Artículo que nos remite para su publicación en el Blog de la Casa Troncal de los Doce Linajes de Soria… SU CASA; nuestro querido colaborador habitual D. José María de Montells y Galán. Gracias querido José María.

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CRÓNICA DEL CAPÍTULO DE CABALLEROS QUE ELIGIÓ AL NUEVO GRAN MAESTRE DE LA RELIGIÓN Y MILICIA DE SAN LÁZARO

 Por D. José María de Montells

Reunido el Capítulo General de los caballeros lazaristas el pasado 5 de mayo de 2018 en Madrid, tuvo lugar el acto trascendental de la elección de un nuevo Gran Maestre de la Orden de San Lázaro de Jerusalén, que transcurrió en la mañana del dicho día en el hotel Meliá Serrano de la capital española y que contó con la asistencia de representantes de 24 países.

Yo había delegado mi voto en el Gran Prior de España y por ello no asistí a los actos matinales. Dada mi provecta edad y mis achaques, me reservé para la tarde, pues de acudir a las votaciones y al resto de los gozosos acontecimientos del día me hubieran tenido que recoger en camilla. Inconvenientes de ir cumpliendo años, a Dios gracias.

He de decir ahora que lo siento. Me hubiera gustado ver que la elección de don Francisco de Borbón y von Hardenberg, conde de Hardenberg, se hizo por aclamación de los presentes, sin una voz en contra.

El 50 Gran Maestre, de la Orden Militar y Hospitalaria de San Lázaro de Jerusalén, don Francisco de Borbón y Von Hardenberg, Conde de Hardenberg. Versionado por este redactor con Photoshop

El 50 Gran Maestre, de la Orden Militar y Hospitalaria de San Lázaro de Jerusalén, don Francisco de Borbón y Von Hardenberg, Conde de Hardenberg.
Versionado por este redactor con Photoshop

Es lo más natural, dado que don Francisco es el eslabón final de una cadena sucesoria de Grandes Maestres pertenecientes todos ellos a la familia Borbón Sevilla. Su padre, su abuelo y su bisabuelo han sido jefes supremos de la Religión de la Cruz Verde. Personalmente la elección de don Francisco es motivo de enorme satisfacción. Es un joven empresario, fogueado en los negocios internacionales. Un hombre, por decirlo de alguna manera, de la casa.

Ha sido comendador de Castilla y me consta su amor por la Religión de la Cruz Verde. No me cabe la menor duda de que su elección será muy beneficiosa. Mi familia y yo mismo, hemos estado vinculados a los Borbón Sevilla desde antiguo. He tenido una relación de amistad con los tres últimos Maestres y espero y deseo con toda mi alma que el 50 Gran Maestre acierte en sus decisiones para llevar a la Orden al lugar preeminente que le corresponde en el panorama contemporáneo de la caballería internacional.

Me cuentan, eso sí, que la mañana transcurrió con una extraordinaria cordialidad fraterna, con una gran alegría, contenida tan sólo, por los luctuosos sucesos que hemos vivido con el fallecimiento de su predecesor don Carlos Gereda de Borbón, marqués de Almazán. No me extraña. El 49 Gran Maestre fue una persona muy querida en el seno del Hospital. Me dicen además que fueron muy cálidas las palabras de los jefes de jurisdicción dirigidas a don Francisco dándole la bienvenida en sus nuevos quehaceres.

Presentes estaban Monseñor Pennisi, Gran Prior Espiritual de la Orden y el Gran Maestre Emérito, antiguo 48 Gran Maestre, don Francisco de Borbón y Escasany, V duque de Sevilla. Conviene resaltar aquí que en la mente de todos los electores estaba su ejemplar magistratura que servirá de modelo, sin duda, a su hijo el conde de Hardenberg.

El duque de Sevilla con enormes dotes diplomáticas y autoridad moral consiguió unificar las dos obediencias en las que entonces se dividía la Orden. Un final fraterno para una disputa que parecía irresoluble.

