Plaza Mayor n° 6, Soria, España

Archivos diarios: 31 octubre, 2017

31 10, 2017

Felicitación a S.A.R. Doña Leonor de Borbón y Ortíz en el día de su duodécimo cumpleaños.

Por |2020-11-13T03:36:10+01:00martes, octubre 31, 2017|

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Hoy 31 de Octubre de 2017. el Blog de la Casa Troncal de los Doce Linajes de Soria, tiene el honor de felicitar a S.A.R. Doña Leonor de Borbón y Ortíz, Princesa de Asturias, Princesa de Gerona, Condesa de Cervera y heredera al Trono de España, por su duodécimo cumpleaños.

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 FELÍZ CUMPLEAÑOS,  Su Alteza Real.

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31 10, 2017

S.A.R. Dom Duarte de Braganza, Jefe de la Casa Real de Portugal, otorga a Don Manuel Pardo de Vera la Gran Cruz al Mérito

Por |2020-11-13T03:36:10+01:00martes, octubre 31, 2017|

Dom Pío de Bragança, Jefe de la Casa Real de Portugal

Dom Pío de Bragança, Jefe de la Casa Real de Portugal

Don Manuel Pardo de Vera y Díaz, presidente de la Real Asociación de Hidalgos de España, ha recibido  la Gran Cruz al Mérito, otorgada por S.A.R. Dom Duarte de Braganza, Jefe de la Casa Real de Portugal.

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Le hace entrega del diploma el Señor Carlos Evaristo

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Anteriormente conocida como “CRUZ DE MERITO DA CAUSA MONÁRQUICA”, comúnmente conocido como Cruz al mérito de la Casa Real Portuguesa, es una orden fundada por decreto del 12 de abril de 1993 por Su Alteza Real, el Duque de Bragança, Dom Duarte Pío, para el reconocimiento de los servicios extraordinarios prestados a la Casa Real portuguesa y por extraordinarios méritos en la causa monárquica

 

31 10, 2017

Investidura en Valencia de los nuevos miembros del Santo Sepulcro de Jerusalén

Por |2020-11-13T03:36:11+01:00martes, octubre 31, 2017|

Armas de la Orden del Santo Sepulcro de Jerusalen

Armas de la Orden del Santo Sepulcro de Jerusalén

 

Investidura en Valencia de los nuevos miembros del Santo Sepulcro de Jerusalén

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CRUZAMIENTO E INVESTIDURA DE DAMAS, CABALLEROS Y ECLESIÁSTICOS DE LA ORDEN ECUESTRE DEL SANTO SEPULCRO DE JERUSALÉN. LUGARTENENCIA DE ESPAÑA ORIENTAL. CAPÍTULO NOBLE. «DEUS LO VULT» LUGARTENENCIA DE ESPAÑA ORIENTAL.

CAPÍTULO NOBLE.

EMOTIVO FIN DE SEMANA EN LA CAPITAL DEL REINO DE VALENCIA.VALENCIA 20, 21 Y 22 DE OCTUBRE EMOTIVO FIN DE SEMANA EN LA CAPITAL DEL REINO DE VALENCIA.

El acto de entrada de 22 personas a la orden ecuestre se celebró por primera vez en la ciudad

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ISABEL DOMINGO Valencia Sábado, 21 octubre 2017

La Orden Ecuestre del Santo Sepulcro de Jerusalén ha celebrado en la Catedral de Valencia el cruzamiento e investidura de 22 nuevos miembros, nueve de ellos caballeros, once damas y dos eclesiásticos. El acto, que ha acogido por primera vez la capital del Turia, se desarrolló antes de la celebración de una misa presidida por el cardenal Lluís Martínez Sistach, gran prior de la Lugartenencia de España Oriental de la Orden, según ha informado el Arzobispado de Valencia.

La ceremonia ha incluido momentos que han recordado a la época de las cruzadas, como la colocación de la espada en el hombro del nuevo caballero, que se arrodilla para ser investido. En Valencia, este gesto se ha realizado con una réplica de la espada del fundador de la orden que la sección Reino de Valencia ha regalado para esta ocasión.

