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La Academia de la Diplomacia de España distingue a Álvaro Domecq

La institución admite a siete nuevos miembros en una gala celebrada en el Hotel Jerez

Asistentes, académicos y premiados posan ayer a la conclusión del acto y antes de la cena de gala en el Hotel Jerez. Fotografía Vanesa Lobo

Asistentes, académicos y premiados posan ayer a la conclusión del acto y antes de la cena de gala en el Hotel Jerez. Fotografía Vanesa Lobo

El rejoneador, ganadero y bodeguero Álvaro Domecq Romero recibió ayer el Premio Ferrer-Dalmau de la Academia de la Diplomacia del Reino de España en el transcurso de una cena de gala celebrada en las instalaciones del Hotel Jerez. El acto tuvo su momento cumbre en la entrega del premio, un óleo del conocido pintor Augusto Ferrer-Dalmau al galardonado: un conquistador español con lanza a caballo.

Álvaro Domecq recibe el premio, un cuadro, ante el autor del mismo, Augusto Ferrer-Dalmau. Fotografía Vanesa Lobo

Álvaro Domecq recibe el premio, un cuadro, ante el autor del mismo, Augusto Ferrer-Dalmau. Fotografía Vanesa Lobo

La Academia de la Diplomacia dio ayer la bienvenida a la institución, junto a Álvaro Domecq, a siete nuevos miembros. Fueron los casos de Alfonso Rodríguez Castillo, coronel jefe de la Comandancia de la Guardia Civil de Cádiz, Jean Jacques Dray, Eduardo de la Paz Fernández, Juan Expósito Domínguez, jefe de la Policía Autonómica en Cádiz, Patricio Poullet Brea, jefe de la Demarcación de Costas de Cádiz, José Luis García-Palacios Alvarez, presidente de Caja Rural del Sur y Jorge Paradela, director para Europa de Heineken.

El acto estuvo encabezado por el presidente ejecutivo de la Academia de la Diplomacia, Santiago Velo de Antelo, y por el vicepresidente de la misma, José Carlos Ruiz-Berdejo, junto al académico y reconocido pintor Augusto Ferrer-Dalmau.

El empresario hispano-belga Jan de Clerck fue premiado por la asociación diplomática

Fue precisamente el vicepresidente de la institución, José Carlos Ruiz-Berdejo y Sigurtá, quien leyó los méritos de Álvaro Domecq exponiendo su amplísimo currículo, así como las razones de ser del Premio Ferrer-Dalmau.

Stefan de Clerck, su padre, Jan, José Carlos Ruiz-Berdejo, Santiago Velo y Augusto Ferrer-Dalmau. Fotografía Vanesa Lobo

Stefan de Clerck, su padre, Jan, José Carlos Ruiz-Berdejo, Santiago Velo y Augusto Ferrer-Dalmau. Fotografía Vanesa Lobo

Otro momento destacado de la gala fue la entrega de un diploma que premia la Proyección Internacional de las Instituciones y las Empresas, que se le entró a los propietarios del grupo Hoteles Andaluces con Encanto (HACE), el empresario hispanobelga Jean de Clerk y su hijo Stefan. Es especialmente reseñable que la cena tuvo carácter benéfico y que la recaudación de la misma se destinó a las Misioneras de la Caridad, orden que fundara Santa Teresa de Calcuta.

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Tal y como es tradición, el acto comenzó con la interpretación del himno de España, seguido del himno de la Academia de la Diplomacia, que fue interpretado (en una grabación) por el coro masculino de la Escola Cantorum de Puente Genil. Al final del acto, y antes de proceder a la cena de gala, se entonó el canto ‘La muerte no es el final’ en honor de los diplomáticos caídos en acto de servicio así como por todas las víctimas del terrorismo.

«El caballo es una gran aportación de España al mundo»

Álvaro Domecq se erigió anoche en el tercer receptor del Premio Ferrer-Dalmau, tras el escritor Alfonso Ussía y la soprano Ainhoa Arteta. Augusto Ferrer-Dalmau dijo de Álvaro Domecq que «quienes amamos el caballo español tenemos su estampa grabada» y recordó, refiriéndose a su obra, que «la conquista de América se hizo con caballos de Jerez de la Frontera. Mi objetivo ha sido que este boceto resuma la esencia del ser español». Por su parte, Álvaro Domecq dijo a los asistentes que «este caballo lo voy a ver todos los días, pues ya le tengo reservado un sitio muy especial», recordó las similitudes de los lanceros militares con los caballeros del acoso y derribo de reses bravas y no dejó pasar por alto que «el caballo español es una de las grandes aportaciones de España al mundo».

Fuente: http://www.diariodecadiz.es/provincia/Academia-Diplomacia-Espana-Alvaro-Domecq_0_1236176885.html

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www.academiadeladiplomacia.es

ACADEMIA DE LA DIPLOMACIA

Nacida al amparo de los más prestigiosos Embajadores de España, la Academia de la Diplomacia del Reino de España es una de las más insignes academias. Fundada por Embajadores de España, los Ministros Plenipotenciarios consideraban necesaria la fundación de una Academia de, por y para diplomáticos, pero abierta a su vez a personas de otras profesiones vinculadas con el mundo diplomático, las relaciones internacionales y el protocolo.

En la Academia existen grupos de trabajo para, entre otros, el estudio y análisis de temas de interés histórico, cultural, económico y político relacionado con el mundo diplomático, y además organiza conferencias, cursos y seminarios cuando los acontecimientos internacionales así lo exigen. Sus Académicos Embajadores son consultados por diferentes instituciones y ministros en cuestiones relacionadas con el mundo de la diplomacia.

Aquellos a los que la Academia haya distinguido pueden hacer uso de la medalla de la Academia, basada en el escudo del rey de España Felipe II, Lazo de Dama en el caso de las mujeres. La Academia está bajo la protección del Arcángel San Miguel, patrón de los diplomáticos españoles desde el 24 de marzo de 1949 cuando fue aprobado canónicamente por la Santa Sede.

Para la Academia de la Diplomacia es fundamental transmitir los valores que España ha divulgado a lo largo de los siglos por todos los continentes a través de su Cuerpo Diplomático, así como el valor incuestionable que representa la institución monárquica, reflejadas en las palabras de S.M. el Rey Don Felipe VI, pronunciadas el 19 de junio de 2014, donde apuntaba que “la independencia de la Corona, su neutralidad política y su vocación integradora ante las diferentes opciones ideológicas, le permiten contribuir a la estabilidad de nuestro sistema político, facilitar el equilibrio con los demás órganos constitucionales y territoriales, favorecer el ordenado funcionamiento del Estado y ser cauce para la cohesión entre los españoles”