Ya por la tarde, me acerqué al Monasterio de Santo Domingo el Real para ser testigo de la proclamación e investidura del nuevo Gran Maestre en una sobria y emotiva ceremonia religiosa que tuvo como protagonistas principales al duque de Sevilla y al arzobispo de Monreale, Monseñor Pannisi, amén del propio don Francisco de Borbón.

Por fortuna, no fui el único, el ritual de proclamación se realizó ante unas trescientas personas venidas de todos los países del mundo.

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También hizo acto de presencia en la solemne ceremonia la madre del nuevo Gran Maestre, doña Beatriz von Hardenberg-Furstenberg, princesa de Furstenberg y su hermana, doña Cristina de Borbón y von Hardenberg.

Lamentablemente, no pudo asistir el Protector Espiritual, SB el patriarca Youssef I Absi, dada la situación bélica de Oriente Medio y la persecución a la que se ven sometidos los cristianos en Siria.

Actuó de maestro de ceremonias, quien lo es del Gran Priorato de España, don Manuel Tourón y Yebra y tradujo al inglés, la vicecanciller de finanzas, la Dama doña Patricia Pedrazas Freeman. Puso el contrapunto musical el grupo Laudes de manera impecable.

De igual forma intervinieron en la investidura el Gran Comendador, el caballero Ronald Hendriks y el Gran Canciller. La representación española estuvo encabezada por el Gran Prior, don Iván de Arteaga, marqués de Ariza que pronunció unas muy sentidas palabras de salutación al Gran Maestre y se compuso de un nutrido grupo de caballeros y damas que se desplazaron exprofeso a Madrid para la ceremonia.

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Yo estuve sentado en el banco reservado a las dignidades del Gran Priorato de España, justo al lado del Guardasellos Mayor, conde de las Torres de Alcorrim. En la iglesia, una gratísima sorpresa fue saludar a mi querida amiga, la dama portuguesa Eliana Marques Moutinho, que estaba radiante. Es una joven bella e inteligente. Tuvo momentos malos a causa de una enfermedad que ha vencido con la ayuda de Dios.

Ayuda que imploramos para don Francisco de Borbón para que el Altísimo le inspire en su tarea. Después del juramento del nuevo Maestre de la Religión, todos los presentes renovamos el nuestro. Ya escribí hace algún tiempo que en recta doctrina, el juramento que se profiere en casi todas las ceremonias de ingreso, incluida en la de nuestra Orden, es un compromiso con la lealtad de por vida. No tiene fecha de caducidad. Esencial resulta que seamos leales a los ideales corporativos y obedientes a quien desempeña la autoridad. Como en repetidas ocasiones dijo el Marqués de Almazán, las instituciones caballerescas no son sociedades democráticas, son agrupaciones jerarquizadas donde la autoridad es ejercida por un Maestre que se asesora de los mejores. SER LEALES SIGNIFICA SER HONRADOS, SER SINCEROS, SER RECTOS, SER FIELES A NOSOTROS MISMOS Y A LA INSTITUCIÓN A LA QUE DESEAMOS INCORPORARNOS. ASÍ EL HOMBRE CORRIENTE, RECIBE EL ORDEN DE LA CABALLERÍA QUE IMPLICA UNA TRANSFORMACIÓN ÍNTIMA Y RADICAL.En el ámbito de nuestra Orden, se añade a las virtudes tradicionales de la Caballería, un espíritu religioso que propugna la Unidad de las Iglesias en Cristo, siguiendo a pies juntillas, las enseñanzas emanadas del Solio Pontificio. El filósofo norteamericano Josiah Royce Royce sostiene que la lealtad es una virtud primaria, «el centro de todas las virtudes, el deber central entre todos los deberes». Royce presenta la lealtad, como un valor moral básico del cual se derivan todos los demás valores o principios. La lealtad para Royce es «la devoción consciente de una persona a una causa».