La investidura de nuevos caballeros y damas se celebra anualmente en la Lugartenencia de España Oriental, alternando un año en la sede, que se encuentra en Barcelona, y otro año en otra ciudad de las regiones que abarca, es decir, Aragón, Cataluña, Islas Baleares, Comunitat Valenciana y Navarra. La Orden Ecuestre del Santo Sepulcro de Jerusalén cuenta con 30.000 miembros en todo el mundo.

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31 10, 2017

La brutal marcha con la que la Legión evitó que las tribus de Abd el-Krim arrasasen Melilla

Por |2020-11-13T03:36:11+01:00martes, octubre 31, 2017|

 D. Alfredo López Ares, colaborador de este blog de la Casa Troncal de Los Doce Linajes de Soria, nos remite para su publicación este interesante artículo histórico de ABC

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Fuente: http://www.abc.es/historia/abci-brutal-marcha-legion-evito-moros-el-krim-arrasasen-melilla-201710041606_noticia.html

La brutal marcha con la que la Legión evitó que las tribus de Abd el-Krim arrasasen Melilla

En la noche del 21 al 22 de julio de 1921 dos Banderas del Tercio de Extranjeros recibieron órdenes de salir de Robba-Gozal a toda prisa

Este año se celebró el XCVII Aniversario

La brutal marcha con la que la Legión evitó que las tribus de Abd el-Krim arrasasen Melilla

En la noche del 21 al 22 de julio de 1921 dos Banderas del Tercio de Extranjeros recibieron órdenes de salir de Robba-Gozal a toda prisa

Posteriormente sabrían que su objetivo era recorrer más de 100 kilómetros y embarcar en un bajel que les llevara hasta la ciudad norteafricana

El pasado 20 de septiembre, esta unidad conmemoró el aniversario de su fundación. Una creación ligada íntimamente al norte de África

Autor: Manuel P. Villatoro

El hombre que usó el código samurái para crear la Legión

Qué son unas llagas sangrantes a cambio de ofrecer seguridad a una ciudad entera y salvar la vida de miles de personas. Del 21 al 23 de julio de 1921, los Legionarios de la I y la II Bandera tuvieron la (mala) suerte de comprobar en sus propias carnes hasta dónde llegaba su capacidad física al verse obligados a marchar a toda prisa más de 100 kilómetros con el objetivo de acudir en auxilio de Melilla. Ciudad sobre la que se cernían miles de kabileños a las órdenes del líder local Abd el-Krim. El mismo que, apenas unas horas antes, había aniquilado al grueso del ejército patrio en el denominado Desastre de Annual.

La marcha se extendió durante 33 horas de auténtico infierno y de pura extenuación. Sin embargo, el sufrimiento de estos hombres (así como el de otros tantos que acudieron a la zona) le valió a los habitantes de la urbe norteafricana respirar tranquilos y saberse protegidos de los rifeños. Rebeldes que, como explicaba Luis Miguel Francisco a ABC en 2016, «abrían a los españoles en canal y les quemaban vivos».

A su vez, aquellas jornadas permitieron al entonces Tercio de Extranjeros ganarse un hueco en el corazón de todos los ciudadanos peninsulares. A costa, eso sí, de su propia integridad física. Sin embargo, los legionarios sabían que el socorro de sus compatriotas bien valía una extenuante marcha hasta Ceuta y, posteriormente, un viaje en barco hasta Melilla.

Esta marcha es uno de los hitos que unen a la Legión y a Melilla. Dos entidades que, el pasado 30 de septiembre organizaron una jura de bandera civil para honrar el aniversario del antiguo Tercio de Extranjeros (fundado el 20 de septiembre de 1920) y recordar que, a pesar de lo controvertida que es la situación de nuestro país a día de hoy, esta región se sigue sintiendo española. «Al evento acudieron 412 personas, algunas llegadas incluso desde Tarragona», explica a ABC Juanjo Flosrensa, miembro del Centro UNESCO y de la Asociación de Estudios Melillenses (AEM).

