EL FORMIDABLE ACORAZADO

 “MIKASA”

(Orgullo de la flota imperial japonesa)

      Rafael Portell Pasamonte

Mayo 2016

 

Una de mis aficiones antiguamente era la de coleccionar envases de cigarrillos, ya que se fabricaban autenticas piezas maestras de la litografía. Es más, incluso, algunas, estaban estampadas en pan de oro. Dejé de coleccionarlas cuando estos envases comenzaron a ser anuncios de enfermedades y muerte, lo que me parece bien si daña la salud, pero para mi modesta afición fue fatal. Quiero dejar bien claro que no pretendo, ni mucho menos, hacer apología del tabaco, entre otras cosas porque no fumo y mi colección es de envases vacios, es decir sin tabaco. Un ejemplo similar sería el coleccionar botellas de licores, como hacía el famoso barman Pedro Chicote, y no por ello tenia que bebérselas ni emborracharse, ya que el, al contrario que yo, las tenía llenas. Uno de los envases preferidos por sus connotaciones históricas y por su antigüedad es el que voy narrar a continuación.

Hay barcos de guerra que han entrado, por unas causas o por otras, en la leyenda. Uno de ellos es por méritos propios el acorazado Mikasa, de la Armada Imperial de Japón.

Este barco fue mandado construir por Japón a los talleres Vickers de Barrow un Furness, en el Reino Unido, bajo especificaciones muy concretas japonesas. Su construcción comenzó el 26 de Septiembre de 1898, botado el 8 de Noviembre de 1900 y asignado a la flota el 1 de Marzo de 1902.

Resultó ser un navío formidable, entre los mejores del mundo de su época, como se demostró posteriormente sus características más principales eran: Desplazamiento  15.149 t.; Eslora 126 metros; Manga 23 metros, Calado 8,28 metros. Blindaje entre 51 mm en la cubierta hasta 356 mm. en las barberas; Montaba 2 torretas con 2 cañones cada una de 305 mm. 14 cañones de 152 mm. de fuego rápido, más otros 32 cañones de diverso calibre. También portaba 4 tubos lanzatorpedos de 457 mm.. Disponía de una potencia de 15.000 cv. y podía desarrollar una velocidad máxima de 18 nudos. Estaba blindado de proa a popa, con espesores variables de 10 a 35 centímetros

A comienzos de 1904, las tensiones entre los imperios ruso y japonés, motivados por un conflicto de intereses y ambiciones territoriales por parte de ambos imperios, alcanzó tal tirantez que la guerra era ya un hecho incuestionable.

Y así a principios del mes de Febrero de 1904, una flota japonesa zarpó de sus bases en Japón dirigiéndose al mar Amarillo. La escuadra iba al mando del almirante Heihachiro Togo (27 de Enero de 1848 – 30 de Mayo de 1934), a bordo del buque insignia Mikasa. Poco después de zarpar la formación naval se dividió en dos; una al mando de Togo puso proa a Port Arthur, mientras la otra se dirigió al puerto de Chemulpo.

Sin previo aviso ni declaración de guerra, la noche del 8 de febrero de 1904 la flota rusa fondeada en Port Arthur fue atacada por sorpresa, dañando seriamente a dos acorazados. En la mañana del 9 de febrero, Chemulpo corrió la misma suerte, dando comienzo a la guerra entre ambos países.

(El ataque que sufrió Estados Unidos en Pearl Harbor el 7 de Diciembre de 1941 tenía muchas coincidencias con este: No había habido declaración previa de guerra; ambos ataques fueron contra bases navales; los ataques fueron realizados por sorpresa)

En Octubre de 1904, Rusia envió una nueva flota a extremo oriente con unidades pertenecientes a sus flotas del Mar Báltico y del Mar Negro. Al mando figuraba el almirante Rozhdestenky. Fue un viaje largo y penoso, para ambas flotas.

