Artículo original que nos remite para su publicación en el Blog de la Casa Troncal, de D. Rafael Portell Pasamonte, Vicerrector de la Academia Alfonso XIII.

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Armas de D. Rafael Portell por D. Carlos Navarro

 

MARÍA VICTORIA DE LA CISTERNA

 

La humillada Reina de España

 

                                                                               Rafael Portell Pasamonte  

Febrero 2017

 

Esta es una breve historia de una mujer que no nació para ser reina

 

Carlos Manuel del Pozzo, Príncipe de la Cisterna de Asti, Marqués de Voghera, Barón del Imperio francés (1810), Senador del Reino de Cerdeña (1848), nacido en Turín el 7 de Enero de 1789 y fallecido en la misma ciudad el 26 de Marzo de 1864. Había  contraído matrimonio en Bruselas el 28 de Septiembre de 1846 con y Luisa Carolina Ghislaine, condesa de Merode Werterloo, nacida en Bruselas el 22 de Mayo de 1819 y fallecida en Turín el 1 de Marzo de 1868.

Este matrimonio tuvo dos hijas: María Victoria, que fue la primogénita y que es la protagonista de este articulo y su hermana Beatriz Josefina Antonia Luisa, nacida en París el 2 de Marzo de 1851 y que no llegó a alcanzar la madurez, pues falleció prematuramente en Turín el 27 de Abril de 1864.

 María Victoria nació en Paris, en el domicilio de sus padres en el número 21 de la calle Belchasse, en la madrugada del 7 de Agosto de 1847. En el bautizo le fueron impuestos los nombres de María Victoria Carlota Enriqueta Juana.

 Las dos hermanas tuvieron una infancia llena de lujos y comodidades, siendo educadas por las mejores institutrices que se pudiesen encontrar, como la inglesa llamada miss Wilkinson, a la francesa mademoiselle Brebión y a italiana María Cerretelli, siendo como pertenecía su padre pertenecía a una de las más opulentas familias aristocráticas del Piamonte.

 En el año 1852 su padre decidió trasladarse a vivir a Turín natal, instalándose en el lujoso «Palacio dal Pozzo della Cisterna«, construido en el siglo XVII.

 En esta nueva etapa de su vida, tuvieron las hermanas, como preceptores a: Faa di Bruno, que les enseñó física y astronomía; a Bernardino Peyron, matemáticas; a Angelo Sismondo, mineralogía; a Gilberto Govi, ciencias; al canónigo Faneride, literatura italiana; a monseñor Dennis, literatura francesa; y a Valentino Arno, filosofía y derecho. Aprendieron con toda fluidez el italiano, el francés, el inglés, el español, el alemán, el latín y el griego. Su educación de completó con aquello que se consideraba imprescindible saber para una joven de la alta sociedad: solfeo, música (piano o arpa), bordado, montar a caballo y una perfecta esmerada educación.

 María Victoria hizo su primera comunión el 5 de Noviembre de 1860, en la iglesia de Reano, pueblo situado a unos 25 kms. de Turín, que por entonces contaba con una población de unos 1.000 habitantes, donde la familia paterna poseía una residencia señorial de estilo barroco

 Poco antes de cumplir diecisiete años ya era una joven esbelta, de cabello rubio, ojos azules, tez nacarada que le conferían un cautivador bello rostro. Entre la alta sociedad turinesa era conocida por el sobrenombre de «La Rosa de Turín».

La Rosa de Turín

La Rosa de Turín

 Más, la felicidad familiar, no duraría mucho tiempo. Inesperadamente en la misma ciudad de Turín, el 26 de Marzo de 1864, moría de repente Carlos Manuel del Pozzo, padre de María Victoria. Tan sorprendente fue el óbito, que su esposa perdió la razón, negándose a enterrar el cadáver de su esposo, como antaño lo hiciera Juana I de Castilla, pasando las noches velando el cuerpo inerte acompañada de sus dos hijas. Tal fue el impacto emocional causado a la joven Beatriz que un mes mas tarde, el 27 de Abril, moría de resultas del tifus.

La muerte de su hija no hizo más que incrementar el desequilibrio de la condesa de Mérode-Westerloo, que ordenó cerrar a cal y canto su residencia familiar, el Palacio della Cisterna, vistiéndose de riguroso luto y obligando a lo mismo a, la ya, su única hija María Victoria, que dicho sea de paso, pasó a ser una de las más ricas herederas de Italia.

