Plaza Mayor n° 6, Soria, España

Archivos diarios: 7 agosto, 2015

7 08, 2015

El día que Gipuzkoa perdió sus cañones

Por |2020-11-13T03:41:58+01:00viernes, agosto 7, 2015|

  Luis Morales

D. Luis Morales y González (Abogado Rotal del Sacro Tribunal de la Rota de la Nunciatura apostólica y Caballero de la Casa Troncal;  nos hace llegar (mediante Doce Linajes en Facebook) un artículo de diariovasco.com que publicamos, que a  buen seguro por su contenido será del  interés de todos nuestros lectores del blog.

dvasco

El día que Gipuzkoa perdió sus cañones

Antiguo escudo de Gipuzkoa en el que se ven las figuras del rey y los cañones

Antiguo escudo de Gipuzkoa en el que se ven las figuras del rey y los cañones

  • Las Juntas Generales aprobaron por unanimidad en 1979 la eliminación de ese símbolo del escudo, presente desde 1513
  • ANTTON IPARRAGUIRRE | SAN SEBASTIÁN

6 agosto 201513:22

El 2 de julio de 1979 Gipuzkoa perdió sus cañones. No. No fueron arrebatados en una contienda bélica como la archiconocida película sobre la batalla de Navarone en la Segunda Guerra Mundial, mil veces vista en el cine o en la televisión. Algo que desconocen las generaciones más jóvenes es que se trató de una decisión política ante un símbolo de su escudo. Cicerón dixit: “No saber lo que ha sucedido antes de nosotros es como ser incesantemente niños”. Para no quedarse para siempre como un niño, conozca lo que hay detrás del actual logotipo de la Diputación de los tres árboles y las tres olas que aparecen en sus documentos oficiales.

   Lo primero que hay que saber es que el primer blasón de Gipuzkoa fue aprobado en 1466 por las Juntas Generales de Hermandad, que suponían el embrión de las actuales Juntas Generales de Gipuzkoa.

   Estaba compuesto de dos cuarteles partidos en faja. En el superior aparece un rey sentado en un trono arbolando una espada en la mano derecha, en el inferior tres árboles (probablemente tejos o tilos) sobre ondas del mar. Curiosamente, el tejo era un árbol maldito, porque sus raíces eran venenosas y los várdulos lo usaban para ahorcarse.

   El rey coronado de Castilla y León sentado en el trono se supone que podría ser Alfonso VIII de Castilla, que conquistó Gipuzkoa y Navarra sobre 1200, o Enrique IV, quién gobernaba en 1466. El sello en sí iba circundado por una leyenda con el título de “Noble y Leal Provincia de Guipúzcoa” (en su expresión latina Nobilis ac Fidelis Provinciae Guipuzcoae).

Escudo originario de 1514.

Escudo originario de 1514.

   Precisamente, la primera reproducción en un “armarria” se halla en el archivo de la Provincia en la iglesia de Santa María de Tolosa. Representa, sin leyenda externa, el escudo completo de Guipúzcoa coronado por corona real y flanqueado por dos figuras masculinas desnudas (tenantes).

   El primer blasón de Gipuzkoa fue aprobado en 1466 por las Juntas Generales de Hermandad

   Hubo que esperar hasta el 28 de febrero de 1513 a que la reina Juana de Castilla concediera a Gipuzkoa el honor de incorporar en su escudo doce cañones franceses pertenecientes a un ejército al servicio del rey de Navarra y que habían sido utilizados en el sitio de Pamplona. Representaban los conquistados por las tropas guipuzcoanas que colaboraron con su padre en las batallas de Belate y Elizondo de 1512 contra las tropas navarras. El privilegio fue concedido por la soberana en Medina del Campo, y aceptado por la Junta General de Mutriku de 23 de noviembre del mismo año. Arrancaba de esta manera la historia de los cañones en el escudo de este territorio.

   Además, trece años después, por privilegio otorgado por Carlos I en Toledo, y para diferenciarla de San Sebastián (a la cual le fue concedida el título de “Noble y Leal”, como tenía la provincia, se alteró su leyenda externa.Se concedió a Gipuzkoa el nuevo título de “Muy Noble y Muy Leal”, que en adelante acompañará al nombre “de Guipúzcoa” en todos los documentos públicos, sellos y escudos en su expresión latina ‘Nobilissimae ac Fidelissimae Provinciae Gvypvscoae’. En cuanto a los ornamentos exteriores, figuran desde el siglo XV los dos tenantes o custodios, hombres salvajes que protegen el escudo a los lados.

