Magnífico ensayo del investigador y escritor soriano D. Ángel Almazán de Gracia, en el que nos acerca a parte de la historia de Los Doce Linajes de Soria.
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SORIA EN LA HISTORIA
De la caballería villana a los Doce Linajes de Soria, según Diago Hernando
By aalmazan | 19/11/2015
IMPORTANCIA DE LOS DOCE LINAJES EN SORIA
La institución de los Doce Linajes de Soria ha centrado desde hace siglos la atención de diversos investigadores desde que a finales del s. XVI e inicios del XVII escribieran sobre ellos Alonso Ramírez, Miguel Martel y Francisco Mosquera de Barnuevo. Consciente de ello, el propio Ayuntamiento de Soria editó en 1990 el libro La Institución de Caballeros Hijosdalgo de los Doce Linajes de la Ciudad de Soria, escrito por su Archivero Municipal, José Antonio Martín de Marco.
Por su parte, María Ángeles Sobaler Seco resume en su tesis doctoral La oligarquía soriana en el marco institucional de los Doce Linajes (Siglos XVI y XVII) la importancia de la institución troncal de los Doce Linajes para Soria y su Tierra. “El peso de la Institución y de sus hombres desde su nacimiento, durante la primera mitad del siglo XIV, hasta su extinción, ya adentrado el XIX, la diversidad de aspectos en que intervino, su organización y funcionamiento, y su influencia sobre los órganos de poder, no sólo a nivel local sino también ante la Corona, suscitaron nuestro interés, por el reconocimiento general que le dispensaron sus contemporáneos por su capacidad para designar a los oficiales municipales y para sancionar la posición social y genealógica de sus miembros”, comenta María Ángeles Sobaler en la “Introducción”.
“La institución de los Doce Linajes de Soria sirvió de marco a un importante sector de la “oligarquía” soriana para definir sus relaciones sociales y para articular los mecanismos de acceso al poder y, por ello, constituyó durante mucho tiempo una vía fundamental para la designación y ocupación de las plazas del Ayuntamiento”, añade en su tesis doctoral.
Asímismo, en su ensayo incluido en el libro “Familia, transmisión y perpetuación, siglos XVI-XIX“, especifica: “… alcanzaron a tener una incuestionable trascendencia ya que durante la mayor parte de sus casi cinco siglos de existencia, conservaron la capacidad de designar la mayoría de los principales oficios municipales e imponer los criterios de selección e integración del grupo oligárquico urbano, si bien su larga proyección cronológica hizo necesaria la adaptación de las viejas maneras medievales a las nuevas realidades de la sociedad y del poder, adaptación que se detecta en los primeros siglos modernos, mediante la permeabilización del grupo y la asimilación de las nuevas formas de acceso a los principales cargos concejiles”.
ORÍGENES Y CONSOLIDACIÓN DE LOS DOCE LINAJES EN SORIA
Respecto a los Doce Linajes de Soria, como en tantas otras investigaciones sobre la Edad Media soriana, los trabajos de Máximo Diago Hernando son fundamentales, destacando su libro Estructuras de poder en Soria a fines de la edad media (JCyL, 1993) y el ensayo Estructuras familiares de la nobleza urbana en la Castilla bajomedieval: los doce linajes de Soria (1992).
En este ensayo nos recuerda que “según el profesor Monsalvo el desarrollo de linajes familiares caballerescos tuvo lugar en la mayor parte de las ciudades castellanas bajomedievales a partir del momento en que la caballería villana se consolidó en la cúspide social y política asimilándose a las capas bajas de la nobleza, fenómeno que se puede fechar en torno a mediados del siglo XIII. De esta manera se establece una estrecha relación entre la aparición de linajes en las ciudades castellanas y el ennoblecimiento formal de sus oligarquías, que ciertamente tuvo lugar en la mayor parte de ellas, aunque no en todas alcanzó la misma intensidad”.
A su vez María Ángeles Sobaler nos dice: “Según García de Valdeavellano, las necesidades bélicas, la eficacia de la caballería y las circunstancias económico sociales de la Repoblación favorecieron la formación de una clase de caballeros no nobles en las ‘villas’ repobladas del valle del Duero, a quienes sus bienes permitieron costearse un caballo y armas para combatir, y su papel en la defensa de la población les fue recompensado con la concesión de privilegios y exenciones: surgió así la ‘caballería villana’.
Posteriormente, el avance de la Reconquista, de la vida urbana y de los Concejos, favoreció el afianzamiento del grupo: los Fueros reconocieron privilegios y exenciones a estos caballeros de las extremaduras fronterizas, que empezaron a monopolizar el gobierno local, ocupando las principales magistraturas municipales de las ciudades castellanas, sobre todo cuando se exigió este tipo de prestación militar (tenencia de caballo y armas con que participar de las huestes defensivas de villas y ciudades) para optar a los principales oficios concejiles, proceso que culminó cuando Alfonso XI instauró este sistema para todo el reino de Castilla y León (Cortes de Alcalá, 1348).
Convertidos así en germen de la oligarquía que dominaba la ciudad, por su posición económica evidenciada en la capacidad para adquirir caballo y armas, y por su posición de poder, al ejercer el control de los oficios municipales, se desataron entre los caballeros, rivalidades por el control de los oficios que acabaron por determinar su agrupamiento, asociándose en forma de ‘linajes’ definidos por un origen común y por lazos de sangre y solidaridad internos”.
