Plaza Mayor n° 6, Soria, España

Archivos mensuales: septiembre 2015

26 09, 2015

Baldomero Espartero. De simple soldado, a general que pudo reinar; por D. José M. Huidobro

Por |2020-11-13T03:41:27+01:00sábado, septiembre 26, 2015|

Artículo de fecha 04-09-2015 de D. José Manuel Huidobro 

Caballero de la Orden de Caballería del Santo Sepulcro de Jerusalén, Miembro de la Real Asociación de Hidalgos de España. Máster en Derecho Nobiliario, Heráldica y Genealogía (UNED). Autor de 55 libros y más de 700 artículos.

Baldomero Espartero. De simple soldado, a general que pudo reinar

  Tras participar en la guerra de la Independencia, desde «soldado distinguido» (por sus estudios) hasta llegar a alcanzar el grado de coronel, acudió a la guerra de las colonias en el Perú. A su regreso participó en la primera guerra Carlista como general de las tropas Isabelinas y, por sus éxitos militares, fue recompensado con dos cruces laureadas de San Fernando, la gran cruz de Carlos III y el Toisón de Oro, Capitán General de los Ejércitos, y los títulos de Conde de Luchana, Duque de la Victoria, Duque de Morella, Vizconde de Banderas y, más tarde, con Amadeo I, el de «Príncipe de Vergara».

   Se introdujo en la política como diputado por Logroño; fue nombrado presidente del Consejo de Ministros en 1840 y cuando la reina regente María Cristina, después del motín de la Granja y el alzamiento de otras grandes ciudades en su contra, se exilió a Francia, se convirtió en regente de la corona de España durante la minoría de edad de Isabel II. Propuesto por Juan Prim para ser rey de España, rechazó tal honor.

   A lo largo de su vida obtuvo cinco títulos nobiliarios, entre ellos el de «Príncipe», reservado sólo al Príncipe de Asturias, y más de veinte condecoraciones. Según relató el mismo: «Por mis apellidos podía parecer noble o hidalgo, pero nada más lejos de la realidad. Mi padre era carretero de oficio y lo ejercía en su pequeño taller de Granátula, mi madre bastante tenía con sacar adelante a nueve hijos, hasta el momento, ya que yo era el último».

   Joaquín-Baldomero (Fernández) Espartero Álvarez de Toro, el menor de 9 hermanos, nació en Granátula (Ciudad Real) el 27 de febrero el año 1793 y falleció en Logroño el 8 de enero de 1879. Hijo de Manuel Antonio Fernández-Espartero y Cañadas, un artesano constructor de carruajes y pequeño hacendista acomodado, adoptó el segundo apellido de su padre. Su madre fue Josefa Vicenta Álvarez de Toro y Molina.

   Cursó estudios en la convento de dominicos de Almagro y en 1808, al estallar la Guerra de la Independencia (1808-1814), desestimó la carrera eclesiástica y tomó las armas alistándose en el Regimiento de infantería de Ciudad Real (de guarnición en Sevilla). Desde 1810 permaneció en el Cádiz sitiado por los franceses, donde se estaban desarrollando las Cortes constituyentes; allí realizó sus primeros estudios militares y entró en la Academia Militar de la Isla de León (San Fernando), en la que alcanzó el grado de subteniente.

Retrato de Baldomero Espartero

Retrato de Baldomero Espartero

Armas Grandes de Espartero

Armas Grandes de Espartero

  En 1815, ya teniente, embarcó en la expedición del general Morillo para defender el dominio español en las colonias americanas. Esto no le impidió, antes al contrario, jurar la Constitución en 1820, y aun se dice que escribió una poesía en conmemoración del evento: «En obsequio a tan próspera noticia El oprimido espíritu ensanchemos… / Trocad los ayes por sonoros vivas!».

  Entre 1815 y 1824 estuvo destinado en América, donde combatió contra los independentistas hasta que España perdió sus colonias en el continente; aunque no participó en la decisiva batalla de Ayacucho, en el futuro sus partidarios serían conocidos popularmente como los ayacuchos en recuerdo del pasado americano de Espartero y de la influencia que sobre sus ideas políticas tuvieron otros militares liberales de aquella campaña. Cuando regresó contrajo matrimonio el año 1827, en la Iglesia de La Redonda de Logroño, con María Jacinta Martínez de Sicilia y Santa Cruz, una rica heredera de Logroño, de la que no tuvo descendencia, por lo que dejó su fortuna a su sobrina Eladia, que le cuidó en sus últimos años.