En sus palabras, la Ciudad Autónoma es a día de hoy una de las que más relación guarda con la Legión gracias a que sus miembros la «salvaron» en 1921. «Con todo, no somos la única. En lugares como Ronda o Ceuta se organizan largas carreras de decenas de kilómetros para conmemorar este suceso. Fue algo memorable. Dos legionarios murieron durante el trayecto de lo duro que fue y muchos más orinaron sangre debido al esfuerzo», añade.

La seguridad de Melilla

El origen de la marcha hay que buscarlo un año antes. Fue en 1920 cuando el general Manuel Fernández Silvestre -veterano del desastre colonial de Cuba– arribó al Rif como Comandante General de Melilla. Ávido de demostrar la valía de España, así como de pacificar a las kábilas (tribus) de la zona, el bigotudo militar inició una expansión masiva por el norte de África a base de fusil, balas y sangre. Así lo afirma Miguel Martorell Linares (profesor de Historia Política y Social) en su obra «José Sánchez Guerra: un hombre de honor (1859-1935)»: «Emprendió una audaz campaña que le permitió ganar en muy poco tiempo un territorio de unos ciento veinte kilómetros en torno a Melilla».

El éxito inicial de la campaña convirtió a Silvestre en el héroe del momento y le granjeó más de un banquete a costa del Estado. El Conde de Romanones, por ejemplo, le definió entonces como «un militar de condiciones excepcionales

[…] con gran ambición de impulsos imaginativos». Lo que los diarios desconocían es que aquella expansión no era más que un mero espejismo, pues se había llevado a cabo a marchas forzadas, sin crear líneas de suministros de víveres eficientes y sin edificar posiciones defensivas adecuadas para resistir al enemigo. Únicamente se habían construido pequeños fuertes llamados «blocaos». Fortalezas creadas a base de sacos terreros a las que era casi imposible enviar refuerzos o agua si eran sitiadas.

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El general Silvestre recorre las posiciones de Melilla- ABC

Aquella expansión hueca y llevada a cabo sin ton ni son fue aprovechada en el verano de 1921 por Abd el-Krim. El que fuera uno de los mayores líderes rifeños de la época atacó por sorpresa el 17 de julio al ejército y pasó por encima de las tropas patrias en Igueriben (la posición más adelantada de los españoles) el 21.

Silvestre se acantonó entonces en el poblado de Annual, ubicado a unos 90 kilómetros de Melilla, con el grueso de sus fuerzas. En principio, su objetivo era luchar hasta el último hombre para satisfacer sus ansias de heroísmo. Sin embargo, no tardó en darse cuenta de que era imposible resistir ante el gran número de enemigos (entre 10.000 y 18.000, atendiendo a las fuentes). Por ello, el 22 estableció que lo idóneo era retirarse paulatinamente. Un plan más cauteloso. O eso creía él, pues aquella orden generó un caos que terminó con más de 13.000 de nuestros combatientes mordiendo la arena africana.

Así narró en las jornadas posteriores aquella tragedia el diario ABC: «El descalabro […] es un episodio amargo, dolorosísimo […]. Es doblemente sensible por el número de bajas, por la circunstancia de la muerte del general [Silvestre] y de los jefes que le rodeaban, y por el efecto moral». Pero el desastre no acabó en Annual. En las siguientes horas, los rifeños de Abd el-Krim iniciaron la persecución de las tropas españolas con un solo objetivo en la mente: pasar a cuchillo a los ciudadanos de Melilla.

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Miembros del Tercio de Extranjeros en 1921- ABC

En su camino tan solo se interponían algunas posiciones como las ubicadas en Monte Arruit o Zeluán (escasa defensa ante tal gentío). Pintaban bastos para los nuestros. Y más específicamente para la ciudad norteafricana, la cual acogía desde mujeres y niños, hasta los heridos llegados desde el frente.

España entera sabía que la ciudad pendía de un hilo a pesar de que diarios como el ABC tratasen de tranquilizar a la población con algunos mensajes como el publicado el 24 de julio: «respecto a la seguridad de Melilla no hay sobre ello la menor duda». La tensión sobre el aciago destino de la urbe quedó plasmado de forma sucinta en una entrevista que este periódico hizo al general Berenguer (sucesor de Silvestre). En ella, el militar señalaba que confiaba «en el envió de refuerzos [a Melilla]» como «base para completar la reacción del espíritu de estas tropas». El divulgador histórico

Francisco Martínez Canales deja patente la desesperación de la región en su obra «La legión, 1921»: «En Melilla, desguarnecida capital del territorio, las miradas se dirigían […] hacia el mar, en cuyo azul horizonte se quería ya adivinar la silueta de los barcos que debían transportar las tropas de refuerzo».