Para Diago Hernando está clara la primacía inicial de las collaciones sobre las “solidaridades de parentesco” en el caso de la ciudad de Soria: “… en esta ciudad en la primera mitad del siglo XIII las collaciones representaban los marcos principales para el establecimiento de vínculos sociales y políticos. Por consiguiente no se puede sostener que entonces primasen las solidaridades del parentesco sobre las de la vecindad a la hora de definir la posiciónde un individuo en el seno de su comunidad, máxime teniendo en cuenta que la constitución política local sólo reconocía a las instituciones resultantes del establecimiento de este último tipo de solidaridades la capacidad de participar en el ejercicio del poder. No obstante también es cierto que las solidaridades del parentesco influían de forma determinante en la vida política y social de Soria en esa misma época… Por consiguiente, consideramos que uno y otro, tipo de solidaridades se complementaban en la Soria de los siglos XII y XIII, y que en la segunda mitad de este siglo y primeras décadas del siguiente tuvo lugar el fenómeno descrito por el profesor Montalvo en virtud del cual para el grupo caballeresco dejó de ser fundamental su ejercicio del poder sobre la base de instituciones que tenían su origen en el establecimiento de solidaridades de carácter topográfico o étnico, como habían sido las collaciones, para pasar a hacerlo sobre la base de otras cuyo principal elemento aglutinante eran los lazos de parentesco”.
Y prosigue: “Así pues el proceso evolutivo que tuvo lugar en Soria en el tránsito del XIII al XIV estuvo marcado por la singularidad del modo de adaptación del grupo dominante a las nuevas condiciones políticas y sociales, que respondió al principio del reforzamiento de los lazos de parentesco conforme al modelo ofrecido por la nobleza, que ponía el énfasis en unas reglas de legitimidad sucesoria distintas a las que se habían observado entre las parentelas de épocas anteriores, que desconocían los principios de filiación agnática y orden de primogenitura. No se trató, por consiguiente, de un mero reforzamiento de los lazos de parentesco, puesto que éstos ya desempeñaban con anterioridad un papel notable en la organización social, tanto entre los caballeros como en otros grupos, sino de una adopción de una estrategia de organización familiar que imponía una estricta disciplina en las distintas agrupaciones familiares caballerescas, asegurándoles así la cohesión necesaria para mantenerse en el seno del grupo oligárquico, que cada vez se iba haciendo más reducido y excluyente“.
Así que, según Diago Hernando: “La aparición de linajes de caballeros en Soria representaría por consiguiente la culminación de un proceso de diferenciación social de ciertas familias de caballeros villanos con respecto al grueso de la población, con la que contrastarían porque sus miembros se integraban en grupos de parientes organizados jerárquicamente y dotados de signos de identidad propios. Y que este fenómeno cristalizaría en la segunda mitad del siglo XIII nos lo sugiere el hecho de que el primer documento en el que se hace constar expresamente la existencia de linajes en Soria data del año 1285, tratándose de la confirmación por Sancho IV de un privilegiado de Alfonso VIII por el que se concedía cierto número de arneses a los caballeros sorianos, en la cual se aclara que los arneses concedidos debían repartírselos los caballeros «entre sí por los linajes»…”
¿Más cuándo se constituye la élite de la caballería villana soriana en linajes oligárquicos? No está claro, pues “no disponemos de noticias documentales para determinar con precisión el momento en que los linajes Sorianos se consolidaron como instituciones de gobierno urbano y al mismo tiempo como solares de hijosdalgo, aunque diversos indicios nos han llevado a proponer el reinado de Alfonso XI en su mayoría de edad como el momento más probable… La creación del regimiento por Alfonso XI, que según nuestro punto de vista dio sanción definitiva a la consolidación de los doce linajes como instituciones de gobierno urbano, habría venido, pues, a dar solución a este conflicto y a la vez a fundamentar las relaciones entre la monarquía y la sociedad política local sobre una nueva base.”
Por tanto, en lo que respecta a la ciudad de Soria, “parece que se dilató más en el tiempo la evolución de las estructuras sociales y políticas iniciada a mediados del siglo XIII, en particular si comparamos con el caso de Valladolid, donde el proceso evolutivo ya habría culminado en el reinado de Sancho IV, antes incluso de que las turbulencias de las minorías de Fernando IV y Alfonso XI forzasen la aceleración de los acontecimientos”.
Diago Hernado estima que en la segunda mitad del siglo XIII ” los caballeros, que habían visto reforzada su posición de preeminencia social y política gracias a los privilegios que les concedió Alfonso X, habrían buscado en el reforzamiento de los lazos de sangre, que llevaría a la consolidación de diversos linajes, una vía que garantizase mejor su autoperpetuación como grupo dominante. Con posterioridad la evolución de los acontecimientos durante las minorías de Fernando IV y Alfonso XI pondría de manifiesto que este paso había resultado insuficiente, puesto que no logró frenar la escalada del Común ni establecer las relaciones con la monarquía sobre una base sólida. Por consiguiente, para clarificar definitivamente la situación sociopolítica de la ciudad resultaría finalmente necesario llevar a cabo un proceso de selección y agrupamiento de estos linajes hasta que estos doce linajes quedasen consolidados formalmente tanto en calidad de solares de hidalgos como de instituciones de gobierno urbano. Cómo tuvo lugar este proceso de selección y agrupamiento es uno de los grandes interrogantes que se le plantean al investigador interesado por la historia medieval de Soria, y lamentablemente existen pocas perspectivas de que algún día se le pueda llegar a dar respuesta satisfactoria por haberse perdido la práctica totalidad de la documentación de mediados del XIV”.