Artículo publicado con anterioridad en el núm. 536 de la Revista Hidalgos.

POR D. LUIS VALERO DE BERNABÉ Y MARTÍN DE EUGENIO, MARQUÉS DE CASA REAL.

Escandinavia, la antigua Escandia de los romanos, constituye una región geográfica y cultural, formada por Noruega, Suecia, Finlandia, Dinamarca, Islandia, Groenlandia y las islas Feroe. De todos ellos la hegemonía la ejerció durante siglos el reino de Dinamarca (Kongeriget Danmark), formado por la península de Jutlandia, las Islas Feroe y  Groenlandia, cuyos reyes reinaron también sobre Inglaterra (978/1066), Noruega (1319/1814), Suecia y Finlandia por la Unión de Kalmar (1397/1523), e Islandia (1242/ 1944). Aunque en los diversos territorios se mantuvieron sus antiguas instituciones. 
Escudo Real con las armas de Denamark, Schleswig, Suecia, Feroe, Groenlandia, Gotland y Vandalia, con la cruz de Dannebrog, sobre el cual se coloca el escuson de la Casa reinante de Oldenburg.
La capital residió siempre en Copenhague y el idioma oficial fue el danés. El rey de Dinamarca asumió el título de Gotemes Konge (rey de los Godos) que conservaría durante siglos hasta 1972 en que la reina Margarita II, actual soberana cambió su título a Dronningen Danmark (Reina de Dinamarca).
Esta supremacía se debió al carácter agresivo y aventurero de sus primitivos pobladores, los normaens (normandos u hombres del norte) que constituían una sociedad de hombres libres o husbóendr, expertos marinos y amantes de la guerra, integrada por guerreros, granjeros y artesanos, dirigidos por los haulds, elegidos por ellos mismos en el Thing (asamblea) como jefes militares por sus triunfos guerreros.
Todos ellos estaban bajo la dirección de un Karwl o reyezuelo, asistido por un séquito de selectos guerreros o huskarls. A los que anualmente convocaba para salir de expedición, “fara í víking” a bordo de sus drakkars, en busca de esclavos y botín, de donde procede el nombre de vikingos que recibieron. A partir del siglo VIII se convirtieron en el azote de las costas europeas, desde el mar Báltico al Mediterráneo, sus flotas caían por sorpresa sobre las ciudades del litoral, remontando los ríos con sus naves de poco calado, dedicándose al pillaje y a la devastación. Todas las grandes ciudades fueron presa de sus ataques, Londres, Hamburgo, Paris, Burdeos, La Coruña, Lisboa, Sevilla, e incluso la misma Constantinopla, adentrándose en Rusia en busca de botín y esclavos.
Estos saqueos sirvieron para que los más audaces se distinguieran por sus hazañas, ganando el prestigio entre sus congéneres y obteniendo grandes riquezas, lo que les permitió comprar tierras que cultivaban con sus propios esclavos, convirtiéndose así Karls (reyezuelos) que conformaron la aristocracia vikinga. Estos formaron una serie de reinos, gobernados por clanes familiares que a la muerte de cada rey disputaban entre si hasta que el más fuerte se hacía con el poder. En el siglo X los diversos reinos vikingos fueron agrupados por el karwl Harald Blåtand (Diente Azul) que en el año 958 unificó Dinamarca y en 970 Noruega, convirtiéndose en Konung o rey absoluto de ambos territorios.
Las primeras manifestaciones heráldicas de Escandia fueron los bomerkes o marcas de propiedad realizadas con caracteres rúnicos, gravados sobre la madera o a las puertas de sus casas. Estas marcas serían llevadas por los navegantes vikingos a Rusia y Polonia por la ruta de los varegos, dando lugar a las runas rusas y las thamgas polacas origen de sus respectivas heráldicas.
En Dinamarca a partir de finales del siglo XII la aristocracia guerrera se diferenció de la masa de hombres libres, adquiriendo gran poder y riqueza en tiempos del rey Sverre (1184/1202). Realzaron sus residencias y se fue tomando la costumbre de colorear sus bomerkes e incluirlos dentro de los nuevos escudos heráldicos, cuyo uso se fue extendiendo entre la nobleza. Surgen así los primeros blasones daneses como distintivos de la aristocracia, aunque esta costumbre seria seguída por los guerreros durante el siglo XIII. Un siglo más tarde, a partir de 1320 se popularizaron también  entre los burgueses y mercaderes, mayoritariamente de origen germánico y asentados en las ciudades costeras, que adoptaron sus propios escudos, incluyendo en ellos sus marcas de propiedad o sencillos motivos basados en sus nombres, ocupaciones u oficios. La corona nombró un rey de armas (Herold) para ordenar los blasones.
El escudo de armas danés (vabenskajoldet) era inicialmente curvilíneo e inclinado, sumado por un casco ceremonial vikingo (vesselhorn) rematado por un par de cuernos de buey. A partir del año 1450 se adoptó el contorno de un escudo de torneo al estilo alemán, con una escotadura que permite asomar la lanza, e inclinado un tercio sobre la vertical o a la valona, como si pendiera de su tiracol. Los cuernos modernos se fueron transformando en probóscides, terminadas en un anillo abierto en su punta, y adornándose con lambrequines y plumas de pavo real. Los cascos debían ir abiertos en las familias nobles y cerrados en las burguesas, aunque no siempre se sigue esta norma. Unas veces casco y escudo van adiestrados y otras siniestrados.

