Así mismo es notoria la solicitud que en el siglo XVIII se realizó ante la Junta General del Principado, para que se reconociera la hidalguía universal del asturiano.
Como resulta facilmente comprensible una mayoría de ellos mal vivían con rentas muy bajas es por lo que , para subsistir, se veían obligados a desempeñar todo tipo de oficios, circunstancias que desmienten el tópico muy arraigado que asocia a la nobleza con una clase social ociosa e improductiva, así como económicamente poderosa.
Habida cuenta, como ya hemos dicho, de la pobreza de muchas de las familias hidalgas y de la amplia tradición militar de la que gozaron tanto asturianos como cántabros, así como de las actuaciones individuales en los Tercios Viejos de Infantería Española, la Junta General del Principado, a comienzos del XVIII establece el alistamiento de Compañías nutridas íntegramente por hidalgos compensado de esta manera la exención impositiva de la que gozaban, siendo la profesión de las armas el sustento y forma de vida de muchos hidalgos asturianos.
La nobleza de Asturias ha ocupado siempre un papel importantísimo en el devenir histórico de España. Íntimamente ligada a la Monarquía, los asturianos han apoyado siempre a los monarcas hispanos a lo largo de la historia, cristalizándose ese mutuo afecto en la propia denominación del heredero a la corona del Reino de España, como Príncipe de Asturias.
El día 05 de noviembre de 1989 un grupo de nobles asturianos , con pretensiones de agrupar a los descendientes de la antigua nobleza, constituyen en Oviedo una asociación que un año después pasaría a denominarse “Cuerpo Colegiado de la Nobleza de Asturias”.
Entre sus primeros impulsores cabe destacar las figuras del Conde de Toreno, el Marqués de Canillejas y el Conde de Güemes, siempre rodeados de prestigiosos profesionales muy entendidos en estos campos y materias.
Sus actuales Estatutos datan del 26 de mayo de 1995, de ellos podemos destacar , además del firme propósito de organizar y representar a la nobleza asturiana, su afán por el estudio de los fondos heráldicos y genealógicos del Principado, así como la defensa del patrimonio artístico cultural y medioambiental de la región asturiana.
En la actualidad, y con una intensa vida corporativa y cultural, esta corporación nobiliaria se define con una nueva nomenclatura que la mantiene más próxima a su ideario e intereses, bajo el nombre de “Cuerpo de la Nobleza del Principado de Asturias” organiza y otorga anualmente los premios “ Trelles-Villademoros”, a la labor cultural, “Conde de Toreno”, a la cooperación humanitaria, “Carreño- Miranda”, al mérito en las artes, y “Conde de Campomanes” en el campo de la economía.
En la Orla el lema “Asturias Nunca Vencida”, que el Rey D. Fernando VII otorgó al ejército asturiano en 1808, pero que realmente podríamos aplicarlo a toda la historia del Principado.
El óvalo que contiene todas estas piezas, se cierra con las hojas de laurel, símbolo de las victorias, pendiendo a su vez de su más importante símbolo histórico, La Cruz de la Victoria, surmontada de la corona de Príncipe de Asturias, simbolizando la situación del Principado y su histórica lealtad a la Corona.
Feliciano Riestra Conejo, Asesor de Información del Presidente de la Diputación de Linajes