El 27 de Mayo de 1905, al amanecer, las escuadras rusa y japonesa se encontraron el estrecho de Tsushima, entre Corea y Japón. El almirante ruso formó la línea de batalla a las 11,–  horas, disponiendo en línea a sus buques más poderosos, y en retaguardia, escoltados por cruceros y destructores, a los transportes y buques auxiliares. El total de la flota se componía de once  acorazados, dos cruceros de gran blindaje, seis cruceros protegidos, nueve destructores, guardacostas acorazados y buques auxiliares.

La flota japonesa contaba con un total de ocho acorazados, dieciséis cruceros ligeros, veintiún destructores, treinta y siete torpederos más cañoneros y barcos auxiliares.

A las dos de la tarde, la flota japonesa se lanzó al ataque. El almirante Togo hizo ondear una bandera con el mensaje siguiente “La suerte del Imperio depende de esta acción. Que cada uno haga todo lo que pueda». Recuerda este mensaje al que envió Nelson poco antes de comenzar la batalla de Trafalgar “Inglaterra espera que todo hombre cumplirá con su deber”

Narrar como se desarrolló la batalla seria muy largo y monótono, por lo que para comprender como se gestó el triunfo japonés, se transcriben, a continuación, parte de los mensajes que Togo fue enviando a su Estado Mayor.

“En el momento que supe que la escuadra rusa se hallaba a la vista, nuestra flota se dispuso al ataque”

“El tiempo es hermoso pera la mar está agitada”

“El día 27 nuestra escuadra ataca a la rusa cerca de Okonoshina (Al sur de Tsushima) rechazándola y echando a pique cuatro buques, causandole numerosos daños”

“Por la noche nuestros destructores y torpederos abanaron el ataque después de sufrir pequeñas averías”

“La principal parte de nuestra flota sigue persiguiendo a los rusos”

“El día 28, cerca de las rocas de Ciankout (Al este de Okinoshina) atacamos a los rusos: el “Borodino”, “Alejandro” y otros tres buque más son echados a pique. El “Nebogatoff” y 2.000 marinos son hechos prisioneros”

   “El “Waldimir Monomach” naufraga una vez capturado”

Los acorazados y cruceros japoneses habían rodeado a los últimos barcos rusos que estaban al mando del Almirante Nicolai Nebogatof, ya que Rozhdestenky, había sido gravemente herido, que se rindió para no aumentar inútilmente la perdida de vidas. Horas mas tarde se remataba el triunfo japonés con la captura del casi inconsciente Rozhdestenky.

La victoria era total: de los treinta y ocho buques de guerra rusos que se habían internado en el estrecho de Tsushima, la flota japonesa había hundido o apresado veintisiete. La gran flota rusa estaba aniquilada. Se calculó unas 15.000 bajas rusas entre marinos muertos y rescatados por los japoneses, que solamente tuvieron unas 800 perdidas humanas.

El almirante Heihachiro Togo fue recibido al llegar a Japón como un autentico héroe y colmado de toda clase de homenajes. En el año 1907 le fue concedido el titulo nobiliario de “hakushaku” (El equivalente a nuestro conde). El 1913 fue nombrado a titulo honorifico “Almirante de la Flota”. En 1926 se le impuso el Collar de la Suprema Orden del Crisantemo, honor que solo había recibido el Emperador y el Príncipe Kotohito. Un día antes de su muerte le fue concedido el titulo de “Koshaku” (marqués).

Al morir se le efectuó un funeral de estado y en la bahía de Tokio se realizó una gran parada naval, donde acudieron los barcos más representativos de muchas naciones.

 

El paquete MIKASA.

El ejemplar data aproximadamente del año 1910 y está impreso sobre cartón rígido. Los cigarrillos estaban colocados en una bandeja deslizante (El envase se muestra desplegado).

Reproduce fielmente el acorazado, dentro de la sencillez del dibujo. Se pueden observar las torres principales de proa y popa. Incluso se hallan muy bien representadas las chimeneas como estaban pintadas en el navío, al igual que los palos de radio, los cañones auxiliares y las lanchas de salvamento.

En la parte izquierda la bandera de guerra de la armada nipona y en centro del Sol está escrito el nombre del barco. En la esquina superior izquierda está escrito el mensaje que dirigió Togo a sus fuerzas. (La suerte….)