POR EL DR. JOSÉ MARÍA DE MONTELLS Y GALÁN.

Era yo un pipiolo muy barbado, eso sí, pero pipiolo al fin y al cabo, cuando por esas cosas de la vida, me vi embarcado en la redacción de una Constitución para Guinea Ecuatorial. Sería el año 74 y trabajaba en el gabinete de Adolfo Suárez en la Secretaría General del Movimiento. Por aquellas calendas, mi inolvidable compañero y sin embargo amigo, Ernesto Baschwitz, me presento a un ramillete de empresarios españoles, con intereses en Fernando Poo y un grupo de exilados guineanos que habían sido expulsados de aquella antigua provincia española por la cruel dictadura de Francisco Macías Nguema y que deseaban volver a su país, para iniciar una nueva andadura política, con un cambio sustancial en la situación. Entre los exilados, un antiguo jefe de la policía de Macías, educado en Corea del Norte que, sinceramente, no me pareció el líder que podía sustituir al dictador. Un tipo inquietante, mal encarado y algo brutal en sus decires. Que conste que yo siempre me había interesado por Guinea y ya de jovencito quise apuntarme a un campamento de verano que propiciaba el antiguo Frente de Juventudes en Santa Isabel, hoy Malabo (en honor del rey bubi de la isla) y al que no asistí porque mis padres pusieron el grito en cielo. Y eso que por aquellas fechas no había ébola ni nada parecido. Por no presumir de entendido, he de decir que escribí una Constitución federal muy influida por la de la Confederación helvética que fue mi fuente de inspiración. Contemplaba una representación parlamentaria por etnias, fangs, bubis y ndowes y otras más minoritarias. Se recogía además un nuevo escudo y una nueva bandera. Mi propuesta no parece que gustase a los futuros usuarios y no supe más de aquella conspiración tan decimonónica. Ya no recuerdo su diseño y lo siento.

Escudo de Guinea (1973-1979)

Escudo de Guinea (1973-1979).

Lo cierto es que mi primera preocupación fue sustituir el emblema del dictador por otro más presentable. Piénsese que el régimen de Macías se caracterizó por el abandono de todas las funciones gubernamentales. Debido a la rapacidad, la tosquedad y el abandono, la infraestructura del país que era modélica en tiempos de la administración española –eléctrica, de suministro de agua, carreteras, transportes y salud– se arruinó totalmente.

GUINEA ECUATORIAL 100 EKUELE 1975

La religión católica fue suprimida y perseguida. La economía ecuatoguineana se hundió y los ciudadanos más cualificados y los extranjeros dejaron el país. Las escuelas fueron cerradas en 1975 y el culto católico prohibido en junio de 1978. Nguema puso en práctica una campaña de africanización toponímica, imitando superficialmente el movimiento socio-cultural de la negritud, reemplazando los nombres coloniales con nombres pretendidamente nativos: la capital Santa Isabel se convirtió en Malabo, la isla de Fernando Poo fue rebautizada como Masie Nguema Biyogo en memoria del propio dictador, y Annobón se convirtió en Pagalu. Como parte del mismo proceso se ordenó a toda la población que cambiara sus nombres europeos por nombres africanos. El propio nombre de Macías se transformó en el largo apelativo de Masie Nguema Biyogo Ñegue Ndong.

Guinea (Monedas)
La huella del dictador también se extendió a los emblemas de la República y toda su heráldica fue sustituida por la señal propia de Macías y su partido, el Partido Único Nacional de Trabajadores, el gallo que en la cultura fang, representa la valentía, el coraje, la esperanza en un nuevo amanecer. Conservo yo, entre las gorras militares de mi colección, una gorra que perteneció al propio Macías y que devolvió al sastre de Madrid (Sepúlveda) por no llevar los botones de oro, en cuyo frontal figura el escudo que Macías impuso como propio de la República y que es el mismo que aparece en las placas y medallas de la Orden de la Independencia, esto es:
Un escudo terciado en palo de sinople, plata y gules y mantelado de azur. Como soporte, un gallo de oro, barbelado, picado y crestado de gules, sobre dos lanzas indígenas puestas en sotuer.

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No parece que el gallo tuviese una forma estable, ya que también se dibujó en su posición más natural, o sea de perfil, en otras ocasiones cantante y en otras, atrevido. De ahí, de esta confusión y de sus sangrientos significados, que yo quisiera dotar a Guinea de armas nuevas que no prosperaron y de las que ni me acuerdo.

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