Desde este blog de la Casa Troncal de los Doce Linajes de Soria y con la publicación de este artículo de su autoría, aprovechamos para felicitar a D. José Manuel Huidobro por el primer aniversario de su magnífico Blog «Hidalgos en la Historia», así como por sus 100 entrada publicadas y más de 16.000 visitas. Enhorabuena estimado José Manuel.
Artículo de fecha 15-01-2016 de D. José Manuel Huidobro
Caballero de la Orden de Caballería del Santo Sepulcro de Jerusalén, Miembro de la Real Asociación de Hidalgos de España. Máster en Derecho Nobiliario, Heráldica y Genealogía (UNED). Autor de 55 libros y más de 700 artículos.
Francisco Pizarro. Conquistador del Perú y fundador de su capital: Lima
El aventurero realizó varias partidas de exploración al territorio desconocido de Perú, donde tuvo que enfrentarse a todo tipo de peligros. Con otros doce aventureros, Francisco Pizarro logró encontrar el Imperio de los Incas a los que conquistó.
En su juventud acompañó a su padre en las guerras de Italia. Mantuvo enfrentamientos con otros conquistadores (guerra civil), lo que finalmente condujo a su asesinato por los partidarios del difunto Diego de Almagro. Su muerte fue el segundo magnicidio de un gobernador del Perú, después de la ejecución del Inca Atahualpa en Cajamarca, por orden del mismo Pizarro.
Nacido en marzo de 1478 en Trujillo, Cáceres. Hijo natural del capitán de los tercios españoles Gonzalo Pizarro Rodriguez -casado con su prima Isabel de Vargas-, llamado el “El Largo” o “El Romano”, un hidalgo emparentado con Francisco de Orellana, el descubridor del Amazonas, y con Hernán Cortés (primo segundo), conquistador de México, que luchó en Granada, en Italia con el Gran Capitán y murió en el sitio de Amaya (Navarra), y de Francisca González Alonso, de origen judío, criada en el convento de su tía monja Beatriz Pizarro. Su padre, al principio no le reconoció, pero en 1492 lo hizo, dándole su apellido; entonces Francisco tenía catorce años y aunque el hidalgo le dio su apellido, nunca quiso saber nada del muchacho. Su abuelo paterno fue Hernando Alonso Pizarro, regidor del Cabildo de Trujillo por el linaje de los Altamirano. Tuvo dos esposas: Inés Huaylas Yupanqui (?–1536), y (Angelina) Cuxirimay Ocllo (1539–1541) viuda de Atahualpa, y cuatro hijos: Francisca Pizarro Yupanqui, Juan Pizarro, Francisco Pizarro y Gonzalo Pizarro.
Pizarro, Caballero de Santiago
Si bien tuvo el título de Marques, fue Marqués sin marquesado, sus descendientes tuvieron el título de Marqueses de la Conquista. Sin embargo, es muy posible que le fuera concedido el título de Marqués de los Atavillos, siendo este el título utilizado por el cronista don Francisco López de Gómara en su Historia General de las Indias, capítulo CXXXII.
Caballero de la Orden de Santiago Exp. 6524 Año 1529.
Escudo de la familia de los Pizarro, en Trujillo
Se crió junto a su madre y abuela en la casa del hidalgo Juan Casco. El cronista López de Gómara, con objeto de realzar la culta figura de Hernán Cortés en menoscabo de Pizarro, difundió que siendo muchacho cuidaba cerdos; pero el dato no parece cierto, aunque es muy probable que en algunas ocasiones se ocupara de los animales que tenía la familia. Como era normal entre las gentes humildes de aquella época, Francisco no aprendió a leer ni a escribir y ejerció los oficios de la rama materna, o sea, a labrar la tierra y a comerciar con ropa.
Cuando cuenta 20 años de edad se alista en los tercios españoles que luchaban en Italia y en 1502, tras su vuelta a España, embarca junto a Nicolás de Ovando, que partía como gobernador a la isla de La Española (Santo Domingo). En 1509 se añade al grupo de Alonso de Ojeda que se disponía a poblar en Tierra Firme y participó en la fundación de la villa de San Sebastián y Santa María de la Antigua (Colombia) y luego en la expedición de Vasco Núñez de Balboa, el primer europeo en divisar el Mar del Sur u océano Pacífico (1513), al que llevó a juicio por orden de Pedro Arias de Ávila, Gobernador de Castilla de Oro (Panamá), y que fue decapitado en enero de 1519. Francisco Pizarro, tras participar en la captura de Nuñez de Balboa, conseguiría el apoyo de Pedrarias para la organización de la expedición que lo llevaría a la conquista del Perú.
