¡CONSECUENCIA LÓGICA!

Por |2020-11-13T03:44:50+01:00sábado, noviembre 16, 2013|

 Queremos dedicar la entrada de hoy a un artículo de la autoría de D. Luis Pinillos Lafuente, que nos envía, como respuesta a otro, sobre el mismo tema de D. Antonio de Castro y García de Tejada publicado, en este blog, el día 23 de julio de 2013. Las opiniones vertidas en este artículo son solo y exclusivamente responsabilidad de su autor, el cual la asume por la exactitud, integridad y calidad de la información proporcionada y que a continuación se expone.
¡CONSECUENCIA LÓGICA!
POR D. LUIS PINILLOS LAFUENTE.

Se trata de atender un escrito fechado el 23 de julio de 2013, de un tal don Antonio de Castro, el cual, sin yo haberle formulado pregunta alguna, titula “respuesta”.
El señor Castro adorna (¿?) su escrito con el altisonante nombre de Halconero Mayor del Reino (nombre que, siguiendo la costumbre tejadina, pasará a confirmar si algún día -larga vida a S. M.- el gobierno de España estuviera regido por una república o una dictadura). Puede que sea por poseer un halcón procedente de Malta, o acaso de alguna nidada del insigne burgalés don Félix Rodríguez de la Fuente pero, desde luego, lo que no le corresponde es tener un galgo corredor.
Tampoco voy a tirar por lo personal defendiendo mi obra y el orgullo que siento al reflejar en ella unas verdades (“el Sr. Pinillos no falsifica ni miente”), sacando a relucir lo que yo pueda considerar que sea “su oprobio” (ignominia, afrenta, deshonra). De eso “amigo Castro”… mejor ni hablamos.
Y, teniendo cuatro, no le busque tres pies al gato haciendo cábalas sobre mi posición respecto a Tejada. Con diecisiete generaciones de antepasados bautizados y casados en La Rioja, tengo más de un enlace con apellidos de gente apuntada en sus libros, y bien podía haber estado incluido en esa nómina pero el caso es que no deseo pagar “quatro reales y medio” ni ser cómplice. Además, después de la asonada de 1652; lo de 1960 pasó a ser como el lema acuñado por el noticiario de actualidad (NODO) que decía: “El mundo entero (vs. Tejada) al alcance de todos los españoles”.
Dicen los doctos, que la etimología del nombre Tejada viene de la palabra castellana “Teja”, derivada a su vez del vocablo latino “tegula” y este del verbo, también latino “tegere” que significa “cubrir”. Probablemente, el nombre de lugar Tejada, nació denotando el sitio donde se fabricaban tejas. Numerosos autores coinciden en identificar con el apellido “Tejada” o “de la Tejada” a la persona procedente del lugar donde se fabricaba este objeto o bien, que lo utilizara para cubrir su casa sustituyendo así las lajas de pizarra usadas comúnmente (en Valdeosera aún existen, debajo de las tejas, las antiguas lajas de pizarra que cubrían el tejado). De aquí la denominación a la persona como el de la casa tejada, el de la tejada o, simplemente “Tejada”. Y concluyen afirmando que Tejada es un: “Linaje castellano, del Solar de Valdeosera (Logroño)”.

Cuán diferente de ésta prosaica versión, resulta la fabulosa historia que se cuenta en cierto documento aparecido en un cajón de la “casa-granja” de Tejada y que, pese a tener data 1491 (y que en su interior se remonta a otro de 1460), no existe mención alguna de él hasta 1749 en que fue presentado, por vez primera, en sociedad. Dice así:
“…hízole Señor de los Montes Cardines en donde se defendió del riesgo, e por los muchos tejos que allí había, e porque cogió cuando se le quebró la lanza, se llama la montaña de Tejada”. “…en el cuarto campo que es también plateado, está un árbol que se llama Texo, y en él está atado un oso, con una cadena a una rama del árbol cortada, que significa la que cortó Sancho de Tejada, cuando se le quebró la lanza…”
Más de un especialista en heráldica opina que la composición del blasón no es anterior a Felipe II. El Solar de Valdeosera, en cambio, posee un certificado expedido en 1636 por don Domingo Gerónimo de Mata, Rey de Armas de Su Majestad Don Felipe IV, que no menciona nada de esta fabulosa hazaña y, al referirse el cuarto cuartel de su escudo de armas lo describe: “… aparece un oso atado al tronco (no a una rama) de un roble (quercus pedunculata), muy abundante en la zona, que no a un tejo (taxus baccata), muy escaso en ella), y concluye: “El oso y el roble son Armas de Valdeosera””.
