Duque de Maqueda: «Con el Rey Felipe nos toca la lotería a diario»
Casado con Pilar Paloma de Casanova y Barón, el matrimonio ostenta uno de los títulos con más solera de España: el marquesado de Astorga.
Francisco López de Becerra de Solé y Martín de Vargas y Maria del Pilar Paloma de Casanova y Barón
Madrid 11/12/2016
Recientemente Francisco López de Becerra y Solé recibía la encomienda de la prestigiosa Orden de Isabel la Católica, como hicieron en su día el duque de Alba, Carlos Fitz-James Stuart, el tenor Plácido Domingo y el expresidente José María Aznar, entre otros. «Para mí ha sido una gran sorpresa y una gran satisfacción. Me hace mucha ilusión pertenecer a tan reputada orden, lo que por otra parte me conduce a tener una gran responsabilidad en el comportamiento personal y acciones a favor de la sociedad, así como a incrementar el espíritu de servicio para con nuestra gran nación que es España», afirma el duque.
El Gran Canciller de la Orden de Isabel la Católica es en la actualidad el Rey Felipe, por quien Francisco siente una absoluta devoción: «Recuerdo cuando Don Juan Carlos abdicó y me preguntaban cómo pensaba que iba a ser el nuevo Rey. Dije sin titubear que sería un auténtico crack y que muchos se llevarían una sorpresa. No me equivoqué, incluso me quedé corto porque su inteligencia, prudencia y preparación no tiene equivalente en ninguna otra nación del mundo. Con el Rey Felipe nos toca la lotería a diario».
Unas palabras cargadas de entusiasmo que motivan brillo en sus ojos y preceden su opinión sobre la Reina Letizia, de quien afirma: «Ha sorprendido por su entrega a España y es muy querida en todos los ámbitos por su sencillez y su categoría intelectual». La familia siempre ha estado estrechamente ligada a la monarquía; de hecho, en su boda con Pilar Paloma de Casanova y Barón, celebrada en el castillo de la Rápita (Lérida), contaron con unos padrinos de excepción,los Condes de Barcelona, a los que el matrimonio recuerda con mucho cariño, como muestran las fotografías que presiden su hogar madrileño. «Siempre fueron muy cariñosos con nosotros. Íbamos con frecuencia con nuestros padres a Villa Giralda en Estoril. Siempre llamábamos a Don Juan Majestad, y era considerado rey en el exilio. Su generosidad fue indescriptible cuando abdicó de la corona de España a favor de su hijo Don Juan Carlos».
Pese a sus títulos nobiliarios y su cercanía a la monarquía desde hace generaciones, el matrimonio López de Becerra Casanova se considera una familia normal. «Los títulos son más bien vestigios inmateriales, más que beneficios crean obligaciones ejemplarizantes. Lo que más nos satisface es que suponen poder mantener vivos los recuerdos de los antepasados que ayudaron a crear la España de la que hoy disfrutamos».
Patrimonio artístico
La mitad del año el matrimonio lo pasa en su residencia madrileña, eso sí, rodeados de un patrimonio artístico indescriptible que alberga obras de Goya, Paul de Vos o Rafael Mengs, e incluso una Virgen del Rosario de Murillo; y la otra mitad del tiempo, en el campo sevillano en su cortijo palacio Los Montes, que recientemente han inaugurado como espacio para eventos singulares. «Tras la boda de una de nuestras hijas, varios amigos nos animaron a abrirlo para eventos. Es una forma de estabilizar estas fincas no muy productivas, que tienen muchos gastos de mantenimiento, y a la vez dar la posibilidad a quien quiera de poder celebrar sus acontecimientos dentro de un museo rodeado de un entorno natural incomparable, como es el preparque de Doñana», explica.
Además son propietarios de un torreón medieval del siglo XII en Turienzo de los Caballeros (León), que compraron con toda la ilusión para restaurarlo y está considerado hoy día Bien de Interés Cultural por la Junta de Castilla y León. Allí pasa la familia quince días en verano, en los que aprovechan para reponer fuerzas junto a sus hijos, Sol, Álvaro y Mencía, y sus once nietos. Ya han repartido títulos entre sus hijos: actualmente el condado de Cabra recae sobre su hijo mediano, Álvaro, y Mencía, la hija pequeña, es condesa de Cenete; la mayor, Sol, será duquesa de Maqueda. «Es bonito que los jóvenes ostenten esos títulos, conozcan su historia y se relacionen con sus orígenes como hemos hecho su madre y yo, que mantenemos buenas relaciones con los pueblos de donde provienen nuestras titulaciones», concluye el duque.