El Tercio de Extranjeros

En la mañana del día 22, después de que la posición de Igueriben cayera y el inmenso contingente rifeño llamara a las puertas de Annual, los altos mandos comenzaron a contactar desesperadamente con las unidades españolas ubicadas en las cercanías de Melilla. ¿El objetivo? Que se dirigiesen a toda prisa hacia la ciudad para evitar su posible caída.

Entre los diferentes contingentes a los que se solicitó ayuda destacan los hombres del Tercio de Extranjeros. Una unidad entrenada para resistir las duras condiciones de África y que había sido creada en 1920 por José Millán Astray. Militar que estaba hasta el chambergo de que decenas de soldados bisoños murieran a diario en el Rif por carecer de experiencia a la hora de enfrentarse a los kabileños.

«Que se prepare la Legión para entrar en Tazarut. Ese será su día»

El 21 julio la I Bandera de la Legión (al mando del comandante Francisco Franco), la 4ª Compañía de la II Bandera (que reforzaba a la primera y estaba dirigida por el también comandante Carlos Fontanés) y la III Bandera se hallaban en el campamento de Robba-Gozal. Y todas ellas formaban parte de las fuerzas destinadas a la conquista de Tazarut (a unos 100 kilómetros de Ceuta).

Así lo afirma el propio Millán Astray (entonces teniente coronel del Tercio de Extranjeros) en su obra «La Legión»: «¡Ya vemos Tazarut, la cueva del jabalí! Está a tiro de cañón; un combate más y ya es nuestro. Las operaciones marchan felices; apenas tenemos bajas. “Que se prepare la Legión para entrar en Tazarut. Ese será su día”, nos dice el Alto Comisario». En aquellos días, la unidad crecía en apoyos por su ferocidad, aunque sus mandos no eran todavía demasiado conocidos. De hecho, al futuro jefe del Estado apenas se le nombra en los partes.

En marcha

La llamada de auxilio a la Legión se sucedió en la noche del 21 al 22 de julio. Aquella madrugada, el general Álvarez del Manzano (primer hombre en recibir el mensaje) llamó a su tienda a Millán Astray y le ordenó enviar una Bandera al Fondak (posada) de Ain Yedida (a 25 kilómetros de Tetuán). Solo había una premisa: debían partir a toda prisa.

Lo curioso es que, en principio, no comunicó al oficial de cuáles eran sus órdenes concretas ni para qué diantres se dirigían allí. «¿Qué sucede? No lo sabemos», explica el teniente coronel en su obra. Inmediatamente, el fundador del Tercio de Extranjeros informó al comandante Franco de las instrucciones. «Como no sabemos para qué es ni adónde va, sortead [qué bandera acude] entre vosotros. Lo mismo podéis ir a una empresa guerrera que a guarnecer preventivamente cualquier puesto de retaguardia», le señaló.

Sobre la hora a la que se recibió la orden existe controversia. Millán Astray afirma en su obra que fue «a las cuatro de la madrugada». Por su parte, Francisco Franco explica en el libro «Marruecos. Diario de una bandera» que la orden les fue dada mucho antes: «Son las dos de la mañana. En el silencio de la noche escucho la voz del teniente coronel que ordena que llamen al comandante Franco. No era preciso; salí de la tienda y me uní a él». En cualquier caso, en el sorteo salió victoriosa la I Bandera, cuyos hombres se pusieron en marcha lo más rápido que pudieron.

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La Legión, en marcha- ABC

El ferrolano vuelve a poner en entredicho nuevamente al fundador del Tercio de Extranjeros al señalar que «a las cuatro de la mañana emprendimos la marcha». Y es que, su entonces superior únicamente determinó por escrito que dejaron «el campamento de Robba-Gozal antes del amanecer».

