Por Antonio de Castro y García de Tejada, Señor de la Casa de Tejada, Halconero Mayor del Reino y del Subpriorato Español de la Orden de Malta.
Escudo del Gremio de Halconeros de la Real Caza de Volatería.
 Como quiera que el Rey Carlos I de España cedió la Isla de Malta a los Caballeros de la Religión de S. Juan como rey de las Dos Sicilias, conviene, si breve, un acercamiento a la historia de este  antiguo reino, que caminó compartiendo la historia de España desde finales del siglo XIII hasta bien entrado el siglo XVIII. Aunque tras ser desgajado de la Monarquía Universal Hispánica, siguió formando parte del patrimonio de la rama española de la Casa de Borbón hasta la creación del nuevo reino de Italia un siglo después.
Carlos I ( Carlos V de Alemania) a caballo en Mühlberg (Tiziano 1548).Museo del Prado (óleo sobre lienzo).
Sicilia hasta el siglo XI, se encontró habitada por población sarracena, a quienes les fue arrebatada por los herederos de Tancredo de Hauteville, cuyo nieto Roger II, fue en 1.130 reconocido por el papado como primer rey de Sicilia. A la muerte de Guillermo II el Bueno, nieto del mencionado, y tras enfrentarse con el pueblo de Sicilia partidario de Tancredo, primo del difunto Guillermo,  heredó el reino su tía Constanza, esposa del emperador Enrique VI  (d.1.197). El poder y la influencia de la familia Hohenstauffen se impuso sobre la voluntad de los sicilianos, consiguiendo imponer su dinastía. De esta casa imperial, destacaremos al rey Federico I de Sicilia, II en el Sacro Imperio Romano Germánico (d. 1.250), quien fue una singular personalidad en su época. Apasionado de la cetrería y autor de la magna obra cetrera “De arte venandi cum avibus” se le atribuye  la frase, muy apreciada por los halconeros modernos, de que un día sin cetrería era un día perdido. Buen poeta, se le considera el fundador de la literatura vernácula italiana. Su enfrentamiento con la Iglesia y el Papado fueron manifiestos, hasta el punto de que el papa Clemente IV, hizo todo lo que estuvo en su mano para destronar a esta dinastía, apoyando las pretensiones de la Casa de Anjou al mencionado reino. 
Federico II Hohenstaufen.
El ajusticiamiento de Conradino de Hohenstauffen en 1.268 por Carlos de Anjou, coronado rey de Sicilia y de Nápoles, provocó la famosa jornada conocida como las Vísperas Sicilianas y la separación de las Sicilias. Tras estos sangrientos episodios, el pueblo de Sicilia – que no perdonó a Carlos el asesinato de Conradino – ofreció el reino a D. Pedro de Aragón, casado con Constanza de Hohenstauffen, hija de Manfredo, heredero bastardo de Federico II. Aunque Nápoles queda bajo la dinastía de los Anjou, Sicilia desde finales del siglo XIII pasa a la corona de Aragón y aunque durante el siglo XIV, se producen enfrentamientos entre los herederos de Pedro III de Aragón, terminó imponiéndose la línea de Martín II de Trastamara. Posteriormente, tras la unión de los reinos de Castilla y Aragón, Sicilia se incorpora a la gran dinastía hispánica creada tras el matrimonio de los Reyes Católicos. 
Reyes Católicos. Láminas en tonos verde representando los retratos de Isabel I de Castilla y Fernando V de Aragón.
D. Felipe V la pierde tras la Guerra de Sucesión en 1.713. De 1.713-20 perteneció a la Casa de Saboya y más tarde hasta el año 1.735 a la Casa de Austria. El Rey Felipe V, influido por su esposa Isabel de Farnesio, quien pretendió un trono para cada uno de sus hijos, ayudó a su hijo Carlos que reinaba en Nápoles a recuperar Sicilia. Cuando a la muerte de su hermanastro D. Fernando VI, D. Carlos de Nápoles y Sicilia vuelve a España como Rey deja los reinos de Nápoles y Sicilia a su  segundo hijo D. Fernando, que reinó como Fernando IV de Nápoles y III de Sicilia y posteriormente como I de las Dos Sicilias.
Es importante constatar que en la donación, Carlos I de España no cedió el archipiélago con total soberanía sino que  tras complejas negociaciones reservó para la corona española, además del tributo anual del halcón de cetrería, el nombramiento de obispo, y en consideración a sus dominios en Italia, reservó a los de esta Lengua, la dignidad de Almirante de la flota de la Orden. En el siglo XVI, el halcón se entregaba al virrey de Sicilia en el día de Todos los Santos. En siglos posteriores se entregó directamente al rey en la Corte de Madrid, como se constata en diversos documentos  que se conservan  en el archivo de Simancas y entre otros en el pasaporte librado en 1.725 al Comendador Jordi de Montaner. También se cita esta prerrogativa de la corona española en el memorial elevado por el Condestable de Castilla al rey Carlos III de España, al solicitar el restablecimiento de la Real Caza de Volatería.
Conocemos el ceremonial del pleito de homenaje y entrega del halcón maltés por diversos  documentos custodiados en el mencionado archivo, si bien el de más riqueza descriptiva es el que describe la ceremonia celebrada el 22 de julio de 1.760 en Palermo y que se desarrolló siguiendo el siguiente protocolo:

RELACION DE LA INVESTIDURA DE LA ISLA DE MALTA.

Dada por el Señor Virrey de Sicilia en nombre de S. M. Siciliana al Gran Maestro de la Orden Gerosolimitano; y de juramento de Devoto Homenaje prestado por el mismo por medio de su embajador el dia 22 de julio 1.760.- Palermo- junto a Stefano Amato. Con permiso de los superiores.
Habiendo el Gran Maestro de Malta hecho pasar a este puerto la escuadra de sus cuatro galeras, destinando su General y Comendador Fr. D. Pascual Gaetani de Aragona a presentarse a este Señor Virrey, para recibir de sus manos, como procurador de S. M. Siciliana, la investidura de las islas de Malta, Gozzo y el Castillo de Trípoli; y prestar además en nombre de la Religión el juramento de fidelidad y de voto homenaje; adornado a tal efecto el sobredicho Comendador de suficiente poder de  procuración; se celebró el día 29 de julio de la forma siguiente:
Envió S. E. el Señor Virrey al Comendador una carroza de seis caballos con dos cocheros, en la cual, el sobredicho Comendador acompañado por el príncipe de Butera, por quien fue también asistido en toda la función, se trasladó al Regio Palacio, acompañado por los más nobles de esta capital así como de la Orden de Jerusalén.

Comitiva de  una representación de Caballeros de la Orden de Malta, ataviados a la usanza  del siglo XVI. Valetta año 2005.
Al llegar la carroza al Regio Palacio, la compañía de la guardia se colocó en posición de armas, el tambor tocó la marcha hasta que el Comendador entró en el portón, donde los centinelas le presentaron armas; que son los mismos honores de la presentación de armas que realiza la tropa al salir y entrar el Virrey; bien entendido que la distinción de tal honor de presentación de armas se le hizo como capitán general que es, de una de las provincias del Reino de Nápoles, elegido por Real gracia de S. M. Subiendo las escaleras al salón, los alabarderos se pusieron en su sala en fila con las propias armas en mano y los Volantes y Patrulla del Virrey hicieron lo mismo en su sala.

El Halcón Maltés. Valetta 2005.

Los caballeros del Comendador se quedaron en el salón y los pajes pasaron a la primera antecámara, y a la puerta inmediata a la sala de los alabarderos llegó el Comendador acompañado de dos gentileshombres de S. E. y de allí pasando a la cámara de la audiencia, encontró en la antecámara anterior a los pajes puestos en fila.
Estaba el Señor Virrey bajo el dosel en pie con silla a su espalda, almohadón a sus pies; delante había un pequeño buffete con su almohadón, sobre el cual estaba el libro de los Evangelios con el santísimo crucifijo y a los pies del buffete había otra almohadilla para uso del Comendador, donde arrodillado debía de prestar el juramento.

D. Antonio de Castro y García de Tejada  recibiendo el Halcón Maltés en nombre de S.M. D. Juan Carlos I . Valetta, año 2005

Su excelencia el Señor Virrey estaba asistido por todo el Sacro Real Consejo, situado a un lado del trono. El protonotario estaba a la derecha de S. E. y precisamente delante del buffete sobredicho y al mismo lado, un poco más atrás, estaba el capitán de la guardia de S. E.
Habiendo entrado el Comendador en la cámara de la audiencia, después de las acostumbradas reverencias al Señor Virrey, invitado por éste, subió la pequeña escalera del trono, hizo el cumplido a S. E. que entonces se cubrió e igualmente se cubrieron el Comendador y el Protonotario, juntamente con el Sacro Regio Consejo, habiendo podido haber hecho lo mismo los asistentes que suelen cubrirse delante del Señor Virrey.

El Halconero Mayor con el Halcón del Rey. Valetta 2005.