Desde mi -menospreciada por el señor Castro- capacidad de conocimientos históricos; encuentro que la historia del apellido Tejada, contada en ese documento, parece calcada de otra que habla del apellido Machuca. Dice así:
“El apellido Machuca proviene, según la leyenda con visos de realidad, del caballero Diego Pérez de Vargas, que en la conquista de Sevilla (1248) rompió su espada y desgajando una rama de olivo, la emprendió a golpes contra una tropa de moros, no dejando uno sano. Sus compañeros le jaleaban al grito de ¡¡Machuca, Vargas Machuca!! De ahí el nuevo apellido para él y sus descendientes”.
Don Miguel de Cervantes, en el capítulo VIII de su obra “El ingenioso hidalgo Don Quixote de la Mancha”, publicada en 1605, cuenta que: Don Quijote, en lucha con los molinos, pierde su lanza; y diciéndoselo a su escudero, le dijo: “Yo me acuerdo de haber leído que un caballero español llamado Diego Pérez de Vargas, habiéndosele en una batalla roto la espada, desgajó de una encina un pesado ramo o tronco, y con él hizo tales cosas aquel día y machacó tantos moros, que le quedó por sobrenombre Machuca, y así él como sus descendientes se llamaron desde aquel día en adelante Vargas y Machuca. Hete dicho esto, porque de la primera encina o roble que se me depare pienso desgajar otro tronco tal y tan bueno como aquel que me imagino, y pienso hacer con él tales hazañas, que tú te tengas por bien afortunado de haber merecido venir a verlas y a ser testigo de cosas que apenas podrán ser creídas”.
El Sr. Castro no miente, pues es un creyente, y en su “despropósito o delirio” cree en los apócrifos evangelios según san Enrique IV y los santos Isabel y Fernando (estos, popularmente conocidos como “Los Reyes Católicos”). El que los iluminados llaman pomposamente “privilegio enriqueño”, apareció y desapareció -cual Guadiana- a mediados del siglo XX, según los creyentes y sin que, a la fecha, se sepa su paradero; coincidiendo en el tiempo con don Manuel Fernández Padial, un calígrafo y miniaturista segoviano de excepcional mano y calidad, íntimo amigo de cierta persona muy vinculada a Tejada. No se pretende señalar que lo hiciera; solamente apuntar una vía de investigación, para cuando reaparezca el privilegio original y pueda someterse a pruebas científicas de su autenticidad o in autenticidad pues, como por milagro, fue escrito a distancia ya que estaba datado: Valladolid, 10-09-1460, y a esta fecha el “evangelista” se hallaba en Segovia. El segundo, apareció ciento cincuenta y ocho años posterior a la fecha que lleva escrita (1591-1749); cuando ninguno de los confirmantes que se mencionan en él, podían refrendarlo o desmentirlo y, además, carece del sello de plomo Real que debía acompañarlo pendiente de cintas de seda de distintos colores; aunque puede que la respuesta a esta pregunta esté en el hecho de que falsificar un documento, llevando incluso un sello rodado, fuera una cosa, pero falsificar un Sello Real se pagaba con la muerte.
El verdadero despropósito está en el delirio del señor Castro y su total “falta de sentido común”. Se le llena la boca al nombrar las behetrías y tal parece que él solito, al incluir Tejada, haya dado término al Becerro que la muerte del Rey Pedro I “El Justiciero” dejara inconcluso.
