Uno, que es rendido admirador de la historia portuguesa, sabía de Timor por tenerla en el recuerdo como una de las provincias ultramarinas de nuestro vecino. De esta manera, Timor ya no me parece tan lejana.
Por veces, se me figura que en mi ensoñada y feliz adolescencia, fui grumete y navegué estas aguas en la corbeta de Yañez, el lugarteniente portugués de Sandokán, el tigre de Mompracen, pero no lo sabe nadie, porque Salgari no se acordó de mí en su novela. Digo Kupang y se me llena la boca de agua de mar.
Pues bien, la capital de esta provincia indonesia y su principal puerto es Kupang. Hasta 1850 perteneció a Portugal, pasando a manos holandesas hasta 1945, que es cuando se integra en Indonesia. Conviene saber que gracias a la colonización lusa, su población es mayoritariamente católica.
Mi señor Raja es también Luirai de Sonbai Kecil, que es tanto como decir Emperador del Pequeño Sonbai, un título que les viene a los Nisnoni de su sangre, desde los tiempos en que, aliados a la Compañía de la Indias Neerlandesas combatían a los lusos, junto con otros principados locales. Todo tiene su origen en el viejo Maromak Oan de Waiwiku-Waihale, gobernante supremo de todo Timor, que según la leyenda fue adorado por los timorenses como un semidiós. Los holandeses reconocieron a los Nisnoni, príncipes de Sonbai Kecil a partir de 1785 y el reino de Kupang fue desde 1917, una federación de estados compuesto por los príncipados de Sonbai Kecil, Amabi, Amaabi-Oifetto, Foenay, TaEbenu y Helong.
Nacido en 1936, como hijo del príncipe heredero Muda Alfonsus, cuando todavía reinaba su abuelo El Usif don Nicolaas, eran los tiempos en que a los rajas se les consideraba de origen divino y se les imploraba que bendijesen al pueblo con la abundante lluvia. El comienzo de la Segunda Guerra Mundial vino a alterar este estado de cosas y obligó el príncipe don Leopold, con 12 años de edad, a abandonar Timor y exilarse a Holanda, donde se formaría de tal forma que cuando volvió, se le consideró demasiado influido por la modernidad y por la cultura holandesa, lo que le permitió iniciar una carrera administrativa que le llevaría a dirigir la imprenta oficial del territorio. Una vida admirable de trabajo y sacrificio.
Su padre, el Raja don Alfonsus fue desposeído de su condición soberana en 1960, cuando la República de Indonesia abolió todos los reinos timorenses. Pero no fue hasta su muerte acaecida en 1992, cuando don Leopold le sucediese como Jefe de la Casa Real de Kupang, siendo oficialmente reconocido en Enero de 1993.
Fue el primer rey cristiano en acudir al Indonesian Royal Festival, tradicionalmente islámico. Fanático del tenis, es también patrono de una fundación caritativa para la educación de niños desfavorecidos, En la actualidad, desempeña el papel de Vice-Canciller del Consejo de Rajas Timorenses, habla con fluidez seis idiomas y es una autoridad en la historia y tradiciones locales. Está felizmente casado con donna Fredrika Margaretha, nacida Lino, Ratu de Kupang, con sucesión.
Por las fotos, don Leopold me malicio que es hombre de carácter, hecho a sí mismo, que sabe lo quiere para su pueblo, de porte distinguido y majestuoso, sin afectación ni altanería. Lo que se llama un padre venerable y bondadoso.
Lástima es que no discierne orden de caballería alguna. ¡Con lo que yo disfrutaría! He de escribir a mi dilecto Anthony Raman, para que convenza a Su Alteza el Raja de la conveniencia de fundar una orden de su Casa y Familia. Una orden para recordar las venturosas épocas en que los rajas llamaban a la lluvia y la lluvia obediente, como una bendición, caía sobre los verdes campos del edén timorense.
Heraldo Mayor de la Casa Troncal