CAPÍTULO DE LA MAESTRANZA DE CASTILLA EN ROMA
En un bellísimo palacio romano del siglo XVI ha tenido lugar en la mañana del 25 de noviembre el último capítulo de la Maestranza de Caballería de Castilla, presidido por su Decano el Dr. Marqués de la Floresta. El desplazamiento a la Ciudad Eterna se ha debido a la amable invitación que desde hace tiempo venían haciendo los numerosos maestrantes italianos, pues es sabido que la Maestranza castellana tiene una importante presencia internacional.
Durante la ceremonia de recibimiento de nuevos maestrantes, en que hizo funciones de maestro de ceremonias Don Fabio Cassani Pironti, Conde de Giraldeli, y de secretario Don Luis de Quevedo, recibieron las insignias y el título de pertenencia S.E. el Dr. Daniele Mancini, Embajador de Italia ante la Santa Sede; su esposa, S.E. Anna Rita Mancini De Luca; S.E. el Nob. Giuseppe Balboni Acqua, Secretario General de la Sacra y Militar Orden Constantiniana de San Jorge, antiguo Embajador de Italia ante la Santa Sede y antiguo Jefe de Ceremonial del Estado italiano, Gran Cruz de las Órdenes de Pío IX y del Mérito de la República Italiana; S.I. el Conde Andrea Bertinotti; S.E. Don Sigieri Díaz della Vittoria Pallavicini, primogénito de los Duques della Vittoria, Príncipes Pallavicini; S.I. el Marqués Don Giuseppe Ferrajoli di Filacciano; S.E. Doña Vittoria Giovanelli Marconi, de los Príncipes Giovanelli; S.I. el Dr. Luca Rovati y S.E. Doña Maria Pia Ruspoli, Princesa de Cervéteri. A todos ellos se les dispensó del requisito estatutario de prestar el juramento de fidelidad a España y al Rey Don Felipe, por su condición de extranjeros.
Asistieron también al capítulo otros maestrantes, como el Príncipe Don Carlo Massimo, la Princesa Doña Elettra Giovanelli, hija del Marqués Guglielmo Marconi, inventor de la radio y su hijo el Príncipe Don Guglielmo Giovanelli Marconi, el Embajador Don Jaime de Ferrà y Gisbert con su hijo el Dr. Andrea de Ferrà, el Conde Olivari de la Moneda, el Dr. Monello, la Dra. Doña Pilar Gómez Molinero, Doña Adriana María Pérez de Venegas. Excusaron su asistencia el Príncipe Don Fabrizio Massimo Brancaccio, el Príncipe Don Sforza Ruspoli, la Princesa Doña Elisa Massimo Osorio de Moscoso, tía de nuestro vicedecano la Duquesa de Montemar, el Príncipe Don Camillo Rospigliosi, el Barón Emmanuele di Culcasi, el Nob. Francesco Chiarizia. Entre los invitados el Dr. Stefano Zauli, Bailío de la Orden Teutónica en Roma, la baronessa Lombardi Satriani, la actriz Vera Beth, la Dra. Carla Zambrini, entre otros.
Concluida la ceremonia, se sirvió un almuerzo-bufet de hermandad, resultando todo el encuentro muy agradable.
Tras el almuerzo, los maestrantes españoles, con su Decano al frente, fueron invitados a visitar el Palacio Pallavicini, uno de los más bellos de Roma, y sede de la famosa colección Pallavicini (que cuenta con tres obras de Botticelli, catorce de Rubens, una de Velázquez, y tantas otras maravillas). Concluida la visita, el heredero de la Casa Pallavicini, les ofreció una merienda.
Seguidamente, ya al caer la tarde, la Maestranza de Castilla acudió, como invitada de honor y ocupando lugar en el presbiterio, a la solemne misa anual de la Archicofradía de Santa Anna dei Parafrenieri, que desde hace siglos agrupa a los altos dependientes de la Casa Pontificia. La misa, de pontifical y cantada, fue oficiada por S.E.R. monseñor Paolo De Nicolò, obispo tit. de Mariana, regente emérito de la Casa Pontificia y presidida por el decano general fra’ Massimo Sansolini; durante la misma fueron recibidos y revestidos con sus llamativos mantos de coro hasta 15 nuevos hermanos.
Vimos allí a S.A.R. el Príncipe Don Jaime de Borbón de Parma, actual Embajador de Holanda ante la Santa Sede; a monseñor José Avelino Bettencourt, jefe de la Oficina del Ceremonial pontificio; al protonotario apostólico moseñor Karel Kasteel, segretario emérito del Pontificio Consejo Cor Unum, a Mons. Robert Rekuc, Capellán de la archicofradía, a Don Fabrizio Turriziani Colonna, a los Príncipes Don Tara y Doña Maria Grazia Borghese.
Al día siguiente, 26 de noviembre, los maestrantes españoles se despidieron de la Ciudad Eterna en el celebérrimo Caffè Greco, en la vía Condotti, y retornaron a la antigua Hispania romana.
Ha sido esta jornada una de las más memorables en los fastos de la Maestranza de Caballería de Castilla, y sin duda alguna habrá de repetirse pronto.