Es por todo ello que, frente a tanto falsario y prolífico propagandista de pretendida prosapia, me permito recopilar aquí -dejando a un lado mi simpatía o antipatía por el señor Castro, y aún a riesgo de ser reiterativo- los siguientes considerandos:
No hay constancia alguna de estos documentos en el Registro General del sello, conservado en el Archivo General de Simancas a partir de 1454. Todos sus asientos han sido publicados y no hay ni rastro de esos supuestos “privilegio” y “confirmación”
Ni se conoce autor alguno, anterior a 1749, que trate de éste tema y haga referencia a ellos, verbi gratia: Fr. Atanasio de Lobera en su obra “Historia de las Grandezas de la muy antigua e Insigne ciudad e Iglesia de León”, año 1596, D. Mauro Castellá Ferrer en “Historia del Apóstol de Iesus Christo Sanctiago Zebedeo Patrón y Capitán General de las Españas”, año 1610, el P. Fr. Mateo de Anguiano en su “Compendio Historial de la Provincia de La Rioja”, año 1701, o el Dr. D. José González Texada en su “Abrahan de La Rioja”, año 1702.
Tampoco fueron presentados ante el Rey Felipe V, cuando, al llegar al poder, expidió un Decreto para que todas las villas y lugares pasasen a confirmación sus Ordenanzas y Privilegios (1716). No figuran acompañando pleito alguno, que hubiera sido litigado con anterioridad al siglo XVIII. Es a partir de mediado éste siglo cuando ciertos pretendientes (alguno de ellos con un largo historial de oficios pecheros a sus espaldas, pero con abundantes recursos) incorporan en sus pleitos, la carta de RRCC. Aún así, muchos fueron denegados y, de los favorables, ninguno lo fue por pertenencia a Solar Conocido, ni por línea cognaticia.
Ni siquiera su mentado Martín Fernández -que, como otros sesenta y dos más, añadiera a su patronímico lo “de Tejada”- mencionó estos “importantes documentos” y sí habló del pleito habido en 1511, cuando optó al hábito de Caballero de Santiago en 1692 (no 1673). Relata, cómo fue partida Tejada y las cuatro séptimas partes pasaron a ser propiedad de don Juan de Arellano, y que la parte restante (tal como se lee en el documento): “…se llama siempre y comúnmente y así mismo en las escripturas públicas y autos Judiçiales con el nombre de Tejada…”. Nada de villa o solar de Tejada. Y sigue con una argumentación sobre haber reunificado las tres partes restantes, para gozarlas en pro indiviso, cual si de un Solar Nobiliario se tratase, sabiendo que esto no es posible por ser contrario a los principios de su esencia, como recoge el documento “Práctica y Formulario de la Chancillería de Valladolid, año 1667”, cuando dice: “No haber sido partida ó enagenada, y pasada en agena familia”. Escogió mal camino para pretender significarse como hidalgo de Solar Conocido, pues Tejada no constaba como tal, para la Real Chancillería de Valladolid.
Casa del Linaje ( Solar de Valdeosera).
Lo único que se demuestra en este expediente, con toda su conseja, no es otra cosa más que el preludio de lo anunciado en 1716, sobre las intenciones de las villas circunvecinas de Tejada: “Ha llegado a nuestra noticia pretender y la quieren hacer Casa Solariega e Infanzona y para ello, a imitación de lo que se practica en este Noble Solar (de Valdeosera) amparado ha hacer libros donde han asentado y asientan todas las personas que han querido asentarse de las dichas Villas y otras partes así nobles como plebeyos aunque es cierto que algún plebeyo, aunque esté allí asentado, no se le guarda en (…) lugar exención su franqueza alguna de noble, y que han puesto y formado su audiencia con Fiscal para hacer las tales admisiones y hecho abrir el mismo sello y escudo de Armas de que da y está dado por blasón a este dicho Noble Solar”.
