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Mañana 25 de Julio. Santiago Apóstol, patrón de España y de numerosas localidades de Hispanoamérica

En la tradición militar de España, el grito de guerra «¡Santiago y cierra, España!» ha sido utilizado desde la Reconquista por los soldados antes de cada carga en ofensiva

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Santiago de Zebedeo o Santiago el Mayor fue uno de los primeros discípulos en derramar su sangre y morir por Jesús. Miembro de una familia de pescadores, hermano de Juan Evangelista -ambos apodados Boanerges (‘Hijos del Trueno’), por sus temperamentos impulsivos- y uno de los tres discípulos más cercanos a Jesucristo, el apóstol Santiago no solo estuvo presente en dos de los momentos más importantes de la vida del Mesías cristiano -la transfiguración en el monte Tabor y la oración en el huerto de los Olivos-, sino que también formó parte del grupo restringido que fue testigo de su último milagro, su aparición ya resucitado a orillas del lago de Tiberíades.

Tras la muerte de Cristo, Santiago, apasionado e impetuoso, formó parte del grupo inicial de la Iglesia primitiva de Jerusalén y, en su labor evangelizadora, se le adjudicó, según las tradiciones medievales, el territorio peninsular español, concretamente la región del noroeste, conocida entonces como Gallaecia.

Algunas teorías apuntan a que el actual patrón de España llegó a las tierras del norte por la deshabitada costa de Portugal. Otras, sin embargo, dibujan su camino por el valle del Ebro y la vía romana cantábrica e incluso las hay que aseguran que Santiago llegó a la Península por la actual Cartagena, desde donde enfiló su viaje hasta la esquina occidental del mapa.

Tras reclutar a los siete varones apostólicos, que fueron ordenados obispos en Roma por san Pedro y recibieron la misión de evangelizar en Hispania, el apóstol Santiago regresó a Jerusalén, según los textos apócrifos, para, junto a los grandes discípulos de Jesús, acompañar a la Virgen en su lecho de muerte. Allí fue torturado y decapitado en el año 42 por orden de Herodes Agripa I, rey de Judea. Los supuestos testamentos relatan que, antes de morir, María recibió la visita de Jesús resucitado, a quién le pidió pasar sus últimos días rodeada de los apóstoles, que se encontraban dispersos por todo el mundo. Su hijo le permite que sea ella misma, a través de apariciones milagrosas, la que avise a los discípulos y, de esta forma, la Virgen se hace presente sobre un pilar de Zaragoza frente al apóstol Santiago y los siete varones, episodio hoy venerado en la basílica de Nuestra Señora del Pilar.

Fueron estos siete discípulos, relata la leyenda, los que, tras escaparse aprovechando la oscuridad de la noche, trasladaron el cuerpo del apóstol Santiago en una barca hasta Galicia, adonde arribaron a través del puerto de Iria Flavia (actual Padrón). Los varones depositaron el cuerpo de su maestro en una roca -que fue cediendo y cediendo, hasta convertirse en el Sarcófago Santo- para visitar a la reina Lupa, que entonces dominaba desde su castillo las tierras donde ahora se asienta Compostela, y solicitarle a la poderosa monarca pagana tierras para sepultar a Santiago. La reina acusó a los recién llegados de pecar de soberbia y los envió a la corte del vecino rey Duyos, enemigo del cristianismo, que acabó encerrándolos. Según la tradición, un ángel -en otros relatos, un resplandor luminoso y estrellado- liberó a los siete hombres de su cautiverio y, en su huida, un nuevo milagro acabó con la vida de los soldados que corrían tras ellos al cruzar un puente.

Pero no fue el único contratiempo con el que se toparon los varones. Los bueyes que les facilitó la reina para guiar el carro que transportaría el cuerpo de Santiago a Compostela resultaron ser toros salvajes que, sin embargo, también milagrosamente, fueron amansándose solos a lo largo del camino.

Lupa, atónita ante tales episodios, se rindió a los varones y se convirtió al cristianismo, mandó derribar todos los lugares de culto celta y cedió su palacio particular para enterrar al Apóstol. Hoy se erige en su lugar la catedral de Santiago.

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No fue hasta ocho siglos más tarde, en el año 813, cuando un ermitaño llamado Paio alertó al obispo de Iria Flavia, Teodomiro, de la extraña y potente luminosidad de una estrella que observó en el monte Libredón (de ahí el nombre de Compostela, campus stellae, ‘Campo de la Estrella’). Bajo la maleza, al pie de un roble, se encontró un altar con tres monumentos funerarios. Uno de ellos guardaba en su interior un cuerpo degollado con la cabeza bajo el brazo. A su lado, un letrero rezaba: «Aquí yace Santiago, hijo del Zebedeo y de Salomé».

