DUELOS Y QUEBRANTOS.
POR EL DR. JOSÉ MARÍA DE MONTELLS Y GALÁN.
Como uno es aficionado al papeo, al buen yantar, a comer, en una palabra, gozo de vez en cuando con la degustación de los duelos y quebrantos, un plato tradicional de la cocina manchega, cuyos ingredientes principales son el huevo revuelto, un chorizo bien ahumado y un tocino de cerdo entreverado, todo ello preparado en la sartén. En ocasiones, se le añade sesos de cordero, jamón y su poquito de ajo. Todo junto, un prodigio. La receta viene en Don Quijote. Dicen que su poético nombre viene del quebranto del ayuno impuesto sobre las carnes de cerdo tanto en las religiones judía como islámica y su posterior duelo tras haber violado los preceptos del ayuno. Los cristianos que no seguían tales preceptos se proveían de la carne prohibida y hacían exhibición de su consumo por tildarse de cristianos viejos.
Armas de Montells. |
Soy cristiano viejo y sin embargo, muy quebrantado quedó mi ánimo, cuando el otro día al cruzar una calle, un motorista, muy embozado de casco aerodinámico, me llamó cacatúa, en alusión, supongo, a mi provecta edad. Comprendí entonces que no es que me sienta mayor, es que también lo parezco. Así es, si así os parece. De manera que estoy pensando en sustituir el gallo dragonado, la calcatriz de mi escudo, por una cacatúa. Quedaría unas armas parlantes de lo más propias, pero por otro lado pienso que eso sería sucumbir a la apariencia y no estoy por la labor. Pese al quebranto, me quedo con la calcatriz. Es, lo he dicho muchas veces, un animal fantástico de la raza de los conversadores y me da mucha vidilla, en cuanto dejo que me asalte con sus reflexiones.
Exlibris de Montells. |
Duelo me produjo saber que los separatistas vascos quieren borrar de aquellas entrañables provincias tan españolas, cualquier señal de la patria común. Es enfermedad de una clase política zafia y miserable que se ha revelado iconoclasta. Que hay un escudo con el águila de San Juan de nuestros Reyes Católicos, pues hay que quitarlo, no vaya a ser franquista. De seguir esto así, estos talibanes de lo inane, nos dejarán sin patrimonio.
Los que ahora se llaman soberanistas no gustan de la Historia y se la inventan a la medida de sus absurdos y taimados propósitos. Pese a lo zotes que resultan, han comprendido la importancia del símbolo y por eso, lo atacan. Los símbolos representan ideas y sentimientos. Decía el filósofo que no se piensa sin imágenes, como simbólica también es la ciencia, constituyendo ambas (Filosofía y Ciencia) una de las manifestaciones más evidentes de la inteligencia humana.
Los símbolos nacionales por sí mismos crean un sentimiento colectivo de pertenencia a un país y representan sus intereses, objetivos e historia, mediante los cuales se identifica y distingue de los demás. Me pasa a mí, que no soy blandito, que cuando escucho el himno nacional y veo ondear la bandera de España, la rojigualda, me emociono enseguida. No parece que a determinados políticos soberanistas les emocione los cuarteles de Aragón y de Navarra de las armerías del Reino de España. Es natural, las armas de España son una feliz síntesis simbólica de nuestro país, expresión gráfica de su unidad y eso no gusta a los que abogan por la división y la historia inventada.
Escudo de España. |
Tengo el máximo cariño por Cataluña, la tierra de mis antepasados, por el País Vasco, que contribuyó a la creación de una España unida como ninguna otra región y por Galicia, la patria chica de mi madre, pero con todo y con eso, no estoy por la demolición de un ideal superior que unificó los reinos medievales y construyó un Imperio que aún reza al mismo Dios y habla el mismo idioma. Lo siento, pero a esos zotes indocumentados les deseo mucho quebranto y variados duelos y no me refiero a la manduca, aunque temo que si sigue esta locura, habrá duelos y quebrantos para todos. O sea lo que dijo Larra en memorable ocasión: “que Dios nos asista«.