LA BANDERA de Cantabria queda establecida en el artículo 3  del Estatuto de Autonomía cántabro de 1981 .»La bandera propia de Cantabria es la formada por dos franjas horizontales de igual anchura, blanca la superior y roja la inferior.»


EL ESCUDO de Cantabria es de forma cuadrilonga (denominado en heráldica escudo español), con la punta redondeada  y el campo cortado. Su descripción sería:
1º, en campo de azur, torre de oro almenada y mazonada, aclarada de azur, diestrada de una nave natural que con la proa ha roto una cadena que va desde la torre al flanco derecho del escudo. En punta, ondas de mar de plata y azur, todo surmontado en el jefe de dos cabezas de varón, cercenadas y aureoladas.
2º, en campo de gules, una estela discoidal de ornamentación geométrica, del tipo de las estelas cántabras de Barros y Lombera.
Al timbre corona real, cerrada, que es un círculo de oro engastado de piedras preciosas, compuesto de ocho florones de hojas de acanto, visibles cinco, interpoladas de perlas, y de cuyas hojas salen sendas diademas sumadas de perlas, que convergen en un mundo de azul o azur, con el semimeridiano y el ecuador de oro, sumado de cruz de oro. La corona, forrada de gules o rojo.
Este escudo fue aprobado oficialmente por Ley de la Asamblea Regional, de 22 de diciembre de 1984.
Después de amplios debates el escudo de Cantabria se configuró en base a dos cuarteles: uno histórico y hagiográfico, y un segundo característico. La parte histórica del primer cuartel reproduce el emblema de la conquista de Sevilla por marinos cántabros, en 1248, con la torre (representando la Torre del Oro) y la nave rompiendo las cadenas que cerraban el paso por el río Guadalquivir (representando el puente de barcas atadas por cadenas que entonces unía Sevilla y Triana). Simboliza los ocho siglos de actividad que caracterizaron a la Cantabria marítima, en tanto que la referencia hagiográfica se sustancia con la inclusión de las cabezas de los santos mártires san Emeterio y san Celedonio, que representan la unidad del territorio bajo su patronato.
El segundo cuartel reproduce la imagen de uno de los más importantes legados de los pueblos primitivos que habitaron la región: las estelas gigantes de los cántabros. Para ello se tomó como modelo la «Estela de Barros», llamada así por haber sido descubierta en la localidad del mismo nombre, situada en el valle de Buelna.
Estas estelas son discos de piedra monolíticos de diferentes dimensiones, cuyos primeros ejemplares fueron tallados en los siglos previos  a la romanización de Cantabria.  En su ornamentación habitual figuran esvásticas, trisqueles, cruces, hélices, aspas, guerreros o representaciones funerarias.
 La estela que interesa a este escudo, está claramente relacionada con el culto solar, y fue declarada bien de interés cultural en 1985.