   morir Fernando VII, se decantó por el apoyo a la causa de Isabel II y de la regente María Cristina, en virtud de sus convicciones constitucionales. Luchó contra la reacción absolutista en la Primera Guerra Carlista (1833-1840), en la que desempeñó un papel destacado: sus éxitos militares le llevaron de ascenso en ascenso hasta obtener el mando del ejército del Norte a raíz del motín de los sargentos de La Granja (1835). Rompió el cerco carlista de Bilbao venciendo en la batalla de Luchana (1836); por lo que la reina le recompensó con el título de conde de Luchana. Hombre extremadamente duro en el trato, valoraba la lealtad de sus compañeros de armas, tanto como la eficacia. Combatió en primera línea, fue herido en ocho ocasiones; su carácter altivo y exigente le nizo cometer excesos en la disciplina militar.

El "Abrazo de Vergara", entre Maroto y Espartero ante sus tropas

El «Abrazo de Vergara», entre Maroto y Espartero ante sus tropas

   En 1837 organizó la defensa de Madrid frente a la expedición de don Carlos, y presidió un fugaz gabinete gubernamental. Fomentó las divisiones entre los mandos carlistas, atrajo al general Rafael Maroto hacia conversaciones de paz que terminaron en el Convenio de Vergara (31 de julio de 1839), que puso fin a la primera Guerra Carlista y que sellaron ambos con el “Abrazo de Vergara”. Gracias a este logro, le fue otorgado el título de duque de la Victoria. Pacificó después el Maestrazgo, derrotando a Ramón Cabrera (1840).

   Espartero, colmado de honores y convertido en un ídolo nacional, dio paso a sus ambiciones políticas y puso su prestigio al servicio de sus ideales políticos liberales y progresistas. Se enfrentó al conservadurismo de María Cristina haciendo que ésta le nombrara presidente del Consejo de Ministros en 1840-1841; pero, ante la resistencia de la regente al programa liberal avanzado que defendía, exigió a ésta que abdicara e hizo que las Cortes le nombraran regente a él mismo (1841-1843).

   Completaba así la ascensión social que, desde un origen modestísimo, le había llevado a ser conde, duque, grande de España y, finalmente, regente. El «espadón» progresista se enemistó con muchos de sus partidarios, a causa de su modo de gobernar autoritario, personalista y militarista; en 1843 se vio obligado a disolver unas Cortes que se le habían vuelto hostiles.

Estatua ecuestre de Espartero (El Retiro/Madrid)

Estatua ecuestre de Espartero (El Retiro/Madrid)

   Un pronunciamiento conjunto de militares moderados y progresistas (encabezados por Narváez y Serrano) le arrebató el poder en aquel mismo año; pronto se declararía mayor de edad a Isabel II y comenzaría una década de predominio conservador. Espartero se exilió en Inglaterra, de donde regresó en 1849 para vivir retirado en Logroño.

   Ante el deterioro político del final de la década moderada (1844-54), las tendencias autoritarias de la reina y la hegemonía política de la minoría ultraconservadora, se produjo una nueva revolución en 1854, que llevó a Espartero a la presidencia del Gobierno; durante el siguiente «bienio progresista» (1854-56) avaló el reformismo de los liberales avanzados, pero no pudo evitar que se reprodujeran las mismas disensiones acerca de su liderazgo.

 De nuevo fue expulsado del poder por un pronunciamiento encabezado por su antiguo aliado, el general O’Donnell, tras el cual vino un nuevo periodo de ostracismo político de los progresistas, que Espartero contempló pasivamente desde su retiro de Logroño. Allí recibió, tras la revolución que destronó a Isabel II en 1868, la oferta del general Prim de hacerle elegir por las Cortes rey constitucional de España, oferta que rechazó por razones de salud. Tras la coronación de Amadeo de Saboya éste completó el encumbramiento honorífico de Espartero nombrándole príncipe de Vergara con tratamiento de alteza real.

 Publicado en el blog «Hidalgos en la Historia» cuyo blogmaster es D. J. Manuel Huidobro

 http://hidalgosenlahistoria.blogspot.com.es/

25 09, 2015

Documental de D. Miguel Dongil sobre «Historia de la Soberana Orden de Malta»

Por |2020-11-13T03:41:27+01:00viernes, septiembre 25, 2015|

cruzmalta

  Interesante documental realizado por nuestro colaborador habitual en el Blog de la Casa Troncal de los Doce Linajes de Soria, el escritor e historiador D. Miguel Dongil y Sánchez, sobre la Historia de la Soberana Orden de Malta (desde su origen hasta la actualidad). Realizado en 2009 y publicado en 2015; y que tenemos el placer de remitir el enlace al documental  para nuestros lectores.

