Artículo publicado en el periódico digital “Hoy Extremadura” y que nos remite para su publicación D. Francisco García,  colaborador habitual del blog de la Casa Troncal de los Doce Linajes de Soria

Fuente: http://www.hoy.es/plasencia/201609/04/cuando-plasencia-corte-real-20160904001248-v.html

A. MIGUEL

4 septiembre 2016

De cuando Plasencia fue Corte Real

CATEDRAL VIEJA

  • Fernando el Católico estableció la corte en la ciudad durante un mes en 1515
  • El quinto centenario de la muerte del monarca trae a la actualidad la importancia que tuvo la ciudad durante el reinado de los Reyes Católicos

De la importancia de Plasencia entre los siglos XII y XVII hay muchos vestigios históricos. Los más visibles son los que aún siguen en pie, edificios importantes repartidos por el casco antiguo de la ciudad, algunos de ellos religiosos, pero también civiles y militares.

Muchos placentinos conocen al ‘dedillo’ la historia de su ciudad, algunos por su profesión, otros, por su curiosidad y devoción. El año 2016 está siendo un año donde la historia está presente y de actualidad con la conmemoración del quinto centenario de la muerte de Fernando el Católico. De hecho, la ciudad también está celebrando esta efeméride con diversos homenajes como fue el acto institucional que tuvo lugar con motivo del Martes Mayor y donde se dio lectura al privilegio de 1488 firmado por los Reyes Católicos, la Real Provisión de la Cámara Real. El monarca aragonés está siendo protagonista en la capital del Jerte 500 años después de su muerte, pero él, Fernando el Católico, también quiso dar protagonismo a la ciudad cacereña.

Según la cronista oficial de Plasencia, Esther Sánchez Calle, las fuentes bibliográficas mencionan al rey el 20 de octubre de 1488 en Plasencia. Ese día se firmó el fuero en la Catedral y todos los privilegios de la ciudad. Plasencia acababa de vivir tres días de sangrienta contienda cuando la familia de Carvajal y sus aliados consiguieron recuperar la ciudad para la Corona de los Reyes Católicos en detrimento de la familia de los Zúñiga. Los católicos habían entrado en Plasencia por la puerta de Trujillo y tras avanzar hasta la plaza consiguieron vencer a los nobles.

Incógnita

Los historiadores siempre se han preguntado a que se debió la celeridad de la visita del rey, que al día siguiente de la toma de la ciudad se personó en Plasencia, ya que se encontraba en la vecina localidad de Trujillo. Sánchez Calle recoge la opinión de la profesora Ana Isabel Carrasco en su libro ‘Isabel I de Castilla. La sombra de una ilegalidad’. Se cree que la ceremonia que se celebró en Plasencia «podría servir como propaganda regia del bando vencedor que contrarrestara el que en 1475 la ciudad hubiese sido la capital del bando ‘juanista’, lugar donde además se casaron y fueron proclamados reyes de Castilla y de León Alfonso V de Portugal y Juana de Castilla», señaló.

Años después de ese privilegio, Fernando el Católico volvió a dar protagonismo a la ciudad cuando instaló la Corte Real en Plasencia durante casi un mes en el año 1515, pocos meses antes de su muerte en Madrigalejo. Así lo recoge Galíndez de Carvajal en el ‘Memorial o Registro Breve de los Reyes Católicos’.

Por aquel entonces, el rey ya tenía problemas de salud y decidió que la ciudad era un buen lugar para pasar una temporada en un apacible valle, «a resguardo de los vientos» según contaron los cronistas de la época. Durante ese mes, desde el 29 de noviembre, hasta el 27 de diciembre, se sabe que el monarca estuvo inquieto, visitó Galisteo y estuvo cazando varios días en Abadía. La llegada de Fernando el Católico y todo su séquito a Plasencia obligó a la ciudad a hacer un importante desembolso.

Las personalidades más importantes de Plasencia en aquella época debían vestir acorde a la importancia de una visita real. Se encargaron ropas adecuadas de terciopelo negro y sedas para «la justicia, los regidores, los escribanos del concejo y el propio mayordomo», según detalla la investigadora Ángeles Rubio Sánchez de los documentos que se conservan en el archivo municipal de Trujillo.

Durante su estancia en la capital del Jerte, el séquito de Fernando el Católico demandaba traer desde Trujillo trigo y cebada. El mayordomo, Fernán Martínez, «debió buscar las bestias necesarias para trasladar las 100 fanegas de pan que desde la alhóndiga se remitirían al rey» desde poblaciones como Garciaz, Berzocana o Abertura, según recoge Rubio Sánchez. La importancia de aquella época histórica quedó plasmada en el fuero, en la Real Provisión de la Cámara Real y en las crónicas.