Sin título5

Sin título6

El escudo vigente hasta 1979. El actual y el que aparece en el de la Comunidad Autonóma Vasca

El escudo vigente hasta 1979. El actual y el que aparece en el de la Comunidad Autonóma Vasca

LOS CAMBIOS

   La concesión real supuso que hasta 1979 el escudo de armas de Gipuzkoa fue dividido en tres secciones. En la superior izquierda el rey de origen incierto, en la superior derecha los doce cañones franceses dorados sobre fondo rojo, y en la inferior, los tres tejos sobre ondas marinas azules y blancas. Es este escudo el que se colocó en la fachada de la actual sede de la Diputación a finales del siglo XIX, tras pasar a ser San Sebastián capital de Gipuzkoa. También se puede ver por ejemplo en las farolas del Puente de Santa Catalina, en Donostia.

Las localidades de Antzuola, Lizartza y Zizurkil tienen cañones en sus escudos

   Hay que destacar que tres localidades en Gipuzkoa han contado con las doce piezas de artillería en sus escudos. Son Antzuola, Lizartza y Zizurkil.

   No fue hasta hace 36 años cuando Gipuzkoa perdió definitivamente sus cañones del escudo. Antes ya se produjeron varias tentativas políticas para que fueran eliminadas, pero sin éxito. Primero desaparecieron durante la República, al igual que la imagen del rey Enrique IV. Incluso se eliminó en 1936 la corona real, que luego regresó con el franquismo y en la década de los años 80 se sustituyó por la de los infantes.

Pleno itinerante

   El 2 de julio de 1979 el pleno itinerante de las Juntas Generales, recién restablecida la Cámara guipuzcoana con la llegada de la democracia, y reunido en Oiartzun, dio el visto bueno, y por unanimidad de todos los grupos políticos, a una moción que fue presentada por José Antonio Ayestaran Lecuona. Como independiente de E.S.E.I. (en coalición con Euskadiko Ezkerra) fue elegido juntero ese mismo año. En el acuerdo se alegó que los cañones eran “belicistas y humillantes para Navarra”. Los defensores del escudo tradicional han alegado desde entonces motivos sentimentales, históricos e ideológicos para mostrar su rechazo a la decisión.

En 1990 se cambió la ‘v’ por la ‘b’ en la leyenda «Fidelissima Bardulia Nunquam Superata», lo que fue criticado por expertos

    La descripción final resultante de la modificación del escudo de Gipuzkoa según el acuerdo de las Juntas en 1979 fue la siguiente: Escudo de un solo cuartel que tiene sobre campo de oro tres árboles tejos verdes, uno en medio y los dos a los lados en igual proporción y al pie de estos árboles ondas de agua de plata y azul, y abrazado este escudo con dos salvajes (tenantes) que le apoyan y tienen uno por cada lado y debajo la leyenda «Fidelissima Bardulia Nunquam Superata». Se cambió la ‘v’ por la ‘b’ en Bardulia, lo que ha sido criticado por algunos expertos.

   En este sentido, según recoge el “Estudio histórico-jurídico sobre el escudo y blasón de Gipuzkoa”, galardonado con el “Premio Nacional de Heráldica 2008” por la Federación Española de Genealogía y Heráldica y Ciencias Históricas, en el actual escudo de Gipuzkoa se produce un triple desajuste con respecto a su tradición heráldica: el campo (fondo) en oro debe ser rojo; falta el elemento tierra (montes) de donde surgen los árboles; y sobra la corona, pues se ha suprimido la figura del monarca.

Logotipo del escudo de Gipuzkoa

Logotipo del escudo de Gipuzkoa

   Más adelante, la Diputación dotó del máximo nivel normativo al contenido de la moción de las Juntas de 1979, y lo completó regulando en diversos aspectos la utilización del escudo de Gipuzkoa. La norma foral 6/1990, de 27 de marzo, sobre Signos de Identidad del Territorio Histórico de Gipuzkoa(B.O.G. nº 70; 10-4; Pág. 2181), actualmente en vigor, establece la denominación oficial del territorio histórico en su término euskérico «Gipuzkoa» así como que la bandera será la tradicional de color blanco, figurando en el centro de la misma el escudo del territorio histórico.