Entre 1519 y 1523 se instaló en la ciudad de Panamá, de la cual fue regidor, encomendero y alcalde, lo que le permitió enriquecerse. Conocedor de los rumores que hablaban de la existencia de grandes riquezas en el Imperio Inca, decidió unir la fortuna que había amasado con la de Diego de Almagro para financiar dos expediciones de conquista (1524-1525 y 1526-1528), que se saldaron con sendos fracasos.
A causa de las penalidades sufridas en el segundo intento, Pizarro se retiró a la isla del Gallo con doce hombres, mientras Almagro iba a Panamá en busca de refuerzos.
“Por este lado se va a Panamá, a ser pobres, por este otro al Perú, a ser ricos; escoja el que fuere buen castellano lo que más bien le estuviere”, afirmó el conquistador extremeño cuando se encontraba a las puertas del Imperio Inca. Solo 13 de los 112 hombres decidieron ser ricos y pasar a la Historia
Los “trece de la fama” aprovecharon para explorar parte de la costa oeste de América del Sur, región que denominaron Perú, tal vez por la proximidad del rio Virú, y tuvieron constancia de la existencia de una gran civilización. No obstante, ante la negativa del gobernador de Panamá a conceder más hombres a Almagro, en 1529 Pizarro viajó a España a fin de exponer sus planes al rey Carlos I, quien, en las capitulaciones de Toledo (26 de julio de 1529), lo nombró gobernador, capitán general y adelantado de las nuevas tierras, designación real esta que provocó el recelo y la frustración de Almagro.
De regreso en Panamá (1530), Pizarro preparó una nueva expedición de conquista, y en enero de 1531 embarcó con un contingente de 180 hombres y 37 caballos hacia Perú. Informado de la guerra que enfrentaba al emperador inca Atahualpa con su hermanastro Huáscar, el 16 de noviembre de 1532 el conquistador español se entrevistó en la ciudad de Cajamarca con Atahualpa y, tras exhortarle sin éxito a que abrazase el cristianismo y se sometiera a la autoridad de Carlos I, lo capturó en un sangriento ataque por sorpresa.
Entrada de los españoles en la ciudad del inca Atahualpa
El inca acordó con los extranjeros llenar de oro, plata y piedras preciosas una habitación a cambio de su libertad, pero de nada le sirvió cumplir su parte del pacto, pues Pizarro, reforzado por la llegada de Almagro al frente de un centenar de arcabuceros, acusó a Atahualpa de haber ordenado el asesinato de Huáscar desde la prisión y de preparar una revuelta contra los españoles y ordenó su ejecución, que se cumplió el 29 de agosto de 1533. A continuación se alió con la nobleza inca, lo cual le permitió completar sin apenas resistencia la conquista de Perú, empezando por Cuzco, la capital del Imperio (noviembre de 1533), y nombrar emperador a Manco Cápac II, hermano de Huáscar.
Poco después, Pizarro y Almagro se enemistaron por la posesión de Cuzco, y si bien primero unieron sus fuerzas para sofocar la rebelión indígena dirigida por Manco Cápac contra el dominio español (1536), acabaron por enfrentarse abiertamente en la batalla de las Salinas, en abril de 1538. Derrotado y prisionero, Almagro fue procesado, condenado a muerte y ejecutado por Hernando Pizarro, hermano del conquistador (8 de julio de 1538).
La venganza de los partidarios de Almagro, liderados por su hijo, se produjo el 26 de junio de 1541, fecha en que Pizarro murió asesinado (…”le dieron tantas lanzadas, puñaladas y estocadas que lo acabaron de matar con una de ellas en la garganta”, relata un cronista sobre el amargo final del conquistador extremeño.) en su palacio de Lima (Ciudad de los Reyes*, en Nueva Castilla /Virreinato del Perú), ciudad que él mismo había fundado a orillas del río Rímac seis años antes.
Por «Real Cédula», firmada en Valladolid en 1537 por el Emperador Carlos V y por su madre Doña Juana I, se otorga a la ciudad la capacidad de ostentar un Escudo de Armas.
