POR EL DR. D. JOSÉ MARÍA DE MONTELLS Y GALÁN, HERALDO MAYOR DE ESTA CASA TRONCAL.
 
Hace pocos días, escribí en este mismo blog, una aproximación a los honores y distinciones del Emperador Haile Selassie, rápidamente corregida por el Sr. Sampedro Escolar, (en relación a la fecha de concesión al Negus del collar de la Orden de Carlos III). Como tenía toda la razón, reconocí el error. No soy de los que ocultan sus equivocaciones ni tengo porqué. El que tiene boca, se equivoca. Yo también.
Sin embargo, ninguno de los dos, ni el Sr. Sampedro ni yo, nos referimos al Collar de la Orden del Sello de Salomón que recibió el Generalísimo, en justa correspondencia con el alto honor otorgado al Rey de Reyes. 
Venera de la Orden del Sello de Salomón.
Para mí que la Orden del Sello de Salomón es una de las grandes caballerías cristianas, a semejanza de las grandes órdenes ecuestres europeas. También SM el Rey, cuando Príncipe de España, recibió el Collar de la más alta condecoración imperial en el  transcurso de la visita de los Príncipes a Addis Abeba, en 1972. A la Reina Doña Sofía le fue impuesta la banda y la Gran Cruz de la Orden de la Reina de Saba por el propio Emperador.
La literaria admiración por el Preste Juan, el mítico emperador en cuya corte se inventó la cortesía de decir adiós con el pañuelo blanco, una costumbre palatina que trajeron a Europa los navegantes portugueses, tan refinados, me mueve a simpatizar con las caballerías imperiales. De antiguo, por tanto, viene esa fascinación tan española por ese Imperio cristiano, pues fueron nuestros clásicos quienes difundieron por toda Europa la leyenda de un reino cristiano, en tierra pagana, gobernado por un preste. 
D. Juan Carlos con el Collar del Sello de Salomón y Dña. Sofía con la Gran Cruz de la Orden de la reina de Saba.
El collar que se concedió al Caudillo se creó por recompensar los méritos más extraordinarios y también para premiar a los Jefes de Estado, a los Reyes o Jefes de Casa Real, asemejando la orden a las nuestras de collar y fe. Cuando se concede, el favorecido tiene consideración de pariente del imperante y podría llamarle primo, aunque se cuenta de un primer ministro, del que se hablaba como presunto recipiendario, que quiso utilizar el privilegio y quedó petrificado por la mirada del León de Judá. Más propiamente, la Orden de Salomón fue fundada por el Ras Tafari, como Regente del Imperio, en 1922, como una orden de collar para concederse a los monarcas extranjeros como una clase especial de la Orden del Sello de Salomón, creada en 1874 por el Emperador Juan IV, originalmente conocida como orden de la Cruz de Salomón.
La idea de un Gran Collar de la Orden de la Cruz de Salomón, específicamente diseñado para otorgarse a los soberanos extranjeros, se originó por influencia del embajador británico Sir JL Harrington. Su diseño, debido a al joyero francés Arthus-Bertrand, recuerda a la Suprema Orden de la Santíssima Annunciata italiana, que Haile Selassie había recibido en 1928.
La Orden de Salomón se limitó al Emperador, la Emperatriz, el Príncipe Heredero, las Princesas Imperiales, el Presidente y el Virrey del Consejo de la Corona y los monarcas reinantes de cualquier religión. Dicho esto, el Le’ul Ras Kassa Hailu, Presidente del Consejo de la Corona (de 1941 a 1957) fue el único etíope condecorado en 1955 con esta suprema caballería.
Entre los monarcas extranjeros, se encuentran SMI Shah Reza Pahlavi de Irán, el emperador Hirohito de Japón, el Rey Víctor Manuel II de Italia, el rey Jorge V del Reino Unido, Jorge VI, Isabel II, la reina Juliana de los Países Bajos, el rey Gustavo V de Suecia, y el Príncipe Heredero, SAR Gustavo Adolfo. El collar tiene 44 eslabones cuadrados de oro con una Estrella de David, rodeados por una bordura de filigrana. La suspensión se ajusta con un rubí de corte cuadrado. Con la inscripción: Amlakäna Haylenä Wäsawannä (Nuestro Dios, nuestra fuerza, nuestro protector). La insignia muestra dos Leones de Judá coronados que sostienen una estrella de David con la cruz en el interior, bajo una corona imperial etíope, del cual pende un muy elaborado medallón, en cuyo centro pueden verse dos óvalos plateados, que contienen una representación del salmo 38 y la reunión de la Reina de Saba y el Rey Salomón, rodeado todo de hojas de palma. La insignia más acabada pasa por ser la otorgada al rey Jorge V del Reino Unido, cuyo distintivo es semejante al actual de la Orden del Sello de Salomón. 
El General Franco con el Collar del Sello de Salomón cumplimenta al Emperador, que lleva el Collar de Carlos III.
La Orden ha sido concedida al Duque de Braganza, en 2003; al Rey Kigeli de Ruanda, también en 2003; a los príncipes de Georgia, en 2009.
Íntimamente asociada, a esta Orden del Collar, se halla la Orden del Sello del Rey Salomón, recreada independientemente de la primera, en 1930, por el Emperador Haile Selassie como la más alta recompensa de la Etiopía imperial.
En la alquimia medieval, el Sello de Salomón es el símbolo de la combinación de los opuestos y de la transmutación. Representa todo aquello que se unifica en un equilibrio perfecto. En la leyenda, el sello era el anillo mágico del rey Salomón que le permitía ejercer un gran poder sobre las fuerzas del mal. Tradicionalmente, se le relaciona con los conjuros, invocaciones y maldiciones para limitar el poder demoníaco. La unión de los opuestos, significaría la sabiduría sobrehumana y el ejercicio de autoridad por la gracia divina.
Originalmente, la Orden se otorgaba en cinco grados: Collar, Gran Cruz, Gran Oficial, Comendador y Caballero. En la actualidad, se concede sólo en la clase de Gran Cruz. La insignia es la estrella de David o Sello del Rey Salomón, cargada de una cruz copta esmaltada de verde, con una cruz del calvario en su centro, esmaltada de sable. Algunas cruces de esta caballería se elaboran sin esmaltes. La banda es verde. Es este collar el que fue le fue impuesto por Haile Selassie al Jefe del Estado, el 27 de Abril de 1971 en el transcurso de la cordial entrevista entre ambos, que tuvo lugar en el Palacio de El Pardo. 
Insignia del Collar del Sello de Salomón.
Entre los recipiendarios, aparte de los príncipes de la sangre de Salomón, el Abuna de la iglesia copta y el propio Francisco Franco, se encuentran, entre otros, el Primer Ministro de Portugal, Antonio de Oliveira Salazar (En 1959). También lo recibieron el Presidente Eisenhower de EEUU, el Rey Pablo de Grecia, en 1959 o el Conde Mountbatten de Burma, en 1965; en nuestros días, el Consejo de la Corona ha otorgado la Gran Cruz al Duque de Calabria, en 2005 o a SAR el Príncipe Osman Rifat Ibrahim de Egipto, también en 2005.
Sabemos por las memorias de Franco Salgado-Araujo que Franco tenía gran simpatía por el Emperador y su obra política . Contrariamente a lo que se puede suponer, al Generalísimo, profundo conocedor de África, no le gustó nada la invasión italiana de Etiopía, que interpretó como un grave atropello al Derecho Internacional. El habitual intercambio protocolario de condecoraciones de Estado, no empañó la consideración del Caudillo por el Collar que había recibido del propio León de Judá.