Con todo, ambos coinciden en que desconocían cuál era su misión, aunque sospechaban que estaba relacionada con el desastre de Silvestre. «Un misterio inexplicable rodea nuestra salida. Nadie sabe adónde nos encaminamos. Unos creen que se trata de efectuar una operación en Benider, otros que vamos nuevamente a las costas de Gomora; yo, sin saber por qué, pienso en Melilla», añade el propio Franco. En todo caso, se estableció que la marcha hacia Tetuán se dividiría en dos jornadas y que, durante las mismas, la tropa descansaría (en palabras de Franco) «en un bosque próximo a Al-Yhudi en el que el río nos facilitará la aguada y podrá bañarse la tropa».

Primer tramo: hacia el Fondak

Aquella madrugada primaba la rapidez. De ellos dependía la defensa de Melilla. Aunque también de otros tantos hombres que habían sido llamados por el alto mando militar. Algo que explicaba el diario ABC en una noticia fechada el 27 de julio de ese mismo año: «El alto comisario, al recibir a los periodistas, les facilitó una nota detallada de las fuerzas que se pondrán en Melilla en brevísimo plazo, y que son las siguientes: un batallón del regimiento de la Corona; dos banderas de los Tercios de Extranjeros, con ametralladoras; dos tabores de fuerzas de Regulares de Cueta, con ametralladoras; un batallón del regimiento de Extremadura, con ametralladoras; otro de Pavía, con ametralladoras; un batallón de los regimientos de la Reina de Córdoba […]». La lista continuaba con otras tantas unidades, aunque las más esperadas fueron las de la Legión.

La primera parte de la marcha se llevó a cabo sin mayores problemas debido a que la tropa estaba «descansada» y se hicieron «altos frecuentes» (según se narra en «Diario de una bandera»). Sin embargo, la llegada del sol trajo consigo un molesto calor que fue reduciendo el agua de las cantimploras y extenuando poco a poco a los legionarios. Por suerte, el contingente (en el que también se encontraba el teniente coronel) llegó «avanzada la mañana al lugar señalado para el reposo». Según Franco, tras un breve descanso se reanudó el viaje. «Bajo los árboles se condimentan los ranchos en caliente, los legionarios se bañan y después de una pequeña siesta sale la Bandera, a las tres, camino del Fondak».

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Melilla, noviembre de 1921. El Padre Revilla se dirige a los legionarios antes de una acción- ABC

La primera parte del trayecto, la más fácil, había sido superada con éxito. Pero quedaba la más compleja y extenuante. Por ello, los militares se prepararon. «En retaguardia, una sección quedó encargada de recuperar a los que caían agotados, así como de recoger las cargas que pudieran haberse desprendido de las mulas», añade -en este caso- Canales.

La noche llegó rápida sobre los legionarios que, al poco, vieron como un vehículo pasaba cerca de la columna. Este hecho es recogido por Astray en «La Legión»: «A unos cuantos kilómetros de marcha nos alcanzó nuestro general Manzano, quien nos invitó a seguir en su automóvil. Dejamos a Franco con su Bandera. El general, veterano soldado de admirable corazón, iba preocupado; nada nos dijo, nada le dijimos. El automóvil corría».

A los hombres todavía les quedaba una buena caminata para llegar a su destino. Y lo notaron. Según pasó el tiempo, los descansos se hicieron cada vez más frecuentes por necesidad. Para colmo, se vieron obligados a ascender «una cuesta que se hace interminable» mientras el «viento sopla de cara de forma huracanada». A las once del 22 de julio, tras 17 horas de marcha, llegaron a su destino. Todavía sin conocer sus órdenes.

Dirección Tetuán

Con la medianoche del 22 llegó el descanso para los legionarios. «La tropa, rendida, permanece sentada a los costados de la carretera; la jornada ha sido terrible y necesita largo reposo», se añade en «El Diario de una bandera». Tal era el agotamiento que los soldados no montaron ni sus tiendas, sino que se limitaron a caer donde podían y dormir. Los que pudieron mantenerse despiertos comieron algo, aunque tuvieron que esperar a que las cocinas preparasen el rancho. «La tropa vivaquea y a los pocos momentos duerme tendida en las cunetas», completa el oficial de la I Bandera.