Según sus propias palabras: 

«QUERIDOS AMIGOS: Después de seis años estreno y comparto con todos vosotros, en auténtica primicia, mis inicios en el hermoso mundo de la divulgación de la Historia, que tanto me apasiona. El documental, en cuestión, trata sobre la Historia de la Soberana Orden de Malta (desde sus origen hasta la actualidad). Espero que os guste «

 https://www.youtube.com/watch?v=cX8PUUX50Ig

25 09, 2015

Alzamiento del Pendón de Soria en la proclamación de Felipe II (con referencias a la Casa Troncal de los Doce Linajes de Soria)

Por |2020-11-13T03:41:27+01:00viernes, septiembre 25, 2015|

Artículo que nos remite el soriano D. Ángel Almazán (escritor e historiador), en el que se menciona expresamente a los Caballeros de la Casa Troncal de Los Doce Linajes de Soria.

Tal y como  nos indica D. Ángel Almazán: «Todavía los Doce Linajes tenían en su función poder escoger al Portador del Pendón… Luego Felipe II vendió el cargo de alférez mayor y aunque se opusieron y pleitearon, no pudieron con el nuevo alférez, Francisco López del Río y Salcedo, así que este artículo de Víctor Higes os puede interesar mucho para vuestro blog»

https://agorasimposio.wordpress.com/2015/09/23/alzamiento-del-pendon-de-soria-en-la-proclamacion-de-felipe-ii/

Rueda de los Doce Linajes de Soria

Rueda de los Doce Linajes de Soria

Alzamiento del Pendón de Soria en la proclamación de Felipe II

ÁNGEL ALMAZÁN ♦ 23 SEPTIEMBRE, 2015 ♦

 

PROCLAMACION DE FELIPE II Y ACTO DE LEVANTARSE EL PENDON DE LA CIUDAD

Por VICTOR HIGES  (Publicado en revista Celtiberia)

   El seis de abril de 1556, llegaba a esta Ciudad, procedente de Valladolid, el escribano Julián Cava y Soleras, portador de sendas cédulas de SS. MM. firmadas por la Princesa de Portugal, Gobernadora de estos Reinos en ausencia del Emperador, notificando la abdicación de éste en favor de su hijo, en la gran asamblea harto descrita por historiadores y cronistas celebrada en Bruselas el 25 de Octubre de 1555.

   Eran tales cédulas una del Emperador, dando cuenta de su abdicación, mandando y encargando se tenga por Rey y Señor de todos sus reinos a Felipe II.

   Otra, del nuevo Rey, notificando la merced hecha en su persona por el Emperador, su padre.

   Y la tercera, de dicha Gobernadora, mandando, en virtud de las anteriores, levantar pendones y hacer otras solemnidades, obsequios y regocijos.

1

 

No quedan vestigios del pendón de Soria durante el Antiguo Régimen. Éste de Medina del Campo, de 1666, puede dar una idea (foto tomada dehttp://www.museoferias.net/abril2001.htm), colocando, eso sí, el escudo de armas de Soria en el centro.

   Tan pronto se leyeron en el Ayuntamiento, en sesión extraordinaria del día siguiente, se ordenó: (1) «Que esta noche se pongan luminarias en todas las ventanas y calles, en la noche cayendo hasta las diez; e que en los corredores del Ayuntamiento se pongan las velas y hachas que fueren necesarios… se pregone que todos los vecinos lo cumplan y hagan así so pena de 200 mrv. para los pobres de la cárcel…; y así mismo se pregone que todos los Caballeros, vengan en la noche cayendo a salir con el Corregidor e andar por la Ciudad a caballo para que se conoxca laque alegría y regocijo esta Ciudad ha recibido y recibe con tan buena nueva.., Y se haga por los vecinos hogueras juntamente con las dichas luminarias para que se haga con mayor regocijo. E así mismo mandamos que vengan las trompetas y atambales que esta Ciudad tiene».

   Aquél mismo día, y por no estar nombrado el Caballero del Pendón, se reunió el Linaje de San Llorente a quien correspondía en tal año «desde San Juan a San Juan» (2), siendo designado el Licenciado Dos Ramas -Médico-, el cual se presentó en el Ayuntamiento del día 8, con testimonio del escribano, Juan García de Tardajos.

