Artículo de fecha 03-06-2016 de D. José Manuel Huidobro
Caballero de la Orden de Caballería del Santo Sepulcro de Jerusalén, Miembro de la Real Asociación de Hidalgos de España. Máster en Derecho Nobiliario, Heráldica y Genealogía (UNED). Autor de 55 libros y más de 700 artículos.
Pedro Calderón de la Barca. Soldado, dramaturgo y poeta del Siglo de Oro
Tuvo un gran prestigio en la corte de Felipe IV y su nombre va asociado a la inauguración del palacio del Buen Retiro de Madrid, en 1635, además de a numerosas representaciones teatrales palaciegas.
El dramaturgo fue soldado y miembro de la caballería castellana en el sitio de Fuenterrabía por los franceses y en la guerra de Secesión de Cataluña. El rey le honró otorgándole el hábito de Santiago en 1636. Además. fue capellán de la catedral de Toledo y capellán del rey.
Pedro Calderón de la Barca (y Barreda González de Henao Ruiz de Blasco y Riaño) nació en Madrid el 17 de enero de 1600 (reinando Felipe III) de familia hidalga. Su padre, Diego Calderón, era hidalgo y fue secretario del Consejo y Contaduría Mayor de Hacienda de Felipe II y Felipe III; su madre era Ana María de Henao, perteneciente a una familia también de origen noble. Pedro fue el tercero de los cinco hijos que el matrimonio tuvo, Pedro de origen montañés (Viveda, en Cantabria).
Empezó a ir al colegio con 5 años en Valladolid, donde estaba en ese momento la Corte, pero al poco se mudó y se educó en elColegio Imperial de los Jesuitas en Madrid, en el que se familiarizó con los poetas clásicos latinos. Su madre falleció en 1610 y su padre cinco años más tarde, lo que estrechó los lazos emocionales entre Calderón y sus hermanos José y Diego.
La casa-torre de los Calderón de La Barca está situada en Viveda, Cantabria y está compuesta por una torre fortificada medieval del siglo XII ampliada en el XV, y un palacio montañés del siglo XVII, construida por la familia Calderón de Oreña, que aquí mudaron el apellido por el de Calderón de la Barca, cuyo portador más afamado fue el gran escritor.
En 1614 se matricula en la Universidad de Alcalá y, el año siguiente, en Salamanca, donde estudió Cánones y Derecho hasta 1620. No cumplió el designio de su padre y, en última instancia, no quiso ordenarse sacerdote.
Fue soldado en la juventud y sacerdote en la vejez, lo que era bastante habitual en la España de su tiempo. En sus años jóvenes su nombre aparece envuelto en varios incidentes violentos, como una acusación de homicidio y la violación de la clausura de un convento de monjas.
En 1623 se representó su primera comedia conocida, Amor, honor y poder. En la década de 1630, ya apagada la luz de Lope de Vega en los Corrales de Comedia madrileños, Calderón de la Barca se consagra como dramaturgo de éxito con «La dama duende» y otras comedias de tono humorístico. En 1635 ya tenía escrita quizás su obra cumbre: “La vida es sueño”.
Se vio envuelto en pleitos por causa del testamento de su padre, que obligó al dramaturgo y a sus hermanos a pleitear con su madrastra y a vender el cargo de su padre para pagarle lo que les pedía. Entró al servicio del duque de Frías, con el que viajó por Flandes y el norte de Italia entre 1623 y 1625.
De su vida militar existen pocas noticias, aunque consta que se distinguió como soldado (sentó plaza de coracero) al servicio del Duque del Infantado durante el sitio de Fuenterrabía (1638). También, que tomó parte en la campaña para sofocar la “revuelta de los segadores”, rebelión de Cataluña contra la Corona (1640), donde va a morir en la misma, en 1645, su hermano José, prestigioso militar. Contrasta lo impulsivo y mundano de su juventud con lo reflexivo de su madurez. En 1642, tras ser herido en el sitio de Lérida, pide su retiro como militar (obtuvo la licencia absoluta y una pensión vitalicia) y entra al servicio del duque de Alba como su secretario. Goza, desde entonces de un período de tranquilidad para la creación literaria.
Calderón escribe sobre todo comedias y autos sacramentales. Como se ha comentado, hacia 1623 estrena sus primeras comedias y pronto, Felipe IV le convierte en dramaturgo oficial de la Corte. Sin embargo, su momento de mayor esplendor empieza a partir de 1642, cuando se retira del ejército y entra al servicio del duque de Alba. En esta época goza de un período de tranquilidad para dedicarse a la creación literaria. Para las fiestas de palacio compone numerosas obras.
En el estilo de sus comedias se pueden apreciar dos tendencias: una que sigue más de cerca el teatro realista, nacional y costumbrista de Lope y su escuela, representada por las «comedias de capa y espada»; y otra, diferenciada del estilo anterior, más personal. Esta tendencia incluye las comedias más poéticas y simbólicas, con intensificación de los valores líricos y del contenido ideológico. En esta segunda línea los personajes adquieren mayor esquematización y dimensiones de símbolos universales.
Entre sus muchas obras, destacan las siguientes: Casa con dos puertas, mala es de guardar (1632), No hay burlas con el amor (1637), El príncipe constante (1629), El mágico prodigioso (1637), El médico de su honra (1635), El alcalde de Zalamea (1640), y su obra maestra, La vida es sueño (1636). En sus autos sacramentales destacan El gran teatro del mundo (1636).
En 1651 recibe las órdenes sacerdotales (ingresó en la Tercera orden de San Francisco) y se traslada a Toledo como capellán de los Reyes Nuevos. Vuelve en 1663 a Madrid por orden de Felipe IV que le nombra capellán de honor. A partir de su ordenación sacerdotal, su producción teatral profana para los corrales de comedias decrece, aunque sigue ejercitando su pluma en el teatro mitológico para palacio y en los autos sacramentales, y ésta es su labor en los años de vejez con el reinado de Carlos II.
Falleció en Madrid el 25 de mayo de 1681, en una casa situada en el nº 61 de la calle Mayor, que aún se conserva, habiendo escrito 110 comedias y dramas, además de 80 autos sacramentales, loas, entremeses y otras obras menores. Es enterrado con todos los honores, y su cadáver, revestido de sus ornamentos sacerdotales y del hábito de la Orden de Santiago, es llevado, de acuerdo con las propias palabras de su testamento, «descubierto, por si mereciese satisfacer en parte las públicas vanidades de mi mal gastada vida».
Publicado en el blog «Hidalgos en la Historia» cuyo blogmaster es D. J. Manuel Huidobro