Después de esto el Comendador expuso la embajada en nombre de la Religión, alegrándose de la sucesión de este reino por la majestad de Fernando IV, nuestro Señor, a lo que correspondió el virrey en términos de gratitud y asegurando el Comendador que se encontraba en todo feudatario al Real trono de S. M.
Después de esto, habiendo presentado el Comendador la cédula del juramento al susodicho protonotario del Reino D. Ignacio Papé Duque de Giampilieri, por orden del Señor Virrey fue leída del tenor siguiente; permaneciendo el Señor Virrey con todo el Ministerio y el Comendador en pie, después de haber entregado su capelo al portero de la cámara:
Yo fray Pascual Gaetani de Aragona, Prefecto General de las armas marítimas de la Orden, procurador y nuncio especialmente destinado para estas cosas, por el eminentísimo y reverendísimo Señor fray Manuel Pinto, Gran Maestro de la sagrada casa del Hospital de Jerusalén y a todos los sucesores en el maestrazgo, a toda la Orden y al convento de la misma casa y a mí mismo y a Vos ilustrísimo y Excelentísimo don Juan Fogliano de Aragona, Marqués de Pellegrino y Valdemozola, Barón de Vico, Ponte, Alvarola, Riva y Carmiano, Señor de Castrinovi y Vichizolo,etc., Caballero de la Real Orden de San Genaro, Comendador en la Constantiniana de San Jorge, con sala y ejercicio de su sagrada Real Majestad; en este reino de la Sicilia ulterior y las islas adyacentes Prorrey y Capitán General, y en esta (Palermo), representando la persona de la sagrada regia Majestad FERNANDO, rey invictísimo de ambas Sicilias y Jerusalén, solemnemente presto y prometo juramento de homenaje y fidelidad según la forma del Privilegio por Dios y la cruz del Señor Nuestro Jesucristo y sus sagrados cuatro Evangelios, tocados por mí corporalmente, por las almas de mis principales, y de mí mismo, (prometo) tener, luchar y reconocer el Feudo noble, libre y franco, conforme a los pactos y condiciones contenidos en el Privilegio de la concesión hecha por la cesárea Majestad de Carlos V Emperador de romanos, dada en Castello Franco el día 23 de marzo de la tercera Indicción 1530; ejecutado en la ciudad de Messina el día primero de junio de predicha tercera Indicción; y por la católica Majestad de Felipe II rey de las Españas, de las Dos Sicilias y Jerusalén, etc. dado en Bruselas de Brabante el día 27 de junio, de la segunda Indicción de 1559; ejecutado en  Palermo el día 14 de febrero de la tercera Indicción de 1560 por la misma sacra regia Majestad, y después de él felices y luengos días a los sucesores en el reino; concedidas las islas de Meliveti y Gaudisi, y también la ciudad y el castro de Trípoli, al dicho gran maestro, a los sucesores y al convento predichos, por la dicha cesárea Majestad de Carlos V emperador de los romanos. Y también se tenga relación de observar todas y cada una de las cosas que se contienen en concreto en el cesáreo y regio Privilegio de la cesión del mismo. 

Documento expedido por las Autoridades maltesas, por el cual hacen entrega del Halcón a S.M. el Rey D. Juan Carlos I. Valetta 2005. (fotografía del documento original que se encuentra en los archivos del Real Gremio de Halconeros).

Estando presentes para toda y cada una de estas cosas, el ilustre marqués Don Vincencio Natoli, presidente del Tribunal regio del patrimonio, el ilustre marqués Don Angelo Cavalcanti Consultor de S. E., y el ilustre marqués Don José Asmundo Paternó Presidente del Tribunal del consistorio de la sacra real Conciencia, y otros muchos en número suficiente. Acabada la lectura y arrodillado el Comendador delante del buffete y puestas sus manos sobre los Evangelios, y la cruz, prestó el juramento de fidelidad y de voto homenaje, conforme a la susodicha fórmula de la Cédula respondiendo ASÍ LO JURO, y besando los Evangelios y la cruz.

Documento de la toma de razón del Halcón por parte de la Excma. Sra. Embajadora del Reino de España en Malta. Valetta 2005. (fotografía del documento original que se encuentra en los archivos del Real Gremio de Halconeros).

Con la circunstancia que después de tan solemne función, el Comendador estaba adornado del Poder para la presentación del Tributo anual del Halcón, que solía practicarse el día primero de noviembre, y que en esta ocasión era presentado anticipadamente (el halcón) en nombre del Gran Maestro al Señor Virrey, que tomándolo en su mano ( como era costumbre hacer en nombre del Católico rey de las Españas), de nuevo respondió en términos de gratitud.

Antonio de Castro y García de Tejada.