LA BANDERA viene regulada en el artículo 2 de la Ley 2/1983, de 23 de diciembre, en la que se describe la bandera, el escudo y el himno de la Comunidad Autónoma.
El paño es de color rojo carmesí conteniendo  siete estrellas blancas de cinco puntas, alineadas en dos hileras, cuatro arriba y tres abajo. La proporción es de dos de ancho por tres de largo.

El rojo expresa la castellanidad de Madrid , como rasgo esencial. Cada estrella representa a cada una de las estrellas que componen la Osa Mayor, que se recorta sobre la Sierra de Guadarrama dominando, de esta manera, el firmamento de las tierras que formaban el antiguo Concejo Madrileño.
EL ESCUDO , como ya hemos comentado, también se encuentra regulado por el mismo precepto y Ley que la Bandera, donde viene descrito de la siguiente manera:
“De un solo cuartel de gules y en él, de oro, dos castillos pareados, almenados, donjonados, aclarados de azur y mampostados de sable, surmontados en el jefe por siete estrellas de plata, colocadas cuatro y tres. Al timbre, corona real, cerrada, que es un círculo de oro engastado de piedras preciosas, compuesto de ocho florones de hojas de acanto, visibles cinco, interpoladas de perlas y de cuyas hojas salen sendas diademas sumadas de perlas, que convergen en un mundo de azur, con el semimeridiano y el ecuador de oro, sumado de cruz de oro. La corona, forrada de gules.”

Los dos castillos representan la vinculación de Madrid con las dos Castillas y su posición en medio de ellas. Las siete estrellas están tomadas del escudo de la ciudad de Madrid y hacen referencia, como ya hemos descrito en la bandera,  a la constelación de la osa mayor. Este significado  se expresa en la Ley 2/1983 de la siguiente manera:
«(…) Los castillos de oro sobre gules del escudo escogen, recogen también, el más característico símbolo castellano. Las dos comunidades limítrofes los lucen como emblemas. El hecho de estar pareados simboliza la pretensión de la Comunidad de Madrid de ser lazo entre las dos Castillas, fundiendo el símbolo fundamental de una y otra, al tiempo que viene a proyectar su propia complexión extensiva hasta los límites precisos de las cinco provincias que la abrazan: Toledo, Guadalajara y Cuenca, pertenecientes a Castilla-La Mancha; Segovia y Ávila, integrantes de Castilla-León.»
Este escudo fue definido por el poeta Santiago Amón, con diseño de José María Cruz Novillo, por encargo del primer presidente de la Comunidad de Madrid, Joaquín Leguina.