Artículo de fecha 27-04-2017 de D. José Manuel Huidobro
Caballero de la Orden de Caballería del Santo Sepulcro de Jerusalén, Miembro de la Real Asociación de Hidalgos de España. Máster en Derecho Nobiliario, Heráldica y Genealogía (UNED). Autor de 57 libros y más de 1.000 artículos.
José de Andonaegui. Militar que defendió las Islas Canarias del asalto inglés
Después de su estancia en las Islas Canarias, en las que protagonizó un importante papel en la defensa heroica frente a los ataques ingleses, fue gobernador de Buenos Aires, destacando en su política de apertura comercial, bajo cuya administración se realizaron expediciones a la Patagonia y se iniciaron las explotaciones de sus riquezas.
José de Andonaegui, nació en Marquina (Álava) en 1685, siendo su padre José de Andonaegui y su madre, María de Andonaegui.
Llegó a las Islas Canarias el 17 de mayo de 1741 destinado como coronel ingeniero acompañando al comandante general Andrés Bonito de Pignatelli y quedó acuartelado en Tenerife como inspector de milicias, renovando y reformando las Baterías de San Pedro, que iba a servir en lo sucesivo como Cuartel de Ingenieros, y del Rosario, conocida también como la de Nuestra Señora de la Rosa destinada después como Comandancia de Obras de Canarias, construyendo de nueva planta la de Santa Isabel. Acabadas las fortificaciones tinerfeñas, José de Andonaegui pasó como coronel a la isla de Gran Canaria a finales de 1742, y el 14 de diciembre de aquel año casó en Las Palmas con María Nicolasa de Barreda Yebra y Melo, doncella madrileña hija de Diego Manuel de la Barreda Yebra, en aquel momento consejero del rey y Oidor de la Real Audiencia de Canarias, (de ilustre familia de Santillana) y de María Nicolasa de Arellaga y Melo.
De este matrimonio consta que fueron sus hijos Gertrudis, monja, y Antonio, nacidos en Las Palmas en 1743 y 1744 y José, que vino al mundo en Buenos Aires en 1747, ingresando los hermanos varones en 1759 en el Real Seminario de Nobles de Madrid, previa justificación de nobleza de sus apellidos, según los datos facilitados por el genealogista Miguel Rodríguez Díaz de Quintana.
La estancia del coronel-ingeniero en Las Palmas de Gran Canaria coincidió con la invasión a la isla de una escuadra inglesa «pirata» de cinco navíos comanda por el almirante Charles Windham*, circunstancia que fue motivo para ser nombrado brigadier de los Ejércitos y hacerse cargo de la gobernación de las Armas de la Isla.
*Entre el 31 de mayo y el 1 de junio de 1743, San Sebastián, el puerto de la pequeña isla de La Gomera, fue atacado por la omnipotente Royal Navy. Las naves británicas, de 70 y 60 cañones, habían capturado en el tránsito desde Spithead a Canarias una fragata corsaria de 24 cañones. Con todo este arsenal, machacaron la frágil villa del Atlántico, defendida por unas milicias sin preparación, que sólo contaban para su defensa con 15 piezas de artillería desfasadas, útiles de labranza y un puñado de fusiles, pero venciendo a los enemigos. La noticia del enfrentamiento de La Gomera tuvo gran repercusión en la prensa europea, en la que se ensalzó la resoluta actitud de la tropa local frente a la arrogancia británica; hecho que tuvo su máxima expresión en la afortunada frase del comandante de la Isla, don Diego Bueno Acosta:
¡Por mi patria, por mi ley y por mi rey, he de perder la vida, y, así, el que tuviere más fuerza vencerá!»
La escuadra británica permaneció los días 17, 18 y 19 de junio de 1743 amagando sin descanso en la bahía de las Isletas (Gran Canaria), aunque sin poder efectuar el desembarco ni practicar hostilidad alguna por la heroica defensa de los isleños y el papel destacado de nuestro protagonista.
José de Andonaegui informó al Rey Felipe V del comportamiento de las tropas milicianas en la defensa de la Isla destacando la conducta del obispo Juan Francisco Guillén**, gracias a cuyo patriótico celo se frenó el intento del abordaje de la escuadra enemiga. El Rey por mediación del marqués de La Ensenada, agradeció por carta el gesto del «singular amor a su real servicio», motivo por el que condecoró a varios oficiales y soldados.
**Juan Francisco Guillén Isso fue obispo de la Diócesis de Canarias entre 1739 y 1751. Nacido en Undués de Lerda, Zaragoza, hacia 1686, se doctoró en teología en la Universidad de Zaragoza. El 30 de septiembre de 1739 es nombrado obispo de la Diócesis de Canarias, pero no llegó a Las Palmas de Gran Canaria hasta el 2 de febrero de 1741. Visitó todas las parroquias del archipiélago, y narró, en su visita a Fuerteventura, las batallas de Tuineje, Tamacite y Llano Florido. El 15 de marzo de 1751 es trasladado a Burgos, donde muere en 1757.
Conviene recordar al respecto que durante la enfermedad del comandante general de las Islas Canarias en aquella época, José Masones de Lima y Sotomayor, tercer marqués de Casa Fuerte, el inspector-ingeniero tuvo que asumir interinamente el mando del Archipiélago y en octubre de 1745 (fallecido Masones y llegado el nuevo comandante Luis Mayoni), Andonaegui fue enviado a Buenos Aires para hacerse cargo de aquella Gobernación y de la Capitanía General de aquel distrito, siendo como uno de sus mayores logros que bajo su administración comenzaron a explotarse las riquezas del país. También, redujo a los indios de los alrededores de Montevideo y obligó a los guaraníes, tras una dura represión, a adoptar la jurisdicción brasileña de acuerdo con lo pactado entre España y Portugal en el tratado de 1750. Además, organizó el correo de Chile.
El teniente general don José Adonaegui, creador de la afamada milicia rural de los blandengues,
Eduardo Acevedo Vásquez, José Artigas, tomo I, pág. 390)
Al cesar en el cargo en 1756 regresó a España y se estableció con su familia en Madrid en cuya capital falleció el 3 de septiembre de 1761.
Información extraída de: Andonaegui, el vasco que evitó que Gran Canaria fuera colonia inglesa
Genealogía y nobleza: Juan de Andonaegui Rentería y Vidarte, natural de Ondárroa (Vizcaya), Diputado General del Señorío, poseedor del Mayorazgo de su apellido, hizo información de su nobleza ante el Señor Corregidor del Señorío de Vizcaya, en 1687. Probaron su nobleza ante la Sala de los Hijosdalgo de la Real Chancillería de Valladolid: Juan Bautista Andonaegui, vecino de Motrico, en 1762, y Pablo Andonaegui, que se estableció en Medina de Ríoseco (Valladolid), en 1779. De una línea de este linaje, en Canarias fue Antonio de Andonaegui Barreda y Yebra, que nació en Canarias en 1744. Sus padres pasaron después a Buenos Aires (Argentina), pues allí nació en 1747 su hermano José de Andonaegui Barreda y Yebra. Ambos ingresaron en 1759 en el Real Seminario de nobles de Madrid, previa justificación de nobleza de sus apellidos.
Publicado en el blog «Hidalgos en la Historia» cuyo blogmaster es D. J. Manuel Huidobro
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