   Se autorizaba, además, al Consejo de Diputados para que, mediante un decreto foral, pudiese aprobar un logotipo de reproducción simplificada del escudo para su utilización en la publicidad, oficial o no, carteles y paneles informativos, vehículos y otras aplicaciones, y en los documentos, impresos, sellos y membretes.

  Con esta modificación las armas del escudo guipuzcoano quedaban coincidentes con la modificación que el Gobierno Vasco asumió en 1936 y que hoy representa (suprimidas las armas de Navarra) a la Comunidad Autónoma Vasca.

7 08, 2015

La República de Georgia ha otorgado el título de “Sacerdote del Arte” al pintor español Augusto Ferrer- Dalmau.

Por |2020-11-13T03:41:58+01:00viernes, agosto 7, 2015|

cabecerabrillo1

Ferrer-Dalmau, excelencia pictórica épico-lírica al servicio del patriotismo español

06 de agosto de 2015

Autora: María Fidalgo Casares Doctora en Historia por la Universidad de Sevilla, escritora, investigadora, analista social y crítica de arte. Colaboradora de prensa y radio. Columnista de MUNDIARIO.

La República de Georgia ha otorgado el título de “Sacerdote del Arte” al pintor español Augusto Ferrer- Dalmau. La crítica de arte María Fidalgo Casares hace una apasionada semblanza de su obra pictórica.

El pintor barcelonés Ferrer Dalmau junto a S.M. D. Juan Carlos I

El pintor barcelonés Ferrer Dalmau junto a S.M. D. Juan Carlos I

Hace pocos meses, la República de Georgia otorgó el título de “Sacerdote del Arte” al pintor español Augusto Ferrer-Dalmau (Barcelona 1959) por la plasmación artística de la misión de paz del ejército georgiano en Afganistán.

Y aunque a esta distinción se le haya dado poca difusión y el nombre del artista tal vez no suene al gran público, la actividad pictórica de Ferrer-Dalmau ha sido meteórica: una centena de exposiciones, decenas de premios, medallas, galardones, reconocimientos internacionales, ilustraciones de libros, una incursión editorial….

san-valentin

Poseedor de una excelencia técnica con todos los atributos de un pintor que roza la genialidad: dibujo, colorido, composición, ambientación, perspectiva, rigor argumental, distribución de masas en el espacio… si hubiera optado por un arte de vanguardia de índole más comercial podría haber sido catapultado a niveles más mediáticos. Pero aunque permanece ajeno a ciertos circuitos institucionales y a famosas ferias de arte, en determinados círculos es toda una referencia. Una inmensa vocación, sumada a la valentía de dedicarse a algo políticamente incorrecto para los tiempos que corren, le ha hecho desarrollar un camino pictórico solitario, atípico y tremendamente personal.

Incredulidad y admiración

Ferrer-Dalmau dejó el diseño textil, su Barcelona natal y un exitoso hiperrealismo urbano para pintar lo que le hacía sentir más realizado y más artista. Puso su técnica casi imbatible, al servicio de la representación de temas relacionados con el pasado y el presente de su nación, con un homenaje valiente a las fuerzas armadas de su patria. Se instaló en Valladolid, lejos de los mercados artísticos más dinámicos, pero ciudad más tolerante en temas españolistas, y de su estudio están surgiendo obras únicas que poseen una singularidad que se convierte en la gran ventaja. Y es que todos aquellos que han contemplado sus creaciones jamás lo olvidan.

¿Por qué? Primero, por la incredulidad de que provengan de la mano de un pintor del siglo XXI y además joven…en un siglo en el que los valores del oficio de pintar han quedado relegados por otros factores extra artísticos y que amparados en una falsa modernidad o transgresión suelen tener mayor peso en los circuitos de arte.

