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‘El tercer año, habiendo ya combatido el mismo Tarik con Rodrígo, entró Muza Iben Nusair, y pereció el reino de los godos, y entonces todo el honor de la estirpe gótica pereció por el pavor y por el hierro.’

 («Crónica Albeldense», en Crónicas asturianas, Ed. J.Gil Fernández, J.L. Moralejo t J.L. Ruiz de la Peña, Universidad de Oviedo, 1985, p257.)

 V Centenario de la Muerte de Gonzalo Fernández de Córdoba, El Gran Capitán

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   Gonzalo Fernández de Córdoba, que pasó a la historia como El Gran Capitán, será uno de los protagonistas de 2015 con la celebración del V centenario de su fallecimiento. Con este motivo, el Ayuntamiento de Granada ha celebrado un ciclo de conferencias coordinadas por César Girón que entre febrero y junio sirvieron para repasar la extensa trayectoria de un personaje capital en la guerra de Granada y en las Capitulaciones de Santa Fe, además de señor de Íllora o alcaide de Loja hasta su muerte. 

   El ciclo arrancó el pasado 10 de febrero con la presencia de José Enrique Ruiz-Domenec, catedrático de Historia Medieval de la Universidad de Barcelona, que hablará sobre El Gran Capitán en las campañas de Italia o los senderos hacia la inmortalidad. 

    A lo largo de cinco meses, historiadores como Antonio López Nevot, Gloria Lora, José Luis Corral Lafuente o José Rodríguez Molina se adentraron en la vida de un personaje cuyos restos mortales parece que descansan en el Monasterio de San Jerónimo, aunque corren leyendas urbanas de que su cadáver fue lanzado al río por las tropas francesas durante la Guerra de la Independencia. Además, José Calvo Poyato presentó su nueva novela histórica, que se centra en la figura del que fuera fundador de los tercios, y todas las intervenciones fueron recogidas en un libro que publicará el propio Ayuntamiento. 

    El Gran Capitán falleció el 2 de diciembre de 1515, fecha en la que está previsto se celebre una misa en su recuerdo en San Jerónimo. Además, el Festival Internacional de Música y Danza tuvo actividades en recuerdo del Gran Capitán y de su época, con lo que el 500 aniversario de la muerte del militar y político tendrá también su apartado musical. 

  No hubo, de momento, una gran exposición, al contrario que en 2004, cuando se celebró el 450 aniversario de su nacimiento, cuando se organizó una gran muestra con 223 piezas cedidas, entre otros, por el Archivo General de Simancas o la Capilla Real de Granada. Según César Girón, este homenaje ha servido para recuperar la memoria de un personaje «universal» que, aunque nació en Montilla, «siempre se sintió granadino».

La anécdota de “LAS CUENTAS DEL GRAN CAPITÁN”

   Entre la realidad y el mito, Fernando «el Católico» exigió una lista de gastos al general cordobés, que respondió con ironía: «Por la paciencia de tener que descender a estas pequeñeces del rey a quien he regalado un reino, cien millones de ducados»

El Gran Capitán en la batalla de Ceriñola

El Gran Capitán en la batalla de Ceriñola

   Se cuenta que la gran gesta de Gonzalo Fernández de Córdoba, el Gran Capitán, fue multiplicar los panes y los peces durante las campañas en Italia que le hicieron célebre. La táctica importa, pero sin dinero ni suministros poco se puede hacer. Frente a las malas intenciones del Rey Carlos VIII de Francia sobre las posesiones aragonesas en Italia, los Reyes Católicos mandaron al general cordobés junto a 6.000 soldados de a pie, la mayoría castellanos, y a 700 jinetes a presentar batalla a un ejército que les superaba notablemente en número. Los españoles se impusieron, pese a la escasez de fondos destinados a cuentagotas por la hacienda real, a fuerzas mejor armadas y avitualladas. Por eso mismo sorprende que el Rey Fernando «el Católico» pidiera al final de su servicio a don Gonzalo cuentas del dinero gastado, sospechando que había guardado parte a su beneficio. La inconfundible respuesta de un español de la época hizo inmortal aquella anécdota.

  «Por picos, palas y azadones, cien millones de ducados; por limosnas para que frailes y monjas rezasen por los españoles, ciento cincuenta mil ducados; por guantes perfumados para que los soldados no oliesen el hedor de la batalla, doscientos millones de ducados; por reponer las campanas averiadas a causa del continuo repicar a victoria, ciento setenta mil ducados; y, finalmente, por la paciencia de tener que descender a estas pequeñeces del rey a quien he regalado un reino, cien millones de ducados», contestó supuestamente el Gran Capitán ofendido por la ingratitud del Rey. Desde entonces la expresión «las cuentas del Gran Capitán» y la respuesta dada por el general se utilizan para calificar de exagerada a una relación de gastos, o incluso a un listado de cualquier tipo, para ridiculizar una relación poco pormenorizada o para negar una explicación pedida por algo a la que no se tiene derecho.