   La Ciudad mandó entregarle «el Pendón que esta tiene para semejantes solemnidades e regocijos, para que cuando le fuere mandado esté el dicho Licenciado Dos Ramas dispuesto para salir a hacer la ceremonia e regocijo que en semejante caso e nueva se suele hacer, y que luego que se haga la dicha solemnidad vuelva el dicho Pendón al Archivo de la Ciudad donde ahora está».

   «Juan de Barnuevo, Regidor, haga hacer el cadalso donde se ha de hacer la ceremonia e solemnidad de alzar el Pendón… donde como y de la manera que le pareciere, y esté hecho para el domingo primero que viene en ocho días».

   «De este domingo en ocho días se haga en esta Ciudad a las seis de la mañana una procesión muy solemne por razón de la susodicha y que salga de la Iglesia Mayor de San Pedro, y vaya al Monasterio de San Francisco, donde habrá sermón, y vayan todas las Cofradías que acostumbran salir en las procesiones, con su cera, so pena de cinco mil mrv. para los gastos de dicha solemnidad y ceremonia y so la dicha pena todos los vecinos de esta Ciudad aderecen y entolden las calles por donde ha de pasar, de manera que estén muy bien aderezadas y como conviene, con apercibimiento que demás de la dicha pena se aderezarán a su costa, y que estén entoldadas y aderezadas todo aquel día hasta la noche, y se pregone».

   «Que se notifique al Ld°. Dos Ramas haga traer a su costa trompetas y atambales, los que fueren necesarios para que vaya el Pendón con la solemnidad que conviene».

   «El dicho domingo haya toros y que sean tres toros, los cuales dará esta Ciudad a su costa y que haya juegos de cañas, y que tenga cuidado de el y de lo concertar con los Caballeros de esta Ciudad y su tierra los señores Juan de Vinuesa, Regidor, y el Ld°. Caravantes, Caballero del Ayuntamiento». «Se pregone que todas las personas de Ayuntamiento y Caballeros de esta Ciudad, para que dicho domingo, después de medio día vengan a caballo como conviene a las casas de Ayuntamiento a salir con el Sr. Corregidor para ir acompañar el dicho Pendón, para que en todo se conozca la alegría que esta Ciudad recibe con tan buena nueva».

   En Ayuntamiento de 16 de abril, se mandó: «Limpiar las calles, se quite el muladar junto a los Palacios, por ser calle tan pasajero y las otras calles donde hubiere muladares e inmundicias». «Que las cédulas de Su Magestad se lean en el cadalso».

   A continuación se señala la forma en que ha de hacerse la ceremonia; y acto seguido D. Juan Morales como Regidor más antiguo tomó pleito homenaje al Ld° Dos Ramas «según que de derecho se requiere», y éste «juró en forma que el Pendón de la dicha Ciudad que le será entregado lo volverá a esta Ciudad, a la sala de Ayuntamiento donde lo recibe, el primer día de Ayuntamiento y no lo dará ni entregará a otra persona alguna, el cual lo juró así…». Acto seguido se sacó del Archivo «en presencia de los señores Juan de Barrionuevo y Lope Alvarez, Regidores, y en presencia de mí el dicho escribano, el Pendón y se le entregó al dicho Licenciado, y él se dió por entregado de él.—Siendo testigos Francisco de Barrionuevo y Francisco de Neyla, vecinos de Soria».

   Veamos ahora el solemne acto de levantar el Pendón, según se transcribe en el libro de acuerdos del Ayuntamiento (folios 386-387).

  «En la dicha Ciudad de Soria, domingo diez y nueve días del mes de abril de mil quinientos cincuenta y seis años, a la hora de la una después del medio día, estando en la Plaza Mayor de la dicha Ciudad que se dice la plaza del Mercado, y estando en ellas un cadalso adornado con paños y tapices como para el caso se requiere y estando en el dicho cadalso los magníficos señores Diego Hernández de la Pefluela, Corregidor de la dicha Ciudad y su tierra por Su Magestad y Juan Morales, Juan de Barnuevo, Juan Ruiz de. Ledesma, Lope Alvarez y García de Medrano, Regidores de la dícha Ciudad, Francisco  del Río y Francisco Neyla, Caballeros del Ayuntamiento por el estado de los Doce Linajes, y Alonso de Barnuevo, procurador del Común de la dicha Ciudad…»

