POR EL DR. JOSÉ MARÍA DE MONTELLS Y GALÁN.
Leo en los periódicos que el “sargento en armas” del Parlamento de Canadá ha abatido a tiros a un terrorista islámico que tenía aviesas intenciones y que luego de asesinar a un centinela en el Monumento a los caídos de la Guerra, quería seguir haciendo lo propio en la Casa de los Representantes del pueblo canadiense de Ottawa. Ejemplar comportamiento del funcionario, antiguo miembro de la Real Policía Montada, haciendo frente a un peligroso ataque en toda regla que ha despertado la admiración de sus conciudadanos. En nuestra patria siempre habría quienes protestasen por una pretendida brutalidad policial en la actuación del dicho sargento o sea, que se indignarían los seguidores del buenismo y la memez imperante.
Armas del Parlamento de Canadá.
“Sargento en armas”, es una mala traducción del término inglés Serjeant at Arms o Sargento de Armas, en román paladino más propio, que es un oficio con un cierto origen militar y heráldico, ya que solían vestir la cota de armas del soberano, para subrayar el hecho de su adscripción a la seguridad del monarca. Con el paso del tiempo se les dotó de una indumentaria más sobria, con levita y calzas negras a la moda española que ha perdurado hasta nuestros días. En la Inglaterra medieval, el Sargento de Armas era un asistente personal del rey, especialmente encargado de arrestar a los sospechosos de traición. El papel formal de un Sargento de armas en los cuerpos legislativos modernos es mantener el orden durante las sesiones, y de ser necesario, invitar a abandonar el salón de plenos a todos aquellos diputados que lo alteran a juicio del Presidente de la cámara. El Sargento de Armas de la Cámara de los Comunes es el encargado general de ciertas funciones administrativas y de custodia, así como el encargado de la seguridad dentro del propio parlamento.
El Sargento de Armas Kevin M. Vickers.
En Canadá, el Sargento de Armas es un alto funcionario de la Cámara de los Comunes, responsable de los servicios de seguridad parlamentarios y se nombra por el Gobernador General, oída la opinión del gabinete federal. El sargento de armas lleva la maza, como símbolo de la autoridad de la Cámara. Es decir tiene el papel de nuestros maceros en las ceremonias parlamentarias más solemnes. Las asambleas provinciales legislativas, las asambleas nacionales y parlamentos provinciales (la nomenclatura varía para los distintos parlamentos) también emplean sargentos de armas para fines similares.
Tradicionalmente estos maceros han sido oficiales o jefes del ejército, salvo este señor que nos ocupa, de nombre Kevin M. Vickers, policía de profesión.
En las Cruzadas, don Ricardo Corazón de León se rodeó de un cuerpo de sargentos de armas, uno de los cuales, de nombre William Grissom, enamoró locamente de una princesa musulmana, de la sangre de Saladino, que le correspondió enviándole con una dueña, una trenza de su negro cabello. Grissom no paró hasta secuestrar a la bella.
Macero del Ayuntamiento de Madrid.
Al buen Rey Ricardo, la noticia de aquellos amores, le llegó estando en Ascalón, mientras fortificaba sus murallas. Ricardo, juzgó traición el enamoramiento y puso precio a la cabeza de su sirviente y Saladino consideró el asunto como una afrenta, dado que Grissom era de baja condición. Hubo persecución de los amantes y finalmente una patrulla inglesa les dio muerte, por lo que Saladino juró vengar a su parienta. Una historia terrible que se me ha venido a la memoria a raíz del atentado del Parlamento Canadiense. ¡¡Cosas de ingleses!! Me digo que, aquí no se ha visto nunca que un macero le tirara los tejos a una infanta, aunque se nombrase Fátima.