POR EL DR. JOSÉ MARÍA DE MONTELLS Y GALÁN.
Hace ya algún tiempo, tuve yo una agria polémica en la red, sobre la identificación como caballero lazarista del general ruso Levashov, porque, en un retrato que se conserva en el Kremlin de Novgorod, portaba al cuello una cruz de ocho puntas verde, o sea, la cruz de los caballeros de justicia de la Orden de San Lázaro de Jerusalén. Mi académico adversario argumentó, para llevarme la contraria, que la cruz en cuestión era azul y correspondía a la Orden prusiana Pour le Merite. Sigo viéndola verde y no azul. Lo cierto es que pese al tiempo transcurrido, todavía no he logrado saber con todas las de la ley, si Levashov fue distinguido por Luis XVIII, Gran Maestre de San Lázaro, en su exilio de Mittau con la insignia de la Orden o no. Y si yo llevaba razón o quien la tenía era mi oponente.
Espero que el susodicho ahora convenga conmigo en la condición de lazarista del conde Pedro Alexeyevich von Palhen. En el retrato que aquí se publica, aparece claramente la insignia de la Orden, que lleva al cuello y la cruz de justicia, que ostenta en el pecho. Es, sin duda, uno de los agraciados de Mittau, como lo fue el propio zar Pablo I. Curiosa es la pertenencia al Hospital lazarista de ambos personajes, porque Palhen tuvo un gran protagonismo en el asesinato de su soberano.
El conde von Palhen era de noble origen alemán, con extensas propiedades en Lituania, Estonia y Suecia. Sus armas se pintan de oro, tres panelas de sinople. A todos los miembros de la rama sueca de su familia les fue reconocido el título de barón y en 1755, el título les fue registrado en el Imperio ruso. En 1799, el zar concedió a Palhen el título de conde. De 1798 a 1801 había desempeñado el cargo de Gobernador Militar de San Petersburgo. Más tarde fue nombrado Gobernador de las Provincias Bálticas y Gran Canciller de la Orden de Malta, de la que el zar era Gran Maestre. Sin embargo, perdió el favor de Pablo I y por ello, se unió a los conspiradores que deseaban suprimir el gobierno del zar, entregado a los ideales caballerescos. Según algunos autores, el zar deseaba despojar del Gran Maestrazgo de la Orden de San Lázaro a Luis XVIII y proclamarse Gran Maestre de las Ordenes unidas de San Juan y San Lázaro, para posteriormente declararlas sus herederas en el gobierno del Imperio, prescindiendo de su hijo Alejandro.
Así, se organizó un complot con el concurso de Nikita Petróvich Panin, el propio Palhen y un aventurero medio español, medio italiano, el Almirante Ribas. La muerte de Ribas retrasó la ejecución de la intriga. En la noche del 11 de marzo de 1801, Pablo fue asesinado en su dormitorio del Castillo de San Miguel por una banda de funcionarios despedidos encabezada por el General Bennigsen, un alemán al servicio de Rusia.
Según se dice, entraron en su dormitorio, y se encontraron a Pablo escondido tras unas cortinas. Los conspiradores trataron de obligarlo a firmar su abdicación. Pablo ofreció cierta resistencia, y uno de los asesinos le golpeó con una espada, siendo después estrangulado y pisoteado hasta la muerte. El estrangulamiento fue llevado a cabo con la cinta de la faja de su uniforme, la cual fue posteriormente conservada por la viuda y finalmente cedida a su hija, la Gran Duquesa Ana Pávlovna. Fue sucedido por su hijo, el emperador Alejandro I, que se encontraba en el palacio, y a quien el general Nikolái Zúbov, uno de los asesinos, anunció su ascensión al trono.
Todos estos terribles acontecimientos, se sucedieron con el conocimiento e indiferencia de Alejandro I, que no movió un dedo para salvar a su padre. Después del asesinato, la emperatriz María Feodorovna, que odiaba a Palhen, le impidió ocupar cualquier puesto importante bajo el reinado de Alejandro. El 1 de abril de 1801, fue dado de baja para el servicio activo y fue el propio zar quien le ordenó retirarse a sus fincas en Curlandia . Pahlen murió en Mitava, hoy Jelgava, el 13 de febrero 1826. Sobre la influencia, muy poco estudiada, que ejerció el Hospital lazarista en el emperador ruso y la creación de las encomiendas hereditarias en el seno de la Orden de Malta, dedicaré algún escrito en el futuro. Lo prometo.