Artículo de fecha 06-11-2015 de D. José Manuel Huidobro 

Caballero de la Orden de Caballería del Santo Sepulcro de Jerusalén, Miembro de la Real Asociación de Hidalgos de España. Máster en Derecho Nobiliario, Heráldica y Genealogía (UNED). Autor de 55 libros y más de 700 artículos.

 José Ruiz Huidobro. General destacado en las guerras civiles argentinas y en la lucha contra los indígenas ranqueles

El general José Ruiz Huidobro, soldado valeroso, hombre de mundo, empresario y actor teatral en sus momentos difíciles, hombre de la más absoluta confianza de Facundo Quiroga (uno de los máximos exponentes del federalismo argentino).

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  Dirigió la columna centro durante la «Campaña al desierto» o «Conquista del desierto) de Juan Manuel de Rosas de 1833-1834. Entre los soldados le llamaban «el general de las 365 camisas”, por su estilo muy refinado.

   José, de origen hidalgo, nació en Madrid en 1802, siendo sobrino del teniente general de la Real Armada Pascual Ruiz Huidobro*, gobernador de la Plaza de Montevideo y jefe del Apostadero Naval del Río de la Plata en la época de las invasiones inglesas. 

 Pascual Ruiz Huidobro (Orense, España, 1752 – Mendoza, Virreinato del Río de la Plata, marzo de 1813) era un militar español peninsular de larga carrera en el Virreinato del Río de la Plata, que luchó contra las invasiones inglesas como gobernador de Montevideo.

   Muy joven, en 1819, llega a América y se incorporó al ejército real y en el año 1820 prestaba servicios en calidad de teniente en el famoso Regimiento Numancia, que mandaba el coronel Tomás de Heres, cuerpo que a fines de aquel año se plegó a la causa de los patriotas, merced a las hábiles maquinaciones del general José de San Martín, que había invadido el Perú y dirigía con singular acierto su admirable “guerra de zapa”. 

   El teniente Ruiz Huidobro, en 1825, pasó a Mendoza, acompañado de su esposa Petrona Godoy y una hija de dos años, Modesta. Allí se alojó en casa de su tía política María Josefa Morales de los Ríos, viuda del general Pascual Huidobro, que había fallecido en aquella ciudad el 5 de abril de 1813. Desde su llegada a Mendoza, actúa en sociedad, donde se destaca como un buen conversador y un gran bailarín. Organiza cuadros filodramáticos, que dirige y encabeza; actúa como empresario. Así llega al cuartel de los Olivos, donde organiza una serie de representaciones, hasta que, habiendo recibido el general José Félix Aldao (el famoso Fraile Aldao) encargo de formar un regimiento de caballería llamado “Auxiliares de los Andes” mendocino, repara en él y lo alista.

  Como este regimiento debe ser puesto a órdenes de Facundo Quiroga, para que con él combata al general Paz, Ruiz Huidobro pasa a formar parte de las milicias del caudillo riojano. De la noche a la mañana el recién llegado aparece convertido en un federal: capitán instructor primero y sargento mayor después, pronto se convierte en jefe de uno de los escuadrones.

   Participa en la batalla de La Tablada (junio de 1829) junto a Quirogase distingue por su valor y habilidad, retirándose del campo de batalla junto con su jefe.

Soldado del regimiento de "Auxiliares de los Andes" de Mendoza

Soldado del regimiento de «Auxiliares de los Andes» de Mendoza

   Durante el trayecto entre Córdoba y La Rioja, Ruiz Huidobro, que está formado en cuerpos de línea, sugiere a Quiroga la organización de unidades de ese tipo. Quiroga acepta y Ruiz Huidobro recibe el encargo de disciplinar el regimiento de Auxiliares de los Andes. Durante seis meses, ya ascendido a comandante, se dedica a organizar y disciplinar aquel cuerpo, hasta dejarlo convertido en un modelo de instrucción y disciplina. Además, consigue los medios necesarios, y después de armarlo con sable, carabina y lanza, le proporciona unos vistosos uniformes azules. Quiroga parece tener debilidad por este hombre, del que nunca quedan desmentidas, ni las costumbres refinadas*, ni su valor, ni su sorprendente capacidad organizativa.

   *Gálvez, en su historia novelada del general Quiroga pone en boca de uno de los oficiales de la División estas palabras pronunciadas después del combate de “Las Acollaradas”: “¡Qué se puede esperar de un gallego!  Y de un hombre que ha sido cómico de teatro.  Ya lo hemos visto.  Pura ostentación.  ¿A quién se le ocurre ir a pelear contra los indios llevando tantas paqueterías?  Tiene más camisas él solo que todos nosotros juntos. Y siempre oliendo a perfume, como las mujeres…  Y en esa galera tapizada, y ese lujo… no pega compañeros en Huinca Renancó”, y concluía al fin reconociendo sus méritos: “Pero el gallego estuvo bien en ese combate.  Fue valiente y organizó con habilidad la defensa y el ataque”. (Manuel Gálvez: .”El General Quiroga”, página 212).

   Durante la sorpresa de Oncativo pelea junto a Quiroga, corre su suerte al verlo derrotado, lo acompaña hasta Buenos Aires galopando a través del desierto. Cuando Quiroga enferma de reumatismo durante su primera permanencia en Buenos Aires, Ruiz Huidobro es su compañero inseparable. A él le corresponde organizar a los ex presidiarios y vagabundos que empiezan a reclutar en la ciudad, con el consentimiento de Rosas. En los momentos en que Quiroga se lanza hacia Cuyo con un puñado de forajidos, su brazo derecho es Ruiz Huidobro, que interviene como factor primordial en la toma de Río Cuarto, y luego en la de San Luis.

El General Ruíz Huidobro, saludando

El General Ruíz Huidobro, saludando

   En las primeras semanas de 1832 Quiroga regresa a Cuyo, a recibir los honores el triunfo y a preparar la Campaña del Desierto, de antemano convenida con Juan Manuel de Rosas; lo elige para el mando efectivo del Ejército del Centro para iniciar la iniciar la expedición al desierto. La columna parte el 14 de marzo de 1833, rumbo al Sur, y toma el nombre de División del Centro; el día 16 tiene lugar un duro encuentro con la indiada de Yanquetruz; Huidobro muestra condiciones excepcionales para el mando en jefe en aquel encuentro, que dura seis horas y donde los salvajes cargan con violencia inusitada, terminando la batalla con la fuga de la gente de Yanquetruz.

    Participa en 1840 con motivo de la invasión de Lavalle y muere en Buenos Aires el 30 de enero de 1842. Fue sepultado en el cementerio de La Recoleta, junto a Facundo Quiroga, como testimonio de su fidelidad al caudillo riojano.

   Es uno de los protagonistas del poema «El gaucho Martín Fierro«, de José Hernández, publicado en 1872, que relata parte de sus hazañas en la Campaña del Desierto«. La localidad cordobesa de Villa Huidobro (Argentina) lleva ese nombre en su honor.

 

 Publicado en el blog «Hidalgos en la Historia» cuyo blogmaster es D. J. Manuel Huidobro

 http://hidalgosenlahistoria.blogspot.com.es/