El religioso, por revelación divina, atribuyó los restos óseos a Santiago, Teodoro y Atanasio, dos de los discípulos del Apóstol compostelano, e informó del descubrimiento al rey galaico-astur Alfonso II el Casto, que, tras visitar el lugar, nombró al Apóstol patrón del reino y mandó construir una iglesia en su honor. Pronto se extendió por toda Europa la existencia del sepulcro santo gallego y el apóstol Santiago se convirtió en el gran símbolo de la Reconquista española. El rey de Asturias fue solo el primero de toda la marea de peregrinos que vinieron después.

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En el año 1122, el papa Calixto II instituyó y proclamó que en adelante tuvieran la consideración y privilegios de Año Santo Jacobeo todos los años en los que la fiesta litúrgica de Santiago, el 25 de julio, coincidiera con el día domingo. El próximo año jacobeo tendrá lugar en 2021.

En el año 1630, siendo monarca Felipe IV, el papa Urbano VIII decretó oficialmente que el Apóstol Santiago, el Mayor, fuera considerado solo y único Patrón de la Nación Española. «Dios hizo a Santiago, Patrón de España, que no existía entonces, para que cuando llegue el día pudiera interceder por ella y volverla otra vez a la vida con su doctrina y con su espada», afirmó en una ocasión Francisco de Quevedo.

¡Santiago y cierra, España!

En la tradición militar de España, el grito de guerra «¡Santiago y cierra, España!» ha sido utilizado por los soldados desde la Reconquista hasta la época moderna antes de cada carga en ofensiva. El significado de la frase es, por una parte, invocar al apóstol Santiago, que según la leyenda se apareció durante la Batalla de Clavijo para combatir junto a los cristianos, y por otro, la orden militar cierra, que en términos militares significa trabar combate, embestir o acometer.

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Diego o Jaime derivan de Santiago

Santiago deriva en numerosos nombres muy comunes en España, en especial en Galicia: Jacobo, Jacob, Yago, Iago, Jaime, Tiago, Santiago o Diego. Sin embargo, todos son variantes en español del nombre hebreo Ya’akov, que significa, según la etimología popular contenida en la Biblia, «sostenido por el talón».

 

Fiestas en su honor

España

Como Patrono de España que es, Santiago el Mayor (más conocido como Santiago Apóstol) también lo es de numerosos pueblos y ciudades que el día 25 de julio celebran en su honor fiestas tanto paganas como religiosas. Santiago de Compostela es la ciudad que mayores fiestas organiza en su honor. La catedral de la ciudad acoge esos días la mayor afluencia de peregrinos del año.

Coincidiendo con el patronazgo de España, Santiago el Mayor, también es patrono del Arma de Caballería, del Ejército de Tierra. La frase final del Himno de esta arma, es una de las más conocidas de España en la reconquista:

Igualmente, es también el patrono de Galicia, celebrándose su festividad, cada 25 de julio en la ciudad de Santiago de Compostela.

Además de Santiago de Compostela, otros pueblos españoles repartidos por todo el territorio nacional tienen celebraciones en honor a Santiago Apóstol. Procesiones, misas y ruegos junto a verbenas, conciertos o actividades infantiles como por ejemplo en la localidad de Albaladejo (Ciudad Real), en Navas de Oro (Segovia) o en Moratones (Zamora). También es patrón en la ciudad de Moncada (Valencia). Y en numerosos pueblos de la sierra madrileña como Collado Villalba o Colmenarejo.

En las islas Canarias, Santiago es patrono de la ciudad de Santa Cruz de Tenerife, capital de la isla de Tenerife.

América

En todos y cada uno de los países de América latina, en diversas localidades se celebra el patronazgo de Santiago Apóstol, destacando como no Chile, donde el Apóstol Santiago es el patrono de la ciudad capital, Santiago de Chile, fundada como Santiago de la Nueva Extremadura en 1541, y comparte con la Virgen del Carmen el patronazgo del país.

Los escudos de armas de la ciudad de Santiago, del Arzobispado de Santiago y de varias comunas de la Región Metropolitana, llevan en su contorno ocho conchas de oro en fondo azul, representando las letras del nombre del Apóstol. Así mismo, es venerado en otros poblados y localidades rurales de la zona norte y sur del país, donde su fiesta, el 25 de julio, es celebrada con gran solemnidad. Así mismo, la comunidad de migrantes españoles de Galicia celebra su fiesta patronal con danzas y actos artísticos en el Estadio Español.

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