 En el año 1865, Italia declaró la guerra al Imperio austriaco con la finalidad de anexionarse las posesiones del nordeste de Italia: el Veneto y el Trentino. Los italianos adoptaron como cosa propia el canto contra la opresión extranjera, el coro de los esclavos judíos de la ópera “Nabucco” “Va, pensiero sull’alli dorati” (Vuela, pensamiento, en alas doradas ……¡Ay! mi patria! Tan bella y perdida). Tanto el rey italiano, Victor Manuel II, como sus hijos participaron en las batallas. El conflicto terminó con el Tratado de Viena, por el cual Austria cedía estos territorios a Francia y esta a su vez a Italia)

 Uno de los hijos del rey italiano, Amadeo, duque de Aosta, que estaba al mando de la brigada de Granaderos de Lombardía, resultó herido en la batalla de Custozza, al cargar al frente de sus tropas contra los austriacos. Mientras se restablecía de sus heridas, oyó hablar de María Victoria, con tantas alabanzas de su hermosura y bondad, que no pudo por menos de querer conocerla, por lo que, comenzó a observarla y esperarla en la calle para seguirla y posteriormente conocerse y pasear juntos, lo que originó que acabasen enamorados.

Amadeo y esposa antes de ser Reyes

Amadeo y esposa antes de ser Reyes

 La futura reina de España era una mujer de gran inteligencia y con sentido de Estado; dominaba siete idiomas, entre ellos el griego y el latín. Por lo demás era maestra en las ciencias matemáticas y astronomía. Por si eran pocas sus virtudes era muy caricativa y sensible con los pobres que la impulsaban a realizar muchas obras benéficas.

 Pedido y obtenido el regio permiso para poder casarse, se anunciaron públicamente sus esponsales. El  Rey Víctor Manuel II, expidió el siguiente decreto con fecha 19 de Febrero de 1867:

   “S. M. Víctor Manuel II, Rey de Italia, viene en conceder a la princesa Luisa de Mérode Dal Pozzo de la Cisterna y a la princesa María, su hija, el título y tratamiento de alteza.   

 El 28 de Mayo de 1867, se firmaron las actas matrimoniales, en el salón del trono del Palacio Real de Turín. El matrimonio se celebraría bajo el régimen de separación de bienes.

 Dos días después, el día 30, contrajeron matrimonio canónico en el mismo Turín el 30 de Mayo de 1867, en la Capilla del Santo Sudario de la Catedral, oficiada por el Arzobispo de Turín, asistido por los obispos de Asti, Biella, Aosta y Mantua. El tenía 22 años y ella 19. 

Amadeo I y Maria Victoria

Amadeo I y Maria Victoria

 Se cuenta que el día de la boda ocurrieron una serie de extrañas circunstancias, que de ser ciertas, merecen mencionarse:

 -Una de las oficialas que confeccionó el vestido de novia, se ahorcó y cuando fue encontrada aún lo mantenía en sus manos

 -El portero del Palacio della Cisterna, tan nervioso estaba, que no supo abrir las verjas de entrada, cuando el novio y su hermano, el Príncipe heredero de Italia, fueron a buscar a la novia, por lo que tuvieron que esperar un rato para poder entrar. Desesperado, el sirviente, se suicidó abriéndose las venas.

 -El coronel que mandaba la Guardia Real, que cubría carrera, cayó al suelo desmayado, a causa de una insolación.

 -Uno de los senadores que asistió invitado a la ceremonia del matrimonio civil, sufrió una apoplejía cuando regresaba a su casa

-Un amigo personal de Amadeo de Saboya, que había actuado de testigo en la boda, también se suicidó, después del banquete nupcial, pegándose un tiro.

-El jefe de la estación en donde los jóvenes contrayentes debían tomar el tren para iniciar su viaje de bodas, al cruzar las vías, fue arrollado por un convoy que pasaba en ese momento.

-El conde de Castiglione, Jefe de la Casa del Duque de Saboya, que caracoleaba con su caballo al lado de la carroza nupcial, se desplomó fulminado por un derrame cerebral.

Donó su traje de boda y muchos de los regalos recibidos para que decoraran altares o imágenes religiosas o bien fueran vendidos y el dinero repartido entre los necesitados. Además fundó dos hospitales para recién nacidos en Reano y Vestignè. También dio dinero para las jóvenes que no tenían medios en estas ciudades

A la salida de España de la Reina Isabel lI a causa de la revolución de 1868, las Cortes Constituyentes proclamaron una nueva Constitución en 1869, que establecía como forma de gobierno una monarquía constitucional. Teniendo al General Juan Prim como principal valedor el 16 de Noviembre de 1870 por 191 votos a favor, mayoría absoluta, fue elegido como Rey constitucional de España, el duque de Aosta, quien aceptó su elección, embarcando rápidamente para España, desembarcando en Cartagena el 30 de Diciembre, para llegar a Madrid el 2 de Enero siguiente. En el camino fue informado del asesinato de Prim.