En tiempos medievales los escudos constaban de un solo cuartel, sin partición alguna, y con un diseño muy sencillo, utilizando además solo dos esmaltes.
Mientras que la nobleza titulada se blasonaba con un escudo con varios cuarteles, un casco abierto con rejillas de oro, coronas de rango (adelskrone), cimeras y soportes. Al estilo alemán un escudo puede estar rematado por varios cascos con sus correspondientes cimeras, pues cada uno de ellos representa un antiguo feudo poseído por la familia del portador. En las cimeras se repite el motivo básico del escudo y no pueden darse solas como en el modelo inglés.
La heráldica danesa utiliza su propia terminología en danés, sin hacer caso del vocabulario heráldico común, así los esmaltes utilizados son: Rød (gules), Blå (azur) y Ordenar (sable), que son los más comunes, mientras que Grøn (sinople), Brun (marrón) y Orange (naranja) son menos usuales y prácticamente no existen los veros ni los armiños. Los metales son: Guld (oro) y Hvid (plata). Las particiones del escudo se llaman skjolddelinger, siendo los más frecuentes:
Tværdelt (Cortado), Spaltet (Partido), Kvadreret (cuartelado), hjerteskjold (cuartelado con escusón). Lo mismo sucede con las piezas heráldicas: Skjoldhoved (jefe), Pael (palo), Bjælke (Faja), Skråbjælke (Banda), Sparre (Cabria), Kors (Cruz), Andreaskors (sotuer), Skatavl (ajedrezado).
Los muebles heráldicos o herolds figurer, también tienen todos sus nombres en danés, utilizándose algunas extrañas figuras propias de la heráldica danesa, como Holzman, Trolls… como tenantes.
Para componer las Vabentegninger de Storck (Armas de las familias nobles danesas) que son utilizados por todos los miembros de la familia, sin brisura alguna. Los burgueses también siguieron la costumbre de blasonarse adoptando ellos mismos sus propios blasones, aunque sin coronas, ni tenantes y con escudos normalmente de un solo campo o cuartel. Hoy en día su diseño tiende a recuperar la sencillez de los tiempos medievales.
La heráldica gentilicia está muy extendida y numerosas familias lucen sus blasones, aunque carecen de protección oficial alguna, salvo se hayan inscrito en el registro de marcas como un logotipo más. Los escudos se heredan de padres a hijos, sin brisura ni modificación alguna. Existe un Consultor Heráldico, Statsheraldiker, oficial del Archivo Nacional de Dinamarca, encargado de aprobar y normalizar los escudos institucionales, cuyo uso está protegido por la ley. Las estructuras sociales y políticas de los pueblos escandinavos presentaban notables diferencias con el Occidente de Europa. No se desarrolló el feudalismo, ni la servidumbre de los campesinos. Inicialmente el acceso a la nobleza se encontraba abierto a cuantos guerreros destacaran por sus méritos, obteniendo así la exención de todos los impuestos generados por sus propiedades, dedicadas al cultivo del lino y el centeno, la explotación forestal y ganadera, y la construcción naval. Junto a ellos existía una masa de pequeños propietarios agrícolas sobre los que junto con la incipiente burguesía recaían todos los impuestos.

