VISITA AL PALACIO DE QUINTANA REDONDA.

POR DÑA. MARIOLA DE LAS HERAS Y OJEDA.

Mucho se ha hablado de los Medina Sidonia, de la controversial Duquesa Roja y de la famosa Duquesa de Fernandina, familia conocida por muchos, pero no todos saben del entronque con el Linaje Santisteban de nuestra Casa Troncal.
Cuando Joaquín Álvarez de Toledo y Caro, XX duque de Medina Sidonia(1915-1955) fallece en Madrid, el título recayó en su hija única, Luisa Isabel Álvarez de Toledo y Maura, XXI duquesa (1955-2008), nacida en Estoril (Portugal) el 18 de agosto de 1936. Luisa Isabel Álvarez de Toledo, más conocida como la Duquesa Roja nació con los privilegios en sus apellidos, ostentando 11 títulos nobiliarios en Italia y seis en España. Tres veces grande de España, fue heredera del marquesado de Villafranca del Bierzo, del marquesado de los Vélez y del ducado de Medina Sidonia. 
Isabel contrajo matrimonio el 16 de julio de 1955 con Leoncio González de Gregorio y Martí (Madrid 1930 – Soria 2008), de la familia de los condes de la Puebla de Valverde, con quien tuvo tres hijos: Leoncio Alonso (3 de enero de 1956), que heredaría los títulos de su madre; María del Pilar Leticia (10 de enero de 1957), XVI duquesa de Fernandina tras la rehabilitación del título en 1993 y que ha sido revocado en 2012; y Gabriel Ernesto.
Isabel Álvarez de Toledo y Leoncio González de Gregorio y Martí, el día de su boda.
Leoncio González de Gregorio y Martí, conocido jinete de profesión, perteneció al linaje de los Santisteban, reputados hidalgos sorianos.
Así, sus hijos por derecho también pertenecen a dicho linaje y por ende a esta Casa Troncal de los Doce Linajes de Soria.
El pasado mes de diciembre, con ocasión de la celebración de la Asamblea General, algunos asistentes a la misma, tuvimos la gran suerte de visitar el espectacular Palacio de Quintana Redonda. Palacio del que actualmente es propietaria Pilar González de Gregorio y Álvarez de Toledo, descendiente de Grandes de España y de importantes Hidalgos Sorianos, estirpe de raza y nobleza que no se puede negar. 
Grupo de Caballeros y Damas de esta Casa Troncal durante su visita al palacio.
La casa solariega, con fachada de piedra antigua, tiene forma de U y  cuenta con 2.000 metros cuadrados, construida dentro de 16 hectáreas de terreno, donde además se encuentra el panteón familiar en el que descansan los restos mortales de Don Leoncio González de Gregorio y Martí.  Coronando la puerta de entrada el escudo de la familia González de Gregorio.
Uno de los salones del palacio.
Actualmente, exceptuando un ala del palacio reservada para eventos y bodas, éste se encuentra completamente amueblado y decorado con exquisito gusto. Cuando uno deambula por los largos pasillos, no puede dejar de llamarle la atención las lámparas de cristal de La Granja, un sin fin de documentos que atestiguan la pertenencia de la familia a la antiquísima Rueda de los Doce Linajes de Soria, trofeos hípicos y escopetas de caza entre otros innumerables recuerdos históricos (vemos fotos de bodas, eventos familiares, etc.) y emblemas heráldicos que sobrecogen y apabullan a todos los que lo saben apreciar. Cuenta con múltiples servicios de té, finísimas vajillas inglesas de porcelana y sublimes cristalerías. Y por si todo esto fuese poco, este Palacio dieciochesco tiene su propia capilla en honor de la Virgen de la Asunción con retablo de la época de Felipe V.
La Capilla, una de las estancias más singulares.
El Palacio de Quintana fue construido en 1757 por Juan Baltasar González de Gregorio y Rodríguez-Carabantes, un noble de familia hidalga de San Pedro Manrique y uno de los principales productores de lana de Castilla. Por su matrimonio entroncó con el linaje Santisteban, uno de los Doce Linajes, lo que le permitió ser Alcalde de la Mesta y de la Santa Hermandad en Soria desde 1753 y Alcalde de Soria por el Brazo Noble desde 1779 ya que era condición indispensable para ejercer cargos públicos en la ciudad.
A principios del siglo XX, se rompe su primitivo y sobrio estilo castellano, realizándose una importante reforma de gusto afrancesado muy elegante, llevada a cabo por María Concepción de Arribas y Turull, bisabuela de la actual propietaria. Fue entonces en 1919 cuando la casa recibió a su visitante más ilustre, el rey Alfonso XIII en su viaje a Soria, con motivo de una cacería de codornices organizada en Fuentepinilla por Leoncio González de Gregorio y Martínez de Azagra.
Si las paredes de esta casa hablaran, seguro que contarían mil historias. Atravesar sus puertas es un auténtico viaje al pasado. Por ella han pasado varias generaciones (la actual propietaria sería la décima propietaria) que han ido dejando su impronta. Su interior es testigo de un desfile de vidas donde conviven tanto un bronce de Martínez de la Rosa, de corte liberal, como el retrato del rey Fernando VI. En sus rincones se esconden baños típicamente parisinos, boudoirs con su propia chimenea y sus bañeras antiguas, un relieve del siglo XV de Santa Ana, la Virgen y el niño, varias cómodas portuguesas del siglo XVIII, unas cucharillas rusas de antes de la revolución, una pintura de techo obra de Marcelino Santamaría, porcelanas de la dinastía Ming, o una batería de cocina francesa de cobre y bronce del siglo XIX. 
Un detalle del menaje de la cocina.
De su exterior, como no señalar  una impresionante fuente de piedra, de finales del siglo XVIII, que domina la explanada que se extiende delante de la puerta principal. 
Será difícil olvidar esta atmosfera de delicioso refinamiento.
En próximos artículos iremos desvelando más sobre estas dos controversiales e interesantísimas familias, cuya nobleza del pasado resuena en ecos de actualidad.