María Victoria no llegó con su marido por estar reponiéndose del parto de un hijo. En el navío “Príncipe Humberto”, embarcó para España el 9 de Marzo de 1872. El día 12 llegó a Rosas y el 17 a Alicante, donde la esperaba el rey Amadeo. En esta población fue recibida con bastante simpatía y cordialidad. Hizo su entrada en Madrid el día 19 a la una en punto de la tarde por la Estación de Atocha.

La familia real ocupó unos aposentos del Palacio Real, que dan a la calle Bailén. En total fueron tres habitaciones, un salón de estudios, el tocador y la alcoba. Los príncipes ocuparon otras tres habitaciones.

En Madrid, donde la aristocracia se propuso hacer el vacío a la pareja real tuvo dificultad en nombrar una Camarera Mayor, logrando al fin que la condesa de Espoz y Mina aceptara el cargo.

Pocos días después de su llegada a Madrid, el 20 de Marzo de 1871, decidió dar un paseo por el Paseo del Prado, por donde la alta sociedad madrileña acudía diariamente en sus carruajes al llegar la tarde. Advertida la presencia del coche de la reina, se armó una gran confusión, al poner todos los asistentes al paseo todo tipo de dificultades para dificultar el avance del carruaje real, y sin que nadie tuviera la delicadeza de saludarla ni de descubrirse ante ella.

La reina volvió al día siguiente al paseo, pero esta vez las damas lideradas por la princesa Sofía Trubetzkoy, esposa del duque de Sesto, puestas de acuerdo, lucieron ese día la clásica mantilla española, poniendo en lugares bien visibles ostentosas flores de lis, bien en pedrería o bien recortadas en tela de fieltro y terciopelo, este hecho se conoce por la “Rebelión de las mantillas”. Captando el rechazo que le habían demostrado, María Victoria, no volvió a salir de paseo por el Prado.

En el Madrid de aquella época era normal ver a gran cantidad de mujeres lavando la ropa a orillas del rio Manzanares, en las riberas que estaban frente a la estación del Norte. Estas mujeres solían acudir al río con sus hijos, ya que no tenían con quién dejarlos, A menudo se producían situaciones peligrosas para los pequeños. María Victoria enterada de ello, decidió que era necesario ayudar a estas mujeres. Para ello, de su peculio particular, ordenó construir el Asilo de Lavanderas. Una institución que se ocuparía de los hijos de estas trabajadoras mientras ellas lavaban la ropa. Además, María Victoria, se preocupó, también en que los niños recibieran una educación adecuada.

El 18 de Julio de 1872 los reyes salieron a pasear en carroza por el Retiro, paseo que efectuaban muy a menudo, si el tiempo era apacible. De regreso al llegar a la calle Arenal, ante la Iglesia de San Ginés, un coche se cruzó en su camino mientras les disparaban desde ambos lados de la calle unos individuos que acababan de salir de la calle de Bordadores. Amadeo se tiró al suelo protegiendo con su cuerpo a la reina, que se encontraba embarazada. La policía logró abatir a uno de los terroristas. El rey prosiguió camino a Palacio, y una vez en él, telegrafió a su padre: “Comunico a Vuestra Majestad que esta noche hemos sido objeto de un atentado. Gracias a Dios estamos a salvo.” A la mañana siguiente el rey lo primero que hizo fue ir a ver el escenario del atentado.

Atentado contra los Reyes

Atentado contra los Reyes

El 29 de Enero de 1873 a las diez de la noche, nació en el Palacio Real de Madrid, Luis Amadeo, Infante de España por nacimiento. La reina, su madre, fue atendida en el parto por el médico de cámara don José Díaz Benito. Al tener noticia del suceso se presentaron en palacio los ministros, autoridades civiles y eclesiásticas, funcionarios etc. Según se dijo, el rey, teniendo en cuenta lo avanzado de la hora, no quiso molestar a nadie para hacer la presentación oficial del recién nacido, dando orden de posponerlo para el día siguiente. ¿Se le paso por alto al Soberano que los nacimientos reales debían de ser presenciados por las autoridades, como era preceptivo en la monarquía española, o por el contrario, no quiso sujetarse a las normas por tener decidido ya renunciar al trono de España y con este hecho responder, de alguna manera, a los desprecios recibidos?.

