Mucho más que una Princesa de Asturias.
Por el Dr. Francisco M. de las Heras y Borrero, Presidente de la Diputación de Linajes de esta Casa Troncal. |
El oficio de rey o de reina, no es fácil. Nunca lo fue, y ahora menos que nunca. A menudo, vemos el lado positivo que esta alta posición comporta, pero rara vez miramos el lado negativo, de renuncia personal a aspiraciones legítimas y de sacrificio que también conlleva.
La elección de esposa para un Príncipe Heredero no es fácil. Conjugar sentimientos personales e interés general se revela, a veces, muy complicado. Cuando se logra la conjunción de ambos intereses, el éxito es seguro.
La Princesa de Asturias, para gran parte de la sociedad francesa se revela como un icono de la elegancia. |
Lo acertado de elección de esposa por parte del Príncipe Felipe, cada día resulta más evidente. Doña Letizia sabe hacer feliz al hombre que ama, a la vez que, por amor, ha sabido renunciar a su profesión de periodista, una de las cosas más queridas por ella, a fin de consagrarse, completamente y sin reserva alguna, a ser la esposa del Heredero de la Corona, asumiendo con discreción y eficacia esta difícil posición.
La personalidad y buen hacer de la Princesa de Asturias está teniendo un amplio reconocimiento internacional, en cuyos medios de difusión se destaca, de forma muy positiva, sus cualidades.
Últimamente, hemos podido apreciar esta valoración en la republicana Francia. Hace pocas semanas se publicó en París la obra titulada “Les Grandes Amoureuses du Gotha”(1). La obra presenta un minucioso análisis de la personalidad de una representativa muestra de la realeza (Sissi de Baviera, Grace Kelly, Diana Spencer, Victoria de Suecia, Soraya…). Por supuesto, también se dedica un capítulo a Doña Letizia.
No nos descubre nada nuevo, pero, como españoles, nos sentimos muy orgullosos de comprobar la “buena prensa” que nuestra Princesa de Asturias tiene en el medio internacional. Cosa que no todas las princesas, herederas o no, pueden decir.
Portada de «Les Grandes Amoureuses Du Gotha». |
Para mejor ilustrar a nuestros lectores, nos gustaría destacar un breve extracto de algunas de las apreciaciones que sobre Doña Letizia hace esta significativa obra:
Letizia ha sido invitada por uno de sus compañeros, director de un programa de TVE, a una cena debate en torno al tema de la guerra de Irak. El príncipe heredero se encuentra en la misma mesa que la periodista, que llega retrasada, y que por otra parte ha querido anular sin éxito esta velada que le aburre un poco. De inmediato, el heredero de la corona es “tocado” por su elocuencia, su inteligencia. Letizia no tiene “la mirada fría”, no duda en mantener su criterio frente a un político que no comparte su opinión, el cual incluso experimenta un travieso placer en desmontar sus argumentos. Ella conserva el mentón alto, la cabeza derecha, no eleva la voz, no se pone nerviosa. Termina por ganar la partida, magistral. Sus argumentos son exactos, hacen enmudecer. Su discurso es elaborado, pensado, denso. Felipe sonríe, está seducido. Al saludarlo, ella baja los ojos, inclina la cabeza y se excusa por marcharse tan pronto. Sale al día siguiente en la mañana para el extranjero, le queda una maleta por terminar (página 74).
Ella lo encuentra (a Don Felipe) extrañamente accesible, respetuoso, está sorprendida por su curiosidad, su gusto por el cine, la cocina, la música, la lectura (…) A Felipe le gusta su dinamismo. Letizia es el arquetipo de una mujer de principio, de carácter. Rechaza que el Príncipe pague la cuenta del restaurante, insiste en invitarlo, proclama “ganar su vida”, ser libre e independiente (página 75).
Muy pronto, Letizia se impone como la lady española, se convierte en la encarnación de la gracia y la belleza. ¿Su estilo? Una mezcla de “glamour” y de modernidad. La llegada (a la Zarzuela) de la nueva princesa trastoca un poco la cotidianidad de la corte (…) La menor salida de la princesa heredera desencadena las multitudes y vuelve a la prensa histérica. La ex-periodista lleva en ella algo que provoca el frenesí (página 79).
En traje largo y diadema, en pantalón ancho y blusa, en traje más formal o con ropa deportiva, Letizia, convertida en icono de la moda, aporta elegancia, belleza, encanto, casi la impetuosidad, que faltaban al lado del heredero del trono. Ella obtiene su “master en soberanía” con mención “muy bien” (página 82).
La Princesa menos cara del Gotha. |
La Casa Real le otorga ahora carta blanca. Letizia gana sus galones y obtiene un programa de trabajo a medida. El secretario del príncipe de Asturias le confiere una serie de manifestaciones, en solitario, centradas sobre los temas de la infancia y la juventud (…) Letizia no tiene ya miedo de ser ella misma. Es sencilla, directa, espontánea. Inquieta y acogedora. Es más libre, menos “mujer de” (páginas 82/83).
Y por si todo esto fuera poco, Doña Letizia “es sin duda la princesa menos cara del Gotha”, según un reciente estudio publicado en la prestigiosa revista, especializada en casas reales, Point de Vue(2) , en el que realiza un análisis comparativo sobre los gastos de todas las princesas herederas de tronos europeos.
Una vez más, nosotros repetimos con orgullo que Doña Letizia Ortiz Rocasolano es mucho más que una Princesa de Asturias.
(1) Bertrand Deckers, “Les Grandes Amoureuses du Gotha”, Express Roularta Éditions, París, abril 2011.
(2) Point de Vue, n° 3279, semana del 25 al 31 de mayo 2011. París.