Nos es grato anunciar en el Blog de los Caballeros Hijodalgos de Los Doce Linajes de Soria que el próximo día 27 del presente mes (miércoles), a partir de las 19:00h, D. José Luís Avila Granados, pronunciará en Madrid la conferencia: «La herejía cátara», ilustrada con un centenar de imágenes digitales, en el singular marco del Centro Cultural Blanquerna (c/ Alcalá, 44; 28014 Madrid; tel: 915 241 890); le presentan: Jesús García y Jiménez, presidente del Glorioso Mester, y Francisco Javier Leralta, historiador. A cuyo evento el conferenciante invita a todos nuestros lectores. 

http://www.ccblanquerna.cat/content/miscellany/Conferencia-La-hereja-ctara-a-cargo-de-Jess-vila-Granados.html

Conferencia ‘La herejía cátara’, a cargo de Jesús Ávila Granados

   El Languedoc se convirtió durante los siglos medievales en una tierra de encuentro de civilizaciones y religiones, de liberal talante, amor cortés, y de librepensamiento; el caldo de cultivo, en suma, para arraigar una forma diferente de ver la Iglesia católica, cuyos ministros no predicaban precisamente con el ejemplo. Este germen, fruto de intercambios de conceptos llegados de Oriente (mazdeísmo, maniqueísmo, bogomilismo…), con los rescoldos del priscilianismo, generaría el catarismo, que basaría su mensaje en predicar la pureza de espíritu, la renuncia a los bienes materiales, la convivencia pacífica y el respeto a la mujer. Ciudades como Albi, Carcasona, Toulouse y, en general, todo el Midi francés, fueron sus centros urbanos más influyentes, y también las sedes de obispados cátaros. Pero también, especialmente tras los desastres de la cruzada, con la masacre de Béziers (verano de 1209), la caída de Montségur (marzo de 1244) y Quéribus (1255), el catarismo se trasladó a Cataluña y otros lugares del antiguo Reino de Aragón, huyendo de Simón de Montfort, primero, y de los horrores de la Inquisición francesa, después.

  En esta conferencia, La herejía cátara, ilustrada con un centenar de imágenes digitales, el público asistente aprenderá a seguir mejor las huellas de esta cultura medieval, condenada por la Iglesia oficial como “herética”, en suelo catalán, y seguir el rastro de la misma más al sur del Ebro, en el Matarraña y el Maestrazgo, a través de los testimonios que han logrado conservarse, en forma de estelas discoidales, pentagramas, manos, cultos a María Magdalena y otras manifestaciones artísticas.

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