Amadeo I ¡Ahí queda eso!

Amadeo I ¡Ahí queda eso!

La presentación oficial del nuevo vástago real se hizo a la una del día siguiente en la cámara regia como era habitual. Una vez presentes todas las personas invitadas hizo acto de presencia el Rey e inmediatamente a continuación, actuando como camarera mayor, la duquesa viuda de Prim que sostenía al nuevo infante. En este acto se procedió, asimismo, a su inscripción en los registros

El bautizo, señalado para el día 2 de Febrero en la Capilla Real de Palacio, tuvo que posponerse hasta después de la una de la tarde, pues no hubo ninguna dama, Grande de España, que, siguiendo la tradición, quisiera llevar al infante hasta la pila bautismal. Por fin pudo ser llevado a la pila por la esposa del ministro plenipotenciario portugués, Mendes Leal, que era portador de la representación de la reina de Portugal María Pía, hermana de Amadeo I. Fue bautizado por el confesor de la María Victoria, monseñor Isbert, canónigo de Alicante. El recién nacido, con el tiempo, ya en Italia, el rey Victor Manuel II le concedió el titulo de duque de los Abruzzos, llegando a convertirse en un famoso explorador.

Días después el rey comunicó al gobierno su decisión de renunciar al trono, aunque  Ruiz Zorrilla y los demás consejeros se opusieron a ello, alegando la inconstitucionalidad de su pretensión, de acuerdo con el artículo 74, párrafo 7º de la Constitución, por el cual no podía abdicar sin que una ley especial le autorizara a ello. Amadeo, se mostró inflexible leyéndose la renuncia en las Cortes el 11 de Febrero:

  …….Estas son, señores diputados, las razones que me mueven a devolver a la nación, y en su nombre a vosotros, la corona que me ofreció el voto nacional, haciendo esta renuncia por mí, mis hijos y sucesores.

En la misma sesión parlamentaria se proclamó la I República, por 258 votos favorables y solo 32 en contra, eligiendo como jefe del poder ejecutivo a Estanislao Figueras.

Salida de los Reyes de España

Salida de los Reyes de España

Al día siguiente Amadeo salió de Palacio, sin ningún acompañamiento oficial, con su mujer y sus hijos, camino de la estación del Norte, para trasladarse a Lisboa. Pocos fueron los que acudieron a despedirles, entre ellos, la duquesa de Prim y la viuda de Pascual Madoz, de los ministros, Eugenio Montero de los Ríos, algunos generales, y los embajadores de Italia y Portugal

En la capital portuguesa estuvieron un mes para que María Victoria se recuperara del parto y después a Turín, donde volvió a tomar posesión del ducado de Aosta, el grado de teniente general y la pensión de 400.000 liras a que ascendía su lista civil.

A finales del año 1873 fue diagnosticada de una tuberculosis, enfermedad incurable por aquellas fechas.

Falleció en Villa Dufour, en San Remo (Italia), a los veintinueve años, el 8 de Noviembre de 1876, de una anemia perniciosa causada por la tuberculosis que padecía. Su rápida muerte, según algunos biógrafos, se atribuyó a los dos años de reinado en España, considerados como la causa de sus padecimientos físicos y psíquicos, ya que a los desprecios contantes que había sufrido, se añadían también las continuas infidelidades de Amadeo, de lo cual era sabedora. El rey durante su estancia en Madrid tuvo por amante a Adela de Larra, a la que dejó por otra mujer, y a esta por una cantante de ópera y después con una dama de la aristocracia…

Fue enterrada en la cripta de las Reinas en la Basílica de Superga, en Turín.

Tumba de Maria Victoria en la Basilica de Superga

Tumba de Maria Victoria en la Basilica de Superga

De España solo se recibió una corona de flores, que le enviaron las lavanderas madrileñas, como demostración del cariño que la tenían. La revista “La Ilustración Española y Americana”, número XLII, le dedicó unas palabras de elogio, tales como: “Madrid no puede olvidarse de aquel ángel de virtud y de caridad, a quien el pueblo concedió el sencillo título de Madre de los Pobres. Bien ha demostrado Madrid que no se olvida de aquella noble Señora; a las honras fúnebres celebradas el 10 del corriente en la Iglesia de San José, han asistido más de cuatro mil personas en representación de todas las clases sociales”