Hace pocos minutos, el orbe católico ha vibrado ante el gozoso anuncio realizado por el Cardenal Tauran desde la Logia vaticana: “¡Habemus Papam!”, “Tenemos Papa”. El Señor Jesús, por medio de la elección del Colegio cardenalicio, ha fijado su mirada de amor sobre el Cardenal Bergoglio, ya nuestro muy amado Papa Francisco I, y ha puesto sobre sus hombros la misión y la responsabilidad de dirigir la Barca de Pedro. ¡Demos gracias a Dios que jamás abandona a su Iglesia y que, en medio de las jornadas de suave brisa o de fuerte tormenta, dirige con fuerza el timón de la nave eclesial!
¡Es tremenda e impresionante la responsabilidad que desde hoy asume el Sucesor de Pedro, el Papa Francisco I! Pero él sabe que no está solo, que delante de él va Cristo que en ningún momento ha dejado el timón de su Iglesia! Como Pedro en el lago de Genesaret, el Papa Francisco I se ha fiado del Señor y con Cristo a su lado ha vuelto a coger las redes para echarlas en el mar de la Humanidad para que así el Evangelio siga siendo anunciado a través de los tiempos, para la salvación de todos, hasta los confines de la tierra.
Damos gracias a Dios que, a través del Colegio cardenalicio, dócil a la inspiración del Espíritu divino, ha elegido al Sucesor del buen patrón de Galilea, a un pastor conforme al Corazón de Cristo, al Papa que hoy necesita la Iglesia.
La Diócesis, con Pedro.
Desde hoy, yo como Obispo y conmigo toda nuestra Diócesis de Osma-Soria, nos unimos en comunión afectiva y efectiva con el nuevo Sucesor de Pedro, le damos nuestra mejor acogida y prometemos nuestra más fiel, filial y total obediencia. Todos nosotros (sacerdotes; religiosos de vida contemplativa y activa; misioneros y familias; niños, adolescentes y jóvenes que viven su fe en las parroquias diocesanas; los ancianos y enfermos que ofrecen sus sufrimientos por el Papa; todos conmigo a la cabeza, como pastor de esta Iglesia particular que peregrina en tierras sorianas) nos comprometemos a vivir unidos al Santo Padre, a acompañarle con nuestra oración y cariño sinceros, a ofrecer por los frutos de su Ministerio nuestras oraciones y sacrificios, a ser fieles a su Magisterio.
Retos de futuro.
Elevamos, también, nuestra oración a Dios por el nuevo Papa y por el acierto en su Ministerio. Le pedimos al Buen Pastor:
1. que lo llene con una mirada de esperanza y de misericordia para el mundo entero;
2. que le otorgue la gracia de afrontar, con acierto y valentía, el desafío de mantener vivo el anuncio de la fe cristiana en un mundo que vive como si Dios no existiera;
3. que continúe la tarea, especialmente urgente hoy, de impulsar en la Iglesia una nueva evangelización, presentando el Evangelio de manera positiva y propositiva al mundo de hoy;
4. que sepa resaltar aquellos aspectos más bellos de una Iglesia viva y de rostro joven, interesada en llegar a todos los hombres por medio de un talante netamente misionero.
Estoy convencido de que Dios nos ha regalado un gran Papa, un pastor según el corazón de Cristo. Como el Buen Pastor entregó su vida por sus ovejas, por la salvación de todos, nuestro Papa entregará toda su vida y lo mejor de sí mismo para que el mensaje de Cristo resuene siempre fuertemente en el corazón del hombre actual.
Sintámonos unidos todos a él, queridos diocesanos de Osma-Soria, y sintamos en nuestro corazón y expresemos con nuestra palabra y nuestra vida la gratitud a Dios por nuestro nuevo Papa Francisco I.
El Burgo de Osma, 13 de marzo de marzo de 2013.
Obispo de Osma- Soria
y
Capellán Mayor de la Casa Troncal de los Doce Linajes de Soria.