LA BANDERA de Castilla y León, según se define en los artículos 5 y 6 del Estatuto de Autonomía, Ley Orgánica 4/1983, “ es cuartelada en cruz o contracuartelada. El primer y cuarto cuarteles: sobre campo de gules, un castillo de oro almenado de tres almenas, mamposteado de sable y aclarado de azur. El segundo y tercero cuarteles: sobre campo de plata, un león rampante de púrpura, linguado, uñado y armado de gules, coronado de oro.”
La descripción se nombra en un lenguaje heráldico, y no vexilológico, es decir, que se describe como si fuese un blasón, en vez de una bandera (error bastante habitual en España).
Esto afecta a su descripción (en las banderas no hay cuarteles, sino partes del paño hacia el asta o hacia el batiente, superiores e inferiores), y a los colores, ya que en las banderas el color plata equivale al blanco, el gules al rojo, y el oro al amarillo, etc.
Es la bandera histórica de la Corona de Castilla desde el año 1230. Una de las banderas más antiguas de Europa y del mundo.
Esto afecta a su descripción (en las banderas no hay cuarteles, sino partes del paño hacia el asta o hacia el batiente, superiores e inferiores), y a los colores, ya que en las banderas el color plata equivale al blanco, el gules al rojo, y el oro al amarillo, etc.
Es la bandera histórica de la Corona de Castilla desde el año 1230. Una de las banderas más antiguas de Europa y del mundo.
La comunidad oficializó un Pendón de carmesí, actualmente incorporado en la reforma del Estatuto de autonomía, que simboliza a Castilla y León de forma alternativa a la bandera basada en el estandarte tradicional.
EL ESCUDO de Castilla y León, según se define en el Artículo 5 del Estatuto de Autonomía, Ley Orgánica 4/1983, es un escudo timbrado por corona real abierta, cuartelado en cruz o contracuartelado. «El primer y cuarto cuarteles: sobre campo de gules, un castillo de oro almenado de tres almenas, mamposteado de sable y aclarado de azur. El segundo y tercer cuarteles: sobre campo de plata, un león rampante de púrpura, linguado y armado de gules, y coronado de oro».
Es el mismo que llevaba como armas el soberano Fernando III el Santo, el cual en 1230 heredó de su padre el Reino de León, quedando unidas los reinos de Castilla y de León, bajo una misma corona.