El Escudo de la Ciudad de los Reyes (Lima) es sin duda alguna en honor del Emperador Carlos V de Austria y Primero de España y de las Indias y de su madre, la Reina Juana, según las iniciales «I» y «K» que significan IOANA y KAROLUS.
El águila es un símbolo de los Reyes Católicos y a su vez el símbolo Imperial de Carlos V con un águila bicéfala, en representación del Sacro Imperio Romano Germánico del que fue su titular. La Divisa es: «HOC SIGNUM VERE REGUM EST», que significa «ESTE ES EL VERDADERO SIGNO DE LOS REYES». También, ostenta: «Tres Coronas Reales», dos por sus Reyes y una por sí misma, porque así le fue otorgada.
*El lunes 18 de enero de 1535, Francisco Pizarro fundó la Ciudad de los Reyes, muy pronto conocida como Lima. Sin embargo, esta no fue la primera opción que eligió el conquistador para fundar la capital del Perú. En 1533 escogió el valle de Jauja, pero por la lejanía al mar y al clima frío, la idea fue descartada. En 1534, Pizarro envió una expedición para buscar un lugar estratégico y fue así como encontraron lo que hoy es Lima. Estaba cerca al mar, pero lo suficientemente retirado como para ser un sitio seguro en caso de ataques. Además, contaba con buen clima, frutales y buenos caminos. Francisco Pizarro bautizó la ciudad con el nombre de Ciudad de los Reyes y las primeras casas se construyeron alrededor de la Plaza Mayor, en las cercanías del río Rímac, y en poco tiempo Lima se convirtió en el centro comercial de las colonias de España.
Según algunos, ese nombre fue elegido por la festividad que conmemora la llegada de los Reyes Magos a Belén, de lo que no hay ninguna prueba docuemntal, ni en el acta de fundación de la ciudad ni en la RC de otorgamineto de escudo de armas; muchos historiadores indican que el nombre se otorgó en honor a Carlos V de Alemania y I de España y de las Indias, y de su madre, la reina Juana.
Nuevo escudo de Armas de Pizarro
Archivo General de Indias (Real Cédula – Madrid, 13 de noviembre de 1529, otorgada a “Francisco Pizarro, adelantado, gobernador y capitán general de la provincia de Tumbes en el Perú, hijo del capitán Gonzalo Pizarro, por la que se le concede un escudo de armas que podrá usar en su casa, sin perjuicio de las concedidas a sus antecesores, en atención a sus grandes y dilatados servicios hechos a la Corona en las Indias».
El blasón concedido por Carlos V está compuesto por: Un águila negra con una corona, la cual abraza dos columnas y la ciudad de Tumbes que Pizarro halló, con un león y un tigre como centinelas de la puerta principal. En el mar se aprecian balsas tumbesinas y unas decoraciones con ganado de ovejas y llamas; con la inscripción: “Karoli Cesaris auspitio el tabore ingenioac impesa ducis Picarro inventa et pacata”. (Descubierta y fundada por el capitán Pizarro, bajo el auspicio y trabajo, ingenio y asistencia del Emperador Carlos, éste descubre y pacifica).
El Escudo de Armas de Francisco Pizarro Reflejo de la Conquista del Peru
PALACIO DE LOS PIZARRO (Marqués de La Conquista) en TRUJILLO (CÁCERES)
Levantado a partir de 1560 por el maestro de cantería Sancho de Cabrera sobre las antiguas Carnicerías Municipales y las casas de don Gonzalo Pizarro, padre de los conquistadores, el palacio de La Conquista fue residencia de don Hernando Pizarro y Vargas y doña Francisca Pizarro Yupanqui, hermano e hija respectivamente del conquistador del Perú, don Francisco Pizarro. Su gran balcón en rincón y esquina, a modo de poste, domina sendas fachadas. El escudo superior recupera la tipología del relieve historiado, narrando en unas pocas escenas uno de los episodios más relevantes de la historia de la humanidad: los barcos de Túmbez, las murallas de El Cuzco, Atahualpa y los caciques incas, rememoran el papel de los Pizarro en la conquista del Imperio del Tawantinsuyo.
Su interior, como sus fachadas exteriores, fue ideado y trazado dentro del más rancio y heterodoxo renacimiento extremeño, incorporando así soluciones decorativas italianas e indígenas con otras propiamente castellanas, especialmente en lo relativos a los cortes de cantería de sus huecos, capialzados y escaleras.
Publicado en el blog «Hidalgos en la Historia» cuyo blogmaster es D. J. Manuel Huidobro