PREMIOS A LOS INGENIEROS MILITARES (I)
POR D. ANTONIO PRIETO BARRIO.
Este trabajo que iremos subiendo a este blog dividido en dos entradas fue publicado con anterioridad en el Memorial de Ingenieros número 89, de diciembre de 2012, y repasa los premios específicos de los Ingenieros militares, desde las tres cruces de distinción creadas por acciones de la Guerra de la Independencia hasta el último, denominado Ingeniero General Zarco del Valle, sin olvidar los más tradicionales como el Diruel, Marvá, Español Incógnito, Español Benéfico y Vizconde de Eza, u otros casi desconocidos y ya desaparecidos como el Osma, Coronel Mezquita, San Fernando, Lago de Lanzós, Vidal Ribas, Teniente Pascual Montañés, General Güell, Ostáriz, Coronel Rojas, Capitán Mahou, Capitán Ramiro, General Guzmán, Coronel Albear o Coronel Castro-Rial. Se cita igualmente otras importantes recompensas como la Cruz de Beneficencia y la Orden civil de Alfonso XII. Por ya tratarse en otros trabajos, no se ha incluido noticia sobre las concesiones colectivas de la Orden de San Fernando, Medalla militar u otras condecoraciones. Aprovechando la inclusión en este blog se ha corregido y ampliado con informaciones de los lectores del memorial y/o premiados con alguno de ellos, pero de igual manera se solicita la colaboración de nuestros lectores para conseguir mejores imágenes de las medallas, coronas, diplomas o fotografías donde se vea el uso de todo ello.
La acción de premiar a una persona o un colectivo es una muestra de reconocimiento por sus iguales o por una entidad superior. Esta acción se hace efectiva, entre otras formas, con un discurso, con un certificado o diploma o con una cruz o medalla. Si la elegida es esta última opción habrá de confeccionarse de forma que sea fácil distinguir y que el receptor pueda lucir orgullosamente.
El artículo 8 del reglamento primero, título VII de la Ordenanza del Cuerpo de Ingenieros publicada en 1803 establecía que los individuos de este Cuerpo disfrutarán de todos los premios y recompensas generales establecidas, y que en adelante tenga Yo á bien establecer para mi Exército, obteniéndolos en los mismos términos que los demas de mis Tropas.
Después de la Guerra de la Independencia se crean dos distinciones similares para premiar la conducta ejemplar tras la invasión napoleónica, que por una parte protagonizaron varios oficiales y tropa del Cuerpo de Ingenieros que abandonando Madrid se unieron al ejército de Andalucía y por otra los componentes del Regimiento Real de Zapadores Minadores que, huidos de Alcalá de Henares, se presentaron en Valencia y Zaragoza.
A los primeros les fue concedida en 1816 la Cruz de la Fuga de Madrid . Se trata de una cruz de cuatro brazos esmaltados en blanco, con una flor de lis entre ellos, y sobre el brazo superior un grupo de trofeos militares; su centro es un óvalo circular azul, con el lema en letras de oro POR FERNANDO VII; y en el reverso, que también es azul, pone MADRID AÑO DE 1808. Se llevaba en el ojal de la casaca o chaqueta pendiente de cinta azul con filetes en los bordes de color blanco.
A los del Regimiento, se les concedió primeramente un escudo de distinción que debían usar en el brazo izquierdo, y que en 1817 fue sustituido por la conocida como Cruz de distinción de la Fuga de los Zapadores , que consta de cuatro brazos curvilíneos esmaltados en rojo y divididos por la mitad con un filete de oro, teniendo cada uno de ellos en sus extremos un pequeño triángulo isósceles, igualmente curvilíneo, esmaltado de azul cuya base es el extremo de cada brazo; las puntas de los brazos rematan en unos globitos de oro. En el centro, sobre unos montes, ondea una bandera con las tres letras Z. M. P., iniciales de zapadores, minadores, pontoneros, y en el cerco, sobre fondo blanco con letras negras, se lee la inscripción MI LEALTAD Y VALOR TE CONSERVARON. El reverso es igual y su centro, esmaltado de azul tiene el lema SALIDA DE LOS ZAPADORES DE ALCALÁ, MAYO DE 1808. Sobre el brazo superior hay una corona real de oro de la cual sale una anilla para usarla pendiente de cinta encarnada. Existe otra cruz que en el anverso lleva la inscripción LA LEALTAD Y EL VALOR NOS DECIDIERON, que sería para los que se incorporaron en Zaragoza.