   «Los dichos señores en cumplimiento de las cédulas de Su Magtt. El Emperador y Rey ntro. Señor y de las cédulas de Su Alteza del Rey D. Felipe ntro. Señor y de otra cédula de la Serenísima Princesa de Portugal, Gobernadora de estos Reinos, y de lo ordenado y proveído en el dicho Ayuntamiento sobre ello, mandaron al Licenciado Dos Ramas, vecino de la dicha Cíudad, Caballero del Pendón, elegido por el Linaje de San Lloreynte que era la persona que traía el Pendón de la dicha Ciudad, para hacer los actos, que por el dicho Ayuntamiento estaba proveído subiere con los dichos señores en el dicho cadalso con el dicho Pendón, el cual subió con él, y estando allí con los dichos señores bajo el dicho Pendón sobre el pretil del dicho cadalso, los dichos señores mandaron, a mí el dicho escribano, que leyere públicamente las dichas cédulas de Su Magestad y Alteza, las cuales, estando presentes en la dicha plaza muchos vecinos de la dicha Ciudad y de fuera de élla ansi Caballeros Hijos dalgos, como de otros estados, yó las leí públicamente en tal manera que muchos de los que estaban presentes en el dicho cadalso y plaza las oían y podían oír y entender, y así leídas el dicho Juan Morales, Caballero de la Orden de Santiago, Regidor de la dicha Ciudad, como Regidor más antiguo, las tomó en sus mano, las besó y puso sobre su cabezal diciendo así:

  «Los Caballeros, Justicia e Regidores de esta Muy Leal e insigne Ciudad de Soria, obedecen estas Cédulas y provisiones reales de Su Magtad. y Alteza el Emperador y Rey nuestros Señores, como cartas de Nuestro Señor y Rey Natural a quien Dios Nuestro Señor deje vivir y reinar por muchos tiempos y con acrecentamiento de muchos más reinos y señoríos, con victoria sobre sus enemigos y de los de nuestra Santa Religión; y en cuanto al cumplimiento de élla están prestos de las guardar y cumplir con todo y por todo como en éllas y en cada una de éllas se quiere y como las tienen obedecidas, lo cual se hizo con el acatamiento y reverencia que se debía y lo pidió par testimonio».

    «Y luego el dicho Ld° Dosrramas, como tal Alférez y Caballero del dicho Pendón, dijo en altas voces, delante de los dichos señores .e gentes que estaban en la dicha plaza pública «¡Oydl!, ¡Oydl, jOydl ¡Castillal, ¡Castilla!, ¡Castilla!; por el Rey DON FELIPE Ntro. SEÑOR». Acabadas de decir las dichas palabras, levantó en alto el Pendón de la Ciudad y levantado se tañeron trompetas y atambales estaban para el suso dicho».

   «Y luego el dicho Licend° Dos Ramas, tornó a bajar por el dichco pretil el dicho Pendón e tornó a decir otras tres veces en alta voz, delante los dichos señores, las mismas palabras y de la manera arriba contenidas e dichas, tornó a alzar en alto el Pendón y alzado tornaron a tañer las dichas trompetas y atambales»…

   «El Ld.° Dos Ramas, volvió a repetir tercera vez el acto de le yantar el Pendón, todo en cumplimiento de las dichas cédulas Reales y así se alzó el dicho Pendón, por el Rey D. Felipe Nuestro Señor».

   «Y así hecho lo susodicho en el dicho cadalso y plaza pública el dicho Sr. Corregidor y Regidores, y el dicho Alférez, excepto el dicho Sr. Juan de Barnuevo que a este acto no se halló presente, con el dicho Pendón se bajaron; y con ellos, otros muchos vecinos de la dicha Ciudad a caballo, fueron por la dicha plaza adelante subiendo por la calle arriba del Collado, alzado el dicho Pendón en alto, y en la dicha calle el dicho Ld.° Dos Ramas, dijo en alta voz tres veces las dichas palabras que dijo en el dicho cadalso; y así fueron por la dicha calle del Collado arriba y junto a la Iglesia e Santisteban de la dicha Ciudad tornó a decir las dichas palabras y alzó el dicho Pendón y así fueron por la calle del Rabal de la dicha Ciudad, y allí tornó a decir las dichas palabras de la manera arriba dichas, y de allí fueron por otras calles públicas de la dicha Ciudad e dijo otras veces las dichas palabras, alzando el dicho Pendón por el Rey D. Felipe Ntro. Señor, haciéndolo con todo el acatamiento y solemnidad que se requería, siendo presentes en todo lo susodicho, Diego de Barnuevo, Juan Gallardo, Francisco Moreno, y otros muchos vecinos de la dicha Ciudad y su tierra». Pasó ante mí, Juan Ramírez Ledesma.– rubricado».