Y tras la incredulidad primera, una profunda y sentida admiración, sobre todo por parte de los amantes de la historia de España, a los que llega a emocionar en grado sumo. Ferrer tiene ese “algo” de los grandes pintores de Historia, que representaron aquellos episodios que acompañaron todas las lecturas y estudios históricos de infancia y juventud y que permanecieron en nuestra memoria grabados a fuego… Sus cuadros tienen la enjundia de los inolvidables El testamento de Isabel la Católica, La Rendición de Granada, La soledad de Juana la Loca o el Fusilamiento de Torrijos …

La prolífica trayectoria de Ferrer está compuesta de obras magistrales desde el punto de vista artístico, pero debería añadirse que además están impregnadas de un claro valor periodístico por su extraordinaria capacidad en la recreación de espacios y hombres. Narra como un reportero en primera línea  los sucesos acontecidos. Tiene la facultad de situar al espectador en el lugar de la contienda, transportarle en el tiempo y hacerle sentir uno más de los participantes,en el fragor de la victoria o en la soledad de la desesperanza. El rigor histórico acompaña todas sus impecables representaciones: uniformación, armamento, marco geográfico… sumado a un virtuosismo técnico en la captación ambiental de elementos como el fuego, el agua o el humo.  Especial mención merecen sus escenas de caballería y sus marinas, sobre todo por la gran dificultad que suponen sus logradas escenas en movimiento.

Su pintura es una simbiosis épico-lírica

Su narración aparece imbuida de los dos grandes géneros del relato: la épica y la lírica que suelen ser contrapuestos pero que en su caso se unen en simbiosis genial épico-lírica. Ferrer-Dalmau es un pintor épico porque es capaz de insuflar a sus lienzos la grandeza de los valores de aquel país y de aquellos hombres de antaño que fueron a luchar por España. Algo que a día de hoy casi parece inaudito pero que fue más que fue primordial, existencial, para tantos españoles que se supieron dueños de aquel mundo y que formaron parte de las decisiones que movieron el devenir de la patria. Late en cada pincelada el hoy desfasado orgullo de ser español. Desde los regulares de la guerra de Marruecos en el Rif, hasta los divisionarios en Rusia, o los tercios de Rocroi… Siempre consigue insuflar aliento a sus tropas, incluso en la sacrificada derrota. Algunos de sus lienzos están imbuídos de un profundo sentimiento cristiano, como valor milenario de la cultura española y occidental.

Pero Ferrer-Dalmau es sin lugar a dudas un pintor lírico. A veces sobrecoge, otras impacta, otras apasiona. Dice de si mismo que es “un idealista irresponsable que se mueve por pasión”. Huye de lo políticamente correctopara dar un testimonio de coraje y emoción en episodios en los que el sacrificio y los valores patrióticos de los hombres que los protagonizaron están fuera de discusión, independientemente de la ideología, el ámbito o periodo en el que se desarrollaron: la guerra de Marruecos, el Milagro de Empel -uno de los últimos milagros militares españoles-,  la Guerra de la Independencia, las guerras carlistas, la epopeya azteca de Cortés o la infructuosa esperanza de los últimos de Filipinas. Este carácter lírico se magnifica en sus lienzos, como en los cuadros románticos, porque naturaleza y hombre aparecen siempre complementarios. Grandes cielos y grandes horizontes, plasmados con una extraordinaria calidad de ejecución, acompañan las gestas de los hombres uniformados, caminos polvorientos, playas infinitas, cielos nublados, inhóspitos desiertos arenosos, gélidas superficies nevadas, o batallas navales en las que casi puede olerse la pólvora de los cañones de los galeones…

Un arte para iniciados

Podría decirse también que el mensaje de Ferrer-Dalmau es en cierto modo una pintura para iniciados. Consigue trasmutar la esfera artística y narrativa en la experiencia de los mundos intangibles del sentimiento y las creencias. Traslada al espectador a una nueva dimensión -sólo aquellos que pueden comprender el porqué murieron esos hombres pueden captar la grandeza de sus lienzos-.

Si no existiera Ferrer-Dalmau habría que inventarlo. Pinta un mundo que ya no existe y unos valores que probablemente nunca volverán. Pero si algún día este país despierta y vuelve a tomar la necesaria conciencia de la importancia de su pasado en el devenir del futuro, con toda seguridad nuestros nietos y los nietos de nuestros nietos conocerán a Ferrer-Dalmau. Tal vez no lleguen a conocer su nombre, pero estará ahí, presente a través de sus lienzos que sin duda ilustrarán los escritos sobre aquellas batallas y episodios que plasmó, acompañando la orgullosa memoria de los hombres y acontecimientos que jalonaron la historia de España.

Si eso no es triunfar … Qué más gloria para un pintor. Que venga Dios y lo vea.

Algunas de sus obras:

Sin título

marruecoscastillejos

El camino español

16

san-valentin

Ir a Arriba