Artículo original; que nos remite para su publicación en el Blog de la Casa Troncal, de D. Rafael Portell Pasamonte, Vicerrector de la Academia Alfonso XIII.
PRUDENCIO RABELL
MARQUÉS DE RABELL
Rafael Portell Pasamonte
Diciembre 2017
Prudencio Salvador Rabell y Pubill, nació en Caldas de Estrach (Barcelona) en 1835.
Era hijo de Francisco Rabell y Pallarolas, marino de profesión, que habiéndose quedado viudo, contrajo segundas, en 1824, con la joven Antonia Pubill, de 24 años de edad, nacida en La Seo de Urgel y residente en Arenys de Mar. Al contraer matrimonio dejó de navegar, marchado a vivir a la calle San Pedro de esta localidad. Para poder tener ingresos puso una tienda de venta de vinos al por menor en la calle Camino Real muy cerca de su domicilio.
De este matrimonio nacieron seis hijos: Francisca (1826), Ángela (1828), Francisco (1830), José (1833), Beatriz (1833) y Prudencio (1835).
La felicidad del matrimonio poco iba a durar, pues al año siguiente de tener a su último hijo; en 1836 fallecieron su mujer Antonia, su hija Ángela y su madre. Con cinco hijos que criar el solo y atender, además, la taberna, que comenzaba a ir mal, se le planteó una situación difícil y delicada y viendo que sin ayuda no le iba a ser posible resolverla, decidió, igual que estaban haciendo muchos paisanos suyos, emigrar a Cuba, que ofrecía por aquel entonces, muchas posibilidades si se trabajaba duro y con ideas. Para disponer del dinero necesario vendió la tienda a su paisano José Bargués y solicitó un crédito a Luis Mestre, prestamista de Barcelona, aportando su propia casa como garantía. La escritura del crédito se formalizó en la notaria que existía en Canet de Mar, el 5 de Febrero de 1837.
Francisco Rabell, ya con 57 años de edad, embarcó para La Habana el 16 de Septiembre de 1838. Le acompañaban sus hijos Francisca, Francisco y Prudencio, que contaban con 14, 10 y 3 años respectivamente. No se tiene constancia alguna del porqué no sé llevó consigo, ni a cargo de quien los dejó, a sus otros dos hijos.
Ya en Cuba, a base de trabajo, fue saliendo adelante con comodidad, de tal modo, que, al año siguiente, en Agosto, pudo traer a La Habana, al resto de sus hijos José y Beatriz, de 9 y 7 años, que, como se ha dicho, se habían quedado en Arenys de Mar. Igualmente pudo dar estudios a sus hijos. José ingresó en la Escuela de Náutica, de Arenys de Mar y el 13 de Marzo de 1849 obtenía el titulo de Piloto. Francisca se casó Guerau Martí, natural de Masnou y la hija pequeña, Beatriz, contrajo nupcias con Joaquín Torrent.
Años más tarde, en 1857 falleció Francisco Rabell y es entonces cuando Prudencio se independiza de su familia poniéndose a trabajar a las órdenes de Juan Conill y Pla que se dedicaba a negocios varios.
Juan Conill había llegado a Cuba a principios del siglo XIX, hombre generoso, ayudaba en lo que podía a sus paisanos. Cuando Prudencio Rabell se puso a trabajar para el, era uno de los principales comerciantes de tabaco en rama de la isla antillana y actuó con el joven aprendiz como protector, maestro y consejero en el mundo del comercio.
Prudencio Rabell, despierto, inteligente y avispado pronto dominó el oficio y pudo establecerse por cuenta propia en el comercio del tabaco, pero limitándose a comerciar. Compraba con una gran maestría las mejores hojas de tabaco de los mejores cosechadores de Vuelta Abajo (Donde se cultivaban las mejores y más aromáticas plantas debido al clima de la zona) y con estas hojas tan bien seleccionadas fabricaba picaduras y cigarrillos hebra. Al poco tiempo también fabricó cigarros puros.
En el año 1861 contrae matrimonio con la aristócrata habanera, María Isabel Vázquez Téllez, con la que no tuvo descendencia.