   Después de esta solemne ceremonia tan detalladamente reseñada, celebraron la fiesta de toros y demás festejos y regocijos acordados por el Ayuntamiento.

   Terminada la histórica jornada; al día siguiente, el Ld.° Dos Ramas, se presentó en el Ayuntamiento y «lió y entregó el Pendón de la Ciudad y pidió la diesen por libre del pleito homenaje que le fué tomado», y al mismo tiempo que lo recibía de nuevo el Corregidor «se le dió por libre de tal pleito homenaje».
Para terminar diremos que el Pendón, según Martel, «es de damasco carmesí bordadas en hilo de oro las armas de la Ciudad», y así se especifica en todas las proclamaciones reales, que hemos visto insertas en los libros de actas de la Ciudad, desde la de Felipe III, en 6 de diciembre de 1598, hasta la de Fernando VII, en 8 de octubre de 1808. No sabemos cómo pudo decir Mosquera de Barnuevo (La Numantina, Sevilla 1612) «es de damasco azul». (Folio 262, nota 253 y canto IV); de él copiaron Tutor y Malo («Compendio historial de las Dos Numancias», 1690, pág. 178); y más tarde, en 1773, Loperraez, (tomo II, pág. 106, nota); ya que cuando los tres escribieron podemos asegurar que era carmesí.

NOTAS

(1) Libro de actas y acuerdos de 1550 a 1559 (folios 385 a 387).
(2) Véase “Caballero del Pendón que nombraban los Linajes”; en Manuscrito Martel). «De la fundación de Soria.. M. B. N. n ° 3.452 (folio 13).

24 09, 2015

Reciente diseño de su Ex-Libris con su escudo de armas, por D. Fernando Martínez Larrañaga

Por |2020-11-13T03:41:28+01:00jueves, septiembre 24, 2015|

Reciente diseño de su Ex-Libris con su escudo de armas, por D. Fernando Martínez Larrañaga (diseñado por él mismo).

 D. Fernando Martínez Larrañaga es un reputado heraldista y miembro de la Casa Troncal de los Doce Linajes de Soria, 

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   D. Fernando es Master en Derecho Nobiliario y Premial, Heráldica y Genealogía (UNED) Diplomado en Heráldica General y Militar por el Instituto de Historia y Cultura Militar. Heraldo del Real Colegio Heráldico de Georgia, Heraldo Mayor de la Casa Troncal de los Doce Linajes de Soria. Correspondiente de la Academia de Genealogía, Nobleza y Armas «Alfonso XIII». Del Colegio Heráldico de España y de las Indias. De la Sociedad Heráldica Española.

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Publicado en el blog «HERALDISTAS» que dirige el propio D. Fernando 

 http://heraldistas.blogspot.com.es/

23 09, 2015

Valentín de Foronda. Célebre economista alavés; por D. José M. Huidobro

Por |2020-11-13T03:41:28+01:00miércoles, septiembre 23, 2015|

Artículo de fecha 01-09-2015 de D. José Manuel Huidobro 

Caballero de la Orden de Caballería del Santo Sepulcro de Jerusalén, Miembro de la Real Asociación de Hidalgos de España. Máster en Derecho Nobiliario, Heráldica y Genealogía (UNED). Autor de 55 libros y más de 700 artículos.

Valentín de Foronda. Célebre economista alavés

  Escritor vocacional y funcionario ocasional, Valentín de Foronda fue sobre todo un intelectual comprometido con las ideas de su tiempo. Ha sido considerado uno de los máximos representantes de la corriente crítica del pensamiento ilustrado y un excelente difusor de las luces de su siglo. 

    Como buen ilustrado escribió de casi todo, desde química a urbanismo, pero su gran vocación intelectual fue la economía política, una disciplina novedosa entonces e imprescindible para la gobernación de un país.

 

 Retrato de Valentín de Foronda

Retrato de Valentín de Foronda

   Valentín nació en Vitoria (Álava) en febrero 1751. Miembro de una familia noble (hidalga) y acaudalada, era hijo de Luis Antonio de Foronda, caballero de la Orden de Santiago, que había hecho fortuna en una juvenil emigración a Perú y consiguió el empleo de tesorero general de la Santa Cruzada en el Obispado de la Paz; su madre, Catalina de Echávarri, procedía igualmente de otra familia vitoriana de prestigio, pues era hija de un secretario del Consejo de S.M. y regidor perpetuo de Vitoria.