Los privilegios fiscales de la nobleza escandinava defendidos en el Danehof (Asamblea de Barones y Prelados) les enfrentarían al absolutismo de los Oldemburg, dinastía que regiría Dinamarca desde 1448 a 1863, cuyos monarcas agobiados por los cuantiosos gastos que producía la guerra contra Suecia, trataron de afianzar su poder, apoyándose sobre la burguesía y limitando el poder de la nobleza.
En primer lugar trataron de reducir su número, bloqueado el acceso a la misma, por lo que en adelante solo serían reconocidos como nobles (Jarl) los que pudieran demostrar al menos tres generaciones de nobleza. Lo que provocó la rebelión de la nobleza que resultó diezmada bajo el reinado de Cristian II (1513/1523), quien masacró 600 nobles daneses, noruegos y suecos, en el llamado “Baño de sangre de Estocolmo” de 1520, provocando que tres años más tarde Suecia se separara definitivamente de la Unión de Kalmar, mientras que Noruega fue subyugada y convertida en una simple colonia de Dinamarca, y su nobleza desplazada por la danesa. Así el número de familias nobles se redujo de 264 a solo 140 que habían demostrado sumisión a la corona.
Ésta antigua nobleza de origen vikingo fue conocida como uradel y a ella se incorporaría la nueva nobleza adicta a la corona, brevadel, creada por los reyes mediante cartas patentes. También a las personas que ejercían un cargo real recibían una nobleza persona, rangadel, extensible a sus esposas e hijos legítimos, igualándolos a los nobles de linaje.
Esta nueva nobleza cortesana, trataría de hacer olvidar su origen plebeyo con la adopción de unos complicados blasones con varios cuarteles, dibujados muchas veces sin hacer caso de las reglas básicas del diseño y esmaltes heráldicos, realzados con varias cimeras al estilo alemán, a fin de dar la falsa impresión que el nuevo armíger tenía muchos antepasados nobles.

El 25 de mayo 1671 el rey Christian V (1670/1699) a fin de rodearse de una nobleza adicta inició una tardía feudalización con la creación 31 Condes (greves) y Barones (finherre), muchos de ellos de origen plebeyo, entre los que distribuyó el gobierno de las tierras, substituyendo así a la antigua nobleza, y adscribió los campesinos a la tierra, limitando así su antigua libertad. Les concedió nuevos blasones y autorizó que pudieran adornarlos con coronas de rango, soportes y tenantes. Éstos títulos y blasones también los podían usar sus esposas y sus hijos legítimos de ambos sexos, aunque este beneficio no alcanzaba a los nietos: Así de esta forma al mismo tiempo podían aparecer varios condes o barones con el mismo título. Si bien a la muerte del titular el título pasaba a su primogénito, cuyo cónyuge e hijos eran igualmente beneficiados, lo que no ocurría con sus primos excluidos ya de la línea. A fin de recompensar sus servicios civiles y militares a la monarquía fundó la Real Orden de Dannebrog, cuyo emblema era la cruz patada de plata del mismo nombre. La cruz escandinava que con diferentes esmaltes adoptarían las banderas de todos los países escandinavos.

También instituyo la Orden del Elefante (Elefantordenen) en 1693 para honrar a los miembros de la familia real danesa y dignatarios extranjeros, cuyo emblema es un collar del que pende un elefante blanco sumado de una torre de gules.
En 1814 se perdió Noruega por el Tratado de Kiel y en 1849 Dinamarca se convirtió en una monarquía constitucional, con dos cámaras: el Folketing, que representaba a la clase media, granjeros, comerciantes y burgueses, y el Landsting, que representaba a la antigua aristocracia. Sistema bicameral que sería substituido en 1901 por un régimen parlamentario único. En la actualidad Dinamarca se encuentra regida por la dinastía Glucksburg desde 1863. Unas 200 familias llevan títulos hereditarios de Greve (conde) o Finherre (barón). No existen Marqueses y solo dos familias llevan el título de Hertug (duque): Schleswig y Glücksbierg. Aunque los privilegios de la nobleza fueron abolidos por la Constitución de 1849, todavía siguen gozando de gran prestigio como clase social.
Sus nombres se encuentran registrados en el Adels Aarbog o Anuario de la nobleza danesa que se publica desde 1884 con las armas y genealogía de unas 700 familias nobles de las que 200 tienen títulos del reino.
BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA.
— Hiort-Lorenzen, HR, y A. Thiset. Danmarks Adels Aarbog (Nobleza Anuario de Dinamarca). 89 vols.København: PG Philipsens, Inc., 1884-1968.
— Clemmensen, Steen: Conrad Grunenberg’s Wapenbuch, facsimil de 1875, Grienberg Kobenhavn 2008.
— Ache, Sven Tito: Simbols Around Us,Van Nostrand Reinhold Company, New York, 1978.
— Bredo Grandjean, Poul: Dansk Heraldik, Schlutz, University of California, 1962.