POR D. ADOLFO ROMERO DE MARCELO. 
Caballero de  Linaje Honorario de esta Casa Troncal.
Querido Francisco Manuel:
En lugar de hablar de ti, lo cual han hecho y muy bien numerosos amigos y familiares estos días atrás como habrás podido ver, he preferido escribirte estas sencillas líneas con la absoluta certeza de que podrás leerlas allá donde estés.
Quién me iba a decir a mí que el viernes al bajar del AVE sería la última vez que iba a poder verte y darte un abrazo…El destino quiso que nos encontráramos aquel día al llegar a Sevilla, sin saber incluso que viajábamos en el mismo tren, ya estabas malito, se te notaba…aunque quién podría imaginar lo que iba a ocurrir. 
Esperaba, como los todos los años, reunirme contigo en Punta Umbría, en familia, para celebrar la ya Tradicional Barbacoa del Verano que tanto nos gustaba organizar… Sin embargo, ironías de este destino que no podemos comprender, ni tú ni yo hemos podido estar presentes este año, tú en el cielo…y yo precisamente en la “exótica y apasionante” África Negra por motivos laborales, como te comenté hace algo más de un mes cenando en el Espigón, acababa de irse tu hermano… dale un fuerte abrazo de mi parte.
Qué duro se me está haciendo este viaje que tanto esperaba Francisco Manuel… no puedo dejar de recordarte ni un solo instante a cada paso que doy… Veo hermosas casas ajardinadas y señoriales como la que tanto disfrutabas en Kampala, y la cual elegiste tras una ardua búsqueda,  siempre pensando en la que más le gustaría a tu querida MaryLoly. Me embarga la emoción al pensar que no podremos disfrutar juntos tan esperada visita que iba a tener lugar en septiembre. 
Quiero que sepas que cinco años conociéndote han sido como una vida entera, y cada minuto disfrutando de tu compañía se equipara a largos días de verano. Sabías aprovechar el tiempo, de eso no hay duda. Sabías olvidarte de todo y centrarte en conocer y disfrutar de las personas, dialogar y profundizar en lo más profundo de cada uno que pasó por tu vida, y no necesitabas años para ello…te bastaban minutos. En estos años has conseguido que te quiera y admire sobremanera dejando un gran vacío que solo dejan las personas realmente importantes.
Te has ido y nos has dejado un legado, un legado de vivencias, amor y proyectos que asumimos darle la continuidad que tú nos impondrías sin imponer, como solo tú sabes hacer, y que de alguna forma sentimos que estás haciendo desde tu nueva casa al lado del Padre.
Querido Francisco Manuel tú amabas la historia y los personajes que dejan su marca imborrable rompiendo las barreras de la memoria, al igual que ellos siéntete orgulloso porque tú también has logrado hacer historia en nuestras vidas y en la de todos los que han tenido la inmensa suerte de conocerte. 
Sé que estas bien, volveremos a vernos. 

12 Fuertes Abrazos.

Adolfo Romero de Marcelo