  Tal como correspondía a su rango, recibió una educación exquisita. Quedó huérfano muy joven, y muy joven también casó con la hija de un rico comerciante vasco-francés residente en Pamplona. Precisamente, durante sus viajes por media Europa conoció de primera mano la revolución intelectual que estaba teniendo lugar en el viejo continente. Entre 1782 y 1794 el matrimonio Foronda-Vidarte se trasladó a Vergara para seguir de cerca la educación de su único hijo, matriculado en el Seminario de Nobles de la Real Sociedad Bascongada de Amigos del País. Durante esos años Foronda publicó numerosos escritos y alcanzó fama como reformador de ideas avanzadas. Antes de abandonar la capital alavesa ya dejó constancia de ello: siendo concejal de la corporación municipal promovió la fundación del asilo vitoriano, institución hoy ya bicentenaria que se ocupaba de los indigentes locales al tiempo que los adoctrinaba en la importancia del trabajo.

    Foronda se dio a conocer con una Disertación sobre lo honrosa que es la profesión del comercio (1778). En ella abogó por la rehabilitación de la burguesía mercantil, hasta entonces marginada social y políticamente por la nobleza terrateniente. Tras criticar los prejuicios existentes contra los comerciantes, Foronda resaltó la utilidad social de una actividad económica que creaba riqueza, fomentaba el entendimiento de los hombres y el acercamiento entre los pueblos.

   Los roces de Valentín de Foronda con el grupo dirigente vasco acrecentaron su fama de reformista social, de filósofo o economista como se decía en la época. Su consagración llegó con las Cartas sobre los asuntos más exquisitos de la Economía Política (1788-90). En ellas defendió un modelo social más igualitario e individualista, incompatible con los privilegios estamentales y basado una concepción utilitaria de los derechos de propiedad, libertad y seguridad. Basándose en la dignidad del trabajo y en la iniciativa individual, pidió acabar con la vinculación de la tierra y la organización gremial.

Portada de la obra Cartas sobre la policía de Valentín de Foronda

Portada de la obra Cartas sobre la policía de Valentín de Foronda

   Al igual que otros ilustrados como Adam Smith o Jovellanos, Foronda estaba convencido de que la libertad económica haría crecer el número de oportunidades y estimularía el talento de cada cual para ganarse la vida, sobre todo si las autoridades públicas eran capaces de garantizar el tranquilo disfrute de los beneficios obtenidos con el esfuerzo personal. Al proclamar la igualdad de todos los ciudadanos ante la ley, estaba reclamando la supresión de los privilegios nobiliarios aun cuando él mismo era hidalgo. Algunos de sus contemporáneos lo señalaron como traidor a su grupo social, pero él siempre se caracterizó por el radicalismo de sus propuestas, su independencia de criterio y la fidelidad a sus propias convicciones.

    La Revolución francesa eclipsó momentáneamente su buena estrella al extender sobre los ilustrados más radicales el peso de la sospecha. En 1790 fue procesado por tener libros prohibidos y cuatro años después volvió a vérselas con la Inquisición por suponérsele inclinaciones filorrevolucionarias. Tampoco la situación económica de la pareja Foronda-Vidarte era boyante. La quiebra del Banco de San Carlos así como la disolución de la Compañía de Filipinas se llevó por delante buena parte de su patrimonio. Pero gracias a la protección de Francisco Cabarrús y Mariano Luis de Urquijo, dos cortesanos influyentes que estimaban su valía intelectual, Foronda salió del apuro al ser nombrado en 1801 ayudante del cónsul general español en Filadelfia. La American Philosophical Society de Filadelfia le abrió sus puertas y Jefferson, el carismático presidente norteamericano, le honró con su amistad.

 En el otoño de 1809 Foronda volvió a España para luchar con los patriotas a pesar de que como Cabarrús como Urquijo, sus antiguos protectores, eran ministros de José Bonaparte. Nada más llegar a Cádiz se presentó a la Junta Central que, en virtud de sus muchos servicios, lo nombró primero intendente militar y después vocal de la junta gallega encargada de velar por la libertad de imprenta. Ambos eran cargos menores y sin apenas dotación económica, pero estimularon la primitiva vocación de Valentín de Foronda como publicista. Entre 1809 y 1814 expuso sus ideas sobre la constitución y los derechos individuales en una serie de folletos y artículos de prensa que, debido a su radicalismo doctrinal, reconciliaron a Foronda con sus escritos de juventud y le colocaron en vanguardia del liberalismo español.