Sobre lo de que Tejada “podía considerarse una villa en el sentido productivo del término. Era una unidad de producción básicamente ganadera”, más parece un dislate. Sin duda, se referirá al ganado que apacentaba “…María Cruz Clemente, la rentera de Tejada, viuda -del estado general- (1761), con más de 60 años, que malvivía sumando a tan precaria labranza el producto de cinco cabras y un cerdo por toda ganadería”. Interesante documento que habla por sí sólo y “demuestra que el Sr. Castro no sabe de lo que habla”. Elucubra sobre lo que pudo haber sido pero no fue. “Su ridículo es mayúsculo”.
Tejada no puede justificar ser una villa; ni tan siquiera un territorio de hombres libres, como lo hace con Valdeosera el documento de pago de Alcabalas en el año 1561, que se encuentra en el Archivo de la Cancillería de Valladolid, cuando dice: “Yten que en el concejo de la dicha billa de Baldosera no puede aber más de treze becinos por ser como es numerado en treze solares o debisas de hijosdealgo, y que aún destos al presente no ay más de ocho bezinos y questos biben en renta suya por la propiedad ser de hidalgos personas libertadas.
Por si alguna vez el Sr. Castro -sin apasionamiento ni ideas preconcebidas-, decidiera “iniciarse en la investigación” y dejarse de suposiciones, le sugiero que acuda, entre otros muchos que él “desconoce absolutamente”, al Archivo General de Simancas, donde hay media docena de documentos, fechados entre 1496 y 98, referente a un tal Sancho Librán, morador de Tejada o lugar de Tejada, nunca villa o solar, y don Carlos de Arellano, conde de Aguilar, Señor de los Cameros, uno de los dueños de la misma.
Para Govantes, 1846, Tejada es un lugar corto que en el censo de la nueva provincia de Logroño está con el nombre de casa con 1 vecino y 5 almas. Y en el censo realizado en Laguna de Cameros (1528-1536, revisado en 1541), y concretamente en el apartado que se refiere al número de vecinos dice “… se incluye el único vecino morador de la granja de Tejada que andan juntos a lo del Real Servicio.
Para la Real Chancillería de Valladolid, en 1667, al hacer las diligencias contra la hidalguía de propiedad había que saber si se descendía de: Galicia, y sus montañas, el Principado de Asturias con sus quatro sacadas, y merindades de Santibañez, montañas de Castilla la biexa, y sus valles el Señorío de Vizcaya, con las encartaciones, la Provincia de Guipúzcoa, y Álava, y sus hermandades, y alguna parte de la Rioja donde ay las casas de la Picina, y de ValdeOsera. Nada sobre la supuesta villa de Tejada. Y, en 1652, un alcalde de los hijosdalgo de dicha Chancillería, redactó un Memorial sobre los distintos medios que podían ser utilizados por los pecheros, para introducirse a hijosdalgo. Menciona muchos lugares: Merindades, Valles, Ciudades, Señoríos etc… Entre estos destaca la posibilidad de asentarse en alguna de las “trece visas de Baldeosera” y así “quedar hidalgos”. Eso sólo podía ocurrir en un Solar Conocido. La casa-granja de Tejada ni cuenta.
Todas estas aseveraciones, tienen una respuesta simple pero, hay creyentes que han blindado su ideología contra una argumentación racional, impregnándola de emocionalidad pues entraron en esta “iglesia” de buena fe y nunca se plantearon respuestas. Otros, en cambio, conocen la superchería pero, digamos por sus circunstancias, viven en la mentira. Luego está el señor Castro el cual -“en lo que estoy seguro de no equivocarme, dicho esto con todos los respetos”- frente a mi supuesta “flojedad intelectual” opone su “vamos a ser generosos”, “basta” cultura, sapiencia y particular manera de hacer entender y analizar la historia de forma diacrónica y sincrónica. Le ocurre a dicho señor, como al domador de pulgas, las cuales daban un salto cuando oían la voz de su instructor. Un día, probó a quitarle las patas al díptero y al comprobar que éste no obedecía la orden de saltar, llego a la siguiente consecuencia lógica: ¡¡CUANDO A UNA PULGA SE LE QUITAN LAS PATAS… SE QUEDA SORDA!!

Logroño, 12-11-2013
Luis Pinillos Lafuente.


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Imágenes: http://www.solardevaldeosera.com/