Por tanto y EN SENTIDO CONTRARIO, LA TRAICIÓN SERÍA VULNERAR CON DICHOS U ACTOS, EL COMPROMISO DE LEALTAD EMPEÑADO EN EL JURAMENTO. FALTAR A LA PALABRA DADA QUE DEBERÍA SER SAGRADA. LA DESLEALTAD ESTARÍA ASOCIADA A LA FALTA DE COMPROMISO, RECONOCIMIENTO Y RESPETO HACIA LAS INSTITUCIONES IMPLICADAS Y UNA GRAVE OFENSA A DIOS QUE HA SERVIDO DE TESTIGO DE LO QUE NOS HEMOS COMPROMETIDOA DESARROLLAR: UNA VIDA SACRIFICADA EN ORDEN A LA CONSECUCIÓN DEL IDEAL.

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Renovar el juramento de lealtad y obediencia al Gran Maestre a estas alturas fue un reencuentro emocional con las propias raíces y con el compromiso siempre vivo de mi lazarismo militante.

Muy conmovedora resultó la bendición por el arzobispo Pennisi del 50 Gran Maestre en presencia de su padre, el duque de Sevilla y del Mariscal del Gran Priorato de España, don Emilio Aleman de la Escosura.

Fue el propio Gran Maestre Emérito quien impuso el Gran Collar de la Orden a don Francisco y el Gran Canciller, el caballero Gran Cruz Edward B. White, le hizo entrega del cetro que le consagra como jefe supremo del Hospital, insignias ambas que son símbolo de su poder. Un poder que dimana del Capítulo General de todos los caballeros que le han elegido y que debe ejercer legítimamente con toda autoridad y determinación.

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La ceremonia sabiamente dirigida por Tourón, Aleman y Freeman discurrió con una precisión y magnificencia digna de alabanza. No es fácil llevar a buen puerto una ceremonia tan compleja. Uno que tiene cierta experiencia en estas cosas no deja de admirarse.

A la salida, tuve la oportunidad de saludar a viejos y nuevos amigos. Al matrimonio Bonet, a los Arriaga, al inquieto Alfredo García Til, a mi querido Juan Ruiz de Burgos, a los Pérez de Ruibal, al Gran Prior de Portugal mi admirado, Nuno Pinto Leite, conde de Santa María, a Luis Soveral, barón de Arede, modelo de caballero lazarista, al Gran Prior de Francia, el conde d`Andlau, al Gran Prior de EEUU, Keneth Moritsugu y a tantos y tantos otros que sería prolijo enumerar y que están en el corazón. También conocí a la dama Flor María Muñoz, condesa Gambirasio D´Asseux, una verdadera embajadora cultural hispanoamericana en Europa. Por no hablar de Daniel García Riol, un caballero formidable que no falta a ninguna cita trascendente. Más tarde y por hacer tiempo, me senté en una terraza con Gerardo López Cuevas y dos hermanos de manto más a los que no conocía y que resultaron magníficos contertulios.

Armas del Gran Maestre, versionadas por el gran heraldista portugués Miguel Ángelo Boto

Armas del Gran Maestre, versionadas por el gran heraldista portugués Miguel Ángelo Boto

 Eché de menos a algunos hermanos que no pudieron venir por una u otra razón. A Francisco Armijo, a Luis Valero Aranda o al gran Manuel Pedro Bernáldez, amigos del alma y a quien no es miembro de la Orden, pero que ha ayudado extraordinariamente a conocer su historia y vicisitudes. Me refiero a mi respetado compañero en tantas aventuras, Rafael Portell que no pudo asistir por obligaciones familiares ineludibles.

Luego, otra vez en el hotel Meliá Serrano, donde se sirvió un coctel-cena, tuve ocasión de departir con el duque de Sevilla, con el nuevo Gran Maestre, con mis entrañables amigos don Manuel Tourón y don Emilio Aleman, con la siempre encantadora Rosa Rodrigo, con los Chaqués, con Javier Morillas y su atractiva esposa y con otros muchos caballeros y damas que hicieron muy agradable mi estancia en la celebración.

No me cansé y estoy por asegurar que la alegría que me embargaba consiguió redimirme de los dolores que me acompañan en ocasiones. Un milagro de San Lázaro que siempre vela por nosotros. Yo creo que se me nota en las fotos, Solo me queda añadir que fue un día gozoso y completo.

Una jornada inolvidable.

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