevo hacia Paria en compañía de García de Ocampo y Juan de Vergara. En 1507 recibe una capitulación para recorrer la costa de Nueva Andalucía* y parte hacia Cartagena junto a Juan de la Cosa. Los enfrentamientos con los indígenas son muy graves, pereciendo en un ataque el propio De la Cosa. Gracias a la colaboración que le presta Diego de Nicuesa, en la campaña contra los indígenas, consiguió fundar en febrero de 1510 San Sebastián, el primer asentamiento europeo en el continente. Ojeda abandona la fundación -dejando a Pizarro como encargado de la defensa- y se traslada a la ciudad de Santo Domingo, donde vive sus últimos años, hasta su muerte ocurrida en el año 1516, siendo enterrado en la iglesia del convento de San Francisco; su tumba desapareció del monasterio tras la guerra civil que sufrió Santo Domingo en 1965.

 A Alonso de Ojeda, quizás le tocó la época que no le correspondía. Era un hombre de espada y no un descubridor. Las conquistas quedarían para más tarde, cuando él ya no vivía. A su compañeros les tocaría la gloria. Vasco Núñez de Balboa, descubriendo el Océano Pacífico; Francisco Pizarro conquistando un fabuloso país, el Perú, Francisco Pizarro que había sido su lugarteniente en la desdichada fundación de San Sebastián, Hernán Cortés, que decía admirarle y que entonces estaba empeñado en la conquista de Cuba, con Diego Velázquez y más tarde volvería sólo para apoderarse del enorme imperio de los aztecas.

 * En el año 1.508 Ojeda recibió, en La Española, su nombramiento como gobernador de Nueva Andalucía. Con este nombre, Nueva Andalucía, se designó desde los primeros tiempos de la colonización española en el Nuevo Continente, a una extensa zona de tierras situada en la parte oriental de Venezuela, correspondiente, aproximadamente, a los actuales Estados de Sucre, Anzoátegui, Monagas, Bolívar, Delta Amalcuro, Amazonas y las Guayanas. Su definitiva conquista fue realizada por Diego Fernández de Serpa, a quien Felipe II, nombró gobernador general en el año 1.568.

 Para saber más: Biografía de Alonso de Ojeda

 

 Publicado en el blog «Hidalgos en la Historia» cuyo blogmaster es D. J. Manuel Huidobro

 http://hidalgosenlahistoria.blogspot.com.es/

Ir a Arriba