En el año 1869 aparecieron sus primeras marcas registradas, que fueron en aumento con el paso del tiempo, llegando a tener registradas las míticas marcas: “La Hidalguía, El Negro Bueno, El Fénix y Maura” a las que se añadieron posteriormente: “La Legitimidad” registrada en 1880 y “La Flor de P. Rabell”.
En el año 1888 dio gran incremento a sus marcas, al firmar ante el notario J. M. Nuño el 28 de Abril y según escritura pública número 218, la compra de todos los negocios tabaqueros al famoso fabricante José Susini Ruiseco, añadiendo a sus productos la famosa marca “La Honradez”, marca principal de los anteriores propietarios.
Nuestro personaje fue un destacado miembro de la masonería de la Isla de Cuba, que de simple iniciado fue escalando rápidamente grados, llegando a ocupar puestos de gran importancia, alcanzado el grado 33. Fue el sucesor de Juan Ignacio Zuazo, V marqués de Almeiras y Fiscal del Apostadero de la Marina de La Habana, como VII Soberano Gran Comendador del Supremo Consejo de Colón, de la Gran Logia Unida de Colón e Isla de Cuba, cargo que ocupó desde 1892 hasta 1894.
Por Real Decreto de 8 de Enero de 1897 (Real despacho de 13 de Marzo de 1897), la Reina Regente María Cristina en nombre de su hijo Alfonso XIII le concedió el titulo nobiliario de Marqués de Rabell.
Viendo el mal cariz que tomaban los acontecimientos con la intervención de los Estados Unidos en la guerra de independencia de Cuba, se presentó y salió elegido Senador del Reino, por la provincia de Pinar del Rio, cargo que no llegó a jurar ni a tomar posesión del mismo, a causa de la terminación del conflicto bélico con los Estados Unidos y la consiguiente independencia nominal cubana, pero que de hecho pasó a ser una colonia norteamericana.
Siempre pensando en incrementar el número de empresa de su propiedad en el año 1900 compró a otro famoso industrial del tabaco, Inocencio Álvarez, la famosa marca de cigarros “Romeo y Julieta” (Que aún se comercializa actualmente) para venderla tres años al tabaquero asturiano José Rodriguez Fernández y con el dinero obtenido entró a formar parte de una nueva sociedad que tomó el nombre de Valdés, Rabell, Costa y Cía. que fueron los propietarios de la fábrica de tabacos “Ramón Allones”
No tardaron los trust norteamericanos en poner cerco económico a las empresas españolas, entre ellas, claro está, a las del marques de Rabell, que no pudo hacerles frente, resultando que no le quedó más remedio de venderlas en pésimas condiciones, a la compañía Havana Cigar and Tobacco Company.
Y paradojas de la vida, esta persona fue tan política, tan famosa, tan rica, tan elegante y tan generosa, falleció en un estado de extrema pobreza, sin testar, en su domicilio de la calle Carlos III número 161 de La Habana el 29 de Julio de 1906, a consecuencia de un cáncer de pulmón, siendo enterrado en el Cementerio Colón.
Nadie reclamó sus escasos bienes ni su titulo de nobleza.
El 6 de Junio de 1953, María Antonia Rabell Sayús, hija de José Rabell y Pubill y de María de los Ángeles Sayús Castillo, solicitó la rehabilitación del titulo (BOE núm. 163 del 12 de Junio de 1953), la cual le fue denegada. Actualmente se encuentra caducado.
CARGOS QUE OSTENTÓ
Senador del Reino por la provincia de Pinar del Rio
Presidente de la Diputación Provincial
Alcalde del Ayuntamiento de La Habana
Presidente del Casino Español de La Habana
Coronel honorario del Cuerpo de Bomberos de La Habana
Presidente del Partido Reformista de la Isla de Cuba y su representante en la Junta Nacional de Defensa
Presidente de la Sociedad de Beneficencia de Naturales de Cataluña (1841)
Presidente y copropietario del “Diario de la Marina”
Director del Centro Catalán
VII Soberano Gran Comendador del Supremo Consejo de Colón, de la Gran Logia Unida de Colón e Isla de Cuba
Socio Protector del Centro Asturiano
Miembro de la Sociedad Económica de Amigos del País
Vocal de la Sección de Industria de la Cámara Oficial de Comercio, Industria y Navegación de La Habana
Presidente del Comité Central de Propaganda Económica de las Corporaciones
Gran Cruz de la Orden de Isabel la Católica