Para desgracia de los legionarios, el descanso les duró hasta las tres de la mañana, hora en que una llamada informó a los oficiales de que sus nuevas órdenes eran seguir hasta Tetuán. «¡No es posible! La gente no puede más y necesita descanso, se quedaría media bandera reventada en el camino. […] A las tres y media se toca diana, hay que despertar uno por uno los soldados que, rendidos, permanecen sordos a la corneta», explicaba Franco.

En barco hacia Melilla

Para entonces ya se había informado a los líderes de las columnas de que su misión era arribar a Melilla, aunque no se sabía por qué. La razón se daría poco después, aunque muchos Legionarios no se la creyeron. Posteriormente la tragedia acaecida en Annual les fue corroborada por el mismísimo general Sanjurjo: «Salimos con una columna de socorro a Melilla; venís: Santiago y los Legionarios con dos Banderas, una batería, ingenieros y transportes de intendencia… Silvestre se ha suicidado».

Unas siete horas después, a eso de las diez menos cuarto de la mañana, los legionarios desfilaban por Tetuán en dirección a la estación. Allí, partieron hacia Ceuta tras haber recorrido más de 100 kilómetros en tan solo 33 horas.

El día 23, ya en Ceuta, los legionarios se prepararon para partir en el buque «Ciudad de Cádiz» hacia Melilla junto al general Sanjurjo. Aunque antes formaron frente a un cuartel militar cercano al puerto para escuchar una arenga del mismísimo Millán Astray: «¡Legionarios! De Melilla nos llaman en su socorro. Ha llegado la hora de los legionarios. La situación allá es grave; quizá en esta empresa tengamos todos que morir. ¡Legionarios! Si hay alguno que no quiera venir con nosotros, que salga de la fila, que se marche; queda licenciado ahora mismo… Legionarios, ahora, jurad: ¿Juráis todos morir, si es preciso, en socorro de Melilla?». La respuesta fue general: «Si, juramos. ¡Viva España! ¡Viva el Rey! ¡Viva la Legión!».

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Llegada de refuerzos al puerto de Melilla en agosto de 1921- ABC

Posteriormente iniciaron el camino al muelle, donde embarcaron en el «Ciudad de Cádiz» junto a toda la plana mayor: desde Sanjurjo, hasta Manzano. Todo ello, mientras sonaba la Marcha Real. A las ocho de la tarde salió el vetusto bajel hacia Melilla cargado de soldados dispuestos a dar su vida por España. El viaje podría haber sido tranquilo, pero no. Y es que, aunque los legionarios pudieron descansar, los oficiales tuvieron que sentir la presión de varios mensajes en los que se les solicitaba arribar cuanto antes a su destino. La travesía se hizo a toda máquina.

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Los legionarios, en Melilla (agosto de 1921)- ABC

El 25 de julio, a la una de la tarde (y después de otros buques llenos también de refuerzos) el «Ciudad de Cádiz» llegó a su destino. ABC informó de ello con jolgorio: «En tanto que el barco maniobraba para atracar los legionarios, desde cubierta y desde las jarcias y los palos, prorrumpieron en vítores a Melilla y a España. Vivas que promovieron delirante entusiasmo en el gentío apiñado en el puerto y en las murallas».

Desde el buque la arenga empezó a generalizarse: «Melillenses, os saludamos. Es la Legión, que viene a salvaros. Nada temáis, nuestras vidas lo garantizan. […] ¡Melillenses!: los legionarios, y todos, venimos dispuestos a morir por vosotros. Ya no hay peligro. ¡Viva España! ¡Viva el Rey! ¡Viva Melilla!». El resto es historia: la fuerza conjunta española reforzó la zona, construyó nuevos fortines, avanzó hacia Sidi Amech y el Atalayón y, posteriormente, llevaron a cabo multitud de combates en agosto donde demostraron su gallardía.

Habían salvado Melilla.