    Ya en la Península, volvió a la carga con unas Ligeras observaciones sobre el proyecto de la nueva constitución (1811). Fiel a sus convicciones profundamente liberales, criticó el anteproyecto presentado a las Cortes por otorgar demasiados poderes al monarca, por no concretar los derechos individuales y por defender la confesionalidad estatal. Probablemente éste sea su texto más republicano. Simultáneamente, Foronda emprendió una tarea pedagógica en la prensa gallega explicando conceptos como la soberanía popular o la importancia libertad de prensa. Como buen racionalista, confiaba en la fuerza persuasiva de la palabra para disipar las tinieblas de la incultura y la superstición.Foronda era un adelantado de la soberanía popular: por eso pidió (sin éxito) que la constitución fuera sometida a referéndum antes de entrar en vigor.

  Con esos antecedentes no es de extrañar que la represión absolutista se cebara con él. Apenas unas semanas después del golpe de estado dado por el propio Fernando VII en mayo de 1814, Foronda dio con sus huesos en la cárcel bajo la acusación de ser un revolucionario peligroso. Allí pasó once meses hasta que vio conmutada la pena de prisión por diez años de confinamiento en Pamplona, la ciudad natal de su esposa. Rehabilitado tras la sublevación constitucional de Riego, publicó una Defensa contra las infundadas acusaciones de que había sido objeto. Fue su testamento político, pues el ilustrado alavés murió en la capital navarra poco tiempo después, en diciembre de 1821.

 Publicado en el blog «Hidalgos en la Historia» cuyo blogmaster es D. J. Manuel Huidobro

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22 09, 2015

El blog DOCE LINAJES DE SORIA supera los cuatro millones trescientas cincuenta mil visitas. Simplemente GRACIAS a todos nuestros lectores y colaboradores

Por |2020-11-13T03:41:29+01:00martes, septiembre 22, 2015|

Doce-Linajes

 

   Como administrador del mismo, comunico con gran satisfacción que hemos superado con creces a fecha de hoy  los CUATRO MILLONES TRESCIENTAS CINCUENTA MIL VISITAS en el blog de La Casa Troncal de los Caballeros y Damas Hijosdalgos de Los Doce Linajes de Soria

   Concretamente estamos en estas cifras en nuestro contador de visitas del blog a las 20:30 horas del día 23 de Septiembre de 2015

Sin título

Es decir: CUATRO MILLONES TRESCIENTAS CINCUENTA  MIL  SESENTA VISITAS

Rueda de los Doce Linajes de Soria

Rueda de los Doce Linajes de Soria

GRACIAS A TODOS NUESTROS COLABORADORES, LECTORES Y AMIGOS

Muchas gracias 12 linajes

 

22 09, 2015

ENCUENTRO INFORMAL DE CABALLEROS Y DAMAS DE LA CASA TRONCAL EN LA CAPITAL

Por |2020-11-13T03:41:29+01:00martes, septiembre 22, 2015|

Doce-Linajes

ENCUENTRO INFORMAL DE CABALLEROS Y DAMAS DE LA CASA TRONCAL EN LA CAPITAL

   Un grupo de Caballeros y Damas de la Casa Troncal de los Doce Linajes de Soria, pertenecientes tanto a la Diputación de Linajes, como ajenos a la misma, se reunieron el pasado Sábado 19 de Septiembre en Madrid.

   El objetivo del encuentro, además de disfrutar de un buen rato, fue intercambiar opiniones sobre los aspectos actuales más relevantes relativos a la Casa Troncal.

   Repasaron la nómina de Caballeros y Damas del presente ejercicio, charlaron sobre los preparativos de la próxima Asamblea, pensaron en posibles actividades para amenizar la misma, aportaron nuevas ideas….

   Todo ello se llevó a cabo en un ambiente cómodo y distendido, lo que permitió dar pasos hacia adelante, en nuevas propuestas que se plantearán durante la próxima Asamblea.

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   El encuentro empezó a la 1 de la tarde, con un aperitivo en el restaurante La Catedral, sito en la Carrera de San Jerónimo de Madrid, a escasos pasos de la emblemática Puerta del Sol. Tras el almuerzo en uno de los 3 salones con los que cuenta el restaurante, decorado con obras del pintor Goya, los Caballeros y Damas prolongaron el café y unos digestivos, hasta cerca de las 7 de la tarde, prueba evidente del éxito de la reunión.

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   A todos los Caballeros y Damas presentes y especialmente a aquellos que se desplazaron expresamente hasta Madrid, desde diferentes ciudades de España (Soria, Jaen…), con el fin de compartir juntos estos momentos, GRACIAS.

¡Agendado queda el próximo encuentro!

 

 

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