Artículo de fecha 14-03-2017 de D. José Manuel Huidobro
Caballero de la Orden de Caballería del Santo Sepulcro de Jerusalén, Miembro de la Real Asociación de Hidalgos de España. Máster en Derecho Nobiliario, Heráldica y Genealogía (UNED). Autor de 57 libros y más de 1.000 artículos.
José María Pemán. Novelista, poeta, dramaturgo, guionista y ensayista
Cultivador de todos los géneros literarios, destacó por su teatro poético y sus comedias de ambiente andaluz. Su tradicionalismo religioso y sus convicciones monárquicas lo convirtieron en representante de los sectores conservadores. Caballero de la Insigne Orden del Toisón de Oro*
José María Pemán y Pemartín, de origen hidalgo, nació en Cádiz, el 8 de mayo de 1897, y falleció en la misma ciudad el 19 de julio de 1981. Creció en el seno de una familia acomodada; su padre fue el abogado en ejercicio y diputado conservador gaditano Juan Gualberto Pemán y Maestre, y su madre María Pemartín y Carrera Laborde Aramburu, de entronque jerezano. Tuvo un hermano: César y se casó, en 1922, con Carmen Domecq y Rivero, hija de Pedro de Domecq y Nuñez de Villavicencio, marqués de Casa Domecq y de doña María Rivero y González, con la que tuvo nueve hijos de su matrimonio. Estudió Derecho en la Universidad de Sevilla y se Doctoró en la de Madrid.
Pemán entró desde joven a formar parte de la Asociación Católica Nacional de Propagandistas de Cádiz y, en 1928, llegó ser su presidente. Su militancia religiosa parecía superar en un principio a su interés político. Siempre decía que no se consideraba un político aunque realmente, aun expresándose como solía en el versátil «lenguaje del alma», se aprestase a un apoyo apasionado al regeneracionismo pretendido por la Dictadura de Miguel Primo de Rivera (1923-1929) y a su régimen autoritario.
Realmente, comenzó su dilatada andadura literaria durante la Segunda República (1931-1936). José María Pemán, que años más tarde pasaría a ser una de las figuras míticas del régimen franquista, se dio a conocer con una serie de artículos incendiarios publicados en el rotativo madrileño ABC, desde donde llamaba con vehemencia a la insurrección militar contra la legalidad republicana.
Al estallar el Alzamiento del 18 de julio, se adhirió desde el primer momento al Bando Nacional, desempeñando el cargo de Presidente de la Comisión de Cultura y Enseñanza, con categoría de Ministro, de la Junta Técnica del Estado, desde octubre de 1936, hasta que se constituyó el primer Gobierno Nacional, en enero de 1938. Nunca luchó en los frentes.
Nombrado Alférez Provisional Honorífico, Pemán en su Jura de Bandera como Alférez Provisional, vistió Boina Roja, Camisa Azul, Yugo y Flechas y Estrella. Lo que más gustó a Pemán durante esta época fue recorrer los frentes, pronunciar discursos y visitar a los Generales en sus Puestos de Mando. También visitó al Coronel falangista Juan Yagüe Blanco. Se paseaba con Uniforme de Falange por las ciudades de la retaguardia, deleitaba dando conferencias y visitaba en los hospitales a los heridos.
Al finalizar la guerra civil, fue nombrado director de la Real Academia Española (de 1939 a 1940, y de 1944 a 1947), a la que pertenecía como miembro electo desde marzo de 1936, cargo al que renunció pocos años después. Pemán, entonces, se dedicó por completo a la actividad literaria. Colaboró con asiduidad en prensa, y redactó comedias costumbristas y de corte castizo, que fueron representadas en algunos teatros de Madrid. La casa (1946), Callados como muertos (1952), Los tres etcéteras de Don Simón (1958) y La viudita naviera (1960) son algunas de las obras más exitosas del literato.
Anteriormente, el intelectual derechista había escrito los dramas históricos El divino impaciente, de 1933 -dedicado a la figura de San Francisco Javier-, Cuando las Cortes de Cádiz (1934) y Cisneros (1934). Pemán fue, además, el guionista de varias películas representativas del nacional-catolicismo. Como narrador, destacó por las novelas de humor ligero, como Romance del fantasma y Doña Juanita (1927), Volaterías (1932), De Madrid a Oviedo (1932), Señor de su ánimo (1943), La novela de San Martín (1955) y De Madrid a Oviedo pasando por las Azores (1964).
La obra poética, con títulos como De la vida sencilla (1923), Señorita del mar (1934) y Poema de la Bestia y el Ángel (1938), se caracteriza por su sencillez en las formas y por el estilo épico de algunos de los versos, a menudo en clara sintonía con los tópicos de su ideario político. Cabe mencionar también, entre otras obras, Metternich. El ministro mariposa, La atareada del paraíso, El viejo y las niñas y El Séneca.
Pemán, que era considerado un gran orador, pronunció conferencias en numerosas instituciones de toda España y parte de Latinoamérica. El tono arengatorio de sus discursos, traducido en escritos como De hombre a hombre o en sonadas declaraciones como «¡Soy cristiano y español, que es ser dos veces cristiano!», le convirtió en uno de los autores oficiales de la dictadura.
No obstante ser un celoso propagandista de Franco y de su obra, pasados los años, igual que ocurrió con el General Primo de Rivera, escribió un tanto irónicamente sobre la persona a la que había dedicado tantos elogios.
* En los últimos años de su vida, su actividad más destacada es la Presidencia del Consejo Privado del conde de Barcelona, el padre del futuro Rey Juan Carlos I. Entre 1957 y 1969, año de la disolución del Consejo ante el nombramiento del príncipe Juan Carlos como heredero de la Jefatura del Estado a la muerte de Franco, Pemán participa de numerosas acciones, como el intento de unificación de las dos ramas borbónicas (la alfonsina y la carlista) en la figura de Don Juan. Por todo ello, la Casa Real le concede el Toisón de Oro en mayo de 1981. Dos meses más tarde, el 19 de julio, muere en su casa de Cádiz el portavoz intelectual del franquismo
Publicado en el blog «Hidalgos en la Historia» cuyo blogmaster es D. J. Manuel Huidobro