31 10, 2017

La ministra de Defensa impone la Gran Cruz del Mérito Militar a Augusto Ferrer-Dalmau

Por |2020-11-13T03:36:11+01:00martes, octubre 31, 2017|

Fuente:http://www.mundiario.com/articulo/sociedad/ministra-defensa-impone-gran-cruz-merito-militar-augusto-ferrer-dalmau/20171028090547104292.ht 3

María Fidalgo Casares 28 de Octubre de 2017  

La ministra de Defensa impone la Gran Cruz del Mérito Militar a Augusto Ferrer-Dalmau

María Dolores de Cospedal impone la Gran Cruz del Mérito Militar al pintor Augusto Ferrer-Dalmau por su  trayectoria en la contribución a la recuperación de la Historia MIlitar de España.  

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María Dolores de Cospedal, ministra de Defensa imponiendo al pintor Augusto Ferrer-Dalmau la Gran Cruz del Mérito Militar. 

La ministra de Defensa, María Dolores de Cospedal, ha asegurado que “el Estado de Derecho está demostrando que sabe defenderse frente a quienes amenazan lo que es común de todos. Nos une un pasado común, pero también un presente y un gran futuro que hay que defender”.

María Dolores de Cospedal, que ha impuesto al pintor Augusto Ferrer-Dalmau la Gran Cruz del Mérito Militar con distintivo blanco en una ceremonia celebrada en la sede del Cuartel General del Ejército, se ha referido a la situación en Cataluña: “El Estado de Derecho con todas sus instituciones, con el poder ejecutivo, legislativo y judicial, dice que basta ya de romper la convivencia por la que tanto hemos luchado, que basta ya de tantas artimañas, de tantas verdades a medias y de tantas mentiras”.

Interés general y defensa

“La igualdad, la libertad y la ley nos pertenecen a todos, como nos pertenece a todos el derecho a sentirnos, como Ferrer-Dalmau, catalanes, españoles y europeos”, ha resaltado la ministra, quien también ha considerado que “la soberanía, que radica en todos y cada uno de los 46 millones de españoles que conformamos este país, reclama que ese derecho a decidir de ninguna manera puede entenderse divisible, vendible y negociable absolutamente por nadie”.

En este sentido, ha manifestado que “a esta protección sin excusas ni reparos y a esta defensa infranqueable que es lo que realmente importa, que es el interés general de la nación, nos debemos todos: las instituciones y los particulares”.

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María Dolores de Cospedal, ministra de Defensa impone la Gran Cruz del Mérito Militar al pintor Augusto Ferrer-Dalmau.

María Dolores de Cospedal, quien ha estado acompañada en el acto de condecoración del jefe de Estado Mayor del Ejército, general de ejército Francisco Javier Varela, ha destacado el ejemplo de Ferrer-Dalmau como una de “esas personas que hacen grandes las condecoraciones”, así como alguien “querido en el ámbito de las Fuerzas Armadas y de aquellos que amamos el mundo del arte” por reflejar los valores de la milicia, como el “heroísmo, el altruismo, el orgullo y la valentía”.

“Augusto Ferrer-Dalmau es uno de esos españoles que cuentan la verdad” justo en un momento como el actual “donde se habla de posverdad lo que antes eran mentiras”, ha añadido la ministra antes de subrayar como un “hecho especialmente significativo” que se condecore precisamente a un barcelonés en un día como el de hoy. En resumen, ha definido al pintor como “un artista que cuenta la verdad de ayer, de hoy y también de lo que nos espera en el futuro”.

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Augusto Ferrer-Dalmau (Barcelona, 1964) comenzó su andadura profesional orientado a la pintura paisajística, centrada en los ambientes urbanos de su ciudad natal. Fue a partir de 1991 cuando comenzó a especializarse en la temática histórico-militar mezclando el paisaje con distintas estampas de soldados.

De esta forma, dos obras emblemáticas de Ferrer-Dalmau que conjugan ambas características podrían ser El milagro de Empel y Rocroi, el último Tercio, ambas relacionadas con momentos culminantes de la historia de los Tercios españoles y destacadas este mediodía por la ministra junto a La Patrulla, un cuadro en el que se refleja un hecho de actualidad como es la presencia reciente de soldados españoles en Afganistán. Por todo ello, se conoce a Ferrer-Dalmau como ‘El Pintor de Batallas’.

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