SOBRE LOS SÍMBOLOS NACIONALES EN EL MOMENTO ACTUAL.
Por pensar que pudiese ser de interés para nuestros lectores, reproducimos un magnífico artículo, que sirve de «Nota Editorial» al Boletín número 76 ( año XIX), correspondiente al tercer trimestre del pasado 2010, de los que con gran acierto, publica la REAL ACADEMIA MATRITENSE DE HERÁLDICA Y GENEALOGÍA.
«A nadie se le escapa que los símbolos de la Patria han obtenido en los últimos tiempos una enorme popularidad gracias a los extraordinarios triunfos de nuestras selecciones deportivas. La presencia en todo momento de nuestra bandera bicolor, enarbolada por las multitudes con una profusión hasta ahora desconocida, o la necesidad, manifestada desde los ambientes deportivos, de que nuestro himno nacional posea una letra que pueda ser cantada en los estadios, ha devuelto a nuestros símbolos una popularidad de la que no habían gozado en los últimos años, tal vez por ser interpretados por los partidos de izquierda -de forma equivocada e injusta- como símbolos exclusivamente representativos del régimen anterior.
Pero el uso y popularización de estos símbolos nos lleva a plantearnos algunas reflexiones que creemos convenientes para todos.
De entrada, cuando hablamos de símbolos nacionales, siempre nos solemos olvidar del principal, descrito como tal por el artículo 56.1, de nuestra Constitución: El Rey es el Jefe del Estado, símbolo de su unidad y permanencia, y, ciertamente, tal vez por ser el monarca una persona física o por querer huir de trasnochados servilismos, no siempre se observa en su presencia el comportamiento a él debido como símbolo de la nación, no sólo a nivel popular, lo que sería más comprensible, sino incluso a nivel oficial. ¿Se ha observado, por ejemplo, que, así como los campeones del motor se descubren respetuosos al oir el himno nacional no lo hacen en cambio al saludar al Rey? ¿Es que creen, acaso, que es más digno de respeto el himno del Estado que la persona que lo encarna? No, la razón es mucho más sencilla, se trata simplemente de que no lo saben, de que nadie entre los responsables de sus federaciones deportivas se lo ha advertido…
En el ámbito oficial, ocurren despropósitos parecidos, porque, qué otra calificación merece el que el Rey, sobre su uniforme militar de campaña, exhiba una tirilla de tela con la palabra Borbón, como si para su identificación ante las fuerzas armadas fuera precisa la utilización de su apellido familiar, como si se tratara de un mando militar más.
Sobre el himno, que en algunas ocasiones tenemos que sufrir interpretado con orquestaciones poco dignas, se ha discutido mucho, últimamente, sobre la procedencia de dotarle o no de una letra que pueda ser cantada por los españoles. Ciertamente, la cuestión es muy discutible, aunque la sugerencia no ha nacido en los ámbitos políticos sino en los deportivos, pero es de difícil solución, ya que sería necesario un consenso de los políticos que parece difícil de lograr por las reticencias de los nacionalistas y de sus tradicionales aliados.
La bandera es nuestro símbolo más utilizado a nivel popular, aunque la Constitución, que la describe en su artículo 4.1, no la denomine como símbolo. Últimamente,a nivel popular, se está empleando con profusión adornada en su centro con el Toro de Osborne, pero, aunque se hayan alzado algunas voces en contra de esta práctica, no creemos, sin embargo, que este uso suponga ninguna desnaturalización de su contenido. Más importante nos parece esta aclaración: la única bandera constitucionales la roja, amarilla y roja, sin que nuestra ley de leyes haga referencia alguna al escudo que puede ir en su centro. Por ello, es un puro disparate la utilización por políticos y periodistas de la expresión bandera inconstitucional, haciendo referencia a la adornada con el escudo del régimen anterior. Éste podrá no ser el escudo actual u oficial, pero en ningún caso el no constitucional, porque, no solamente nuestra Constitución no hace ninguna referencia a cómo ha de ser el escudo de España, sino que su texto original lleva estampado el escudo del anterior régimen, que era entonces el oficial y que no fue reformado hasta la ley 33/1981 de 5 de octubre.
Conviene, para terminar, hacer referencia a la obligación de reproducir correctamente el escudo nacional, tal como está descrito en la mencionada Ley y luego en el Real Decreto 2964/1981 de 18 de diciembre, lo que no se efectúa en todas las ocasiones. En efecto,desde hace algún tiempo venimos contemplando cómo en la nueva camiseta de la selección española, como campeona del mundo, el escudo nacional que dicha camiseta ostenta está impreso de forma incorrecta. El escudo de España, tal como viene descrito en la Ley que lo aprobó “lleva un escusón de azur, o azul, con tres lises de oro, puestas dos y una, con bordura lisa de gules o rojo, propio de la dinastía reinante”. En el diseño que aparece en dicha camiseta el escusón central aparece sin la bordura roja. Esta omisión podría parecer irrelevante, pero en la heráldica los detalles son muy importantes, ya que, mientras que el escusón con la bordura roja representa a la dinastía reinante en España, conocida como los Borbón-Anjou, por ser descendientes de Felipe V, que antes de ser rey de España ostentaba este título francés de Duque de Anjou, el escusón azul sin bordura representa las armas plenas de la antigua Casa Real de Francia. Es conveniente advertirlo para que se tomen las medidas oportunas y se enmiende este error en el futuro, pues, si bien va a ser advertido por muy poca gente, consideramos que es necesario que el escudo utilizado por nuestros campeones no sea incorrecto.»
Para poder leer el contenido completo del Boletín, o saber más sobre las actividades de la Real Academia Matritense, pueden entrar en la web que la misma mantiene en internet en la siguiente dirección: http://www.ramhg.es/
(Texto íntegro e ilustraciones extraidos del arriba indicado boletín oficial de la R.A.M.H.G.).