Artículo de fecha 01-03-2016 de D. José Manuel Huidobro
Caballero de la Orden de Caballería del Santo Sepulcro de Jerusalén, Miembro de la Real Asociación de Hidalgos de España. Máster en Derecho Nobiliario, Heráldica y Genealogía (UNED). Autor de 55 libros y más de 700 artículos.
Escudo de Armas de la Ciudad de Buenos Aires, fundada por Juan de Garay
En los autos fechados el 20 de Octubre de 1580, proveídos por el hidalgo vizcaino Juan de Garay, fundador de la Ciudad de la Santísima Trinidad* (actual Buenos Aires), se hace referencia al orden que había que guardar en el repartimiento de tierras y estancias, la elección del patrono y las armas de la ciudad
En estos autos, Juan de Garay, a las órdenes del adelantado del Rio de la Plata, Juan Torres de Vera y Aragón, señaló como armas de la ciudad un águila negra pintada al natural, con su corona en la cabeza, cuatro hijos debajo, demostrando que los cría. Una cruz colorada sangrienta saliendo de su mano derecha y subiendo más alta que la Corona, semejante a la Cruz de Calatrava, todo ello en campo blanco.
Primer escudo de Buenos Aires, elegido por Juan de Garay para representar a la ciudad. El águila negra reproduce a las que aparecen en los escudos nobiliarios de los adelantados Ortiz de Zárate y Torres de Vera. Los aguiluchos son la representación gráfica de las cuatro ciudades que debía fundar Ortíz de Zárate. La cruz y la corona simbolizan el propósito de ensalzar la fe católica y servir a la corona de Castilla y León respectivamente.
Las razones alegadas por el mismo Garay sobre el significado de estos atributos son las siguientes: «haber venido a este puerto con el fin y propósito firme de ensalzar la fe católica y servir a la corona real de Castilla y León, dar ser y aumentar los pueblos de esta generación que a cuarenta años que está poblados y cerrados e iban en gran disminución…».
El sábado 11 de Junio de 1580, Juan de Garay fundó la Ciudad de la Santísima Trinidad, a la que denominó así por haber llegado el 29 de mayo, fecha coincidente con esa festividad religiosa. El puerto conservó el nombre de Santa María de Buenos Aires, que Don Pedro de Mendoza le dio en 1536, por un voto que había hecho a la Virgen del Buen Aire, venerada en Cágliari (Cerdeña), lugar en que había intervenido en campañas militares. También se relaciona la elección de la virgen, con dos mercedarios entre los miembros de la expedición de Garay.
Meses después, el 17 de octubre, Garay repartió los solares y chacras, y el 20 de ese mes reunió al Cabildo para elegir el Patrono de la Ciudad y determinar el escudo de Armas que debía tener. Los cabildantes expresaron en esa oportunidad a Garay la necesidad de que éste señalase las armas a la ciudad para que este crease su blasón (escudo) y el acta capitular de dicha sesión describe al águila con los aguiluchos, sosteniendo la cruz de Calatrava en su pata derecha, sobre un fondo blanco.
Como se ha comentado, las razones que alegó Garay para las figuras del escudo eran las siguientes:»… haber venido a este puerto con el fin y propósito firme de ensalzar la Santa Fe Católica (reflejado en la Cruz de Calatrava) y servir a la corona real de Castilla y León (la corona que sostiene el águila en su cabeza) y aumentar los pueblos de esta gobernación que a cuarenta años de estar poblados y cerrados, iban en gran disminución…». Según el historiador Enrique Peña, estos pueblos serían representados por los cuatro aguiluchos, y que aluden a las cuatro ciudades que debía fundar el tercer adelantado del Rio de la Plata Juan Ortiz de Zárate por los términos de la capitulación del 10 de julio de 1569 con Felipe II: Santa Fe (1573), Buenos Aires (1580) y, fundadas después de la muerte de Garay sucedida en 1583, Concepción de Nuestra Señora, en el río Bermejo (1585) y Vera ó San Juan de Vera de las Siete Corrientes (1587), por su sucesor Torres de Vera.
Así, en 1591, el Real Consejo de Indias, aceptó como armas las que dio Garay, permitiendo a la ciudad utilizarlas, pero hasta 1615 no vuelven a ser mencionadas en las actas capitulares, y ese año se describe un escudo con un pelícano y cinco hijos, ignorándose la razón del cambio del animal representado.
