Artículo del Embajador de Rusia Yuri Korchagin publicado en el periódico ABC
350 AÑOS DE AMISTAD ENTRE RUSIA Y ESPAÑA
350 AÑOS DE AMISTAD ENTRE RUSIA Y ESPAÑA
Paseando por las majestuosas salas del Museo Nacional del Prado en Madrid, cualquier aficionado a la pintura se detiene sin notarlo conscientemente ante el magnífico retrato, cuyo autor es el notable maestro español del siglo XVII Juan Carreño de Miranda, de un noble en el atuendo atípico para España, un abrigo rojo de pieles, brochado de oro, un gorro alto del mismo corte, barbudo y con una mirada aguda y enigmática. Más, esa obra que se guarda en la colección de la pinacoteca a partir del momento de su fundación es el único retrato de un representante extranjero quien mereció similar privilegio durante el reinado de Carlos II Habsburgo. Se trata de Piótr Ivánovich Potiomkin, Embajador del zar ruso Alexey Mijailovich, Gran Duque de Moskovia, cuya misión a España empezó justamente hace 350 años, en diciembre de 1667.
Fue la primera Embajada diplomática rusa dirigida específicamente a España y Piótr Potiomkin fue, probablemente, uno de los diplomáticos más talentosos de la Rusia del siglo XVII. En aquel entonces tuvo 50 años y una gran experiencia administrativa y militar. Por encargo del zar tuvo que proponer a la Corte Española sobre la conclusión del tratado de paz entre Rusia y la Mancomunidad de Polonia-Lituania. El 5 de diciembre de 1667 los rusos desembarcaron en El Puerto de Santa María (Cádiz) de un barco mercante procedente del puerto de Arcángel y pisaron por primera vez el suelo español. El barco, según las costumbres de la época, fue recibido con salvas de artillería. Los rusos encontraron en la ciudad española una acogida cordial y hospitalaria. La estancia de la Embajada rusa en la ciudad duró más de un mes hasta el 9 de enero de 1668 porque Piotr Potiomkin solicitó explícitamente que la Corona Española asumiese el sustento de su viaje a Madrid, tal y como lo fue establecido en Rusia para las embajadas extranjeras que entraban en el país. Para organizarlo el Gobernador de la plaza de Cádiz Martín de Zayas Bazán necesitaba la autorización de Madrid, que se demoró en llegar. Resuelto el problema, la Embajada emprendió el viaje a Madrid pasando por Sanlúcar, Sevilla y Toledo y llegó a la Villa y Corte el 27 de febrero de 1668.
La recepción de Potiomkin en la corte de Carlos II de España fue pomposa. Sin embargo, la respuesta de la parte española a las propuestas rusas fue en general favorable, pero imprecisa. La Embajada abandonó Madrid el 7 de junio de 1668 y, pasando por El Escorial, cruzó la frontera de Francia el 2 de julio.
A propósito, el famoso retrato de Potiomkin fue creado durante la segunda misión del Embajador ruso a España, en verano de 1681. Tan fuerte era la impresión que los rusos causaron en la corte del último Habsburgo español.
El informe detallado de Potiomkin sobre aquel viaje fue destinado a convertirse en primeras impresiones escritas de un viajero ruso sobre España. Hoy día es considerado una fuente histórica de inestimable valor. Vale la pena mencionar algunas de sus notas muy interesantes: “Los vecinos del país son de maneras singulares y nobles <…>, comen y beben poco, no se emborrachan, pasados seis meses no vimos a ningún borracho que estuviera tumbado en la calle o dando gritos <…> son amadores del orden doméstico y prefieren reposar en casa <…> poco viajan para el comercio porque de todas las tierras de ultramar les están llevando mercancías que cambian aquí por oro, plata, aceite, vino y limones…>.
Pasados 350 años, el 5 de diciembre de 2017, en el lugar emblemático de El Puerto de Santa María, a pie del Castillo de San Marcos, tuvo lugar el solemne acto de inauguración de la piedra conmemorativa en honor de la primera misión rusa en España, acompañado por otros eventos culturales. En las efemérides participaron de manera muy activa, junto con la Embajada de Rusia, el Ayuntamiento de la ciudad, el Centro de Cultura y Ciencia Rusa en Madrid, la Fundación Consejo España-Rusia, la Universidad de Cádiz entre otras instituciones. La Embajada de Piotr Potiomkin de 1667-1668 tiene importancia especial porque puso los cimientos de la tradición de contactos diplomáticos directos entre Rusia y España, sobre los cuales posteriormente se erigió todo un edificio de la amistad de nuestros dos pueblos. La amistad que sobrevivió reveses de la historia y que fue y seguirá siendo un factor relevante de la vida internacional.
Yuri Korchagin
Embajador de Rusia