De igual manera los componentes del Regimiento de Zapadores participaron en numerosas acciones en la Guerra de la Independencia, siendo acreedores, de forma individual a medallas, cruces y escudos de distinción de los que pueden destacarse los siguientes: Cruz de Alcolea, Cruz de distinción del Norte, Cruz del primer sitio de Zaragoza, Medalla de Bailén, Cruz del segundo sitio de Zaragoza, Cruz de la Batalla de Lugo, Cruz de Almonacid, Cruz de Ciudad Rodrigo, Cruz de Chiclana y Cruz de Tarifa.
En 1846, se decide premiar los trabajos (memorias escritas) que contribuyeran a la mayor y más inmediata utilidad para el servicio e instrucción del Cuerpo, siendo este el origen del Concurso anual de premios. Los premios consistían en dos medallas de oro, de valor de 6.000 reales cada una, que en 1847 se rebajan a una. En 1875 se establece un accésit de medalla de plata y 500 pesetas en metálico. En 1890 se establece que los premios serían dos, el primero, una medalla de oro y 2.000 pesetas en metálico, y el segundo, una medalla de plata, de igual cuño que la de oro, y 1.000 pesetas en metálico.
Con el mismo diseño se confeccionaron unas medallas de bronce de 56 milímetros de diámetro que se entregaron entre 1847 y 1890. El anverso lleva la efigie de la reina Isabel II de perfil a la derecha y leyenda en torno ISABEL 2ª. REINA DE LAS ESPAÑAS. En el reverso la inscripción CUERPO DE INGENIEROS DEL EJÉRCITO, y en el centro una corona de laurel, dejando espacio para grabar el nombre del premiado, el objeto y el año del premio. Fueron grabadas en París hasta 1865 y a partir de esta fecha en Madrid.
No siendo estrictamente un premio, se acuñó, aprovechando los troqueles del anverso de la medalla anterior una Medalla conmemorativa de la imposición de las Corbatas de San Fernando en las banderas del Regimiento de Ingenieros. Se trata de una medalla de cobre y de 56 milímetros de diámetro, grabada por Joseh Arnold Pingret en París. El anverso lleva la efigie de la reina Isabel II de perfil a la derecha y leyenda alrededor ISABEL 2ª. REINA DE LAS ESPAÑAS. El reverso lleva la leyenda en diez líneas EN MEMORIA / DE LOS HECHOS HEROICOS / DEL REGIMIENTO DE INGENIEROS / SIMBOLIZADOS / EN LAS CORBATAS DE LA ORDEN MILITAR / DE S. FERNANDO / OBTENIDA / EN JUICIO CONTRADICTORIO / 21 DE SETIEMBRE / DE 1847 y en la parte inferior dos ramas de laurel. Firmada en el anverso PINGRET F.
En 1881 se concede el denominado Escudo de distinción de los Ingenieros de Cataluña por la ejemplar subordinación y disciplina de tres compañías, la quinta del primer batallón, de guarnición en Gerona, y la cuarta y quinta del segundo batallón en Barcelona en los hechos acaecidos en 1873 tras la proclamación de la Primera República. Los individuos que pertenecieron a estas compañías pudieron lleva un escudo bordado en el antebrazo izquierdo, en el que debajo del castillo con ramas de laurel se lee CATALUÑA, 1873.
Con ocasión del segundo centenario de la creación del cuerpo de Ingenieros, se le concede a mismo la Gran Cruz de la Orden civil de Alfonso XII. Esta insignia es la que va unida al escudo del Cuerpo desde 1911 . Esta orden civil se crea en 1902 para premiar los eminentes servicios prestados a la instrucción del país, creando, dotando o mejorando establecimientos de enseñanza o a los que hubieran contribuido al fomento de las ciencias, de las letras, de las artes y de sus aplicaciones prácticas.
Circunstancias menos felices son las que llevan a conseguir al primer regimiento de Zapadores la corbata de la Orden civil de Beneficencia en 1924, en recompensa de los servicios prestados por su batallón expedicionario al recoger y enterrar miles de cadáveres del Ejército de África en los territorios de Zeluán y Monte Arruit .