El 5 de noviembre de 1649 se propone un nuevo modelo. En él, el águila se transformó en una paloma radiante, volando de frente (que simboliza al Espíritu Santo que representa «la Trinidad»), (y se observan más tarde una carabela y un bergantín, que fueron las embarcaciones que trajo Juan de Garay); el ancla parcialmente sumergida, simboliza el carácter del puerto de Buenos Aires.
**La incorporación de las naves al escudo de Buenos Aires se realizó por primera vez en las medallas mandadas a acuñar en el Perú con motivo de las fiestas de proclamación del rey Fernando VI, que se realizaron en la ciudad en 1747.
En sucesivas modificaciones del escudo con los barcos navegando en direcciones contrarias a las del emblema adoptado finalmente el 3 de diciembre de 1923, o figurando un mar sin barcos, llegamos a 1852, fecha en la cual, se reorganiza el gobierno Municipal (los cabildos habían sido suprimidos por ley de 1821). En esta oportunidad, se encargó a una comisión de educación el proyecto de un emblema para el municipio, que propuso reutilizar el usado anteriormente, con dos navíos anclados en el mar, una paloma radiante volando en medio y sin ancla, que indicaba puerto. En 1856, según Enrique Peña, se sancionó la ordenanza correspondiente. El ancla fue impuesta por la costumbre y por los antecedentes considerados al sancionar la ordenanza.
La Ordenanza sancionada el 3 de diciembre de 1923, estableció el diseño del escudo de Buenos Aires ajustándose a las siguientes disposiciones:
- Una elipse de una proporción de 5:6 entre su eje mayor y menor, encerrará los atributos del escudo.
- En jefe una paloma radiante, vista de frente y con las alas extendidas.
- En punta una áncora, medio sumergida con la parte de la caña y una uña fuera de la superficie de una marizada, que ocupará el cuartel inferior.
- Un poco más abajo de la línea que determina el eje menor de la elipse, dos barcos, uno de ellos carabela, y el otro bergantín del siglo XVI, vistos ambos por el costado de babor, de igual o parecido tamaño, colocados en el mismo plano.
- La carabela tendrá dos castillos, cuatro palos verticales y bauprés. Sobre el castillo de proa, el trinquete con dos vergas; en los tres palos restantes, las antenas correspondientes al aparejo latino.
- El bergantín, con aparejo redondo o de cruz en el trinquete y latino en mástil de mesana.
En 1910, Peña había propuesto la sanción de una ordenanza que determinara la representación gráfica del escudo de armas de la ciudad, a fin de terminar las diferencias entre distintos escudos que podían advertirse en los documentos que a diario salían de las mismas oficinas municipales. En ese sentido, recomendó que no estando determinada la clase de barcos que figuraban en los escudos empleados, se usaran carabela y un bergantín, que fueron dos tipos de las embarcaciones que trajo Garay cuando vino a fundar la ciudad.
Por otro lado, Peña acudió a los archivos de España, planos y documentos referidos a la historia edilicia de la ciudad encomendó al pintor D. Miguel Vela especialista en trabajos heráldico: ejecución del dibujo dado por Garay a Buenos Aires, facilitándole copias de actas del Cabildo y resolución del Consejo de Indias. La ilustración, tal como se la reproduce en la Bandera de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, sancionada en 1995, es la reproducción gráfica del escudo que Garay dio al fundar la ciudad en 1580.
En noviembre del 2012, la Legislatura porteña aprobó una ley que modificó yrestituyó el formato anterior del escudo. El nuevo símbolo consiste en una versión depurada del aprobado el 7 de julio de 1856 por el Concejo Municipal de Buenos Aires y que recibió sanción definitiva por Ordenanza del 3 de diciembre de 1923. Se trata de un óvalo con la imagen del Río de la Plata, dos naves que simbolizan las dos fundaciones de la Ciudad, y una paloma blanca, con sus alas abiertas sobre el cielo.
* El nombre inicial de la ciudad fundada por Juan de Garay: «Ciudad de La Santísima Trinidad»… y «Puerto de Santa María del Buen Ayre».
Publicado en el blog «Hidalgos en la Historia» cuyo blogmaster es D. J. Manuel Huidobro